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Espejos por Noctis Caelum

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Segunda entrega de los misteriosos mensajes, lentamente descubrimos como fueron grabados cada uno de los que Sasuke escucho aterrado.

 

Espero les este gustando el fic y en especial este cap!!

 

 

 

Cuarto Mensaje

Presionaba nuevamente el botón de su celular para iluminar la pantalla y así ver la hora 4:15 AM. Con esta era la quinta noche que no podía dormir bien. Había algo que lo mantenía perturbado impidiéndole reposar. Voces, voces que lo llamaban por su nombre. Al principio había pensado que era su imaginación o autosugestión, pero con la persistencia de aquellos sonidos todo fue tornándose más real.

Todo empeoraba cuando recordaba que Sasuke no se había comunicado con el en mas de una semana ¿Acaso ya no le importaba? Solo ese pensamiento bastaba para deprimirlo. Se acomodo sobre la cama y abrazo sus piernas. Deslizo su dedo por la pantalla del celular hasta que encontró lo que buscaba. Aunque no le gustara aceptarlo todo aquello comenzaba a darle miedo y como nunca extrañaba a su novio, así que lo llamo nuevamente.

(Sonido de llamada)

*Por el momento su llamada no puede ser conectada, deje su mensaje de voz luego del tono*

*Beeeep*

“Mmmm….. este…. No olvídalo… nunca me creerías….”

*Beeeep*

Cuando la llamada había dado nuevamente al buzón, el impulso de hablarle se había desvanecido, de todas formas no era como si su novio se preocupara por el. Oculto su rostro entre sus rodillas y las apretó con fuerza… aquello nuevamente lo llamaba…

-Na ru to-

Un molesto sonido agudo lo despertaba, no sabia en que momento había podido dormir nuevamente. Vio la pantalla de su celular 8:45 AM –Wow si que dormí- se dijo con sorpresa ya que usualmente había comenzado a dormir como 3 horas diarias. Se estiro un poco y decidió Salir de la cama, su estomago le decía que le diera alimento.

Se detuvo frente al espejo del ropero, su piel dejaba ver pequeñas marcas oscuras bajo sus ojos –Diablos- bufo mientras buscaba un pequeño recipiente de crema. Temari se la había regalado para su cumpleaños el año anterior y había pensado en que jamás la usaría pero tampoco quería lucir demacrado cuando Sasuke regresara. Busco en los cajones pequeños del ropero y hasta el fondo pudo tocar un pequeño recipiente ovalado así que metió la mano hasta donde pudo – ¡Ja! Ninguna crema podrá contra mi- dijo al tenerla triunfante en sus manos.

Cuando se dispuso a verse nuevamente en el espejo para colocarse un poco de crema, su piel se congelo en un instante. Sus ojos se abrieron como platos y sus ojos azules quedaron fijos sobre aquella superficie. Veía su cabello rubio y su piel morena pero sus ojos era de un negro profundo y su sonrisa se deformaba en una mueca rasgada que rápidamente le puso los pelos de punta y lo hizo retroceder haciéndolo caer de espaldas en el suelo.

-Tranquilízate Naruto, todo está en tu imaginación- se repetía tratándose de levantar.

Aunque con un poco de temor, se levantó para verse nuevamente en el espejo. Lo primero que vio fueron sus ojos azules  aun demostrando un poco de miedo. Salió rápidamente al baño, una ducha fría lo haría sentir mejor.

Luego de unos minutos bajo la regadera su mente pareció despejarse un poco y decidió olvidar el incidente. Salió del baño secándose el pelo con una toalla, ese día no saldría así que solo se había dejado los pantalones del pijama desenfadados en su cadera. Paso frente a las gradas que van hacia el ático –Maldito lugar- pensó y rápidamente desvió su mirada. Todo había empeorado desde que había entrado a ese cuarto.

 

Hace dos días…

Su cerebro le decía que debía de detenerse pero sus pies lo llevaban arriba grada por grada. La voz de Sasuke retumbaba en su mente diciéndole que se alejara –Ven a detenerme teme- retaba a la voz. Puso su mano en la perilla y la giro lentamente. La puerta como en clásica película de terror crujía mientras se abría.

Tardo unos cuantos segundos el que sus ojos se adaptaran a la oscuridad. Reviso por las paredes cercanas pero no había señales de algún interruptor. Camino un poco más adentro del cuarto y su visión comenzaba a distinguir formas. No era un espacio muy grande y si habían  algunas cajas, tampoco es que fueran muchas. Le llamo  la atención que al fondo del cuarto habían dos objetos largos y altos cubiertos con una sábana.

El olor a húmedo le llegaba a su nariz provocándole un poco de comezón y aunque estuvo a punto de estornudar no lo hizo. Siguió explorando el cuarto y la verdad quedaba un poco decepcionado ya que esperaba encontrar el esqueleto del esposo o algún animal muerto en señal de sacrificio, pero no había nada más que cajas y esos dos objetos.

Llego frente a las mantas y aunque lo dudo por un segundo –Ya estoy aquí, de nada sirve que me detenga- se dijo para darse valor. Tomo una de las mantas y la jalo hacia él, descubriendo lo que parecía ser un viejo espejo oxidado, hizo lo mismo con el otro espejo y era del mismo tipo pero este estaba menos viejo, solo una de sus esquinas tenía un poco de óxido. Se quedó viendo por algunos segundos su reflejo incluso hizo algunas muecas pero no tenían nada de asombroso, aunque pensó que se verían bien en la casa –Uno para la sala y otro para el cuarto- se decía ya buscándoles uso.

Un ruido a sus espaldas lo hizo girar pero no había nada, busco con su mirada en cada rincón para ver si algo se movía pero no había nada. Pensando en la probabilidad de que se tratara de un ratón no le dio importancia y regreso su mirada al frente. Su corazón se paró por un segundo al ver que en el espejo que se suponía estaba oxidado estaban docenas de rostros marcados sobre el vidrio o mejor dicho se veían como si fueran presionados sobre el vidrio… pero desde adentro de este.

La sangre subió a su cabeza, los pensamientos no eran cuerdos. Su pulso se aceleró al doble pero sus pies no se movían –Muévete Naruto muévete maldición- se repetía mientras veía como aquellas caras se movían deslizándose por el vidrio mientras otras surgían, más y más caras -¿Qué demonios era eso?- en un impulso Naruto pudo retroceder y salió del cuarto rápidamente, cerrando la puerta estrepitosamente como si lo que estaba al otro lado del espejo lo persiguiera.

Bajo rápidamente tropezando con la última grada quedando con la espalda pegada a la pared y sus ojos fijos en aquella puerta en lo alto de las gradas. Su corazón todavía galopaba dentro de su pecho mientras trataba de encontrarle algún punto lógico a todo aquello. Pasaron algunos minutos antes de que pudiera moverse, de la puerta no había salido nada, ni un solo ruido, nada.

 

Regresando a la actualidad…

Desde ese día las cosas en la casa habían sido un poco extrañas. Sonidos que no salían de algún lugar en específico. Cosas que aparecían en lugares donde Naruto no las había dejado. Era como si la casa quisiera volverlo loco. Tenía que repetirse continuamente que todo era parte de una autosugestión para no caer en la locura.

Llego a la cocina y fue directo al refrigerador. No tenía hambre así que solo se sirvió un poro de jugo de manzana. Tomo su celular y fue directo a la galería de fotos. Lo único que lograba distraerlo en situaciones así eran las fotos de Sasuke y de él juntos. Eso le hacía recordar que pronto estaría de regreso y podría abrazarlo y así no tener miedo.

Fue pasando las imágenes, no importaba cuantas veces las viera siempre le sacaban una sonrisa. Mientras deslizaba su dedo por la pantalla vio algo negro. Paso hacia delante y hacia atrás, aquella parecía ser una foto -¿Qué no la había borrado?- se preguntó ya que le parecía que la había borrado anteriormente. Sin más se fue a las opciones y la borro.

En ese momento la pantalla se ilumino, una llamada y no precisamente de la persona que él quisiera…

-Buenos días Marisa.

-Oh, no es Marisa. Soy su nieto, Sai- dijo una voz masculina que puso un poco inquieto al rubio.

-Sí, te recuerdo- decía Naruto, incluso por teléfono aquella persona le resultaba un poco extraña -¿En qué puedo ayudarte?

-Mi abuela me pidió que te informara que mañana llegaríamos a sacar las últimas cosas de la casa.

-Ah no hay problema, no tengo planes para mañana.

-Perfecto. Lo espero con ansias. Hasta mañana, Naruto.

-Adiós- dijo secamente el rubio colgando la llamada.

Se recostó sobre la mesa, lo que menos quería eran esas personas raras en la casa y más cuando tenía tantas cosas en la mente. Ni siquiera sabía cómo explicarle a Marisa sobre los espejos ya que en su afán de huir no los había cubierto nuevamente. Su curiosidad lo había llevado a un solo desastre. Por lo menos esta seria la ultima visita.

-Ya me imagino regañándome teme- dijo con un poco de gracia agridulce.

 

 

Quinto Mensaje

Naruto veía desde su cocina como Sai sacaba algunas cajas. Se preguntaba si se llevarían los espejos, en realidad él quería que se los llevaran ya que desde que los había visto muchas cosas raras y sin explicación le pasaban y lo peor de todo es que no tenía con quien hablar sobre eso.

-Deberías de tomar un poco de té- dijo una voz ronca y femenina sacándolo de sus pensamientos.

El ojiazul simplemente frunció el seño ya que no sabía a que se refería.

-Para tus ojeras- decía Marisa mientras señalaba con el dedo los ojos del rubio –Se ve que no ha dormido bien últimamente.

Naruto vio a la señora frente a él, a diferencia del nieto ella no le generaba mucha desconfianza así que decidió arriesgarse.

-Es que- hizo una pausa mientras revolvía su cabello –Creerá que estoy loco, pero en las noches escucho ruidos extraños.

-Si, se a cuales ruidos te refieres- dijo la señora sorprendiendo a Naruto que la veía con ojos amplios.

-¿Usted también los escuchaba cuando vivía acá?- pregunto ansioso.

-Si. Al principio me daban mucho miedo- comenzó a narrar mientras tomaba una silla y se sentaba junto al rubio, continuo –Pero luego mi esposo descubrió que todos esos ruidos provenían del ático.

-¡Si si!- comento un poco emocionado al tener a alguien que lo comprendía –Los ruidos que escucho provienen de ese lugar.

-Pero no tienes de que preocuparte. Luego de muchas ocasiones mi esposo fue a investigar y solo encontró un nido de ratas.

-¿Ratas? Pero…

-No pienses mucho en ello y veras como todo mejora- dijo Marisa pasándole una mano por la mejilla al ojiazul.

-Ok. Gracias por sus palabras- Naruto decidió no darle muchas vueltas al tema ya que si era cierto, simplemente era él quien se sugestionaba con la soledad.

Luego de un par de horas Sai termino de sacar todo y Marisa se despidió amablemente de Naruto quedando a la orden de cualquier necesidad que este tuviera.

-Si te sientes solo o simplemente necesitas con quien hablar no dudes en llamarme Naruto. Se que debe ser difícil estar solo.

-Gracias, pero estaré bien.

Ambos subieron al auto y Naruto los despidió con la mano mientras arrancaban el motor, en ese justo momento recordó algo muy importante –Los espejos- no los había visto entre las cosas que se habían llevado. Rápidamente corrió y les dijo que esperaran -¡No se llevan los espejos!- les grito. El auto se detuvo y Naruto corrió hacia ellos.

-Espejos… los espejos del ático, tienen que llevárselos- dijo tratando de tomar aire.

-Si querías despedirte de mi, podrías hacerlo sin mentiras rubiecito- Sai mostraba aquella sonrisa que ponía inquieto a Naruto.

-Yo solo quiero ayudarles, pueden ser valiosos para ustedes.

-Naruto- dijo Marisa desde el asiento del pasajero –Nosotros no tenemos ningún espejo en el ático cariño, todo lo que había lo cargamos al auto.

Aquellas palabras dejaron con un escalofrió a Naruto ¿A que se refería? El los había visto, casi moría del susto a causa de esos espejos.

-Puedes llamarme si necesitas algo, cuídate Naruto- dijo Marisa y dicho esto se despidió gentilmente y Sai continuo con la marcha.

Con esto arrancaba el auto nuevamente dejando a un ojiazul con más preguntas y sobretodo más miedo que respuestas. Entro a la casa, se sentía cansado así que decidió dormir un poco. Se dirigió a su cuarto y como era normal tenía que pasar por las gradas del ático. Últimamente su corazón se aceleraba anticipando que algo fuera a salir cuando pasaba por ahí.

Caminaba y pensaba en que era lo que había pasado ¿Por qué Marisa tendría que mentirle de los espejos? Porque el no estaba ni loco ni drogado como para haber imaginado aquello. Aunque si todo seguía como estaba, si terminaría loco. Revolvió su cabello y vio hacia las gradas, solo había una forma de saber quien mentía. Tomo fuerza y comenzó a subir las gradas hacia la puerta del ático. Al llegar puso la mano sobre la manija de la puerta, su corazón bombeaba en su pecho y sus manos sudaban frio.

Giro lentamente la manija y empujo la puerta haciendo que esta crujiera a cada movimiento. Tal como lo recordaba el cuarto era obscuro con la diferencia que había menos cajas y muebles, esto hacia que el olor a húmedo y viejo fuera más fuerte. Sus ojos rápidamente buscaron al fondo del cuarto y estos se abrieron de par en par al ver que no había nada. Entro al cuarto y busco con la mirada, nada. No había ningún rastro de aquellos dos objetos –Es ridículo, eran enormes- pensaba tratando de buscar una salida, algo de lógica.

Aquello ya no era normal, su cabeza comenzó a dolerle, sus pensamientos se mesclaban y comenzó a dudar de sus propios recuerdos ¿Qué pasaba si aquello en realidad había sido un sueño? No había otra explicación. Marisa había dicho que no existían y ahora estaba comprobando que no había nada. Froto con sus dedos su frente y decidió salir de aquel lugar. Bajo las gradas y entro al baño a buscar una pastilla para su dolor de cabeza. Fue a la cocina por un vaso con agua y se tomo las pastillas. Revolvió su cabello y se quedo unos segundos viendo hacia la nada.

Regreso el vaso al gabinete, quería dormir un poco así que se dirigió al cuarto. Cuando se dio la vuelta algo sobre la mesa llamo su atención. Era una caja ocre. La tomo, no tenia marca alguna, solo la palabra TE al centro. La abrió y habían 10 sobrecitos de té, la acerco a su nariz y aunque no pudo descifrar de que era, su olor era delicioso –Marisa- pensó, ella le había dicho que tomara te para su insomnio, era seguro que ella le había dejado aquella caja.

Calentó una taza de agua y tomo un sobre de té. En cuanto el sobre toco el agua, la cocina se lleno de un delicioso aroma, Naruto dio un sorbo y su sabor igualaba su olor, era dulce y suave. Camino con la taza hasta su cuarto, tomo algunos sorbos, dejo la taza sobre la mesita de noche y se recostó.

El cuarto era totalmente obscuro y todo lo que podía pensar era en Sasuke ¿Donde estaba, porque no le había llamado en todo este tiempo? Estaba frio, froto sus brazos y se sentó en el suelo, de todas formas no veía nada y no sabría por donde ir. Repentinamente unos brazos pasaron sobre los suyos abrazándolo, su corazón vibro en su pecho.

-Sasuke- susurro.

-Na  ru  to- respondió lentamente una voz a su espalda.

Esos brazos se sentían demasiado cómodos y nostálgicos, lo que había necesitado durante todos estos días extraños -¿Dónde habías estado Sasuke?- pregunto casi con un hilo de voz, pero no obtuvo respuesta, pero el abrazo se hacia mas fuerte. Demasiado fuerte.

-Sasuke me estas apretando demasiado- decía el rubio al sentir como sus brazos eran presionados contra su pecho y costados –Sasuke es demasiado- se removió entre ellos pero no pudo salir, era demasiado fuerte y aquello ya no era normal –Sasuke suéltame teme- le exigió con un tono mas elevado pero nada parecía detenerlo. Le estaba costando incluso respirar -¡SASUKE!

(Respiración sobre el oído de Naruto, lenta y fría)

-No    soy    Sa su ke- la voz se deformaba con cada una de las silbas que decía haciendo que la piel de Naruto se erizara por completo.

Todo cambio y ahora estaba en un lugar que conocía muy bien. El ático. Frente a el su mayor temor, nuevamente los espejos cubiertos por aquellas grandes mantas. La persona tras el no lo dejaba y las mantas cayeron al suelo dejando ver de quien se trataba.

-¿Sa..Sai?

-Tu serás mío, Naruto- susurro en el oído del ojiazul y en ese momento el reflejo de ellos en el espejo cambio y la piel de Sai se hacia negra, su cabello se caía y su piel era como si se derritiera quedando solo en los huesos…

Naruto se levanto de un golpe gritando sobre su cama. Su camisa estaba empapada en sudor, su respiración era agitada y todo le daba vueltas en la cabeza. Tardo un par de segundos en estar seguro que ya no estaba soñando y que no había nadie abrazándolo. Vio a su alrededor y todo estaba obscuro, tomo su celular y vio la hora 8:45 PM había dormido demasiado, vio la taza sobre la mesita de noche y recordó el té. Trato de salir de la cama pero todavía se sentía un poco mareado.

De la obscuridad de su cuarto comenzó a escuchar un sonido, un murmuro, un nombre –Naruto- una y otra vez. Aquello comenzaba a volverlo loco. Ya no sabía que era real y que era un sueño. Vio su celular, busco entre sus fotos una donde estuviera con Sasuke, entre las fotos que pasaban entre sus dedos vio una que lo hizo regresarse –Yo la había borrado- pensó mientras veía su pantalla negra, nuevamente. Estaba a punto de borrarla cuando vio algo que era diferente, al centro de la foto había un punto rojo, eso no estaba en la anterior, pensó que probablemente se le había dañado la cámara a su celular. Encontró una foto donde Sasuke lo abrazaba mientras el tomaba la foto haciendo una mueca, como extrañaba esos días.

Salió del álbum y fue a los números recientes, busco el de su novio y lo marco.

(Sonido de llamada)

*Por el momento su llamada no puede ser conectada, deje su mensaje de voz luego del tono*

*Beeeep*

“-Silencio- …… Sé que tu no crees en estas cosas…… pero he estado escuchando ruidos en el ático- Silencio -La señora dice que son ratas….. Pero las ratas no dicen tu nombre por las noches…- Silencio -Espero regreses pronto Sasuke”

*Beeeep*

Al terminar la llamada los susurros alrededor de su cama se hacían más sonoros. Naruto tomo su almohada, se recostó en la cama nuevamente y cubrió su cabeza tratando de escapar de aquellos sonidos. Su nombre no dejaba de sonar en sus oídos con una voz tétrica y desencajada, justo como en su sueño.

 

 

Sexto Mensaje

No sabia exactamente en que momento se había dormido por segunda vez, su cansancio era tal que no le había importado los sucesos extraños de la noche anterior. Se levanto con cuidado, su cuerpo se sentía pesado. Vio a su alrededor y la luz del sol entraba entre las cortinas de su cuarto iluminándolo un poco. El silencio era su mejor amigo en esos momentos, por lo menos su cabeza no dolía.

Bajo los pies de la cama y los puso sobre el suelo. Lo cálido de la alfombra lo confortaba, su cuerpo estaba un poco frio. Revolvió su cabello rubio mientras se levantaba y comenzaba a caminar al baño.

Todo en la casa era silencio, solo se escuchaban sus pasos por el piso de madera. Llego al baño, abrió el grifo del agua y se lavo la cara. Levanto el rostro y vio su reflejo sobre el espejo del baño. Sus ojeras eran cada vez mas oscuras, pero por lo menos anoche había podido dormir un poco –El té de esa señora si que es bueno- reflexiono.

No tenía mucha hambre, así que fue a la cocina solo para prepararse servirse un poco de jugo. Llego a la cocina y fue hacia el pantry, saco un vaso y fue hacia el refrigerador. Sus ojos se abrieron de par en par y el silencio fue interrumpido por el sonido del vaso quebrándose luego que resbalara de la mano de Naruto.

Frente a él habían dos personas en el desayunador. De espaldas estaba Sasuke, reconocería a su novio donde fuera y la otra persona era… -¿Soy yo?- dijo retrocediendo un paso, hubiera parecido que la ilusión había durado varios minutos, pero todo fue en un par de segundos casi en un abrir y cerrar de ojos, luego habían desaparecido.

-Necesito dormir-ttebayo- se dijo mientras se daba unas palmaditas en las mejillas para terminar de despertar.

Vio los pedazos de vidrio en el suelo y comenzó a limpiar, era peligroso dejarlo ahí. Al terminar saco otro vaso y se sirvió por fin un poco de jugo de naranja. Vio por la ventana de la cocina y el sol resplandecía, así que tomo su jugo y salió a ver sus flores, las tenia un poco descuidadas, pero les había puesto un poco de abono, así que tendrían que estar un poco recuperadas.

Llego a la entrada de la casa y la frescura de la mañana toco su piel. Vio a su alrededor y la imagen era desconcertante. Las flores no habían mejorado en nada, incluso las pocas que todavía mantenían sus colores ahora eran solo tallos y hojas secas sin vida. Las flores se habían marchitado por completo -¿Qué hago aquí yo solo?- se pregunto estrujando el vaso en su mano –Todo… todo esta saliendo tan mal- sollozo mientras una enorme nostalgia lo inundaba.

Desde que se había quedado solo todo se había transformado en una pesadilla y sobre todo Sasuke no se había comunicado con él por más de 15 días. No lo comprendía, que tenia de diferente este viaje. No era la primera vez que se quedaba solo desde que su novio había comenzado con las expediciones, tampoco era primera vez que se quedaba solo en la casa. Así que… ¿Qué estaba pasando?

Entro nuevamente a la casa, ya ni siquiera su jardín le daba alegría o color a sus días y el único que podía solucionar todo con solo mencionar su nombre, no estaba –Infeliz, me las pagaras cuando regreses teme- reprocho. Limpio una lagrima que se había escapado del marco de su ojo e inhalando aire, dejo de pensar en sus plantas y todo lo negativo.

Decidió que ese día trataría de no pensar en sus noches raras. Todo estaba en su mente y solo necesitaba dormir, así que esa noche tomaría una taza de té y se olvidaría de todo. Recordó que ahora disponía de un nuevo cuarto y había muchas posibilidades para hacerlo un espacio mas divertido y sobre todo mas iluminado. Desde que se habían mudado las ideas para rediseñar el ático lo habían ilusionado, pero como Marisa nunca sacaba las cosas, nuca lo había podido hacer realidad.

Fue por su libreta de bocetos y regreso a la cocina, era de los pocos lugares en la casa que le daba calidez. Comenzó a dibujar posibles opciones. Recordó que a Sasuke le gustaban los libros, así que la opción de hacer el ático un santuario de libros paso por su mente. También estaba la idea de crear un pequeño centro de entretenimiento, a los dos les gustaban los videojuegos y los juegos de mesa, así que dibujo una mesa de ping pong, dos enormes y cómodos sillones, mesitas, consolas entre muchas cosas más.

Sin darse cuenta había pasado toda la mañana bocetando, su mano le dolía un poco. Tenia como 12 paginas con diferentes conceptos para transformar el ático. Regreso las paginas y comenzó a verlas con detenimiento. Cada una estaba diagramada con las posibles divisiones, accesorios y muebles.

La primera hoja era un cuarto de huéspedes. Habría que ampliar las ventanas para que la luz natural entrara más. Había dibujado un escritorio y una librera así como una mesita de noche a cada lado de la cama. Al lado opuesto de la ventana un enorme espejo y a un lado de este una mesa con un florero. Las paredes tendrían un tono verde menta que le daría al espacio un toque de frescura. Las sabanas y elementos jugarían entre colores blancos y verdes musgo en pequeñas dosis para no saturar el cuarto.

La siguiente hoja era un cuarto de juegos. La idea de las ventanas amplias se mantenía. Era un espacio pequeño así que la iluminación natural era importante. Había dibujado una mesa de ping pong al lado derecho de la ventana y al lado izquierdo un mueble con 3 espacios para sus consolas y 2 espacios largos para sus videojuegos y sobre todo eso el espacio para la T.V. Frente a este mueble, dos cómodos sillones reclinables y con porta vaso para sus días de juegos. Sobre la otra pared que daba al lado opuesto de la ventana, había dibujado un enorme espejo y a un lado de este un mini refrigerador para no tener que ir hasta la cocina por soda o golosinas.

En la tercera hoja había un mini gimnasio. Recordaba como Sasuke siempre hablaba de tener un espacio solo para ejercitarse, así no tendría que pagar por costosos gimnasios. En el dibujo se mostraban 3 maquinas pesadas donde podrían ejercitar los brazos, abdomen y piernas. También una bicicleta estacionaria y una banda sin fin. Al lado opuesto de la ventana, había dibujado un enorme espejo y junto a este un estante para pesas pequeñas.

Pasaría a la siguiente página pero algo llamo su atención. En cada una de las páginas había dibujado un espejo y no cualquiera, cuando presto atención a su boceto simulaba el espejo que había visto en el ático. Había algo que lo perturbaba mas allá del simple dibujo y era que el no recordaba haber dibujado esos espejos. Reviso rápidamente los siguientes bocetos y todos tenían el dibujo del mismo espejo. Cerró la libreta y la tiro lejos de él.

-Espejos, espejos, espejos. Todo había empeorado cuando vio esos malditos espejos- pauso un momento -¿Espejos? Quizá ese sea todo mi problema- dijo el rubio mientras corría a su cuarto por su laptop –Como no lo había pensado antes-ttebayo- se decía al sentirse tonto. Su novio trabajaba precisamente de recolectar ese tipo de objetos. Claro que jamás se le habría ocurrido que tendría uno en su casa.

Al encenderla fue directamente a su navegador y digito “Espejos Malditos” para su sorpresa esas dos palabras lo llevaron a un sin fin de paginas con información variada de espejos, maldiciones y sobre todo algo que lo asusto demasiado, muertes.

De todas las direcciones que había visito una que hablaba sobre un llamado “Espejo Clare” le había llamado la atención más que las otras. Según lo que decían en la página, era uno de los espejos más malditos del mundo y que mataba a cada persona que lo adquiría, según el sitio el paradero del espejo era incierto. Por otra parte también algunos habían ido más allá en las investigaciones y habían descubierto que este espejo no mataba a sus dueños, más bien se los comía.

Algunos habían comentado que la expresión “comer” estaba mal usada y que era más apropiado un “capturar”. El espejo Clare capturaba las almas de las personas que llegaban a adquirirlo. Muchos habían pensado que era un objeto pequeño y que si lo destruían terminarían con la maldición. Pero una persona en todo el foro que Naruto leía había posteado algo que lo perturbo.

Según sus propias investigaciones decía que ese no era solo un espejo, si no, todos los espejos. Según su teoría el Espejo Clare podía ser cualquier espejo que quisiera si se hacia el ritual adecuado. Nadie le había puesto atención a su comentario pero a Naruto pareció interesarle.

Siguió investigando y se dio cuenta que los espejos por si solos son pasajes o puertas a otras dimensiones o mundos astrales. Encontró juegos, rituales o simplemente leyendas urbanas con respecto a estos objetos que solo lograron asustarlo más. Pero algo tenía claro, en su situación los espejos eran su peor enemigo.

-Eso es, los espejos. Debo cubrirlos- se dijo determinado.

Cerró la laptop y comenzó a buscar mantas para cubrir cada uno de los espejos de la casa. Todavía no sabía si aquello funcionaria pero estaba dispuesto a intentarlo. Ya casi era de noche, lo bueno era que no tenía muchos espejos en la casa así que no tardó mucho en completar la misión.

Cuando llego al espejo de su cuarto, el que estaba en su ropero. Comenzó a cubrirlo cuando por una de las esquinas todavía libres vio algo. Dejo caer la manta y giro rápidamente, pero no había nada. Se mantuvo un tiempo viendo, inspeccionando su cuarto y cada rincón pero no había nada. Tomo la manta del suelo y giro para cubrir el espejo. Su corazón casi se detiene cuando vio sobre el vidrio la huella de una mano que se desvanecía lentamente. Vio su celular sobre la cama y se dirigió a el. Busco rápidamente el último numero marcado y espero…

(Sonido de llamada)

*Por el momento su llamada no puede ser conectada, deje su mensaje de voz luego del tono*

*Beeeep*

“Sasuke… Sasuke… hoy estoy más que seguro que lo vi…  si se que lo vi…. Están en los espejos… tengo que alejarme de los espejos…. La señora me dijo que son inofensivos…. Pero todas las noches escucho eso en el ático…. Los espejos… tengo que cubrir los espejos…..”

*Beeeep*

Tomo fuerza y termino de cubrir el espejo, estaba seguro que había visto algo pasar y luego esa mano. Ahora estaba un poco mas seguro de sus hipótesis, la culpa la tenían los espejos y no la casa. Con la amenaza supuestamente controlada, Naruto regreso a la cocina y se preparo una taza de té. Regreso a su cuarto, dio unos cuantos sorbos de té y se recostó listo para poder dormir un poco.

Lo malo de esa noche fue que Naruto dormía, lo bueno era que no veía todas las cosas tenebrosas que pasaban a su alrededor.

 

 

Notas finales:

Y eso fue todo por el momento. Espero les haya gustado y me den su opinion! Sus comentarios son importantes para mi :)


Un abrazo!

Noctis.


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