Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Errores encadenados por Paz

[Reviews - 120]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He agregado una nueva advertencia para que no os pille de sorpresa, era algo que no tenía intención de escribir, pero que me surgio así.

Me ha costado un montón escribir el final de este capítulo... aún así no estoy conforme como ha quedado, se que le falta algo más pero no encuentro las palabras justas para dejarme satisfecha, ya que me es complicado explicar una violación... estoy segura que sabréis perdonarme cortarlo de una forma tan brusca.

Agradezco vuestros comentarios y los contestaré apenas suba la actualización.

Errores encadenados

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 18 De criminal a víctima

 

Los golpes retumbaban dentro de su cabeza, machacándole, se removió inquieto en su cama, deseando que ese sonido molesto cesara, pero en lugar de eso aumentaban haciéndole sentir como dentro de su cabeza hubiera un redoble de tambores. La pesadez que sentía le auguraba que había pasado una noche bebiendo incontrolado y la resaca le estaba pasando factura. Sus piernas estaban enredadas en las sábanas al tiempo que percibía una sensación de frescor en todo su cuerpo.

 

Sin abrir los ojos intento recordar que había hecho la noche pasada para despertar con dolor de cabeza, su recuerdo más cercano era haber llegado al hotel, una sonrisa abarcó sus labios mientras se relamía al ver en su mente el rostro del chico siendo reemplazada por una mirada dura en un semblante serio, al instante se agolparon en su mente imágenes que como si fueran una película fueron desfilando ante él, ahora lo recordaba, le había forzado a punta de pistola a tomar Rohypnol, al instante de pensarlo supo que había sido engañado, si así fuera no hubiera recordado lo sucedido, lo que fuera que le dio, solo pretendía asustarle, y avergonzado consigo mismo supo que lo había conseguido, se sentía humillado al recordar que no tuvo control sobre su vejiga.

 

Recordaba que no había probado alcohol la noche anterior, sin embargo, su sentido del olfato percibió el aroma del whisky rodeándole, alzó la cabeza al tiempo que se giraba en la cama, ese movimiento fue suficiente para que su estomago diera un vuelco y a su garganta subiera una arcada que le movilizó tirándose de la cama y yendo hacia el inodoro donde hundió su rostro mientras descargaba el escaso contenido de su estomago, un líquido amarillento con un regusto amargo, cuando nada quedo, se alzó para enjuagarse la boca. Al salir del aseo se inmovilizó a la vista de las personas que allí estaban contemplándolo como si fuera un bicho raro, la mujer tenía la mirada desorbitada, llevando las manos al rostro, uno de los hombres le miraba al rostro imperturbable, el otro cámara en mano le deslumbraba con los rápidos flases de las fotos que estaba sacándole.

 

 Con un arrebato de ira avanzó hacia el fotógrafo para arrebatarle la cámara, como previniendo su intención retrocedió evitándole, saliendo corriendo de la habitación, el chillido de la mujer y su mirada sobresaltada le hizo mirarse a si mismo

 

-¡¡¡Shimata!!! –exclamó darse cuenta que estaba desnudo y empalmado, retrocedió al interior del aseo para recoger un albornoz y ponérselo- ¿Qué hacen aquí? –preguntó con expresión tranquila, como si nada fuera de lo común pasara.

 

-Usted pidió que subiéramos a despertarle a las ocho. –dijo imperturbable el hombre uniformado.

 

-¡¡Ah si!! –Murmuró a regadientes- Gracias... –“ese bastardo no ha tenido suficiente con asustarme, tenía también que humillarme, pero, ¿qué pretendía realmente?” –Pensaba, sin lugar a dudas esa llamada procedía de la misma persona- ¿Por qué me hizo creer que estaba drogándome? Bueno, lo hizo, pero no con lo que yo creía. Él no podía saber que utilizo con frecuencia esa pastilla, que me gusta follar con cualquier del equipo contrario cuando perdemos. Siento la necesidad de sentirme por encima de ellos, aunque tampoco me niego a follarme a cualquier incauto que accede a subir a la habitación, supongo que al ser el único extranjero prefieren que no comporta la habitación con cualquiera de mis compañeros, no me importa que decidan dejarme solo,  su decisión favorece mis intereses. Seguro que esto se sabrá y dejaré de tener el privilegio de disponer de una habitación para mi solo –monologaba frustrado.

 

El encargado de mantenimiento de ese piso hizo una seña a su empleada para que saliera, antes de hacerlo él, echó una última mirada fijándose en el lecho deshecho, en la botella vacía tirada, en la mancha sobre el enmoquetado, no pudo evitar que en su rostro apareciera un gesto de desagrado, clientes así eran desagradables.

 

Al quedar solo también miró el estropicio general, su integridad iban a quedar por los suelos si la opinión publica llegaba a especular acerca de lo que había pasado entre esas cuatro paredes. Tenía en claro una cosa, esas fotografías iban a arruinar su imagen. No podía saber que aquello solo era el principio de un día nefasto y que en el transcurso del mismo seguirían cayendo sobre sus hombros calamidades tras calamidades.

 

-¡¡¡Maldito seas!! –dijo alzando el puño en alto, si ese individuo estuviera delante le hubiera destrozado su maldita cara de embaucador, sin recordar que tuvo la oportunidad de hacerlo y no fue capaz de reaccionar.

 

Dejo de lado su actitud al recordar que el autocar del equipo pasaría a recogerlos a las diez y media, disponía de tiempo suficiente para darse una ducha y bajar a desayunar.

 

El comedor estaba abarrotado, prácticamente no quedaban mesas libres, por lo que no tuvo otra que dirigirse hacia la mesa de unos compañeros.

 

-Buenos días –saludó- ¿Esperáis a alguien? -preguntó ante la silla que veía libre.

 

-No… -respondió uno de ellos. Ocupo el sitio libre y al momento apareció un camarero para servirle.

 

Comió todo con autentico apetito, ya que la noche anterior no había probado bocado, en circunstancias normales, sus compañeros de mesa le hubieran dado conversación, en cambió ahora los tres permanecían callados, fue entonces cuando observó las miradas maliciosas dirigidas hacia su persona, supo que algo iba mal cuando comenzó a ver, no solo las miradas sino que también apartaban las suyas al hacer contacto con ellas.

 

Fue consciente que todos estaban enterados que se había corrido una juerga en su habitación, no le importó que pensaran eso. Era preferible a que supieran que fácil era embaucarle. Era consciente que no había sufrido menoscabo físicamente porque recordaba lo sucedido la tarde anterior. ¿Por qué entonces le hizo creer que le daba la píldora del olvido? Por un lado era una satisfacción saber que no abusó de su indefensión. Todavía se preguntaba el motivo que había llevado a ese tipo a amenazarlo y drogarle. ¿Qué quería de él? ¿Qué buscaba? Cuando recogió sus cosas no había notado que le faltara algo, además que durante sus viajes con el equipo no llevaba nada de valor, ni intrínseco ni sentimental. La actitud de ese tipo era incomprensible.

 

***********************

 

Llevaban más de dos horas circulando por la carretera. Sus compañeros estaban muy entretenidos, yendo de un lugar a otro por entre los asientos para charlar entre ellos, el sonido de sus voces se alzaba por encima de todos, al principio se había entretenido escuchando las diversas conversaciones, interviniendo si se daba el caso, sin embargo, después de tanto tiempo ya empezaba a cansarse y con el cansancio llegaba el  aburrimiento. Pensó que podía distraerse un rato mirando su correo, por lo que sacó su portátil, con él bajo el brazo se fue al final del autocar, buscando un lugar un tanto alejado del barullo general. Los últimos cinco  asientos del final estaban desocupados, por lo que apoyando la espalda en el cristal y con las piernas estiradas sobre los asientos puso su ordenador sobre sus muslos abriéndolo. Apenas vió el escritorio se fijó en un icono de juegos, sin dudarlo pinchó en él y se concentro en jugar al ajedrez contra su PC, aislando de todo y de todos, solo le sacó de su concentración cuando apareció un icono avisándole que acababa de recibir un e-mail. Estaba esperando que su abogado se pusiera en contacto con él, así que dejo el juego para enterarse de las novedades que tuviera. Se fijo que tenía unos cuantos correos sin abrir, le echo una rápida ojeada a los asuntos, tenía uno de su hermano, también su madre le había enviado unos cuantos, no había ninguno de su abogado, hubo uno que llamó su atención porque lo que allí estaba escrito lo recordaba muy bien. “vaso o….

 

Se apresuró a abrirlo, leyendo lo que allí estaba escrito.

 

-“Retira la demanda contra Rukawa-san.”

 

Allí estaba la razón de aquella pantomima.

 

Mentó a ese desgraciado con todos los adjetivos que era capaz de recordar, sobre todo cuando vió las imágenes que le había sacado, no tenía ninguna duda que había más y que saldrían a la luz si continuaba adelante con la demanda. Levantó la mirada del teclado y la fijo en el cristal de enfrente, sin ver el paisaje que veloz se deslizaba ante sus ojos, sus pensamientos estaban centrados en un cuerpo de piel lechosa, estrecho y caliente, suave como un guante alrededor de su miembro, que gemía y se estremecía ante sus embestidas, en ningún momento le importó preguntarse como era posible que estuviera embarazado, tampoco si el bebé era suyo o no, solo deseaba poseer una y otra vez ese cuerpo de ensueño, escuchándole gemir bajo él, dominándole por eso presentó su demanda, si tenía la certeza que era suyo podía tenerlo con todas las de la ley, porque estaba seguro que si le decía que se quedaba con el crío él vendría incluido en el paquete. Esa jugada era genial, perfecta para tener a Rukawa solo para él, y ese desgraciado había arruinado sus bien cuidados planes para volver a poseerlo, se apresuró a poner mandarle un correo a su abogado para que retirara su demanda de paternidad.

 

Imbuido en sus pensamientos tardó unos minutos en darse cuenta que en el interior del autocar el silencio era inquietante.

 

Volvió la cabeza hacia delante, asomándose por encima del respaldo. Los vió formando un abigarrado grupo alrededor de uno de los asientos, apoyados unos sobre las espaldas de los demás, se dio cuenta que estaba mirando algo sumamente interesante, porque el silencio era total, supuso que estarían mirando fotos de tías guarras para luego cascársela con su recuerdo.

 

Como si hubieran leído su pensamiento, sus compañeros miraron en su dirección, durante unos segundos sus miradas le molestaron.

 

-¿Qué estáis viendo? –preguntó intentando parecer interesado.

 

-Míralo tú mismo… -dijo uno de ellos.

 

Su tono de voz le hizo saber que no debía ser nada bueno para él. Una vez más las miradas maliciosas se posaban en él, intentando mostrarse relajado, se levantó y fue hacia el grupito, cuatro de ellos ocuparon los asientos para permitirle acercarse.

 

Al llegar a su altura el portátil que uno de ellos sostenía giró en su dirección.

 

Había querido no haber visto aquellas fotografías, pero allí estaban, las que ese maldito fotógrafo le sacó cuando le despertaron en la mañana invadiendo su intimidad. Había tenido el descaro de publicarlas en la sección digital de un conocido periódico que se alimentaba de chismes acerca de diversos deportistas, pocos se salvaban de ser mencionados en esa publicación, preguntándose a veces si no sería todo inventado para vender, ahora fijándose en las imágenes que publicaban de él, supo que algo de verdad había en todo lo que contaban. Una de sus fotografías era muy humillante, aunque había colocado un circulo alrededor de sus partes pudendas, por la posición se advertía que estaba eréctil.

 

-No sabía que soy tan importante para aparecer ahí –dijo intentando no parecer molesto y dando media vuelta regresó a su asiento, solo entonces, cuando tuvo su portátil buscó esa pagina para ver la noticia completa, consiguiendo que se enfureciera con cada frase que leía, pero también los murmullos de sus compañeros le indicaba que él era el tema de conversación, que fueran sus compañeros los que hubieran visto esas imágenes le humillaba aún más, porque siempre que coincidiera con ellos recordaría que le habían visto.

 

Cuando llegaron a su destino respiró con alivio.

 

En el hotel donde los alojaron le asignaron compartir la habitación con dos compañeros, lamentaba no poder estar solo, pero sabía que había empezado mal el día y que no le convenía protestar. Johnson era afroamericano de tercera o cuarta generación con el que se llevaba bastante bien y Wagner solía ser un chico tranquilo, buen jugador por lo que no tenía sentido renegar de su presencia.

 

Les dieron tiempo suficiente para que se acomodaran y se refrescaran antes de llevarles al estadio para conocerlo y llevar a cabo un precalentamiento antes de enfrentarse a sus nuevos rivales, llevaban un poco más de media hora cuando se presentaron, también ellos comenzaron a precalentar, les dejaron uno de los aros libres.

 

Estaba convencido que sus compañeros olvidarían lo que habían visto, pero al parecer se había equivocado, cuando el entrenador les llevo hacia su vestuario para darles las últimas indicaciones, se sintió observado, criticado y remirado por todos los que se cruzaban con él, en algunas miradas veía deseo y solo esas conseguían animarle aunque no respondía a ellas porque aún era pronto para olvidar la vergüenza que sentía, si bien intentaba mostrarse desenvuelto ignorando las miradas que le desnudaban.

 

Era consciente que tenía un cuerpazo que muchos desearían poseer, pero era tan discreto con sus amantes que ninguno de sus amigos, conocidos o compañeros conocían su orientación sexual, también tenía sus habituales desahogos sexuales, que solo duraban el efecto de una pastilla.

 

Aparento no darse cuenta y su tranquilidad se mantuvo durante el partido porque todos estaban concentrados en las jugadas y no en recordar las denigrantes imágenes, al punto que también él olvidó el malintencionado artículo que había leído para centrarse en el juego.

 

Esa tarde se alzaron con el triunfo y aunque no era la final de la temporada, el entrenador les comento cuando estaban de vuelta en los vestuarios que el dueño del club les invitaba a una pequeña fiesta en uno de los salones del hotel donde se alojaban.

 

 

 

***********

 

La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada, la mayoría había bebido en excesivo, otros en cambio cuando el ánimo decayó salieron del salón en busca de diversión fuera del hotel.

 

Maki continuaba solo, apoyado en una columna del salón, bebiendo en solitario y fijándose en unos y otros. Al principio, comieron y bebieron en exceso, la alegría de todos era contagiosa y él se mantuvo al nivel que esperaban, la mayoría eran hombres, sus novias y esposas les seguían de ciudad en ciudad y ahora participaban de la algarabía general. La música se dejaba oír los músicos estaban sobre una tarima e iban desgranando partitura tras partitura, sintonías alegres o románticas,  las parejas se lanzaron a la pista improvisada y danzaban sin parar.

 

Cuando el ambiente se volvió muy romántico y las diversas parejas comenzaron a bailar muy juntos, aquellos que estaban solos comenzaron a desfilar hacia la salida del salón.

 

Entre estos vió marchar a Johnson, que había pasado su enorme brazo alrededor de los hombros de Wagner, llevándole casi a la fuerza, al menos eso le pareció a él, cuando pasaron cerca de la columna donde estaba apoyado le escuchó decir que iba a buscar una prostituta para follársela hasta que le saliera su leche por todos sus orificios, escuchó el sonido de una silla al correrse y vió que otro más se apuntaba a lo mismo.

 

-¿Vienes, Maki? –preguntó Johnson.

 

-No… ya he tenido suficiente por hoy…

 

-Tú te lo pierdes… -los tres se marcharon y él continuó bebiendo solo mientras se decidía o no a volver a su dormitorio.

 

Finalmente se apartó de la columna que le sostenía y dio un paso, sintió como su cabeza se iba, como si la habitación estuviera girando alrededor de él. Se tambaleó, intentó encontrar algo de estabilidad y poco a poco lo consiguió. Comenzó a moverse hacia la puerta, la atravesó sin dificultad, no se veía a nadie ni el vestíbulo y ni en la recepción dirigió sus pasos hacia el ascensor, pestañeo con fuerza para fijar la mirada en el tablero, estiró su dedo índice hacia uno de los números y lo pulso, una sonrisa tonta asomó en sus labios, solo que él no lo supo, las puertas se cerraron y el ascensor se puso en marcha, su estómago dio un vuelco y sintió una fuerte nausea y sin saber lo que hacía dejo que su estómago se vaciara. Sintiendo un tanto mejor consiguió llegar hasta su habitación, atravesó la pequeña estancia, donde destacaban tres camas, se dejó caer sobre la primera de ellas, apenas su cabeza reposó sobre la almohada entró en un sueño profundo.

 

Muchas horas más tarde, no podía recordar como había conseguido llegar hasta la habitación, lo que si tenía muy vivido era el despertar y no porque tuviera resaca, sino porque fue despertado de un modo bastante brusco y estaba siendo abusado.

 

Su mente continuaba embotada por el alcohol que había trasegado sin control, pero aun así fue consciente que estaba siendo despojado de su ropa sin ningún cuidado, al tiempo que le atravesaban en sentido contrario al que estaba acostado. Sus reflejos fueron muy lentos y sus movimientos no tenían la fuerza necesaria para impedir que consiguieran lo que se proponían. No podía saber cuántos eran, porque sentía muchas manos sobre su cuerpo, iba a gritar cuando se le metieron un trapo en su boca silenciándole.

 

Se ahogaba y comenzó a respirar con fuerza por su nariz, la oscuridad era completa y no podía ver nada, giró la cabeza intentando mirar hacia otro lado, no veía nada, solo entonces fue consciente que una venda cubría sus ojos, consiguiendo así que no viera a sus agresores y así no pudiera identificarlos. Eso podía indicarle que podían ser conocidos, ese pensamiento le asustó aún más, porque si así era estaba perdido, podían seguir abusando de él amparados en el anonimato.  

 

Estiraron sus brazos por encima de su cabeza, se removió intentando soltarse, pero no pudo, aumentaron la tensión tirando de ellos con más fuerza sintiendo que iban a dislocárselos, sentía el agarre de sus piernas a la altura de los tobillos separándolas en sentido contrario con excesiva fuerza, abriéndole todo lo más, si tenía alguna duda acerca de lo que pretendían, aquella posición era harta conocida. Se sacudió queriendo quitárselos de encima, pero aún estaba bajo los efectos del alcohol y con sus torpes  movimientos solo conseguía excitarse al frotarse su miembro contra el borde de la cama una y otra vez, sentía una fuerte presión contra su espalda, como si un peso enorme estuviera sobre ella, su mejilla rozaba el otro costado de la cama, su cabeza caía en dirección al piso, intento levantarla, la postura forzada de su cuello le obligo a desmadejarse, quedando laso sobre el lecho, sin moverse, ya que no podía ver nada intentaría identificar las voces.

 

-Sujetarlo bien para que pueda romperle ese culito respingón que tiene. –dijo una voz ronca.

 

Tembló al escucharla, la coherencia de sus pensamientos cesaron cuando su cuerpo fue violentado, el intenso dolor lo traspaso, su grito se ahogó en el paño dentro de su boca, su cuerpo se estremeció con violencia y sus lágrimas escaparon de sus ojos sin que pudiera evitarlo. Las profundas embestidas le estaban destrozando, su ano palpitaba, el dolor desgarraba su cuerpo, su último pensamiento antes de hundirse en la oscuridad más profunda fue que su vida acababa esa madrugada, engrosando las listas de las estadísticas de víctimas por abuso sexual. Demasiado tarde comprendía que la vida es un toma y daca, su momento de pagar le había alcanzado.

 

Su pérdida de conciencia fue bienvenida.

 

Continúa en el próximo capítulo…

 

 

Notas finales:

Puedo adelantarles que el siguiente capítulo esta casi acabado y en él encontrareís algo más que la confesión de Hanamichi acerca de su paternidad, con toda seguridad el viernes cinco podre subir la nueva actualización.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).