-así quiero que estés siempre sonriendo como antes...como lo has hecho estos últimos días, frenemos el tiempo Shuichi, solo acéptame…
El peli rosa escucho cada una de las palabras que decía el castaño, inclusive se quedo callado más tiempo del debido. La luna iba a ser testigo inerte de todo aquello que sucedía, seguía en silencio pero ahora tomo la mano del castaño con una suavidad extenuante conduciéndole al balcón, importándole poco el fresco que se sentía, ambos avanzaron algunos pasos hasta que Shuichi interrumpió aquel silencio que los embargaba.
-esta noche la voy a recordar siempre Ryu–guardo silencio un momento inclusive se llego a escuchar como sacaba el aire de sus pulmones- y no podre cambiarla como no puedo cambiar el hecho de no poder amarte…
-pero…
-shhhhh…- coloco su dedo índice para poder continuar- aun no es el momento, no quiero dar falsas esperanzas, por el momento es cierto que estoy mejor pero es un camino largo que debo recorrer para salir de el, no se que nos depare el futuro solo quiero dejarlo seguir su curso sin forzarlo, si el destino es que estemos juntos lo aremos en el momento justo, no te pido que me esperes por que es injusto y eso lo aprendí de ti hace algún tiempo me dijiste “ten paciencia el tiempo pone todo en su lugar”.
El castaño no quitaba la vista de encima al peli rosa escuchando una a una las palabras que salían de su boca, todo hasta el final, dándose cuenta que había madurado un poco y con una sonrisa en sus labios completo la frase.
-entonces lo esperaremos juntos…
Dos días después…
La puerta corrediza se vio abrirse y tras ella la castaña sorprendida por la visita de un Uesugi en su templo, al ver de quien se trataba camino despacio para estar frente a el.
-mucho tiempo sin verte… Tatsuha.
-un poco solamente.
-¿ a que debo el honor de tu visita?- se escucho el cambio de voz.
-tu mejor que nadie lo sabe…-La miraba con cinismo.
-¿gustas que prepare té?- la voz sonaba con un timbre de nerviosismo.
-claro, gracias …
Estaban sentados uno frente al otro, ella preparaba el té mientras tanto había un lapso de silencio incomodo interrumpido por las maniobras de la castaña.
-esta listo, sírvete por favor.
-gracias – dio un trago – muy bueno.
-no pienso dejar a Eiri- lo soltó de un solo tajo sin ser sorprendido el pelinegro.
-¿y cuando lo has tenido?, hablemos claro Ayaka hace algunos años Eiri rompió el compromiso contigo ,¿quieres que la historia se repita?.
-todo lo contrario se que todo cambiara y llegara a ser como era lo planeado.
-¿en verdad piensas que todo será tan fácil?
-¿y quien lo va a impedir?, ¿tu?...
-no hace falta que lo haga…
-¿piensas decirle la verdad?, no te lo recomiendo… lo harás muy infeliz, se que Shuichi lo dejo y …
-ese es un punto muy curioso Ayaka, igual no eres con quien deba discutirlo, pero en fin me voy- dio el ultimo sorbo dejando en la mesa la tasa -piensa las cosas…
-no hay nada que pensar.
-pues Ayaka tu serás la culpable de tu desgracia, estas condenada al fracaso pero haya tu.
El pelinegro solo le dedico una ultima mirada dejándola sola en aquel lugar, la castaña se quedo con la los puños cerrados recargados en sus piernas.
-estas equivocado Tatsuha muy equivocado…
La tarde estaba por terminar el cielo ya se notaba con un color rojizo en el horizonte, entre tanto el ojimiel era sometido a una sesión psiquiátrica dirigida por el pelinegro, sentado en una silla junto a el sofá donde cómodamente se encontraba Yuki, con ojos cerrados explicaba una a una las cosas que veía en su camino.
-estoy en un parque o tal vez un bosque… -fruncía el seño tratando de recordar- no en definitiva es un parque veo los arboles, el cielo, las bancas en el sendero …
-¿Qué hay al frente Eiri?
-una persona…
-¿es un hombre, o una mujer?
-un hombre, es mas bajo que yo … ahora estoy corriendo tras el y …
-¿Qué más Eiri?
-me sonríe, sus ojos son expresivos… por alguna extraña razón necesito ir tras el, … quiero alcanzarle…
-ahora lo has alcanzado Eiri.
-Si, esta moviendo los labios… trata de decirme algo pero… no lo escucho.
El rubio abrió bruscamente sus hermosos ojos miel regresando a la realidad un poco exaltado por las imágenes tan reales que le mostraba su mente, en sueños confusas pero ahora con esta técnica, tan reales…
-¿Cómo te sientes?
-muy bien, pero … me inquieta ese sueño, se repite casi cada noche.
-¿Por qué te inquieta?
-por que no puedo identificar a esa persona, siento que es importante, pero … no puedo.
-bien, ahora mira esto- le extendió una fotografía del oji violeta sonriendo, de perfil - ¿es la persona que vez?
-es… el …- Eiri miraba atónito la foto, esa era la persona que tras la cual corría en el sueño.
-Bueno, ahora vamos a hacer un ejercicio quédate con la foto y escribe todas y cada una de las cosas, sentimientos, sensaciones, recuerdos etcétera todo lo que se vengan a tu mente, se que te preguntas quien es, ¿quieres que te lo diga?
Con la foto en sus manos se irguió encarando al pelinegro -no… como hasta ahora quiero encontrar las respuestas por mi mismo.
-Eiri tu eres el que decide…
Algunos días después…
Eiri revisaba el calendario dándose cuenta que al fin, después de 4 largas semanas se había llegado el tiempo de regresar a Tokio a revisión con el medico, después de mucho meditar las cosas sabia que quería hacer con su vida, al ver llegar su “prometida” la siguió con la mirada, el sabia que tenia que sacar de algún modo verdades y esta era su oportunidad.
-buenas tardes joven Eiri.
-ya te dije que no me digas joven dime Eiri simplemente.
-esta bien, pero no me acostumbro- se miraba apenada.
-hoy vamos a hacer algo diferente, quiero que salgamos a pasear un rato, ya me arte de este encierro vamos a ir en mi auto.
-¿auto?, pero … si el automóvil esta el …
-¿en Tokio?, no; de la aseguradora me llamaron y en la mañana lo trajeron.
-pero jo... Eiri no puedes manejar con el brazo enyesado.
-si fuera a salir a carretera te lo creo pero solo va a ser una vuelta aquí cerca hay una mirada espectacular ¿no quieres venir?
-esta bien vamos...- le dijo convencida y feliz.
El ojimiel tomo asiento en el lugar del piloto y la castaña el del copiloto, duro realmente poco el viaje sin decir una palabra salieron del auto. Yuki se recargo en el auto mirando al cielo comenzó la platica de la nada.
-he decidido regresar a Tokio.
-¿porque?- abrió los ojos sorprendida por la decisión.
-he pasado mucho tiempo aquí y no siento que pertenezca a este lugar.
-es por tu enfermedad.
-no lo creo...
-¿me llevaras contigo?
Solamente movió la cabeza de manera negativa, saco un cigarro y lo encendió se había vuelto hábil con la mano izquierda después de tener casi un mes y medio imposibilitada su mano derecha.
-¿porque no?
-te hago la misma pregunta ¿y porque si?
-soy tu prometida.
-¿y que mas?- la mirada retadoramente.
La castaña se quedo cayada no sabia que responder ante esa pregunta paso un tiempo de silencio, el rubio lo rompió dando una bocanada más.
-¿antes del accidente que tanto nos veíamos?, ¿que hacíamos?, ¿como lográbamos divertirnos? – la bombardeaba de preguntas que en su interior sentía no podría responder.
La chica seguía sin decir nada después de un rato comenzaron a salir algunas lágrimas de sus ojos.
-como lo pensé no nos une un lazo mas fuerte que este compromiso.
-Eiri tu no lo recuerdas pero ..
-no me mientas por favor, si te refieres a que no recuerdo si te amo el amor no tiene memoria es un sentimiento que se siente o no y lamentablemente este no es el caso.
-no es mentira lo que te voy a decir yo te amo en verdad Eiri .
Sin decir mas se acerco a rubio y deposito un beso en sus labios lo abrazo fuerte y con lagrimas le gritaba.
-¿porque Eiri? ¿porque? ¿porque no quieres amarme Eiri? diablos antes te acostabas con cualquier mujer y yo lo aguantaba pensando que tal vez a mi querrías en algún momento, guarde la esperanza de ... un futuro contigo.
-no se que decir sobre eso, lo que si puedo decirte es que si continuamos con esto vas a salir más herida, ¿te imaginas el infierno que te espera con una persona como yo?,
-déjame probarte que se puede convertir en nuestro cielo- suplicaba.
Volvió a mover su cara negativamente solo se esperaba pudiera calmarse, sabia que no podía hacer màs.
En la noche ya toda la familia sabían sobre el regreso a Tokio de Yuki para que le quitaran el yeso y revisión general pero lo que no sabían era que el rubio no tenia ni la menor intención de regresar a Kioto, y menos después de la tremenda guerra que se armaría después que se enteraran lo sucedido con Ayaka, la noche paso volando y a la mañana siguiente se encaminaron Tatsuha su amante y el ojimiel a Tokio, como el rubio no podía conducir su auto en carretera decidió que era mejor que manejara el único a bordo de los otros dos que tenia licencia.
-aniki déjame el mercedes te prometo que no va a pasar nada.
-¿tienes licencia Tatsuha?
-no pero...
-entonces ni hablar.
-jeje te gane.
-tramposo
-prevenido dirás, pero igual así me quieres ¿o no?
-sabes que si y llegando al departamento no sabes la que se te espera.
-Tatsuha cállate no quiero ni imaginar las cosas que hacen en su tiempo libre, quiero dormir esta noche.
-tienes razón por la enviada no vas a dormir
-cállate maldito mocoso, yo no soy así.
-jaja – reia recordando cosas y dijo entre dientes -hay aniki si recordaras ...
-recordar que ...
-no te preocupes yo te voy a ayudar.
El viaje fue hasta cierto punto corto no había trafico y su "cuñado" manejaba rápido pero precavido llegaron directo al hospital fueron recibidos por el medico por la cita previa, sin entretenerse mucho quitaron el yeso del brazo que le cubría, se sintió liberado aun con dolor pero liberado al fin, dejando de lado esa situación se encaminaron a comer algo, como el ojimiel a pesar de la perdida de memoria no perdía el buen gusto por la comida fueron a uno de los restaurantes favoritos para el rubio, la comida le pareció exquisita saliendo del lugar dejaron el coche parqueado dieron una caminata para comenzar con su ejercicio el pelinegro y Tatsuha entraron en una tienda el ojimiel prefirió continuar caminando cuando una cosa rosa a toda velocidad se dirigió al rubio.
-¡¡YUKI DETENTE INFELIZ!!
El pobre ojimiel no sabia que hacer ¿acaso lo estaban confundiendo o realmente era a el a quien buscaba?
El peli rosa ya estaba pegándole con sus puños rápidamente en su forma chivi mientras le reclamaba el otro no salía de su asombro ¿acaso era el chico que había visto en sueños? , le tomo poco tiempo darse cuenta que era el chiquillo que siempre aparecía sonriendo...
-¡MUERTE YUKI!, MUERE , TOMA ..TOMA …TOMA...
-espera…
Por un momento el ojimiel se quedo observando la escena tratando de recordar algo que pudiera ayudarle, el nombre tal vez, pero como el chiquillo no paraba de pegarle y decidió detenerle los brazos y encararlo.
-espera ¿que te sucede?
-¿y todavía lo preguntas ? PUDRETE MALDITO...
Pudo ver claramente cada uno de los rasgos de aquella persona, quiso esperar un momento para poder comenzar a hacerle alguna pregunta inclusive tratar de calmarle, esta acción le fue imposible ya que el oji amatista se zafo de las manos del escritor dedicándole una última mirada fulminante. Esa mirada le dejo mudo aun con más dudas de las que de por si ya tenía.
-¡SUELTAME, YUKI!
Las cosas se estaban poniendo raras, ¿porque le llamo "YUKI"? ¿lo había confundido tal vez? y ¿que le habría hecho para que le deseara hasta la muerte?, sin embargo no podía articular una sola palabra realmente estaba pasmado por el encuentro.
-¡SUELTAME, YUKI!
Se zafo del agarre corriendo a toda velocidad, Eiri trato de seguirle el paso corrió con todas las fuerzas que le permitían sus piernas algunas calles hasta que tuvo que detenerse al haberlo perdido de vista.
Estaba sofocado -maldición se fue- pensaba para si.
CONTINUARA…