Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Errores encadenados por Paz

[Reviews - 120]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He tardado un poco más en actualizsar, pero aquí tenéis un capítulo un poco más largo que los anteriores.

Errores encadenados

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 20: Mi nueva familia. La muerte de Mitsui

 

La inesperada interrupción les separó a medias, de refilón vió que se trataba de sus padres, turbado Kaede ocultó el rostro en su cuello de su prometido.

 

-¿Interrumpimos? –preguntó con una sonrisa Rukawa-sama.

 

-Para nada, futuro suegro –le respondió con diversión haciéndoles saber así su compromiso.

 

-¡¡Cariño, felicidades!!! –se acercó por el otro lado de la cama para ver el rostro feliz y sonrojado de su hijo.

 

-Gracias, mamá.

 

-¿Cuándo os habéis decidido? –preguntó pasando su mano por el hombro de Kaede con una expresión resplandeciente.

 

-Unos segundos antes que entrarais –dijo ruborizado.

 

-Gracias… -dijo Rukawa-sama estrechando la mano de Sakuragi.

 

-Soy yo quien tiene que dártelas,  me habéis dado un hermoso regalo. –dijo sin apartarse del cálido contacto de su amor.

 

-Enhorabuena. –paso sus manos por la espalda de ambos estrechándoles en un mismo abrazo.

 

Cuando la emoción del momento cedió un poco Kaede quiso saber el motivo de porque la policía les llamó.

 

-¿Qué motivó que te hicieran acudir a la comisaría? –inquirió con expresión preocupada.

 

 

 

-¿Vieron a Frank? –intervino a su vez Hanamichi

 

-Si, fue su hermano quien nos llamó, al parecer no conseguía contactar contigo. –miró al pelirrojo.

 

-Vine directamente del aeropuerto y me olvidé encenderlo.

 

-Te agradezco lo que has hecho por Kaede…, estaba muy nervioso con el asunto de las demandas. –comentó Rukawa-sama pretendiendo hacer olvidar a Kaede el porque tuvieron que ir al departamento policial.

 

-Era algo que debía hacer rápido, no tenía sentido alargarlo.

 

-Hanamichi tuvo que desplazarse a Kanagawa para que quitaran una de ellas. –dijo Kaede llevando su mano a su mejilla y luego posando sus labios en su palma abierta a modo de agradecimiento.

 

-¿Cómo se te ocurrió ir allí? –preguntó Rukawa-sama perplejo, había creído que intentaría contactar con los abogados que llevaban ambos casos.

 

-Conozco a Sendoh Akira, pensé que era mejor dar la cara y solo podía hacerlo yendo a verle personalmente. –Comentó Hanamichi- Por cierto, me ha pedido que alguna vez fuéramos a verle, le gustaría conocerte y también a nuestra niña.

 

Kaede frunció el ceño, pero enseguida pensó que ya no podía hacerle ningún daño yendo con su esposo.

 

-¿Y acepto así sin más apartarse? –Preguntó curiosa la señora Rukawa- ¿Se justificó de algún modo? –se sentía molesta por el malestar había ocasionado en su hijo.

 

-Los motivos que tuvo para hacerlo no son de mi incumbencia, solo se que él solamente se aprovechó de las circunstancias, porque fui yo quien le dio esa oportunidad.

 

-¿Qué quieres decir? –se sintió mal al observar la expresión apenada del pelirrojo, hubiera deseado no haber abierto la boca- No importa… no digas nada… -estiró la mano apoyándola sobre la del joven- Discúlpame… he redirigido hacia ti mi frustración, me he sentido mal porque el dolor de Kaede es el mío propio.

 

-Si que importa… todo lo sucedido fue por mi causa…  si yo no hubiera… -unos dedos se posaran en sus labios acallándole.

 

-Ssshhh… no hay mal que por bien venga… -musitó- Te tengo a ti y pronto ella nos hará compañía y sabes ¿por qué? –preguntó mirándole a los ojos.

 

-Porque siempre actuó sin pensar…

 

-También por eso… y yo me alegro que no lo hicieras, -le dedicó una dulce sonrisa- así que deja de sentirte culpable, porque nunca… nunca voy a reprocharte lo que hiciste, era tu trabajo y gracias a eso estamos juntos.

 

-¿Qué nos hemos perdido? –preguntó Rukawa-san mirándoles sorprendido.

 

-Ya tendremos ocasión de contarlo… ahora quiero saber ¿por qué te llamó la policía? –la mirada que le dirigió le hizo saber que no habían conseguido hacerle olvidar lo que interesaba conocer.

 

-La policía ha dado con los asesinos de Mitsui… -comentó resignado.

 

Kaede y Hanamichi se reacomodaron sobre la cama para escuchar el relato.

 

-No es mucho lo que nos dijo. Al parecer fueron unos moteros…, les detuvieron por una infracción, les llamó la atención que uno de ellos llevaba un Rolex, cuando vieron la dedicatoria le interrogaron y consiguieron que se derrumbara, dijo que fue un accidente, que solo querían llevarse el coche durante unas horas, pero que se les fue de las manos y que su muerte fue accidental.

 

Hanamichi advirtió por su tono de voz que Frank le habría contado mucho más, decidió que iría a ver a Frank para conocer todos los detalles.

 

***********************

 

Algunos meses atrás…

 

Se habían adelantado unas cuantas millas del grupo, circulando a toda velocidad sobre las dos ruedas de su moto, iban en busca del diversión, últimamente se aburrían porque el jefe no quería llamar más la atención de lo que conseguían llegando a ciudades pequeñas al ronroneo de sus motores. Eran un grupo pequeño, apenas unos veinte, y no todos llevaban su propia moto, él y su hermano se turnaban llevando su WLA, una maquina con historia propia.

 

-Earl, detente… -dijo a poco de pasar una estación de servicio.

 

-¿Qué pasa ahora? Otra vez quieres meneártelo –dijo bufando.

 

-He visto mustang convertible… quiero montarlo.

 

-Estás loco, Dave.

 

-Solo por ti… -dijo pasando su mano por debajo de su cazadora de cuero, con el emblema de su grupo en la espalda, un gavilán en posición de ataque.

 

-No hagas eso, ¿quieres que nos matemos? –preguntó dando un ligero viraje hacia la izquierda.

 

-Bien sabes que no… no encontraría a nadie que me consuele…

 

-Si estás muerto no lo necesitas  -dijo dejando aparcada la moto a resguardo del sol que caía a plomo.

 

Entraron al local fijándose en que la barra estaba ocupada en su totalidad por camioneros y que en las mesas había algunas familias.

 

-¿Quién te parece que es su dueño? –preguntó Earl, una copia exacta de su hermano Dave, ambos rubios y de ojos azules, y con los cabellos recogidos en la nuca.

 

-El tipo que esta solo no deja de mirar hacia fuera –observó Dave.

 

-Vamos a comprobarlo –dijo Earl sabiendo que su hermano no dejaría pasar la ocasión de divertirse un rato. A veces sus juegos eran demasiado macabros, pero reconocía que le gustaba como era, porque la afinidad era mutua.

 

-¿Podemos sentarnos contigo? –le preguntó Dave con su mirada más inocente, había notado que el tipo se había fijado en ellos, tal vez porque al ser gemelos eran como dos gotas de agua.

 

Se apresuró a sentarse frente a él moviéndose hacia el interior para dejarle sitio a su hermano, cuando tras ver que el local estaba lleno. 

 

La camarera se acercó a ellos, quienes para hacer tiempo pidieron uno de los menús. Mientras el tipo comía ignorándoles se fijaron que se trataba de un hombre joven, no debía pasar los treinta supuso Earl  sin apartar la mirada de él. Su hermano era muy alocado y que se descontrolaba a menudo, por eso estaba él ahí para impedirle que se desmadrara en exceso. No es que él fuera un santo, ni mucho menos, pero tenía la sangre menos caliente que Dave, quien en ese momento, sin tener en cuenta las consecuencias le estaba hablando, sin obtener respuesta, como si se hubiera abstraído tanto que no fuera consciente que le estaban hablando, al poco alzó la cabeza y les miró como si fuera la primera vez que les veía.

 

-¿Es tuyo ese coche? –repitió Dave señaló con el pulgar hacia donde estaba ubicado.

 

-No…, tengo que entregarlo en Bakersfield.

 

Por su tono de voz le dio la impresión que estaba cubriéndose las espaldas no parecía dispuesto a aceptar lleva pasajeros.

 

-Que coincidencia, nosotros vamos cerca… ¿podrías acercarnos? –Dave se mostró entusiasmado, ajeno a la poca disponibilidad del tipo.

 

-Lo lamento no puedo, me insistieron mucho en que no subiera a nadie.

 

-No lo sabrán si lo haces. –insistió Earl dispuesto a ayudar a su hermano para que se diera el gusto.

 

 -Lo sé yo… y para mi es suficiente.

 

-Por supuesto… -dijo Earl como si aceptara su negativa, por debajo de la mesa apretó el muslo de Dave para acallar su protesta.

 

Como si todo estuviera dicho y no necesitaba seguir allí, le vieron levantarse y dirigirse hacia la caja para pagar su menú.

 

-¡Earl…!

 

-Déjale marchar…, le seguiremos, ¿recuerdas hacia donde conduce esta autopista? –ante la mirada desconcertada de su hermano le aclaró- La autopista cruza un páramo desierto de bosque, lomas y carreteras secundarias

 

Dave sonrió y juntos dirigieron la mirada hacia el exterior, atentos a su partida, solo entonces cuando le vieron incorporarse a la carretera, dejaron un par de billetes sobre la mesa con el menú sin consumir y se marcharon, sus compañeros les habían alcanzado y la mayoría estaba repostando.

 

En ese instante, se sintieron satisfechos de haberlo hecho antes, porque si no hubieran perdido la pista del mustang.

 

Al parecer el tipo no les había engañado en ese sentido, seguía avanzando hacia el norte, dejaron atrás el lago Castaic y la presa con el mismo nombre y también la ciudad levantada entre la Autopista 5 y la carretera 176

 

Durante un par de días le dejaron circular tranquilo, hasta que vieron que se aproximaban al desvío de la vieja carretera Golden, la que conducía al lago Pirámide, siendo sustituida por la Autopista 5 si mal no recordaba la carretera aunque estaba parcheada, era un tramo adecuado para que Dave pudiera darse el gusto de sentir bajo sus manos lo que era llevarlo.

 

El tipo cometió el error de apartarse de la autopista para vaciar su vejiga en un desvío, un poco apartado de la misma, dejo el coche solo buscando hacerlo tras unas rocas, cuando escuchó el motor de su moto apareció apresuradamente intentando acomodarse la bragueta del pantalón.

 

Al ver su mirada supo que les había reconocido.

 

-¡¡Qué casualidad, volvemos a vernos!! –dijo Earl con expresión divertida.

 

Algunos minutos después Dave circulaba por la parcheada carretera ajeno a las curvas de la misma y a los alargados baches que no facilitaban la conducción, aún así su hermano estaba disfrutándolo. Llevaba atrás como paquete al tipo que no estaba muy satisfecho con el cambio de vehículo.  Había que tenido que detenerse para evitar que siguiera gritando para llamar la atención de los conductores cuando en algún tramo a pocos metros se les veían ir en sentido contrario al suyo, se vió obligado a meterle un pañuelo echo una bola dentro de su boca de manera que no se viera.

 

-Ahora mantente tranquilo y cuidado lo que haces con las manos, si no quieres que te las ate también –le advirtió dándole una palmadita en la hinchada mejilla.

 

A poco alcanzó a su hermano que seguía su rauda carrera, si continuaba así iba a caer dentro del lago. Afortunadamente, esa tarde eran los únicos que circulaban por allí, en algunos tramos la altura del terreno y los setos a los costados les ocultaban de los que circulaban a su derecha por la concurrida autopista y en otros estaban tan próximos que podían verse las caras.

 

Mas adelante alcanzó a ver las lejanas lomas cubiertas aún por capas de nieve sin deshelar.

 

A su izquierda, dejo atrás la carretera que conducía a “Camp Verdugo Oaks”, no se veía ningún coche en las proximidades, con suerte la chiquillada de Dave no tendría consecuencias, excepto ese tipo, un testigo molesto y que al parecer no iba a conformarse con quedarse callado.

 

De ahí en adelante, ya no habría más signos de vida, excepto las lagartijas bajo las piedras, por la hora, podían quedarse a pasar la noche junto al lago y marcharse temprano a la mañana siguiente, tomando uno de los caminos secundarios que permitían el acceso a la autopista.

 

A medida que iban avanzando las lomas a su alrededor parecían más altas y el rugir de sus motores atronaba la tranquilidad del desierto páramo.

 

Verde y rojo en la vegetación, marrón la tierra, así era todo el camino que habían ido dejando atrás y el mismo que les esperaba por delante, a veces en el arcén podía verse la nieve, donde el sol no llegaba.

 

Caía la tarde cuando llegaron a las proximidades del lago, estaban en un lugar expuestos a la vista de cualquiera que pasara por la Autopista 5, y más aun de los asiduos visitantes para pasar un rato agradable junto al agua, tuvieron suerte y las orillas se veían desiertas.

 

Earl había dejado el coche con las llaves puestas y la portezuela abierta. Detuvo la moto y descendió, tiro de la mordaza al fijarse que sus labios se estaban poniendo azules, un poco más y se habría ahogado. Le agarró de la hombrera de la chaqueta y le hizo desmontar, dejándolo caer al suelo de tierra, allí convulsionaba mientras boqueaba para llenarse los pulmones de aire, de espaldas a él continuaba tosiendo y respirando ansioso.

 

-¿Qué hay? –preguntó Earl regresando, terminando de cerrar la cremallera de su pantalón al verle tirado junto al coche, fuera de la vista de cualquiera que pasara por la carretera.

 

-Se me fue la mano con la mordaza. Te lo dejo a tu cuidado, no tardare.

 

-Cuidaré bien de él, no tendrá queja de mí.

 

Se alejo unos pasos trepando por una colina, a su espalda escuchó un quejido, más no se dio vuelta, suponía que su impaciente hermano estaba ya divirtiéndose con su víctima. Era caprichoso por naturaleza y lo que deseaba lo conseguía como fuera. Esta vez fue el coche, ahora con toda seguridad su propietario estaría satisfaciendo enseguida las necesidades de su hermano, le daría tiempo suficiente para que acabara lo que había empezado, él podía esperar.

 

Cuando volvió había vaciado su vientre y vejiga sintiéndose mucho mejor, el cielo mostraba los colores oscuros de la noche que llegaba, desde aquella altura, podía ver que la circulación por la autopista había disminuido y que las luces traseras de los pocos coches que pasaban se perdían entre la desigualdad del terreno, cuyos altos y bajos impedían ver lo que había del otro lado, excepto en el lago, allí estaban muy expuestos, sin embargo, cuando dirigió la mirada hacia donde se habían detenido, pudo observar a pesar de la oscuridad que su hermano continuaba divirtiéndose con su cautivo, desde el instante que le retuvieron supo que iba a acabar de ese modo.

 

Se apresuró a descender uniéndose a la diversión.

 

***********************

 

-Su confesión tenía algunos puntos poco creíbles. –comentó Frank, estaban sentados en el porche disfrutando de la noche- Investigaron el recorrido de la ruta que hicieron y descubrieron que se habían detenido en un snack cerca de Santa Clarita, allí la camarera les reconoció y declaró que se habían sentado en la misma mesa que ocupaba la victima, además poco después llegó a la gasolinera un grupo grande de moteros, por lo que no hay dudas acerca que son miembros de él. Todos llevaban las cazadoras con el mismo logotipo.

 

-O sea que fueron tras él.

 

-Si.

 

-¿Se sabe el motivo? –Preguntó dando un sorbo al bote de cerveza que sostenía en la mano- ¿Robo? –indago.

 

-Al parecer el más joven quería probar el mustang, una cosa llevo a la otra, se llevaron el coche reteniéndole con ellos, el mayor que conocía los gustos de su hermano le dejo solo para que los satisficiera, le obligó a tener sexo oral y anal, más tarde le violentaron y golpearon entre los dos, se divirtieron hasta matarlo.

 

Quedaron en silencio durante un largo rato, entretenidos mirando las estrellas que titilaban en el firmamento.

 

-¿Vas a contárselo? –preguntó finalmente Frank acabando de beber su cerveza.

 

-No… es demasiada mierda, es preferible que siga ignorándolo. Coincido con su padre, "lo que no se sabe no lastima"

 

Frank asintió conforme.

 

-Aun no tengo fecha definida, pero cuento contigo para que seas mi padrino de boda. –comentó como si no estuviera diciendo algo transcendental.

 

-¡¡¡Quuuuuueeeeé!!! –Chilló olvidando que a esas horas el menor sonido se dejaba escuchar como un eco- ¿Estas seguro? –bajo la voz y mirando ambos lados de la calle que parecía estar desierta.

 

-Si, quiero que la boda se celebre antes del nacimiento, por eso de darle mi nombre a la bebita.

 

-No hay más que decir, yo seré el padrino de tu hija –dijo una voz tras ellos.

 

-¡¡¡George¡¡¡ -dijeron reconociendo el tono de voz y girándose a un tiempo para mirar a sus espaldas, fueron tan rápidos que el balancín amenazó con perder la estabilidad- ¿Cuánto tiempo llevas ahí? –quiso saber Frank.

 

-Solo unos minutos… llegue esta tarde y vine directamente desde casa para verte –miró a Hanamichi- no sabía que estarías aquí, te creía metido en alguna revuelta y vaya sorpresa te casas y vas a ser padre. Tienes que contármelo todo –dijo sentándose en la hierba y echando mano a la nevera portátil sacando un bote de cerveza fresquito. ¿Conozco a la afortunada?

 

-No lo se… supongo… -dijo sin sacarlo de su error, reacio a contarlo porque implicaba contar toda la tragedia vivida por Kaede, lo mejor era callar, ya habría tiempo para dar explicaciones- Dime, ¿te has cansado de recorrer mundo y has decidido sentar cabeza?

 

-Algo así, me caso… quería que fuerais los primeros en saberlo.

 

-¡Enhorabuena! –Dijeron los hermanos alzando los botes de cerveza al medio- ¡Kampai!

 

-¡Kampai! –Respondió George a su gesto- La familia va a estar muy ocupada con dos bodas en tan poco tiempo.

 

-No te preocupes, no voy a quitarte protagonismo –dijo con una sonrisa.

 

-¡¡Idiota!! –le dio un leve golpe en la rodilla, lo más próximo a él. Se puso serio y preguntó- ¿Qué es lo que pasa? ¿No pensáis celebrarlo?

 

-Oye, George… -bajo el tono de voz- Nunca he tenido necesidad de decirlo, pero supongo que te has dado cuenta aunque no nos veamos muy a menudo.

 

-Bueno, si… -se llevó la mano a la nuca revolviendo sus cabellos rubios- como dijiste que ibas a ser padre, creí… -le miró de frente- ¿eres gay? ¿definitivamente? –se fijo en la sonrisa de Frank- De acuerdo…, lo he comprendido, no es algo que se pueda cambiar, se nace y punto. Bueno, eso no impedirá que sigas siendo mi primo preferido.

 

-Gracias.

 

-Va a ser una boda privada, los padrinos y los novios, ¿no?

 

-Si.

 

-¿De cuantas personas estamos hablando aparte de nosotros tres?

 

-Kaede y sus padres, posiblemente se acerquen también las enfermeras, aunque no estoy seguro.

 

-¿Enfermeras? ¿Quién esta enfermo?

 

-Kaede lleva hospitalizado un largo tiempo.

 

-No deseo ser cenizo, pero ¿no tendrá una enfermedad terminal?

 

-¡¡Por Kami!!! ¡¡No es eso!!! Te dejaré que te sorprendas cuando le conozcas –dijo con una sonrisa divertida.

 

George miró a su primo.

 

-¿Tu le conoces?

 

-No…, pero he oído hablar de él.

 

-Cuando dijiste "es preferible que siga ignorándolo" te referías a tu novio.

 

-Si… ¿estas seguro que solo escuchaste eso?

 

-Lo prometo… -alzó la mano con la palma extendida.

 

-Yo no le creería… -afirmó Frank.

 

-Ni yo…. –remató Hanamichi.

 

Se miraron serios los tres, instantes después sus carcajadas se dejaron oír en el silencio de la noche.

 

Continúa en el próximo capítulo…

Notas finales:

Supongo que no hace falta que os comente la ligera mención de incesto, apenas se nota.

Ser cenizo: expresión por agorero.

No estaba muy inspirada para relatar lo que hicieron con Mitsui, así que me decante por la explicación de cómo le retuvieron y descripciones paisajistas con el "google maps" para ver como era el lugar. Nombres de lugares y carreteras son reales, pertenecen al Estado de California. Creo que no he mencionado la ciudad donde ellos viven, es en "Los Ángeles".

Por si lo ignoráis en el Estado de California estuvieron permitidas las bodas homosexuales, creo que hubo polémica para quitar esa ley, lo que no recuerdo es si lo consiguieron.

 

Al principio mi intención era relatar la muerte de Mitsui, finalmente me dí cuenta que no tenía sentido mostrar la violencia ejercida contra él, dejando a vuestra imaginación lo que pudieron hacerle.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).