Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a su autor Kishimoto—sama, este fic lo hice solo y únicamente como diversión.
Parejas: OCxNaru SasuxNaru.
Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Mpreg, Violación, Violencia y lo que se me ocurra nnU
Beta: Usarechan
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
El cazador y la presa
Capítulo 2.- Conociendo a la presa
Sasuke y su pequeña compañera se encontraban en el comedor degustando el desayuno que ambos habían preparado. Estaban en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
Sasuke había tenido otra vez aquel sueño. Había una mujer sangrando y en el suelo; sus ojos eran tristes y rogaba por que le regresaran algo: a él.
— ¿Sasuke? —lo llamó Sora al percatarse del semblante del azabache — ¿Estás bien?
—Si —respondió secamente continuando con su desayuno. La niña se mantuvo en silencio por unos segundos.
— ¿Volviste a soñar con ella? —Sasuke la miró un momento con una fría mirada que podría trastornar a cualquiera, menos a ella —Te envidio, eres él único de nosotros que recuerda algo de sus padres —Sasuke frunció el ceño.
— ¿Te gustaría recordar la muerte de madre? —le preguntó con enojo. Sora bajó la mirada clavándola en su plato casi vacío.
—Lo siento —se disculpó bajando la cabeza —, pero aun así… tú, por lo menos tienes un poco de ella y sabes que fuiste amado —por primera vez, Sasuke pudo percibir en la voz de Sora algo de tristeza —… yo ni siquiera sé si realmente me llamo Sora o si realmente, tú y yo…
El silencio se apoderó de los dos en aquel momento.
—Sora —lo llamó con voz dulce, solo reservada para ella — ¿Te gustaría salir a pasear?
— ¿Salir? —cuestionó incrédula. No era común que Sasuke le propusiera ir a pasear, después de todo ninguno acostumbraba aquello.
—Hoy es domingo y ninguno de los dos tiene clases —agregó Sasuke. Sora sonrió ligeramente asintiendo con la cabeza.
— ¿A dónde iremos? —lo interrogó con una dulce voz.
— ¿A dónde te gustaría ir? —Sora lo meditó un poco antes de contestar. La niña le dijo que le gustaría ir al cine, a una feria o a una árcade y probar la llamada “comida chatarra”.
Sasuke sonrió, a pesar de todo Sora seguía siendo una niña y era normal que quisiera hacer cosas comunes para un infante. Terminaron el desayuno, lavaron la vajilla y se fueron a sus habitaciones para arreglarse.
Diez minutos después ya se encontraban en el Ferrari negro de Sasuke. Se detuvieron frente a un gran edificio que tenía un llamativo letrero que decía “Game city”.
— ¿Quieres que entremos? —le preguntó Sasuke a Sora. La niña asintió con la cabeza regalándole una bella sonrisa al mayor.
El lugar era bastante amplio y muy ruidoso; había máquinas de juego de todo tipo y también un amplio establecimiento de comida chatarra con mesas y sillas para los clientes.
—Si no te gusta podemos ir a la feria —habló Sasuke mirando a la niña. Sora negó con la cabeza, tenía la mirada fija en los niños que jugaban y corrían sin preocuparse de nada.
—Quedémonos un rato, por favor hermano —Sasuke se sorprendió de esto último, Sora no le había dicho hermano desde que tenía cinco años.
—Claro —dijo tomándola de la mano para evitar que se separaran.
Sasuke compró muchas fichas para que ambos jugaran; cierto era que el azabache no era fanático de los videojuegos –de hecho los consideraba molestos y ruidosos –, pero en ese momento todo eso no importaba.
Jugaron en todas las máquinas de tiro al blanco que encontraron. Por primera vez los dos se sentían como personas normales y eso era realmente agradable.
— ¿Podemos probar eso? —preguntó Sora señalando una máquina de baile. Sasuke asintió.
Sora le sonrió antes de echar a correr pero no se percató que un niño venía en su dirección a gran velocidad haciendo que ambos chocaran cayendo al suelo de sentón a causa del fuerte impacto.
— ¡Sora! —exclamó Sasuke yendo al auxilio de la niña — ¿Estás bien? —ella asintió un poco adolorida.
Mientras Sasuke atendía a Sora, el niño también era ayudado por un hombre rubio de hermosos ojos azules y graciosas marcas en las mejillas a modo de bigotes.
—Konohamaru, ¿Estás bien, ttebayo? —le preguntó al niño de cabellos y ojos café.
—Si —respondió el niño algo adolorido.
—Oye mocoso —habló Sasuke lanzándole al niño una mirada de odio —, fíjate por donde vas —Sasuke estaba furioso pues Sora se había hecho un pequeño raspón en el codo a causa de la caída.
—L-lo siento —se disculpó Konohamaru asustado, esto hizo que el rubio se enojara.
— ¡Oye! —habló Naruto colocándose entre el niño y Sasuke — ¿Te crees muy valiente poniéndote con un niño ttebayo? —Sasuke miró al rubio con odio, tenía deseos de matarlo e iba a hacerlo importándole poco que lo atraparan, pero una pequeña y cálida mano se lo impidió.
—Hermano, no —le pidió con la culpa impresa en su voz —, fue mi culpa por no fijarme por donde iba.
Sasuke suspiró pesadamente; de pronto toda la furia que sentía se había esfumado de un segundo a otro.
—No, no, fue mi culpa —habló Konohamaru tomando las manos de Sora y haciendo que el enojo invadiera de nueva cuenta al azabache —, te invito a comer como disculpa.
—No —respondió Sasuke secamente, tomó a Sora en brazos mirando al niño con verdadero odio.
—Que celoso —comentó el rubio por lo bajo, pero no lo suficiente para no ser escuchado.
— ¿Qué dijiste, dobe? —esto sí que era el colmo, primero ese mocoso del demonio chocaba con su hermanita y la invitaba a comer ¡y luego ese rubio le llamaba celoso!
—No me digas así, teme —dijo el rubio ofendido.
—Le agradecería que no insultara a mi hermano —habló Sora en un tono tan frío que sorprendió al rubio y al niño.
—Eh… bueno, discúlpame —dijo el rubio con cierto nerviosismo —. Soy Namikaze Naruto y él es Sarutobi Konohamaru, es un placer ttebayo.
— ¿Cómo te llamas preciosa? —le preguntó Konohamaru a Sora.
—Uchiha Sora —respondió con seriedad —, él es mi hermano mayor, Uchiha Sasuke.
—Sora, es hora de irnos —la aludida asintió.
— ¡Esperen! —chilló Konohamaru — ¿Por qué no comen con nosotros?
—No —respondió Sasuke tajante. De ninguna manera dejaría que ese mocoso tan raro se le acercara a Sora.
—Vamos, solo comeremos una pizza —dijo Naruto palmeándole la espalda a Sasuke quien aún tenía a Sora en brazos —. No somos asesinos ni violadores, así que no te preocupes ttebayo —bromeó el rubio.
Sasuke gruño por lo bajo, ese idiota se estaba pasando del límite. Suspiró derrotado cuando el rubio (sin saber cómo) logró convencerlos de acompañarlos, con esto sellaba –sin saberlo –, un destino triste y cruel.
Continuará…