Crónicas sin tiempo
Cap. 2
Los visitantes de las Nubes
-¡Jeanne!-llamaba Gwendal
-¿qué pasa tío?- la morena con kimono negro escotado se dirigía lentamente a su tío, dando un largo bostezó, para denotar su fastidio.
-han venido a verte
-¿de quién se trata?-dijo anticipando su cara de molestia por la respuesta que era obvia, soplo a un lado de su cara elevando algunos mechones que caían sobre esta.
-un pretendiente
-¡oh!- agito su mano, mostrando su pulgar hacia abajo- ¡¿otro más?!... ¡pues pongan la mesa de prueba!
-por favor, solo recházalo sin ponernos en ridículo
-¡¿yo?!- se apunto a sí misma - poner en ridículo a esta familia… ¿a la familia real?, ¡la del gran Shibuya Yuuri y el noble Von Bielefed Wolfram!- exclamo con una cara de asombro- tío me insultas, solo quiero saber si es digno de ser mi marido- se acerco al peli gris y con un dedo le pidió que se agachara para susurrar en su oído- ¿no sabes que respiro nobleza por los poros de mi piel?, es decir… mis genes son únicos, debo seleccionar bien a mi marido.
-un juego de carta no demostrara su habilidad, menos su capacidad de selección- dijo Gunter desde el escritorio –además no sé porqué el secreto si dices lo mismo cada que aparece alguien pidiendo tu mano
-tiene razón el aguafiestas compulsivo, el de cartas no servirá, pero el de fuercitas si – mostro a los presentes en la oficina del peli gris los músculos pronunciados en su brazo que escasamente era visibles- aunque no lo parezca soy muy fuerte tío - Gwendal negó con la cabeza, su sobria terminaría llenándolo de canas, más rápido de lo que su padre y su hermano lo hubiesen hecho –tenias que ser su hija.
-¿eh?- Jeanne puso cara de ignorancia plena ante la sentencia de su tío, mientras Gunter miraba sonriendo la escena, Jeanne se parecía en demasía a su padre en estas situaciones, siempre buscando una manera de descartar a sus pretendientes.
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Flash back
-su majestad, debe conseguir una pareja, no puede dirigir el reino y ser padre al mismo tiempo, es mucha presión, debe olvidarse de Wolfram y comenzar de nuevo, los niños necesitan una madre.
-mmm, olvidar-dijo Yuuri
-está bien, pero solo si me ganan en un juego de fuerzas
-papi es muy fuerte- animo la niña de cuatro siete años
-si, Shibuya es muy fuerte para retar a las poderosas damas de la corte y familias de príncipes nobles que jamás han tenido la decencia de entrenar, menos de levantar pesas- ironizaba Murata con una típica sonrisa
-sabes tío- dijo la niña acercándosele
-¿Qué?, pequeña
-no me caes nada, nadita
-…- Murata quedo mudo, a veces los niños podían ser… Tan sinceros.
Durante mucho años, tanto princesas, príncipes, nobles y adinerados venían a ofrecerse como posibles parejas para el Mahou, pero desistían al perder en el juego. Nadie hasta la fecha había logrado vencer a Yuuri y el siempre rechazaba de ante mano a todo varón, diciendo que él no era de ese bando sin importar los antecedentes de su ex-marido ahora muerto.
Según Yuuri eso había sido un error, pero nadie creía tal afirmación, no después de ver la soledad del moreno, y el enorme cariño que tenía a sus hijos sin importar que uno de estos no fuese suyo.
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El peli verde sudaba, sería la primera vez que tendría que enfrentarse a alguien así, ¿cómo pedirle la mano a semejante amazona? que le pedía tal prueba, como si de un bar se tratase.
Limpio de nuevo sus manos, tener las palmas húmedas no le ayudaría a ganarle, por leves segundos maldijo a sus padres que insistían en que fuera a cometer tal osadía, ciertamente el dinero y la posición los había trastornado, para obligarlo a cometer tal acto.
-una mujer hermosa, frágil, con voz delicada, ojos grandes, y vestimenta modesta, ¿es mucho pedir eso?- se dijo.
Rememoro el día que le hablaron de la ahora Mahou, una amazonas, rebelde sin causa, fiera de batalla, que hacía temblar al enemigo al oír su nombre, ¿era con esa bestia?. Con eso querían casarlo… a su pobre, delgado, flácido y amante de la lectura-suspiro- su único hijo.
Porque la Mahou no podía ser refinada, había oído de lo respetables que eran los nobles Bielefed, ¿acaso no llevaba su sangre?, porque no podía ser refinada, elegante. Eso era mejor que su realidad.
Se abrieron las puertas del palacio y lo dejaron entrar.
Quiso saludar pero las palabras murieron en su boca al divisar la mesa puesta, lista para el enfrentamiento, y de la nada una muchacha de 15 años salía vistiendo un kimono negro corto, y ajustado, con un pantalón de piel de oso color negro y botas con varios adornos metálicos.
Nadie dijo nada, todos tomaban sus posiciones, la morena se sentaba en una silla, y ponía su brazo en posición esperando al oponente.
Daniel sonrió arrepentido de su osadía, y ni vio a la mahou fijamente, solo apunto a ver la mesa, quería acabar con esto rápido.
-en sus marca…listo, ¡ahora!- un hombre de cabellera, ojos café, de piel clara semiamarilla, daba la orden de inicio.
Ejerció lo máximo que dieron sus músculos, al inicio parecía ganar, pero de pronto como si se tratase de una palillo de fosforó su brazo fue roto, la peli negra había ganado, mientras Daniel lloriqueaba en su posición por el dolor, solo entonces la vio, y se percato de algo que no había notado antes…La mahou, tenía una hermosa sonrisa, pésimos modales se dijo, al verla brincado de un lado al otro llamándolo enclenque, pero una hermosa sonrisa.
Se dispuso a marcharse sin ser notado por los presentes que solo atinaban a solicitar compostura a la peli negra, por lo menos hasta que él se marchara.
Sintió algo de triste, después de todo una mujer le había dado la paliza de su vida, y nuevamente la vio, esto se deducía a un amor a segunda vista, lástima que solo fuese un amor imposible, esa mujer jamás se fijaría en el, pero podía intentarlo.
-su majestad- dijo, sin notarlo, casi como un susurro, que fue oído por la peli negra
-¿Qué?...¿qué quieres?- pregunto Jeanne
-mañana la revancha- todos lo miraron sorprendidos, aquel joven de cabellos verdes, ojos de color rojo. ¿era un idiota?, pedía la revancha teniendo un brazo roto, sin tomar en cuenta de que había sido derrotado de manera humillante por la Mahou.
-perdón, creo que no te oí bien, ¿qué dijiste que querías?- repitió la morena sin aun creerlo, nadie le había pedido una revancha jamás.
-la revancha ma, mañana- dijo entre tartamudeos
-claro, no hay problemas, mientras más veces patee tu trasero mejor para mí- respondió Jeanne, divertida mientras Gwendal, Gunter y las sirvientas que comenzaban a recoger las cosas negaban con la cabeza.
-e, eh, claro
- “qué demonios estoy haciendo, esa bestia, esa bestia… es muy bestia. Noooooooooooooooooooooo, estoy enamora do de una bestia” se lamentaba el peliverde.
Los días pasaban y entre tras varios intentos Daniel pasaba de ser el hijo de un mercader desconocido, al masoquista persistente enamorado. Cada día solicitando una revancha y en cada intento un nuevo fracaso.
Me enamore de una bestia,
De larga cabellera, de ojos de halcón
Y de figura de sirena,
Mas que bestia una diosa, más que diosa un vocero,
Y si yo pudiera callar sus insultos
Que divino seria el mundo b34;b34;b34;b35;b34;b35; (lo siento no sé escribir partiduras y solo encontré estos dos símbolos)
Cantaba Daniel a los pájaros mientras desde lo lejos unas nubes negras se asomaban al reino de shin Makoku
-que… ¿rayos?- dijo al ver como estos comenzaban a alumbrar - esto es imposible no es temporada de tormentas, menso de huracanes- se levantó apresuradamente para encerrar a los caballos y el resto de los animales.
Concluido sus deberes como hijo de mercaderes de ganado corrió a buscar refugio a la cabaña.
Cuanto fue el tiempo que prevalecieron dentro de esa cabaña con el resto de los empleados, dos horas, ¿cinco?, no lo supo, pero tampoco le importo mucho, solo sería otra inundación.
Sus padre posiblemente echarían el grito al aire, al saber de las perdidas pero era normal en este rubro los desastres naturales, aunque insistía. No era temporada.
Finalmente las cosas clamaban y Daniel se disponía a salir de la cabaña y dos hombre lo siguieron, muchas familias cercanas había hecho lo mismo, y en un parpadeo vieron la realidad que les esperaba.
Todos los campos completamente secos, el ganado y todo animal habitante del lugar muerto, los ríos y aguaceros con guas negras.
-¡¿qué es esto?!!- gritaban las mujeres entre llanto y desespero- ¡por Shinou!, ¿qué está pasando?- decían los hombre al como probar la muerte de sus animales y bestias de trabajo.
Los días pasaban. Más y más gente llegaba al castillo Pacto de Sangre en busca de refugio y explicación.
-¿Qué pasa, que pasa, hablen somos el pueblo tenemos derecho a saber?
Exigían los ciudadanos
-ya no podemos seguir con esto, debemos informarles-dijo yozac fruñendo el seño.
-¿informar? ¿Informar que?- se quejo la morena enfadada- ¿informar que el viento nos ataco?-empezó a dirigirse hacia yozac, poniendo a un lado la cabeza y riendo como psicópata- ¿qué de la nada cuatro dragones extraños aparecieron?-otro nuevo paso, esta vez extendiendo sus manso y girando para dramatizar los reclamos- ¿que todo alimento y bebida fue erradicada de la faz de este mundo por el aliento de estas bestias en un santiamén, enfrente de nuestros ojos?- finalmente se pego a su cuerpo y lo jalo del cuello para verlo a los ojos y mostrar su furia y frustración- ¿que no pudimos detenerlos?. ¿Que el idiota de mi hermano amante de dragones cogió la cola de uno y desapareció en el aire?- grito- ¿quieres que les infórmenos todo eso?
-entonces que sugieres- hablo Gwendal, ellos actuaran violentamente sino se les da una respuesta sus dudas, atacarán otras naciones pensando que ellos son los responsables, el miedo hará que corra sangre. ¿Qué sugieres?
-ir por ellos-dijo la morena con los ojos llenos de ira
-no se puede- hablo Murata- no puedes ir por algo que no existe.
-maldición, cállate, te odio, eres un tarado, bueno para nada- insultaba al sabio con todas sus fuerzas.
-entonces que hacemos- boto como ladridos después de sus maldiciones, miraron al sabio
-a decir la verdad, el enemigo es muy fuerte
-eso, eso ya se sabe. ¡Hellow!- interrumpió Jeanne
-Jeanne, déjalo terminar-dijo Gwendal
-jamás lo derrotaremos no como estamos, si tan solo Yuuri estuviera aquí. Es el único que puede.
-¡bien!.. ¿Que esperamos?… vamos por mi padre, estoy segura que el solucionará todo esto, es mas estoy segura que el traerá de nuevo a mi hermano de regreso y esta vez lo castigara ya que ciertos incompetentes no pueden-miro a sus tíos que era los principales defensores del menor y Murata que siempre lo socapaba e sus travesuras.
-pero el…-
-el pasado- dijo la mórea, - el vive en el pasado, si el Yuuri de ahora no existe, existió en el pasado.
-¿pides ir al pasado por un Yuuri inexperto?-hablo Gunter- no creo que él nos sea de ayuda
-no importa, con mi poder combinado al suyo igualaremos el podre que tubo alguna vez el Yuuri de este tiempo antes de morir.
El sabio quedó perplejo, jamás creyó que la morena y el pelirrubio supieran de la muerte de su padre y siguieran con sus vidas como si nada, ese era u secreto después de todo, jamás habían encontrado el cuerpo, solo la espada.
-pero como obtendremos su ayuda-pregunto Conrad, dudando que la versión de la muchacha fuese creíble en el pasado, menos al saber la mentalidad de su ahijado en ese tiempo, que jamás creyó posible que entre dos hombre pudieran tener hijos, y el otro problema, la paternidad del menor de sus sobrinos y la muerte de Wolfram. Aunque podían omitir esos. Peor la perturbación del tiempo y espacio… es decir Yuuri no era ciego, claramente notaria que hay muchas cosas que habían cambiado en estos 95 años de su reinado.
-soy su hijas jamás ¡me negó nada, no lo hará ahora- soltó Jeanne muy convencida, despertando a Conrad de sus pensamientos.
-peor no puede ir sola, deberá ir con Murata-dijo la abuela de Jeanne
-Eso jamás, además oba-sama, usted ya está muy vieja para meterse en estas reuniones.
-que fue lo que dijiste, mocosa!!!!- renegaba Cecile tratando de llagar a su nieta para golpearla, pero ambos hermanos la tomaban de las manos para evitar el asesinato de la Mahou
-solo el sabio puede controlar las puertas de tiempo y espacio-dijo Gunter ignorando los gritos de la ex, ex-mahou
-me niego. Iré sola, yo sola bastó para esto, el se quedará estático como siempre esperando que las cosas pasen y…
-solo esperare por lo que deba ser, no se puede hacer mas lamento que aun me guardes récor por la muerte de tu madre, pero no había nada más que hacer, esa fue su decisión.
-¡cállate!, bastardo o te mato ahora mismo
-calma ambos
-bueno supongo que está decidido, irán juntos
-¿qué? ¡No! iré con el primer idiota que quiera, con este seguro de que me muero y ni se acompleja.
-¡suficiente!- grito Gwendal tomando a la morena del brazo- eras la Mahou actúa, como tal primero tu pueblo luego tu hermano y al final tus caprichos, iras con Murata y punto.
-tengo una mejor idea- hablo el sabio y todos lo miraron, era la primera vez que Murata mostraba su desagrado con alguien en este tipo de situaciones. Definitivo ambos se odiaban.
-si yo voy causaré estruendos en el pasado, el Murata de ese tiempo de una forma u otra tratara de evitar varios sucesos convencido de poder hacerlo. Así que puedo pasar mi alma a alguien más, no toda claro, pero si lo elemental.
-¿qué?
-sip, así podre estar en dos sitos al mismo tiempo, es decir mis memoria pasada en el cuerpo de un rentador y mi yo actual en este tiempo, controlando el flujo del las puertas del tiempo.
.-pero, ¿quién será el incrédulo que acceda al ser rentador de su cuerpo?
-tendrás que verlo tu
-joder, ¿quien se ofrece?-pregunto mirando a todos los presentes, nadie levanto la mano, nadie se atrevería a ser rentador de su cuerpo para acoger el alma del gran sabio quien sabe los grade conocimientos y pecados que tendrían que soportar
-¿nadie?-volvió a preguntar- manada de cobardes, esta bien preguntare entre la multitud, eso será más factible que dejarlos esperando en la nada
-¿qué?-dijeron ambos hermanos
-necesitamos a alguien y dar una explicación, mataremos dos pájaros de un tiro, felicítenme… soy lista.
-avece se me olvida lo precipitada que eres- dijo Murata al ser tirado por la morena que iba a reunirse con su pueblo
-bueno es la hijas de ambos, que mas esperábamos, el orgullo de Wolfram y las estupideces de Yuuri, cuando se trata de él.
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-¡pueblo de Shin Makoku, escuchad!!- decía la morena, ya en las puertas del castillo
-es la Mahou, si mirad la reina
-es muy joven
-peor es la Mahou
-¿ella sabrá qué ocurre?
-HEMOS SIDO ATACADOS POR UNA PLAGAN-“seeh, la plaga, con eso todo se explica sin explicar. Muajajaja, ¡a veces me asombra lo lista que soy!”- POR ELLOS IREMOS A OTRO MUNDO A TRAER LA CURA, AGUARDAD POR FAVOR A NUESTRO REGRESO, PERO ANTES DE ESO… REQUIERO UN VALIENTE GUERRERO DE COMPAÑÍA, PARA DICHA MISIÓN SUICIDA-“y para que sea el alcahuete de mi viaje”- PORQUE MIS NOBLES Y FAMILIARES SON UNOS GALLINAS.
Todos detrás de Jeanne negaban con la cabeza, a veces esa niña podía ser…tan sincera.
Todos murmuraban y negaban nadie quería morir, nadie.
-¡joder! ¿Que no hay nadie valiente es este mísero reino?
Todos miraron con contradicción a la reina, para ser francos, nadie quiso dar ni un céntimo por la soberana que les caía como piedra en el zapato al llamarlos cobardes de un solo canto.
-yo, yo lo hare- dijo de la nada el peliverde, conocido como el Masoquista persistente, y Jeanne, se sintió tan pesada, como si el mundo entere se le viniese abajo, asi que hizo lo que aprendió de su madre, al ver a su padre hacer tonterías. Ignorarlo.
-Nadie con algo de músculos y con nociones de combate, que quiera pasar a la historia como el salvador de este mundo aunque yo haga todo el trabajo?
El silencio lo inundaba todo, a excepción de la vocecita del peli verde que casi al final de la muchedumbre aun gritaba que él lo haría, creyendo vagamente que no había sido divisado por la soberana- no requerimos enclenques-dijo esta al darse por vencida al ver que nadie levantaba la mano.
-¿nadie? … vamos no sean tímidos, al que me acompañe se casa con migo, que opinan de la oferte -dijo esperanzada, tantas propuestas de matrimonio creyó que todos paliarían por esta oportunidad, pero nadie hizo movimiento alguno- nadie a la una, nadie a las dos… ¿nadie?, ¡que cobardes!- nunca antes Jeanne Shibuya hija de Yuuri Shibuya y Wolfram von Bielefed había sentido tantas ganas de llorar como ese día.
-dije que yo lo haría- grito el peli verde a todo pulmón, y todo el pueblo aplaudió al valiente, dándole paso libra a que se acercara a al reina, mientras que Jeanne mental mente se decía “trágame tierra, porque no fui yo la que se perdió en vez de tonto de mi hermano menor”
-bien, y el ganador del alama del sabio es el enclenque de cabellera verde, el afamado masoquista persistente- Jeanne dijo en vos baja mirando a taras, para luego voltear y ver al cielo azul-“papá tu que estas en los cielos con mamá, por favor no dejes que por culpa de este enclenque me vaya a morir, que no los quiero volver a verlos tan pronto, y ya que están arriba por favor controlen a su hijo que con semejante carácter harán que el enemigo nos odia muerte, son los sinceros deseos de tu hija mayo Jeanne.”
Y fue así como el peliverde y la pelinegra llegaron al pasado, de una forma sorpresiva y violenta en busca de mahou y su ayuda para salvar a su mundo y en la acción recuperar a su hermano.
Mientras tanto en un lugar muy lejano inexistente en el tiempo y espacio.
Calla pequeño, no llores mas
Calla mi cielo, aquí esta mamá
Si tú no callas yo llorare, porque te quiero, por ti sufriré
Estamos justos no hay que temer,
No dudes cariño no hay un porqué,
Estoy contigo mi vida. Me quedare.
Nanananananaaaa, na,na,na…na,na
Dulces y cuentos yo te daré
Duerme tranquilo yo no me iré
Un arcoíris te pintare
Mamá está contigo todo irá bien
Nanananananaaaa, na,na,na,na
Cantaba suavemente la muchacha de cabellera y ojos blancos sujetan al pequeño entre sus manos, ante la mirada recelosa de sus otras tres hermanas, que no decían nada después de todo ese niño era su hermano.
-cuál es el siguiente plan mi señor-dijo la mujer de cabellera negra y ojos blancos
-destruir el mundo del Mahou, nadie puede venir a mi reino y osar enfrentar la autoridad de un dios
-y sobre los pobladores, recuerda que los demonios son débiles pero a comparación de los humanos son mejores- dijo la mujer de pelo rojo y ojos blancos
-escojan a quien deseen, quien crean conveniente hijas mías, están en todo su derecho para escoger marido.
Hizo una pausa y miro a su hija menor que un sujetaba al niño y cantaba con voz melódica aquella canción de cuna que alguna vez oyó a Wolfram usar para dormirla su hija.
-Marflow, tu… ¿no iras a buscar pareja?, será menos complicado que andar por los diversos mundos buscando una, para luego matarlo, ya ves que las cosas se pueden complicar, mira el caso de tu madre.
-padre… no me interesa hombre alguno que no se usted y mi hermano, mis hermanas le darán el gusto de nietos poderosos, por ahora solo deseó cuidar de él, también debo decir que estoy molesta con usted, por haber lo herido.
-era necesario hija mía, después de todo tu hermano oso atentar contra mi vida, debía recibir justo castigo, pero ya no me mire herida, que se pondrá bien es fuerte como era de esperarse de un semidiós.
-solo es un niño, no es mi madre, ni el mahou, es mi hermano, esperaba mas consideración de su parte padre.
-ya basta de escándalos, o lo mato, he hecho bastante con cumplir tu capricho de no destruir ese mundo como para oír tus quejas Marflow.
-lo siento, me modero padre.
-bien ahora retírate coge tu hermano fuera de mi vista, estoy cansado quiero dormir, he usado mucho poder, pera establecer mi orden.
La túnica blanca de la joven de 16 se extendió a todo lo largo de la habitación envolviéndola y al niño, para luego desvanecerse con ambos.
-quien diría que a ver puesto mis ojos en un demonio me traería tantas complicaciones- dijo el dios desde su trono mirando su mano izquierda, aun le dolía la herida causada por el mahou, y no era para menos, este había sido destruido y se estaba regenerando.
-¡Wolfram!, ¡Wolfram!, ¡Wolfram!- repitió divertido- lástima que no exista mas demonios como tú en esta vida, aunque quien sabe quizás en otro tiempo y espacio, ¡ahh!, aunque tu hija no me dejaría.
Rio levemente perdiéndose en los recuerdos del ayer.
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Pasado
-la mano- repetía el rubio
-¡¿Qué?!-exclamo la niña
-la mano, acaso estas sorda
-Bien…-la extendió- ¡Auch!!!-se quejo por el dolor
-vamos no es para tanto, solo es alcohol
-pero duele, te denunciare a maltrato infantil
-fuuuuuuuuu- quiso suspirar pero decidió soplar sobre la herida, después de todo era una niña- ¿ahora?
-Ya no, ya no te denunciare
-bien, ve con tu padre, debe estar esperándote.
-¡hay!!!- corrí a fuera de la habitación donde su padre descansaba, pronto daría luz. Su vientre abultado lo manifestaba y pese a la cara de enfado de Yuuri, nadie podía negar que estuviera feliz de tener al rubio de regreso en Pacto de Sangre después de su misteriosa desaparición de un año y siete semanas.
-¿y?…- Yuuri puso una mano sobre su cabeza, algo sonrojado- que te dijo tu madre
-que pronto sanaría
-ahhh- miro a la niña de reojo- ¿nada mas?-pregunto como si estuviera distraído
-no señor, nada más, solo eso.
-mmmm- dijo Yuuri molesto, el rubio jamás hablaba sobre la procedencia de ese niño que llevaba en su vientre, y tampoco hablaba de su paradero, por más que busco por todo el reino, por la tierra con su hermano, nunca dieron con el rubio como si la tierra se lo hubiera tragado, y para el colmo aparece y ni puede preguntarle nada ¿Por qué?, porque su mirada se ponía distante, y simplemente cambiaba de tema.
-¡papá!. Mira mi caballo no es el más hermosos-la niña señalaba al caballo teñido de rosa, y la razón por la cual tenía esa herida en la mano, este había tratado de patearla y al esquivar al patada simplemente callo al suelo hiriéndose el codo y la palma de su mano.
-sí, bello- dijo dudoso de los gustos de su hija, y girando al cabeza en dirección de la torres donde el rubio seguía preso, bueno esa era la única manera de evitar que volviera a desaparecer. Vigilarlo las 24 horas del día, no volvería a perderlo ¡no!, menos dejar que lo engañe de nuevo aunque muy dentro suyo dudaba que eso hubiera pasado, como rogaba que su engaño fuera cierto, era más fácil imaginar la cara de felicidad del rubio engañándolo aunque eso le causara fuertes dolores de estomago por la rabia y los nervios que velo sufriendo en manos de un extraño.
Siendo el mahou, no podía proteger a su pareja que clase de soberano era, se dijo.
-¡Papá!- llamo Jeanne – ¿de dónde vienen los bebes?-Dijo la niña soltando finalmente e la pregunta que carcomía su cabeza desde que su madre volvió de viaje.
Yuuri se puso rojo, jamás creyó que ese día llegaría, menos que ese rumor de la dichosa pregunta fuera cierto, así que dijo lo que más le pareció.
-no lo sé, de donde viniste tu, es decir aun eres un bebe deberías saberlo porque yo ya me olvide
La niña cruzo los brazos y se puso a pensar tratando de recordar de donde venia, ya si pasaron los días, hasta que Jeanne concluyo que una niña de 6 años no era un bebe así que no podía saberlo y comenzó a correr y gritar
-¡Mama! ¡Papá me está calumniando con falsos!
Algún día alguien comprendería de donde la pequeña sacaba tal facilidad para ponerlos de cabeza.
Autor:
Aquí una leve descripción para la identificación de los personajes inventados
Jeanne (17): hija de Yuuri y Wolfram. Actual Mahou de Shin Makoku, hermana mayor de Azac.
Azac (10): hijo de un dios y Wolfram. Príncipe semidios
Daniel: hijo de mercaderes que ambicionan ser de la nobleza, se convertirá en el gran sabio temporalmente
Marflow (16): hija de un dios y Wolfram. Semidiosa, hermana mayor de Azac.