CAPITULO 21.- PROMESA
-¡Huy que frio! – exclamaba el peli rosa al salir del apartamento del rubio, para poder calentarse un poco se abrazo a si mismo con la intención de brindarse un poco de calor pues en efecto el frio de la noche estaba haciendo sus estragos.
Miro hacia abajo dándose cuenta que tenia la chaqueta desabrochada rio levemente al darse cuenta de su descuido mientras subía el cierre entre tanto entro al ascensor del edificio con parsimonia oprimió el botón que lo llevaría a la planta baja, una vez en el interior al ver las puertas metálicas su reflejo le indicaba estaba algo despeinado pues el lado derecho lucia un poco aplastado.
-¿Cómo fue que me despeine tanto? – se preguntaba aun un tanto inconsciente mientras trataba de acomodarse y su mente le jugaba una buena broma brindándole pequeñas imágenes de su tarde con el rubio y la ultima para rematar el cuadro de el despertando y teniendo el rostro de Yuki a unos centímetros del suyo.
-si ya me acorde- se llevo las manos a la cara sintiendo el calor de su rostro ruborizado, ahora estaba recobrando aquella sonrisa que había dejado guardada en lo mas profundo de su ser, descubría su rostro lentamente para seguir arreglándose el cabello.
-acomódate… acomódate – se decía tratando quedara lo mejor posible sin lograrlo y ya un poco arto de la situación se subió el gorro de la chaqueta para disimular la situación y justo a tiempo lo hizo pues las puertas se abrieron para dejarle salir dándole la vista del exterior encontrándose con quien tal vez no quisiera o al menos tan pronto.
-buenas noches Shindou- san – el dueño de la disquera le sonreía como siempre.
-eto … buenas noches Tohma, Mika-san – hizo una reverencia.
-¿Eiri –san esta en casa?
-si.
-¿sabes si esta ocupado?
-en este momento esta dormido junto a Kotaro-chan
-entiendo, será mejor no despertarles. -le dedico una mirada a su esposa.
-pensé que vendrías por tu hijo – lo dijo un tanto extrañado de la situación.
-en realidad si pero dadas las circunstancias será mejor que Mika entre por el, yo solo venia a visitarle pero seria una impertinencia de mi parte en este momento, además – se dirigió a su esposa – creo que seria mejor aprovechar el tiempo.
-creo que tienes razón, me llamas cuando termines- volteo a ver al peli rosa – nos vemos Shuichi.
Ambos la vieron desaparecer tras las puertas del ascensor.
-entonces yo me retiro, ya es algo tarde tengo que llegar a casa.
-si gustas puedo ir a dejarte – le ofrecía el productor para sorpresa del cantante.
-no es necesario – lo decía un tanto apenando.
-de hecho tenia pensado verte mañana, pero se da la oportunidad y creo que seria lo mejor.
El rubio no espero la respuesta de Shindou solo camino a la salida del edificio sin mas entro en el auto y abrió la puerta del copiloto delante del peli rosa quien no pudo rechazar la invitación, el peli rosa ya en el interior pensaba que seria lo que tuviera que decirle el jefe de la disquería después de todo su disco marchaba a la perfección aparte del hecho que no recordaba tener algún problema con reciente.
-Shindou-san, ¿te importaría si antes de llevarte a casa vamos a otro lugar?
Movió el rostro en señal negativa.
-¿Cómo has visto a Eiri estos últimos días?- comenzó la plática para romper el hielo.
El productor saco de sus pensamientos a su joven acompañante, esa era una pregunta que de algún modo la incertidumbre le obligaba a decir pues no le había visto en mucho tiempo.
El ojiamatista suspiro –Yuki esta bien, pero no es el mismo.
-¿a recuperado sus recuerdos?
-no, el sigue tan igual como cuando lo encontré en el parque y me conto todo, aun no sabe quien soy o quieres éramos.- le dedico una mirada fría- Se que eso te tranquiliza.
-no me mal entiendas, pensé que lo sabría cuando te vi salir del edificio. -sonrió sínicamente.
Triste dio la negativa- es largo de contar, aunque estamos mejor así – dio una pausa para continuar- en momentos llega a aparecer el antiguo Yuki pero solo rastros.
-entiendo, cuando estuvo en Kioto también yo por momentos logre ver a aquel niño que era hasta antes que ocurriese ese penoso accidente.
-Kitazawa siempre será su sombra.
-no, por ahora el no sabe nada sobre eso y ojala esa parte nunca resurgiera -apretó el volante con sus manos.
-¿porque no me dijeron nada del accidente?
-bueno, cuando sucedió todos estábamos conmocionados tardo demasiado en despertar y esperábamos llegase a preguntar por ti en algún momento pero... nada, el doctor recomendó que tuviese tranquilo en su recuperación alejado de los medios...
-y de mi por supuesto, Tohma siempre sucede lo mismo si es algo con respecto a Yuki tratas de excluirme sin importarte nada ni a quien pisas o dejas en el camino.
-¿crees que solo pensé en Eiri?, lo lamento en verdad si vez las cosas desde ese punto de vista aunque inclusive también pensé en ti, se que estarías bien con Hiro y más aun con Ryuichi inclusive se que vivieron juntos por un tiempo.
-que mal concepto tienes de estabilidad Tohma, mi vida en ese momento fue un completo calvario...
-no te engañes Shindou, tu vida fue el calvario que llamas solo por una cosa y esa es haberte sentido engañado-tomo un poco de aire para calmarse- te imaginas que hubiera sucedido si hubieses sabido sobre su accidente, hubieses venido y tal vez llenado a Eiri de una sarta de preguntas interminables, inclusive se hubiese sentido obligado a volver a ti, en cambio ahora todo es mas tranquilo le estas dando tiempo al tiempo.
-tal vez tengas razón- vio al productor sonreír de lado- pero me hubiese gustado tener esa oportunidad y no estar en este punto donde me encuentro.
No tardaron en llegar al lugar entraron a una enorme residencia y al abrir la puerta un sirviente dio información de forma discreta al rubio.
-Shindou entremos a la casa.
El cantante lo escucho de algún modo presentía las cosas se pondrían aun más pesadas de lo habitual, pero ya resignado siguió al productor, caminaron por un enorme pasillo iluminado en todo su esplendor.
-Hay alguien que quiere hablar contigo es por eso que hemos venido, inclusive estaba dispuesto ir a la disquera si fuese necesario- saco de un armario un kimono el cual entrego -póntelo el baño esta en la siguiente puerta a la derecha.
El peli rosa tomo las ropas he ingreso al cuarto no tardo mucho en salir vestido he inclusive peinado.
Siguieron caminando hasta llevar a otra puerta lo vio abrirla dándole la pauta para ingresar, con nerviosismo en su ser ingreso al lugar no valía la pena tratar de huir, ya era muy tarde para ello.
Detesto tanto misterio – pensaba en su interior, al revirar su vista periférica le brindaba la imagen del lugar, salía de la decoración de la casa en su totalidad, el piso era de duela con una excelente iluminación en el centro del salón estaba quien le esperaba pacientemente con los ojos cerrados y en posición de meditación.
-Sr Uesugi, buenas noches – interrumpió el silencio sepulcral.
El mayor seguía con los ojos cerrados solo hizo un movimiento de su mano para indicarle se sentara a su lado, Shuichi obedeció tomando la misma posición del mayor tratando de estar lo mas quieto posible, pero haciendo honor a la verdad de antemano sabia que no podría hacerlo, su naturaleza imperativa se lo impedía a toda cosa.
Miro de reojo a su “suegro” que seguía en su misma pose, ¡me quiero volver chango! Han pasado 2 minutos y sigue meditando… ¿o ya se habrá dormido?, volteo para comprobar su pensamiento.
-nada – dijo en un hilito de voz.
Intento nuevamente tomar la pose de meditación, respiro hondo y busco en sus recuerdos todo lo que supiera sobre ello, “debo respirar hondo y tratar de normalizar mi respiración” “ahora no pensar en nada” paso un minuto en esa situación “¿Cómo se hace para no pensar en nada?” ahora su mano estaba en su cien “¡me lleva!, sigo pensando … no es justo, nunca me dijeron que tendría que hacer este “circo” y mucho menos a estas alturas, se compadecía el ojiamatista.
-3 minutos después-
Comenzó a tararear la canción que llegaba a su mente.
Obieta mezuki de iradatsu omoi
uwaki na kaze ni hakisutete
hibi wareta rojou ni toketa shigunaru wa
kizuato dake nokoshiteiku
-5 minutos después-
Movía su cabeza y parte de su cuerpo sintiendo la melodía.
-veo que lo suyo no es la meditación jovencito- el menor abrió sus orbes para darse cuenta que quien le tocaba el hombro y le hablaba era el padre de Eiri.
-lo siento.
-bien vamos progresando, al menos ahora se disculpa por sus faltas y hasta puedo verle vestido decentemente.
Shuichi coloreo sus mejillas recordando la primera vez que vio a ese venerable señor y el portaba un "lindo" vestido naranja, movió la cabeza ¿que nunca podría perdonarle ese incidente? ya habían pasado más de tres años y aun seguía con la misma situación.
-creo que hace más de tres años le pedí disculpas por ello señor, en verdad lo lamento - heme aquí disculpándome por enésima vez.
-lo entiendo.
-¿en verdad?
-veo que le falta vivir y comprender gran parte de la vida, precisamente es lo que me trae a esta aparatosa ciudad.
Shuichi guardo silencio tratando de descifrar si tuviera un mensaje oculto esas palabras, el mayor interpreto el silencio como su pauta para poder continuar.
-En mi juventud contraje nupcias con la mujer que eligieron mis padres para mi, en esos días no lograba entender a la perfección ese destino, me preocupaba el hecho de no llegar a ser feliz, un año después llego mi hija Mika, pasaron algunos años y llego Eiri y de igual forma Tatsuha… -suspiro – un día abrí los ojos y me sentí el hombre mas feliz tenia una familia… ¿sabe que tan importante es la familia jovencito?
Shuichi dio una afirmación.
-eso es lo que deseo para mis hijos, inclusive para usted… por momentos al ver la rebeldía de Eiri imagine que esto no seria posible él rechazaba a cada instante a su prometida y cada noche yo rogaba por un rayo de esperanza y llego – decía convencido, Shuichi no daba crédito a las palabras dichas por aquel hombre tan imponente.
-Eiri al regresar a Kioto, a su casa, llego con ese milagro y acepto muy bien compartir un tiempo con su prometida, la señorita Usumi, inclusive compartieron varias tardes juntos…
Con cada palabra Shuichi entendía la situación.
-se que usted esta apenas siendo presente de nuevo en su vida, le pido que deje a Eiri ser tan feliz como yo lo fui con su madre, Ayaka le podrá dar la familia que usted nunca pobra.
-Yuki y yo ya no somos nada…
-por ello están muy a tiempo de enderezar el camino, dese y dele la oportunidad, ¿usted le quiere?
El peli rosa agacho la cabeza ¿Qué clase de pregunta era esa?, por supuesto que le quería, la palabra exacta era que le amaba.
-su silencio para mi es una afirmación, por ese amor déjelo libre.
El peli rosa se levanto lentamente pareciera que la hiperactividad que siempre tenia se había quitado como si fuese un accesorio.
-es tarde, debo irme.
-prométame que no lo buscara más.
-esta bien, lo prometo.
Siguió su camino a la puerta, a pesar de la luz le parecía lúgubre ahora el lugar.
“me pide que lo deje”…
Al abrir la puerta se topo con un sirviente que le esperaba con sus ropas en la mano y encima su mochila inseparable.
-Sr Shindou tome- dándole sus pertenencias y ahora abriendo las puertas del baño – si gusta puede pasar a cambiarse aquí, me ha indicado el Sr Tohma que una vez que usted me indique le ira a dejar a su casa.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿disculpe Señor?
-te preguntaba cual es tu nombre, y vamos no me mires como si te fuera a regañar es solo que yo no soy tan frio como para dirigirme a alguien como un sirviente.
-Sasuke señor.
-bien, Sasuke espérame un momento mientras me cambio, prometo no será mucho tiempo.
En efecto el peli rosa ya solo en el cuarto de baño se desvestía lo más pronto posible, una vez que se vio con sus ropas de siempre frente al espejo, con la mano secaba una traviesa lagrima que se escapaba sin tener en cuenta el lugar donde se encontraba.
-tengo que calmarme – abrió la llave del agua fría y se lavo la cara con ella su finalidad era calmarse y alejarse de ese lugar lo mas pronto posible, una vez calmado tomo su móvil marcando a una centrar de taxis para que fueran a recogerle.
-ha dicho que llega en 5 minutos, será mejor salir – pensaba que ese lugar era tan grande que tal vez se tardaría ese tiempo en salir, coloco la mochila y ya con la mente fría supo que hacer en ese momento.
-gracias por esperarme Sasuke, hazme un favor no le digas a Tohma que me voy simplemente cuando pregunte dile que preferí irme solo.
-le entiendo Señor Shindou pero…
-no te preocupes Tohma me conoce y no le extrañara, en verdad no quiero verle Sasuke.
Resignado el sirviente le acompaño hasta la salida, y en efecto el taxi ya estaba esperándole como lo había previsto, con lo que no contaba es con el productor esperándole recargado en su auto.
-Tohma, no es necesario que me lleves ya he pedido un taxi.
-Shindou, creo que si algún día llega a saber Eiri esto no me lo perdonaría, deja que te lleve.
-no te preocupes por eso, su padre se encargo muy bien de que no le vea mas.
-¿Qué te ha dicho?
-nada que tu y yo no sepamos, la importancia de una familia y hacerme prometerle no buscarle.
-en realidad pensé que seria algo mas cuando lo vi tan serio, te sugiero que te pienses un poco las cosas y no tomes tan literal la situación.
-lo pensare, aunque es mejor que regrese solo a casa, y de nuevo gracias por el ofrecimiento.
El peli rosa ingreso al auto alejándose de aquel lugar donde dejo de soñar para pisar en frio la realidad.
Días después...
Arrugo sus ojos para protegerse de aquella luz traviesa que se colaba en sus orbes, con ello sabia que era hora de levantarse. No quería hacerlo.
Le tomo un rato decidir que haría primero, no tenia ganas de hacer mucho en su día de descanso, de hecho ni levantarse, ¿que podría ganar con ello? se preguntaba aunque su cuerpo no opinaba lo mismo y se lo hizo notar al hacer aquel sonido particular indicando necesitaba con urgencia alimento.
-¡Como si necesitara comer ahora!- se escucho a su estomago contradecirle-ok, ok... ya entendí.
Termino por retirar el edredón que le cubría para salir a atender aquella necesidad, a su paso tomo el control del aparato de sonido esperando tal vez encontrar algo de música para ambientar el lugar, una vez en la cocina abrió la alacena encontrándose a su paso una lata de crema de champiñones con los ojos iluminados por el hallazgo.
-voy tratando de cambiar, mis impulsos sobre ti... no podía continuar si no te tuviera aquí...y alejarme significa un suicidio yo te amo más que a nadie...-cantaba mientras buscaba un recipiente donde calentarla, en su camino hayo una pequeña olla metálica donde coloco la lata y estaba a punto de ingresarla al horno de microondas en ese momento su mente le jugo una buena jugarreta remontándolo a momentos pasados.
INICIO DEL FLASH BACK
Él se encontraba caminando de puntitas con fin de no despertar al novelista, de antemano sabia que la noche anterior se la había pasado en vela pues el insomnio le hizo una mala pasada, y como quien cocinaba se encontraba dormido tenia que ver si había algo que pudiera comer.
Un momento después en su camino hayo una bolsa de palomitas para microondas, ahora de solo pensar en el sabor a sal y a mantequilla se le hacia agua la boca a si que rápidamente coloco en el primer recipiente que encontró la bolsa para después ponerla en el horno.
-¿Qué se supone que haces, mocoso?
El peli rosa salto sorprendido por escuchar aquella voz justo detrás suyo.
-eto… Yuki es que quería comer algo.
El rubio le quito el recipiente sacando la bolsa examinándola.
-bien, y por eso querías arruinar mi horno, ¿no es así?- esto lo dijo moviendo el recipiente metálico que tenia en la mano.
Tan sonriente como siempre Shuichi dijo en su defensa- olvide que no se deben meter cosas metálicas.
-me hubieras despertado si tanta hambre tenias.
-bueno, es que se que no dormiste bien y …
-en eso tienes razón, aunque – comenzó a acorralarle hasta tenerlo recargado en la pared-yo también tengo hambre y es de ti- a cada palabra se acercaba más a su presa hasta quedar en sus labios los cuales devoraba con gran intensidad.
El peli rosa se quedo un tanto sorprendido pero de igual forma se dejo llevar por la situación, entre tanto solo se le vio al rubio dejar el recipiente en la barra del desayunador sin dejar de hacer aquella tarea ardua en la que estaba inmiscuido, ahora libres sus manos tomaba desde la cintura a el peli rosa recorriendo lentamente la piel tersa.
-y pienso saciarla – lo dijo en casi un susurro en su oído viéndolo estremecerse, con ambas manos lo cargo para llevarlo al aposento mas próximo y hacerlo suyo como si fuera la primera vez.
FIN DEL FLASH BACK.
-es cierto los recipientes metálicos no van aquí… ¡maldita sea! –comenzaron a fluir las ideas en su cabeza -Es imposible no querer pensar en él cuando me lo topo en cosas tan simples como comer, en momentos como este quisiera faltar a aquella promesa que le hice a tu padre Yuki… quisiera hundir esto que se roba mi ser, pero solo por una vez quiero darle la razón, pero… ¿Cómo estas tu sin mi?
-3 Días -
El rubio encendía un nuevo cigarrillo sin quitarle la vista de encima a la puerta principal, esperando tal vez se abriera para mostrarle aquella silueta de la persona idónea.
-no, creo que hoy no vendrás...
Una semana sin verle…
El ojimiel miraba el apuntador de la maquina parpadear con una hoja en blanco, llevaba 2 horas tras el sin poder plasmar una idea concreta, había hecho múltiples intentos pero aun no se le ocurría nada, tomo su cigarro del cenicero para darle una calada más pero ya estaba apagado, en realidad eran ya 2 veces que le sucedía lo mismo encendía un cigarro y en la mano o en el cenicero se consumía sin que hubiese fumado por lo menos la mitad, torció la boca por lo ocurrido.
-necesito un café.
Tenia la firme idea que un café haría maravillas en él, a si que se estiro para quitarse lo entumido de sus extremidades, claro era de esperarse después de tanto tiempo sin moverse, un minuto después ya se encontraba en el pasillo que conducía a la cocina.
-¿vas a tomar café otra vez?, es malo para tu salud Eiri.
Por el rabillo del ojo distinguió la figura de su padre en pose de meditación en plena estancia.
-aun sigue aquí.-dijo entre dientes.
Siguió caminando para el área de cocina entre tanto se llego una mano a la cabellera en señal de desesperación él imaginaba que su padre se había ido desde hace más de una hora, cuando empezó con su sermón diario sobre la vida el había caminado a su estudio para no escucharle ya que los primeros 2 días le había tomado atención sin reparos pero ahora la situación era inaguantable.
-¿que paso aquí?- se hacia la pregunta una y otra vez, no daba crédito a los cambios sucedidos desde hace una semana, solo podía describirlo de una forma. Catastróficos.
Y en verdad no había otro modo de descripción pareciera que su padre hubiera intercambiado el lugar con Shuichi y ahora el de las visitas diarias era él, aunque el problema provenía a el hecho de no ser una visita grata, y a su paso venia la cerecita del pastel ya se había terminado el suministro tanto de café como de cigarrillos.
-lo que faltaba...
Se dirigió a su cuarto para cambiarse algo de ropa y tras de si cerro la puerta un tanto brusco, y aun sin rendirse el mayor comenzó a hablarle sobre vicios y criticándole con énfasis todos y cada uno de los que era culpable el rubio.
-Hijo el tomar tanta cerveza dañara tu hígado Eiri.
Buscaba una camisa lo mas decente posible.
-además ya eres un adicto a la cafeína sin contar el daño que te hará en el estomago.
Acomodaba su cabellera.
-por otra parte el cigarrillo te producirá enfisema pulmonar.
Yuki salía del cuarto buscando ahora su billetera y llaves.
-sin contar el daño a tu cuerpo con esta vida tan mala que llevas seria mejor que regresaras a Kioto...
-Suficiente de la clase de salud,- en sus ojos se reflejaba la ira contenida- cuando salgas cierra la puerta solamente.
Atónito por esa situación el mayor trato de imponerse como autoridad.
-Te recuerdo que soy tu padre Eiri.
- y como olvidarlo si no hay día que no lo lamente.
El escritor con paso firme se dirigió a la salida del apartamento sin impórtale que su padre siguiera con los reclamos y unos pasos mas una vez cerrada la puerta dejo de escuchar aquello.
-¡Al fin tranquilidad!
Poco después ya se encontraba a bordo del auto negro y en calles aledañas se detuvo a comprar sus tan afamados cigarrillos, posteriormente avanzaba sin rumbo fijo recorriendo todos y cada uno de los sucesos acontecidos y aun no daba con la respuesta para la ausencia del peli rosa.
-¿le habrá pasado algo grave?
Comenzó a preocuparse al no encontrar otra respuesta una vez con esa duda en su mente se detuvo de repentinamente y casi de la nada por ende se escucho un par de sonidos estridentes provenientes del auto que por poco chocaba contra él.
-no, no creo que le haya pasado nada- se trato de convencer mientras jugaba con el celular.
-bueno, tal vez si...
Abrió el móvil buscando el numero deseado.
Escucho cuatro tonos y después la tan afamada grabación "el numero que usted marco no esta disponible o fuera del área de servicio"
En el auto se escucho solo el sonido de equipo finalizando la llamada entre tanto el rubio comenzó a meditar ese mar de sensaciones de las cuales era presa, la sensación de soledad ahora le era conocida de algún modo inexplicable en el hospital al despertar la sintió pero ahora la identificaba con más claridad.
-¿en que deja vu estoy parado?
RING, RING
Contesto la llamada esperando no fuera nadie indeseable.
INICIO DE LA CONVERSACION TELEFONICA.
-Eiri-san, ¿donde estas?
-Tohma eso no importa mucho.
-tu padre esta un tanto exaltado.
-dile a Mika que se encargue de el al fin creo que es su vocación.
-entiendo parte de su molestia, y bueno cambiando un poco el tema hace 3 días te llame a casa dejando un mensaje porque necesito hablar contigo.
-si es así te veo mañana en la disquera.
-pero Eiri-san
CLICK.
FIN DE LA CONVERSACION TELEFONICA.
El rubio rio de lado ahora tenía el pretexto perfecto para ir a ese lugar sin ser tan obvio su interés.
Dirigió su mirada al reloj de pulso que portaba dándose cuenta que la ya eran mas de las 10 de la noche.
-no veo otra opción más que ir a tomar un trago, uno a tu salud mocoso.
CONTINUARA...