Capítulo 2
Cuando Sasuke volvió a despertar seguía estando en el mismo horrible sitio, sobre la sucia cama, y podía sentir algo muy extraño entre sus piernas que le impedía seguir durmiendo. Al quitar las sabanas, descubrió que le habían colocado un extraño tanga de cuero negro, estaba reforzado con un armatoste metálico cerrado con un candado, para evitar que pudiera librarse de él. Por la parte delantera tenía una cremallera abierta que dejaba asomar su pequeño miembro erecto, pero por detrás habían colocado algo en su interior, no sabía lo que era, pero era grande y vibraba intensamente, produciéndole un temblor en todo el cuerpo. Continuaba teniendo las manos atadas detrás de la espalda y no conseguía alcanzar su entrada para intentar aliviar la presión. Sasuke no sabía qué hacer ante aquello, comenzó a llorar en la oscuridad, sentía como se excitaba enormemente, la vibración hacía sacudir su pene tieso, quería tocárselo, quería quitarse lo que llevaba dentro, quería salir de allí y volver a ver a su hermano Itachi, que lo abrazara dulcemente…
- ¡Por favor…no quiero más…señor quíteme esto…por favor…! -
Chilló en la oscuridad guardándose la vergüenza que sentía, sus piernas temblorosas se restregaban con fuerza, y todo su cuerpo se retorcía en la cama.
- ¡Por favor…quítemelo…no puedo más, señor…!
Pero nadie respondía a su pedido, solo podía llorar y seguir llorando, pronto ya no pudo resistirlo y volvió a sentir como si estuviera a punto de orinar, su pequeño miembro completamente excitado se derramó entre sus piernas, mojándose a sí mismo con la semilla blanca y el pobre Sasuke cayó exhausto sobre la almohada. Su llanto fue apagándose poco a poco mientras su trasero se acostumbraba a la vibración constante que llevaba dentro, y casi sin darse cuenta se durmió. Soñó con su amado hermano mayor, quien venía a rescatarle.
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En Konoha, rápidamente se extendió el rumor de que habían atacado una excursión escolar y un niño había desaparecido, mientras que quienes le acompañaban resultaron gravemente heridos. Por más que el Hokage intentara no hacer públicos los hechos, todos vieron como llegaban 2 niños y un profesor a urgencias en el hospital, y hace ya tiempo que se rumorea sobre el secuestro de personas en el pueblo y otras ciudades vecinas.
Pero en la villa oculta de la hoja nadie se ha percatado de la presencia de un antiguo miembro del clan Uchiha, de quien nadie sabía ya nada. Pero este personaje infiltrado necesitaba información sobre los hechos y preguntó en el hospital, en la escuela ninja, en las calles, hasta que dio por fin con una conversación sobre el tema, y aguzando el oído intentó averiguar todo lo que pudo.
- ¿Habéis oído? Les atacaron por sorpresa en las afueras de la villa, estaban haciendo practicas con el profesor Iruka…-
- ¿Es al que acaban de enviar al hospital? -
- ¡Sí, si ese mismo! Está en coma, dicen. -
- ¡Vaya por Dios…! ¡Y además hay dos niños heridos…! -
-Una niña, la hija de los Haruno, y otro niño que nadie sabe quién es…-
- ¿Pero no eran tres niños…? -
- ¡Claro…! Es que parece ser que ha habido un secuestro…-
- ¡¿Secuestro?!-
- ¡¿Un niño desaparecido?!-
- ¡Sí, sí, lo que oís! -
- ¿Y quién era? -
Itachi aguzó aún más el oído, temiéndose lo peor…
-Uchiha…Sasuke. -
El corazón casi le dio un respingo, pero necesitaba más información…
- ¿El último de los Uchiha? -
- ¡Exacto…!
- ¿Creéis que Uchiha Itachi pueda estar detrás de esto…? Después de todo no pudo matar al pequeño Sasuke el día que asesinó a todo el clan, y casi parece que el secuestrador fue a por Sasuke premeditadamente…-
- ¡Sí sí! ¡Como si estuviera esperando una oportunidad! -
-Tal vez quisiera acabar su trabajo….
No le sorprendía en absoluto que le echaran la culpa a él, era lo más obvio…pero nadie en toda la villa entendía nada, seguramente si apareciera de pronto lo lincharían sin darle tiempo a explicarse…pero Itachi no debía perder más tiempo, su hermano menor estaba en peligro, y en Konoha parecía que nadie daría pie con bola en sus intentos por encontrarlo si partían pensando en que Itachi era el culpable…
Tendría que actuar solo.
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Al encender la luz de la oscura habitación, Sasuke se despertó forzosamente, y volvió a sentir la intensidad de la vibración que llevaba dentro, Kabuto acababa de entrar, y acercándose a la cama le colocó al niño un collar negro en el cuello, atado a una cadena a forma de correa, como si fuera un perrito abandonado. El pobre Sasuke comenzó a llorar.
-Señor…por favor quíteme esto…me está haciendo daño…ya no puedo más, por favor…-
-Luego te lo quitaré, ahora vendrás conmigo. -
Kabuto le hizo bajarse de la cama y se lo llevo tirando de la cadena, el niño llevaba las manos atadas en la espalda, y entre las piernas la estructura de metal mantenía el vibrador dentro de su trasero, era tan grande que le costaba mucho andar, durante el camino se cayó sobre el suelo de piedra, Kabuto lo levanto por el brazo sin hacer caso de sus lloros.
Avanzaban por unos pasillos muy oscuros, alumbrados por luces de bajo consumo, pálidas y frías, todo era de tierra, parecía un sitio construido bajo el suelo, se podían ver raíces de árboles entre las paredes y el techo, se veían puertas de hierro que parecían muy gruesas y macizas alrededor, y más y más pasillos, se trataba de un enorme laberinto bajo tierra. Apenas había ventilación por unas rejillas diminutas donde no entraban ni las ratas, el ambiente era húmedo y frio.
Llegaron a una puerta muy simple de madera, y entraron a lo que parecía un baño, había una ducha, váter, lavabo, y un artefacto muy extraño que parecía una bañera plana sobre el suelo que tenía un potente desagüe como si fuera parte de váter también, además tenía un pequeño grifo, de donde salía un tubo de goma muy fino. Sasuke no tenía ni idea de lo que harían allí, al menos le daría un baño, pensó algo aliviado, pues se había temido lo peor mientras caminaban.
Pero luego pudo comprobar que sus temores no estaban infundados en absoluto. Kabuto se sacó una llave del bolsillo y acercándose a Sasuke abrió el candado para quitarle el armatoste, luego le bajó el tanga y separándole las nalgas extrajo el vibrador de un tirón al que el niño reaccionó con un gemido, pero en parte se sintió agradecido. Luego obligó a Sasuke a agacharse sobre el artefacto plano, frente a la grifería, donde Kabuto ató sus manitas, y sin que el pequeño se lo esperara le introdujo el extremo libre del pequeño tubo de goma que salía del grifo, y al abrirlo pudo sentir como el agua entraba por su ano, llenándole por dentro.
- ¡Aah…esta…esta fría! -
Se quejó en un intento por darle pena al impasible joven de cabellos grises. Pero este no le hizo caso para nada, por el contrario, abrió aún más el grifo, haciendo que más agua entrara en su maltratado trasero, presionando el tubo en la entrada con los dedos para que no se saliera.
Sasuke horrorizado veía crecer su vientre lleno de agua, sintiendo un enorme peso y presión, comenzó a llorar sin entender por qué le estaban haciendo aquello.
- ¡Me duele el estómago…!¡Por favor quítemelo!¡Aahg…me duele mucho! -
Y por una vez pareció que sus suplicas fueron escuchadas, Kabuto le quitó el tubo de un tirón y con sus grandes manos presionó el vientre hinchado del niño, haciendo que saliera toda el agua de su interior, que luego se drenaba por la parte de váter de la bañera. Luego de vaciarle el ano del todo se lo llevó a la ducha del fondo donde lo limpió a fondo con una esponja vieja, mientras Sasuke no paraba de llorar por su extraña experiencia.
Luego de secarlo lo vistió con un pijama negro que le quedaba grande y lo llevó a una pequeña habitación con varias puertas, había un gran espejo sobre la cama, que era lo único que había en la estancia.
Lo dejó allí y cerró la puerta con llave, por suerte no le había dejado las manos atadas, así que tuvo libertad para recorrer el sitio buscando una salida, probó a abrir las puertas que había a su alrededor, una de ellas era la que acababa de cerrar Kabuto, y las otras dos tampoco le dieron una salida, una estaba cerrada y la otra daba a un diminuto lavabo, sucio y oscuro. Nada más, incluso miró el espejo a ver si veía algo en él, le parecía muy raro ver un espejo así sobre la cama.
Entonces la puerta se abrió, y apareció el joven de las gafas, traía un cuenco con comida, y agua. Sasuke llevaba todo el día sin comer nada, y se abalanzó sobre el cuenco sin detenerse a saborear o averiguar lo que era, del mismo modo se bebió el agua de un trago.
-Señor…tengo mucha hambre aun…-
Dijo luego de acabar, viendo que Kabuto se iba con el cuenco y el vaso vacíos.
-Lo siento, pequeño, hasta mañana no te daremos nada más. -
Y sin dignarse a mirarlo, cerró la puerta tras de sí. Sasuke se escondió en un pequeño rincón detrás de la cama y lloró hasta perder el conocimiento.