CAP 39 TORTURA (2da parte)
Pero puedo traer aquí a personas siempre y cuando las conozcas. Después de todo estamos en tu cerebro como bien me recordaste y yo soy el que mando aquí por ahora—dijo el otro. --¿A quien quieres que traiga? ¡Ah, ya sé! Debes extrañar a tu compañero y amigo. ¿Cómo es que se llama? ¡Ah, si! Iruka. ¡Invitémosle a jugar entonces!—añadió.
De pronto apareció el castaño en la cama con Kakashi y dándole vuelta empezó a degustar su miembro.
¡Apuesto a que te gusta lo que Iruka te esta haciendo!—le dijo Obito.
¡No! ¡Di… dile que deje de hacerlo!—dijo Hatake con voz temblorosa por lo que el otro supo que no era verdad. Las mejillas del pelirrojo comenzaron a enrojecer y se mordía los labios con fuerza lo que indicaba a leguas que el otro se estaba conteniendo lo que el Uchiha ahora podía ver con claridad.
¿Te esta gustando, eh?—pregunto con voz zorruna el líder del Akatsuki para luego agregar—Tal vez sea mejor que Iruka pase al siguiente nivel. ¿Te gustaría Kakashi?—preguntó mientras el otro se debatía por contener los gemidos que pugnaban por salir de su boca y su cuerpo se movía furioso tratando de alejar el de la cicatriz que de pronto engulló su miembro mientras con su mano acariciaba su entrepierna. El peligris ya no pudo contener un gemido alto como un grito que escapó de sus labios y después se sintió más intensamente derrotado cuando una mano comenzó a acariciar sus nalgas y de repente un dedo intruso se colocó en su entrada.
¡No! ¡Ah, ah, ah!—gritó el jounin. Ya no podía contenerse. Su cuerpo estaba totalmente arqueado y su boca totalmente abierta, su bincha se había caído y su pelo mojado por el sudor se pegaba a su frente.
¡Tal vez te guste más compañía!—dijo el pelinegro y el otro cerró los ojos preguntándose que se le había ocurrido ahora al Uchiha. --¿O tal vez te guste un trío que te ayude? Si. Puede que con tanto icha icha tu mente juegue con eso todo el tiempo. Uno que te satisfaga ahí abajo, otro que te tome por detrás y finalmente alguien que ocupe tu boca. ¿Qué dices Kakashi?—dijo el que lo tenía prisionero. Para Hatake sonaba tan morboso que normalmente le sería asqueroso pero en ese momento su cuerpo no reaccionaba como lo hacía normalmente y se excitó aún más. – ¡Tengo una idea!—anunció el guardián de sus pesadillas. ¿Por qué no invitamos a nuestro antiguo sensei a jugar? ¿Qué dices Kakashi? ¿Invitamos a Minato sensei a nuestra fiesta privada? ¿Quieres que él te dé verdad? Si, él te dará y yo como no planeo aburrirme, yo estaré ocupado con tu boca. ¿O deberé decir ocupando tu boca?—preguntó con lascivia Tobi mientras para Kakashi se le venía el mundo abajo y las sensaciones eran aumentadas pues su antiguo sensei ya muerto se apareció y poniéndolo de costado mientras Iruka continuaba su labor sacó los dedos de este para introducir su erecto miembro en la entrada del peliplateado comenzando a embestirlo de inmediato mientras el pelinegro se acercaba a la boca abierta de Kakashi y abriendo su túnica descubría su hombría ya pronta para entrar a la boca de Hatake.
El peligris quería morir allí mismo y no volver a ver a sus conocidos ni recibir las afrentas que de seguro el Uchiha le haría en el futuro.
A la vez el placer que experimentaba por la experiencia devastadora que estaba sufriendo lo estaba enloqueciendo de verdad y fue así que mientras era embestido por Minato, felado por Iruka y a su vez eso hacía con Obito, en verdad el solo tenía su boca extremadamente abierta por necesidad pues el aire que entraba por su nariz le resultaba poco y el otro embestía en ella sin obtener resistencia, lo hicieron venirse explosivamente.
Cargado de lujuria y deseo quedó laxo en la cama cuando los demás lo abandonaron pero el pelinegro no estaba satisfecho y haciendo que los que invocara desaparecieran desató a su ex compañero y atrayéndolo hacia sí lo obligó a sentarse en su regazo en una silla.
¡Anda Kakashi kun! ¡Ahora entrégate a mí sin excusas! ¡Sé muy bien que lo deseas!—dijo el líder de Akatsuki con su voz más juguetona y plañidera.
Era tanta la adrenalina y el deseo por los que había pasado el peligris que no lo pensó y rodeó con sus brazos el cuello del otro lo beso intensamente mientras Tobi levantaba de nuevo su túnica y su prepucio empezaba a rozar las nalgas del gimoteante Hatake que enseguida fue puesto en la posición adecuada por el otro pues estaba sentado de costado y el pelinegro colocó las piernas del jounin una a cada lado de sus caderas.
Por el vaivén que siguió pudieron estar en un barco en medio de un mar encrespado. Obito levantaba su pelvis raudamente hacia el peliplateado mientras este se asía fuertemente a su nuca hasta que ambos llegaron al clímax.
Naruto venía con Sakura, Sasuke, Sai e Iruka a por su antiguo sensei, a Kabuto no logró localizarle y eso lo puso enfermo de celos pero eso tendría que esperar por el bien de Hatake. Los encontró donde les dejara sólo que su ex sensei estaba en el piso mirando directamente al ojo de Tobi que estaba arrodillado sobre él.
Percibiendo la cercanía del enemigo Obito dejo de hacer su genjutsu y desapareció en el aire. Total lo que había querido hacer, lo había hecho.
El antiguo alumno de Kakashi se acercó a su ex sensei rodeado de sus amigos. Su amigo y sensei no respondió a los llamados del rubio. Estaba como dormido.
Sakura se acercó--¡Déjame revisarlo!—pidió. –Me lo suponía. Esta mal. Los efectos del sharingan son devastadores—añadió.
No entiendo. El también posee el sharingan. ¿Cómo pudo hacerle daño ese Tobi?—cuestionó Uzumaki nervioso.
Lo tiene solo en un ojo. Esa es su debilidad—argumentó Sasuke, también él estaba algo impresionado por ver así al impresionante jounin.
Lo internaron en el hospital de Konoha. Su pronóstico era reservado pues estaba en una especie de estado comatoso.
Despertó 4 días después, estaba solo por suerte y sólo miro el techo por varias horas tratando de dilucidar como había caído tan bajo.
Ahora jamás volvería a ser capaz de ver a sus conocidos, a sus amigos a los ojos.
Era un miserable y un depravado.
¡Kakashi san! ¡Has despertado!—gritó con alivio Sakura entrando a la habitación con una gran sonrisa en el rostro.
4 días antes.
Tú y yo debemos hablar—dijo una conocida voz a sus espaldas y el pelirrojo volteó.
¿A que te refieres?—preguntó el Kazekage.
A esas declaraciones tuyas sobre Naruto—dijo el pelinegro con mirada torba.
Nada tengo que decirte sobre eso. Es asunto mío y de Uzumaki—dijo el del tatuaje.
Tal vez tu no tengas nada que decirme pero yo a ti si—le contestó el Uchiha. Se acercó al otro con mirada desafiante y le arrugó la túnica con una mano crispada. – ¡Escúchame bien idiota, no creas que…!—añadió furioso, sus ojos mostraron su genético poder.
Un montón de arena se irguió tras el pelirrojo formando una mano abierta. – ¡Creo que olvidas con quien hablas!—dijo Sabaku no. –Quiero terminar pacíficamente mi visita a tu aldea—añadió con voz para nada amistosa.
¡Pues te jorobas!—dijo el pelinegro.
Los ojos azul celestes se entornaron y la mano se irguió aún más mientras los ojos de Sasuke se preparaban para activar su poder. Los dos pares permanecían fijos los unos en los otros.
Estaban tan concentrados que no oyeron como Kiba gritaba--¡Cuidado!—
Akamaru 4º corría con un enorme pedazo de carne robado de una carnicería cercana. Era un cachorro de seis meses vivaracho y juguetón pero como todo cachorro era algo torpe sobre todo en el frenado cuando un obstáculo se le presentaba y él iba a mil por hora.
Es por eso que no frenó a tiempo y se dio contra la espalda de cierto moreno que de estar mirando directamente a los ojos del otro pasó a estar con sus labios muy pegados a los del Kazekage.