Naruto salió de su estupor e intentando encontrar la salida encontro un baño on una tina que tenía agua pero a la que faltaba avivar el fuego de debajo.
Despacio junto las ramas que el tiempo sacara de lugar y encendió con unas piedras el ansiado fuego que mantendría caliente el agua de la tina.
Cuando el agua tenía ya una temperatura agradable y la habitación era inundada por el olor a pino de las varas que ardían bajo la típica tina de madera japonesa.
Despacio el rubio retiro sus ropas y se envolvió la cintura con una pequeña toalla que allí encontró.
Procedió a ducharse sentado en el banquito de madera y mientras se enjuagaba el jabón del cuerpo procedió a cerrar los ojos mientras el agua caía sobre su cuerpo.
--Te ves apetecible así Naruto—dijo una conocida voz sobre su oreja derecha.
Al shinobi casi le dio un infarto.Dejo caer los implementos de limpieza mientras procedía a levantarse pero unas manos en torno a su cuerpo se lo impidieron.
--Oye viejo.Sueltame—exigió furibundo Uzumaki.
--¿Y porque iba a hacer eso si se esta tan bien aquí?—pregunto el peligris sonriente antes de lamer bajo la oreja del ojos azules.
--Demo…demo…--dijo el rubio con los ojos como platos y luego recobrando su destreza para hablar giro su cara amenazantemente para decir con su ceño fruncido—Si no me sueltas idio…--pero ahí quedó todo porque el otro atrapo sus labios de tal manera que se le aflojaron las piernas a Naruto y giró el cuerpo de este para elevarlo lo suficiente para que no tocara con los pies el piso y luego lo tiro de golpe en el agua.
Naruto salió del fondo braceando y escupiendo.
--¿Estas loco?—preguntó antes de abrir los ojos.—Podría haberme ahogado…--se quedó de piedra al enfocar como el otro se desnudaba.--¿Qué rayos crees que haces?—pregunto con pasmo.
--Pues obviamente voy a bañarme—contestó Yakushi.
--No, no.Aquí no lo harás—dijo el rubio.
Una sonrisa siniestra se dibujo en los labios del peligris.--¿Por qué no?—preguntó.
Con desespero Naruto buscó una salida.
--Estas sucio—anuncio.
Con una mueca dibujada el otro dijo—Bien--.Y procedió a lavarse.
Cuando concluyó vio a Uzumaki tratar de salir de la tina.
--¿Qué haces Naruto?—preguntó con amenazante voz el de ojos acerados.
--Ni pienses que voy a quedarme aquí mientras tu te bañas y soportar tus rarezas—dijo el gruñón rubio.
Tan ocupado en salir estaba que no se dio cuenta de quien se había parado del otro lado de la tina.
Miro de frente y vio a escasos centímetros suyo la cara del peligris .
Del susto se echo para atrás dando espacio al otro para que se metiera lo cual hizo.
Naruto sintió como su cuerpo era estrechado por el mayor mientras su labio inferior era apresado por los dientes de éste.
--Me gustas Naruto-- le dijo.--Y sé que yo te gusto—añadió provocadoramente el otro.
--Yo no.Idiota.Yo no—pero la lengua del otro lo acallo entrando provocadoramente en la boca del ojiazul acaparándola totalmente y dándole a este un susto de muerte por la pronta reacción de su cuerpo a tal contacto.
--Déjame.De… --añadió pero los labios impacientes de el ojiacerado no lo dejaron continuar.
Las piernas del shinobi medico se introdujeron entre las del rubio y sus manos palparon con deseo sus caderas de tal forma que Naruto terminó exhalando un gemido.
Las manos Kabuto intensificaron su agarre víctimas de las ansias de su dueño por el cuerpo que le estaba produciendo aún bajo el agua un calor considerable.
--Te deseo Naruto—le dijo como si realmente le doliera el cuerpo de pasión contenida mientras su pelvis tocaba la del rubio produciendo mas rubor en el otro si eso fuera posible.
Uzumaki jadeó y se tapó de inmediato la boca avergonzado de si mismo.
Entonces Kabuto mordió el lóbulo de su oreja y con las manos apretó los blancos muslos del pequeño shinobi y lo presionó contra sí y bajó por el pecho de este con sus labios y mordió con deleite el pezón izquierdo del shinjuriki que se quedó sin aliento y mordió con fuerza sus labios buscando acallar su pasional gemido.
La mano derecha abandonó la cadera y rozó la fina piel de Uzumaki hasta llegar a su entrada en la cual uno de sus dedos se introdujo con el placer de un ladrón entrando a la más dorada mansión.