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MILAGRO DE AMOR por Yuzuki Eiri

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Notas del capitulo:

-¡Hola mis lindas lectoras! Ah, este…- la autora de este fic no sabe como comenzar a disculparse 3, 2, 1 -¡Lo siento mucho!, en verdad pero tratare de hacer un resumen de lo sucedido, me propuse la genial idea de volver a la universidad  tuve que estudiar mucho para entrar y felizmente lo hice, lo malo es que entre el trabajo y mi nueva obligación me comieron el tiempo horrores, en verdad en ocasiones desee que el día tuviera tal vez 28 horas, cosas muy buenas sucedieron :D

Les agradezco infinitamente sus comentarios y visitas, me di algunas vueltas y créanme que si sentía feo el no poder darles una continuación rápido o algo, pero no tenia nada decente si no cosas de derecho aparte que tuve que leerme mi historia porque ya no recordaba ni en que me había quedado ese fue otro punto por el que me tarde mas jeje.

Sobre el capitulo va dedicado a tod@s mis lector@s que me tuvieron paciencia todo este tiempo en verdad gracias y espero me sigan leyendo, claro esta en especial a ana, Ayuchan, dulce_kokoro, mamitamia, ETSUKO04, ale-chan, y makiiihita por dedicarme un momento de su tiempo en escribirme un comentario, en verdad  gracias fue lo que me levanto en algunos momentos, espero les guste y …¡COMENZAMOS!

CAPITULO 23 PRINCIPIO.

 

-¿se habrá despertado ya?.

El dueño de la disquera se encaminaba a su oficina con ese pensamiento, habían pasado ya casi 5 horas a partir de que su cuñado llegase a su oficina, de algún modo se sentía extraño porque hubiera aceptado el dormir en ese "hueco" pero igual si eso le daba un poco de tranquilidad que de algún modo el le había quitado pues seria todo para bien, abrió despacio la puerta   encontrándole aun dormido reposando en aquel sillón tan tierno como cuando era ese niño incansable y después adorable adolescente.

-no ha comido nada... -dijo preocupado, mientras extendía su mano hasta llegar al hombro del rubio para poder despertarle aunque fuese un instante y saber como se encontraba.

-mmm... -respondió al contento.

-Eiri-san.

- ¿y Shui...chi?.- no abrió sus orbes en su totalidad.

-supongo que aun en la sala de juntas.

-estuvo aquí- dijo entre preguntado y afirmando la situación.

-lo siento Eiri, pregunte a Miduru si alguien me había venido a buscar y menciono que no.

-entonces -se volteo dándole la espalda a Tohma y cerrando sus orbes nuevamente-fue solo un sueño.

El productor tomo el saco tirado en el suelo cubriéndolo nuevamente.

-duerme Eiri, duerme... parece que el medicamento te hizo un efecto aun más prolongado que antes.

Un momento después salió de ese cuarto dejando al rubio perderse en sus sueños.

 

 

-9:49 am-

 

-Todo saldrá bien...

 

Esta pequeña oración era repetida una y otra vez por él ojiazul tratando de darse valor en las horas que le restaban de incertidumbre, llego a pensar que tal vez fue un completo error el haber dejado que fuese solo su joven amante y después llegaba la pregunta ¿y que realmente pudiera arreglar con Shuichi?, ese chico no sabia nada sobre el, aunque a su vez el supiera todo o la gran mayoría inclusive llego a pensar que se le parecía un poco a uno de sus antiguos pacientes.

-Su cara y esos gestos ...¡Estoy alucinando!- imagino que tanto tiempo libre le hacia daño pues

comenzaba a hacerse "telarañas mentales", divagando entre lo que pudiera ser y lo imposible, al fin y al cabo simples suposiciones.

Reviro en su apartamento dándose cuenta el pequeño desorden que tenia y como había que pasar tiempo hasta saber noticias opto por ordenar un poco, en su escritorio encontró varias cosas de las que no era dueño, al rededor de 7 videos de música, una maleta a medio vaciar con ropas desparpajada por todos lados.

-¡mocoso desordenado!- No doblo la ropa solo la coloco en un rincón con el dulce pensamiento de "no soy tu nana", y debajo de esa pila estaba su novela ya empastada para ser presentada como libro, con ella en la mano llego a cruzársele por la mente el tirarla y dejar ese asunto por la paz aunque un dolor en el alma se lo impidió y es que no se puede echar por la borda lo que nos ha costado tanto tiempo desarrollar.

-lastima que no hayas salido a la luz, realmente hubiera valía la pena- con el sentimiento de frustración camino hasta el estante de libros, pero ahora se daba cuenta que no había un lugar donde pudiera colocarla, y de solo imaginar el trabajo que le aguardaba al querer escombrar ese librero le dio un ligero dolor de cabeza, aun así se dejo de patrañas he inicio su tarea. Tomo una pila de ellos la primera obra tenia un por nombre "el vicio bien recompensado", la siguiente era "el quijote" estos dos libros en la parte frontal una nota con información sobre la opinión que se había formado de ello.

-Esta letra no es mía...

 

Tan solo una nota fue suficiente para remontarle a su natal Italia, pasando por imágenes de su infancia transcurrida en ese lugar y un momento después se vio abordando el avión que le traería hasta la tierra donde se encontraba, inclusive una ráfaga de viento ayudo encarecidamente a fermentar el recuerdo de esos momentos.

-¿y donde te metiste Marco?- con la sonrisa indiscutible en su rostro tomo su móvil y comenzó a

escribir un texto deleitado por la situación y los recuerdos.

 

Unos minutos mas tarde sonó el timbre de su apartamento llegando a imaginar tal vez fuese el joven pelinegro, de sopetón abrió la puerta.

-¡se te olvidaron las llaves!- exclamo.

-¿como es que se me pudo olvidar algo que no tengo?

-¡Marco!

-ingrato-bufo enojado.

-a mi también me da gusto verte.

Le vio irrumpir en la sala desplomándose en el sillón central.

- entonces... ¿recibiste mi mensaje?

-no Paul, ¿como crees?, yo pasaba por aquí para saludar a los amigos.

-Hombre no tienes que  usar ese tono de  ironía conmigo, lo admito me ausente por un tiempo.

-uno muy, pero muy largo, por cierto que ya te imaginaras que el trabajo ya no existe.

-¿eh? - dijo extrañado al no haberse supuesto ese desenlace.

-me llamaron que se habían perdido los bocetos que me habías dado y necesitaban nuevamente los enviara, como era de esperarse yo no los tengo por ser tu presta nombres, paso el tiempo y ...

-lo demás lo supongo no te preocupes.

- y ¿ahora que harás?- tenia un ligero tono de preocupación.

-no te preocupes, igual como siempre lo dije era un empleo temporal y bueno será cuestión de dejar en curriculum en otros lados.

-es lo bueno de ti, vez la vida mucho mas sencilla.

El pelinegro de alzo de hombros -¿que podemos hacer después de lo ocurrido?, nada, mas que dejar de preocuparnos y buscar opciones.

Hubo un vaivén de silencio hasta que fue interrumpido por Marco aun dudoso en preguntar sobre

las vacaciones tomadas por su amigo de aventuras.

-y ... ¿supongo descansaste mucho?

-siendo sincero fue más trabajo que descanso.

-¡pues a donde fuiste!, que te busque por todo Japón.

-¿me buscaste en Kioto?

-¿Kioto?- se llevo la mano a la frente- ¿como me iba a imaginar que estabas en ese hueco?

-bueno si me hubieras buscado por todas partes... además te deje un mensaje en la contestadora indicándote el lugar.

-y te caí en una mentira, no recibí ningún mensaje.

-déjame adivinar, en esas fechas llevaste a alguna de tus "amiguitas" a tu departamento ¿cierto?

-tal vez- trato de hacerse desentendido.

-bueno en definitiva fue una de ellas, pero ahora ya no importa.

 

Un largo silencio inundo la sala pues ambos jóvenes reflexionaban sobre sus culpas y pormenores, posteriormente siguió una platica muy amena recordando a la bella Italia y sus aventuras vividas

en esa zona hasta que el amigo del pelinegro hizo la pregunta que todo amigo incomodo haría.

-y ... ¿que paso con Yuki Eiri?

-¡diablos!, tocaste mi talón de Aquiles, esa es una larga historia.

-pues tienes suerte amigo, tengo mucho tiempo para dedicarle.

-me encanta cuanto de duro el enojo-le dijo socarronamente acompañado de la mirada de complicidad impresa en su rostro.

 

 

 

En la disquera NG el peli rosa se enfrentaba al abrazador flash de la cámara a la cual posaba tratando de fingir una sonrisa, mantener esa pose de triunfador aunque se sintiera inseguro inclusive del suelo donde pisaba.

-Shindou-san por favor incline un poco la cara.

Esa voz la escuchaba lejana, como si no existiese, su mente seguía ocupada en aquella marca en la camisa del rubio la cual dibujaba el contorno perfecto de unos labios ubicados exactamente en ese lugar sagrado donde el siempre se recargaba cuando le hablaba el ojimiel o simplemente para descansar y sentirle suyo. De antemano sabía que pertenecían a

una mujer, a su vez no quería ni imaginar el hecho que hubiese llegado a mas.

-Shindou- san, ¿me escucha?

La chica le tomo del hombro pues se había cansado de hablarle sin obtener al menos una señal de respuesta.

-¿eh?, ¿hemos terminado?

-parece que si, en realidad no puedo avanzar mucho si me sigue expresando esa mirada perdida.

-¿perdida?- trato de defenderse de lo inevitable pues la joven le dio una instantánea en la cual se reflejaba esa situación.

-Lo siento, tal vez mañana sea mejor... hoy.

-Por supuesto Señor, mañana estaré aquí a la misma hora.

-gracias por tu tiempo- le sonrió el joven y salió a la sala donde su gran amigo Hiroshi veía una revista para matar el tiempo.

-¿terminaste?

Se alzo de hombros el oji amatista- casi, mañana continuaremos... eto ¿nos vamos?- no quería decirle que por su culpa esas fotos aun no estaban listas, ambos jóvenes bajaron por el elevador hasta llegar al recibidor donde el pelirojo fue recibido por un caluroso abrazo por parte de una joven tes blanca con cabellos teñidos con tonalidad rubio platinado.

-¡¿Yoko?!

-¿nos vamos Hiro?

-a...¿a donde?-preguntaba nervioso el guitarrista.

-¡olvidaste que teníamos una cita!.- la chica comenzó a cambiar el tono de voz de dulce a molesto.

-es que quede de llevar a Shu a casa.

-no te preocupes por mi Hiro, gracias de antemano.

-pero...

-en verdad no hay problema, diviértanse- el joven peli rosa lo incitaba a continuar con su cita ya planeada igual en esos instantes tal vez no podría fingir mucho, unos segundos después los vio salir en la moto del guitarrista, a su vez abrió la puerta plantándose justo en el exterior, con la mano hizo una señal de despedida sintiendo al viento alborotarle la cabella algo que no le importaba pues en su interior se entretejía el sentimiento ligero de envidia hacia su amigo y es que no tenia que fingir ante nadie, ocultar un sentimiento expresando otro. En definitiva estaba su cabeza demasiado sobre cargada entre el que pensar y el hacer.

 

-Shindou-san- solicitaban su atención.

-Shindou, ¿me escuchas?- el peli rosa inclino su cabeza un poco aunque eso no significara que estuviera escuchando en verdad.

-¿te gustan los onigiris?

-¿los onigiris?- seguía en su interior el joven amatista- claro ¿a quien no? - se rasco la cabeza

pensando que tal vez la pregunta era un poco absurda.

-tienes razón, toma - le dio un par de bolsas - compre comida para ambos, aprovecha el tiempo para hablar se que tiene algo importante que decirte.

El peli rosa comenzaba a reaccionar aunque no entendía bien a que se refería el dueño de la disquera con su particular sonrisa, no se animo a interrumpir pues entonces sabría que en verdad estaba distraído.

-Shindou-san tengo otra junta importan gusto en saludarte y espero disfruten la comida.

El peli rosa seguía confundido y cuando se animo a preguntar ya era un poco tarde pues Tohma ya estaba abordando la camioneta conducida por su chofer particular.

-¡Tohma!, para quien es esta comida.

-para ti y Eiri por supuesto, disfrútenla.

Acto seguido una camioneta perdiéndose en el horizonte y Shuichi maldiciéndose por ser tan distraído.

-¿en que lio me metí? - decía decaído y en tono bajo.

 

 

En otra parte de la ciudad un apuesto castaño escuchaba casi perplejo la historia relatada por el

ojiazul tratando de no perderse detalles de aquella situación.

-déjame ver si te entendí, tú en esa presentación tuviste algo que ver con ese escritor Yuki o como se llame.

-pues si ... y no ...

El castaño se quedo mirando a su amigo- y comenzamos con tus enredos.

-es que aun no llego a esa parte, como te dije hasta donde yo sabia en ese momento era Yuki Eiri pero en realidad pase la noche con su hermano quien fue en su lugar a la presentación.

-tu si que estas de antología, ¿como es posible que lo hayas confundido?

-bueno, en honor a la verdad creo que ni su misma madre los hubiese reconocido, si no fuera con la diferencia de edades diría que son gemelos.

-¿gemelos?, wow ¿tan buen parecido?

-casi exacto, en punto aquí es que una vez pasada esa noche supe ese pequeño detalle, pensamos que todo había quedado solo en nuestra memoria aunque no contaba que una cámara nos grabo cuando salimos al balcón.

-¿cámara?- sus ojos se abrieron de par en par al recordar aquel escandalo de televisión- jajaja, claro te reconocí por el tatuaje de la espalda.

-pues, esa noche no sabia como tomar las cosas, que pasaría entre nosotros, esa fue la parte buena.

-¿hay parte mala?

-la hay lamentablemente, gracias a ese reportaje suponemos que Eiri salió de su apartamento y tuvo un accidente.

-¡QUE!- el castaño sorprendido por el comentario.

-eso es parte de lo que sucedió, ese accidente desencadeno la amnesia que por el momento padece, su pareja estuvo a punto de romper todo contacto con él y de eso tengo parte de la responsabilidad- yo chocaba sus dedos una y otra vez- estoy trabajando con él constantemente para ayudarle aunque va el proceso muy lento.

-entiendo, eso ya es algo y ... ¿que sucedió con su hermano?

-no todo podía ser desgracia y ahora Tatsuha vive conmigo.

-¿tu con alguien por mas de un mes?, en definitiva grandes cambios.

-si, increíblemente llevamos ya más de 2 meses de relación, de hecho se fue a ver si podía arreglar

algo con su cuñado, ¿recuerdas que te dije que tipo de persona quería?

-como olvidarlo si pedias demasiado.

-el reúne casi todas las características, el único detalle es su edad.

-¿cuantos años tiene?

-19 años.

-¡asalta cunas!-le dijo recriminándole- ¿como se te ocurre quitarle la inocencia?

-te sorprendería saber quien le quito la inocencia a quien.- le decía en todo de burla, combinado con verdad inscrita.

Entre risas y comentarios la plática seguía su curso, algunos minutos mas tarde se escucho unas llaves abrir la puerta descubriendo a un joven pelinegro.

-Tatsuha, ¿como te fue?

-no estuvo mal- decía un tanto desganado.

-bien, quiero presentarte a un amigo que vino conmigo desde Italia, él es Marco.

-ah, mucho gusto...-en su cara reflejaba un sentimiento extraño- estoy cansado iré a acostarme.

Ambos adultos lo siguieron con la mirada hasta perderse en las escaleras.

-traducido, no quiero hablar.

-es... es extraño, él no es así.

-deberías dejarlo un rato, tal vez es cierto, yo estaría cansado después de pensar como arreglar ese problema.

-tal vez tengas razón, pero... Tat tiene algo muy raro, no es el mismo.

 

 

Parado frente a la puerta respiraba con un poco de dificultad, y aun a si la abrió dándose cuenta que la oficina estaba vacía, tan ordenada como siempre.

-debe seguir... en ese hueco- decía queriendo equivocarse por completo y aun así no declino la

misión solo respiro lo más hondo que pudo y se adentro en ese lugar privado, encontrándolo en total quietud.

 

Regreso un par de pasos para cerrar no quería que alguien entrara por sorpresa. Con ligereza cruzaron el pequeño pasillo hasta tener de frente a si la estancia completa, llego hasta la mesa central en forma rectangular. Después de un par de resoplidos con cuidado acomodo las bolsas antes haciendo aun lado las llaves en compañía del frasco con el afamado fármaco y por supuesto los cigarrillos del rubio una vez hecha esa tarea tomo asiento en esa pequeña pero acogedora mesa quedando frente al escritor, estudiando cada facción, cada gesto con aquella tentación sublime de abrazarse a el y no soltarle por mas que lo pidiera eso decía el corazón mientras la mente le martillaba recriminándole el no poder portarse duro con esa persona que le había hecho pasar una mala pasada, ese era Shuichi, la lucha constante entre mente y corazón.

Los minutos transcurrían.

-ya no quiero pensar... estoy arto de esto- pensaba para si, recargándose en su mano.

- mocoso- escucho una voz llamarle y eso fue lo que le saco de su concentración.

-Desper...taste.

-Los somníferos no duran tanto- una vez dicho esto lentamente se enderezo para quedar sentado frente a el peli rosa, este a su vez sintió un ligero nerviosismo recorrerle así que para salir del paso reviro a sus costados encontrándose afortunadamente con la bolsa con comida.

-eto... deberías comer.

-¿comer? - el rubio imagino que tal vez el primer argumento de ese chiquillo seria el preguntarle como estaba, o tal vez preguntar sobre que había hecho esos días sin verle, pero nada, solo le vio sacar los trastes con comida.

 

Un rato de silencio camino entre ambos.

-Yuki, ¿porque no comes?

-tengo casi la mitad del cuerpo adormecido por dormir en este lugar- confeso un tanto frustrado el rubio.

-esta bien, si es necesario te daré de comer en la boca.

-esto es nuevo- dijo sin pensar el ojimiel.

Con todo cuidado el menor abrió el primer traste encontrándose con algo que deducía era una sopa pero al notar lo complicado para su tarea opto por el siguiente plato que contenía el postre un par de rebanadas con exquisito aroma a "pay de limón" y casi sin pensarlo cambio los palillos por un cómodo tenedor iniciando el corte de la pieza.

-¿en verdad me darás de comer?- y mientras preguntaba el rubio no quitaba la vista de aquel

rostro, de algún modo extraño le gustaba esa situación el no sentirse tan fuerte aunque solo

fuese para ese chiquillo.

-abre la boca- le decía sin querer mirarle.

-mocoso...

-¿eh?

-¿y si te pido que me des de fumar?,-no le quitaba los ojos de encima, mirándole de forma retadora- ¿lo harías?

-tal vez- dijo distraído hasta que cayó a cuenta sobre la proposición del rubio.

-¡No Yuki!, ahora abre la boca y mastica.

-ya se mocoso no tiene que tratarme como un idiota.

-pues no te comportes como uno.

Como era de esperarse al poner casi toda su atención en no mirar al escritor Shuichi solo dirigía la mano a donde suponía era la boca del rubio y ese a su vez tenia que dirigirse de acuerdo a la dirección que tomase su alimento hasta el punto de hartarse y 2 pedazos después tomar las riendas de la situación, quitándole de el tenedor.

-¡Yuki! -tuvo que voltear por necesidad.

-te enseñare a darle de comer a alguien.

-pero...

Con su mano libre le tomo de la barbilla con el fin de estudiarle pues sabia que algo no andaba bien.

-abre.

El joven peli rosa no tuvo más remedio que aceptar masticando lentamente.

-es mas fácil si pones atención en la persona - le sugirió, un bocado mas tarde el cantante ya se sentía acorralado por la mirada penetrante del rubio a lo cual decidió distraerle haciéndole las preguntas que le venían a la mente.

-¿como... has estado?

-no es mi mejor época, creo haber tenido mejores.

-adelgazaste.-le dijo convencido.

-bueno la combinación de mi padre, aunadado al insomnio y no comer bien están acabando conmigo.

-y sin embargo -se escucho el cambio drástico de voz, el hecho de no poder aguantar mas - ayer saliste y por lo visto te la pasaste bien,- declaradamente fijo su mirada en la marca del labial en la camisa- ¿cierto?.

Con delicadeza escucho las palabras del peli rosa dándose cuenta que la clase había terminado y entre tanto tomo un cigarrillo encendiéndolo con parsimonia para responder- no es importante.

-tienes las huellas exactas de haber compartido una noche con una mujer y ... dices que no es importante- le dijo en tono irónico con sabor a recriminación.

El mayor escucho las palabras de ese joven dejando  en el cenicero su cigarrillo y a su vez desabotonando la camisa para quitarla por completo.

-¿que haces?- pregunto el peli rosa desconcertado.

- quitando tu punto distractor para que me mires a la cara y pueda contarte la estúpida noche que pase durmiendo en mi auto.

-no quiero escucharte, mejor me voy.- el joven oji amatista se paro de golpe.

El rubio no tuvo oportunidad siquiera de desabotonar el último botón pues el peli rosa cambiaba la tonalidad en su cara y eso significaba un enojo contundente, tan rápido como le fue posible Yuki se paro de ese asiento y lo rodeo con sus brazos apretándolo a su pecho.

-no quiero Yuki- se movió para poder zafarse- no quiero escuchar.

 El rubio ordenaba la idea en su mente- es simple lo que sucedió fue que salí a tomar un trago quedándome hasta que el mesero me indico la cerrada del lugar, como sabia que mi padre seguiría en el apartamento decidí quedarme en el auto hasta que llegase la mañana, esa es una de las peores ideas que he tenido.

-no te he pedido explicaciones.

-entonces no te comportes como una persona mujer celosa.

-¡yo no tengo celos!.

Continuo sonriendo un poco por aquella rabieta que estaba teniendo el menor-parece que soy mas famoso de lo que pensé, un grupo de chicas pidieron una foto en grupo, una de ellas al acercarse se atoro con algo y fue a estamparse aquí- le dijo señalando la imagen, se daba cuenta que podía formar una historia muy fácilmente y suponía era gracias a su carrera de escritor, esperando nunca tener que contar lo que en realidad sucedió.

-¿vez como no tienes porque enojarte?-  le alboroto la cabellera –mocoso mal pensado.

-¡oye yo no! – no sabia en que momento el rubio le cambio el panorama, como siempre ese ojimiel tenia la capacidad de destruirle o alzarlo, tal vez nunca podría entenderle por completo pero sabia que de algún extraño modo formaba parte de su mundo.

Yuki un tanto complacido abrocho nuevamente la camisa y acomodo su cabellera dorada, le ofreció la sudadera que estaba en la mesa para que se cubriera.

-vamos, es tarde - le abrió la puerta para salir y como si el tiempo no avanzara se quedo estático, el mayor le ofreció su mano este la sin quitar la vista, apretándola como si fuese su tabla de salvación. En ocasiones las palabras no son necesarias si el momento lo dice todo, si se siente la sensación de verdad en el aire.

Salieron de la oficina caminando por el pasillo ahora solitario, sus pasos le llevaron hasta el hermoso mercedes aparcado, una vez en el auto el rubio se puso en marcha pensando cual seria la mejor opción.

El silencio reino.

-por el momento no creo que sea buena idea que vayas a casa.

El menor apretó sus manitas un poco, sabia que Yuki es como comer un limón con miel primero es dulce pero al poco tiempo sale a relucir ese triste sabor amargo.

-por ahora me hospedare en un hotel, en casa esta un fastidio que quiero evitar.

-entonces, ¿Por qué estamos aquí?

-necesito una maleta, y mi laptop, así que vamos.

Ya en el apartamento Shuichi  ayudaba a formar una maleta con todo lo necesario, entre ropa, papeles de identificación y  demás se llevaron mas de una hora, el peli rosa se adelanto con las llaves del auto para poder abrir la cajuela y acomodar todo, al salir una persona nada grata los esperaba justo frente a el auto.

-buenas noches.- dio un escueto saludo.

-Señor Uesugi, buenas noches- se inclino para darle el saludo respetuoso.

-me parece que usted tenia una promesa conmigo, la cual veo acaba de romper, -le recorría de arriba abajo- ¿acaso no tiene decencia?

El rubio se paro al lado del peli rosa interrumpiendo.

-es curioso que hable de decencia alguien tan ruin como usted,  quien manipula para cumplir sus caprichos.

-Eiri ¿Cómo es posible que me hables de ese modo?, yo que siempre te he cuidado y no se te ocurra correrme pues de este apartamento no me moveré.

-se sus artimañas y no seré participe así que puede quedarse cuanto tiempo quiera que yo no estaré aquí.

Con su brazo libre le paso por el hombro –vamos- una vez dentro  ya que tanto Shuichi como el equipaje estuvieron dentro Eiri le dedico una ultima mirada a su padre.

-El no rompió su promesa, fui yo.

 

Continuara…

 

***EXTRA***

El rubio aparco en coche justo frente a la morada del guitarrista las luces de neón ya estaban encendidas reflejándose por doquier.

-Shuichi, ¿eres de alguien más?

Desconcertado lo volteo a mirar- ¡que pregunta Yuki!, pues tal vez.

-no seas de nadie mas…

Acto seguido el peli rosa por la impresión salió corriendo hasta la puerta abriéndola y cerrando casi al instante, por la impresión se deslizo poco a poco en la puerta hasta llegar al suelo, las manos se tapaba el rostro tratando de controlar la respiración.

Un texto lo interrumpió con la dulce nota:

“no huyas de lo que ambos sentimos, pues me gustas”

Notas finales:

¿Qué tal el capitulo 23?, se que falta algo de fuerza pero tengo  que volver a retomar esto de escribir porque un tiempo sin hacerlo y en verdad ya después me costo un poquito de trabajo.

Les comento algo, tengo una historia que también estoy publicando en amor yaoi que se llama ¿Quién te dio permiso?, es de Gravitation y en lo personal me gusto mucho el primer capitulo espero su apoyo de igual modo para ella ya que en verdad lo merece: D (La actualizo en 1 o 2 días)

Me gustaría saber su opinión de este nuevo capitulo entonces espero sus comentarios, acepto recriminaciones nada mas ténganme un poquito de compasión, por el momento les mando una felicitación acompañado de abrazo enorme por la navidad y el año nuevo, hagan su lista de propósitos, pásenla muy feliz en compañía de su familia: D

Por el momento es todo, cuídense y nos estamos leyendo.

BYE J

P.D.  :La actualización espero tenerla en enero y si me ayudan indicándome que desean ver se los voy a agradecer mucho :D.

P.D.2: para contacto también estoy en Facebook como Yuzuki Eiri, con todo gusto las acepto solo indíquenme son de la pagina amor yaoi para que acepte su solicitud o si desean que yo las agregue en un comentario me dejan sus datos.

P.D.3: ¿Qué tal el extra? Lo escribi en 5 minutos.


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