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Wii + Borrachera = Mala Compañera por AthenaExclamation

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- ¡Ikki, Hyoga! – Se oyó gritar a Shiryu – ¿dónde estáis? – preguntó.

Sorprendidos se apartaron sin darse cuenta, como por un acto reflejo, alejándose del otro sin quererlo.

Confundido, y sintiendo aun el cuerpo caliente de Ikki muy cerca, Hyoga se metió en el baño temblando, sintiendo que el corazón se le escapaba por la boca de la emoción, pero confuso por lo que acababa de ocurrir ya que jamás hubiera podido imaginar que lo que acababa de suceder, podría suceder en algún lugar que no fueran sus sueños.

- Hyoga… - susurró frunciendo el ceño, sin entender porque acababa de dejarle allí tirado – estoy aquí Shiryu… - contestó –y Hyoga está en el baño – añadió viendo un destello que acompaño al resplandor cuando regresó la luz.

- Menos mal… - suspiró Shiryu – pensaba que terminaríamos la velada a oscuras – se le acercó y notó algo extraño en su mirada - ¿estás bien? – puso su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Ikki.

- Sí… - le miró agradecido – gracias… - caminaron hasta el salón donde ya estaban todos los demás y comprobó que Saori y Sunrei se habían cambiado de ropa y se habían vestido con algo más cómodo y deportivo.

- ¡¡Niisan!! – Se abalanzó Shun sobre él – menos mal que no te lastimaste – le abrazó con fuerza.

- Sí hermanito, no te preocupes… - le sonrió aunque el brillo de confusión que había en sus ojos no pasó desapercibido para Shun.

 

Se sentaron cada uno en un sillón diferente, esperando a que Hyoga regresara del baño, pero demoraba muchísimo y Shiryu decidió ir a buscarlo.

- Hyoga… ¿estás ahí? – preguntó picando suavemente sobre la robusta madera.

- Sí… Ya salgo… - contestó – no te preocupes – giró el pomo de la puerta y salió del baño, tratando de disimular su nerviosismo, y pensando en cómo mirar a Ikki por lo que acababa de suceder, mientras regresaban con todos.

- Bien… ¿A qué jugamos ahora? – preguntó Seiya.

- ¡Podríamos poner ese juego de bailar! – exclamó Shun.

- ¡Cómo! – Espetó Shiryu – ¡no fastidies! – añadió sonrojado.

- Ah, lo dices porque no sabes bailar… - habló Ikki, mientras miraba a Hyoga de reojo, controlando cada uno de sus movimientos.

- ¡Ni que tú supieras! – contestó Hyoga antes que Shiryu.

- Te sorprenderías de lo bien que se mover las caderas Pato… - respondió a la provocación.

- ¡Eso habrá que verlo! – le retó sonrojándose, pensando en todos los posibles movimientos de cadera que podían existir.

Ambos, fruncieron el ceño. La guerra había estallado, y el vencedor, se decidiría bailando.

Seiya corrió excitado. Ese juego, el Saturday  Night Dance,  le encantaba. Sobre todo porque había un modo de batirse todos contra todos y este mismo, podía llevarse a cabo con sus múltiples opciones.

- Chicos… - susurró Saori levantándose – yo me iré a dormir – añadió triste, dándose cuenta al fin de que su propósito estaba más que lejos de lograrse, y sobre todo, dándose cuenta de que Jabu, seguramente se sentiría exactamente igual que ella cuando se dedicaba a rechazarle.

- ¡Está bien, perfecto! – Vociferó Shun – así tendremos más espacio – añadió sin darse cuenta de que casi echaba a Saori.

Esta, percatada de la situación, y sintiendo que en ese momento no era necesaria para nadie, se marchó resignada a su dormitorio.

- Y luego soy yo el bestia insensible… ¡te pasas Shun! – dijo dándole un capón.

- ¿Pero porqué? – Frunció el ceño confundido - ¿qué dije? – renegó.

- ¡¡No importa, no importa!! – Saltaba Seiya emocionado – ¿qué modo escogemos? – Preguntó – está el de batalla sin fin, a diez rondas, cinco rondas y tres – tomó aire y miró a Shun.

- ¡¡Batalla sin fin!! – exclamaron los benjamines al unísono.

- ¡Venga ya! – protestó Hyoga – son casi las 3 de la madrugada – explicó y vio en los ojos de Ikki ese brillo desafiante, así que en cuanto vio que abría la boca, seguramente para provocarle, se le anticipó - ¡¡Vale, está bien!! – Frunció el ceño – ¡esto nos llevará horas! - agarró su copa de vino y la bebió de un trago, tomando valor para poder mirar a Ikki sin sentirse mal por haber huido de ese modo, y también para ponerse a bailar delante de todos.

- Está bien. Entonces el que aguante más tiempo bailando será el ganador. Pondré el modo aleatorio, para que sea todo cuestión de azar y no porque lo haya elegido uno de nosotros – explicó Seiya.

Seiya se sacó sus deportivas rápidamente, prefería quedar descalzo, porque decía que siempre le ayudaba a bailar mejor en el suelo enmoquetado del salón.

El resto, conscientes de que si Seiya lo hacía era porque tenía sus motivos, se descalzaron apresurados puesto que solo faltaba darle a un botón, y la juerga comenzaría.

Ikki, llenó nuevamente los vasos de vino, parecía que los tres, Hyoga y Shiryu y él mismo, necesitaban de un pequeño empujón para ponerse a bailar a pesar de la fanfarronería.

Decidieron su posición frente al televisor, y tras elegir el pequeño avatar que representaría a cada uno durante el juego, Seiya,  se dispuso a pulsar el botón con el que todo daría comienzo, pero algo les interrumpió.

- Ho… ¿Hola? – Balbuceó sorprendido Jabu cuando regresó a casa - ¿aún despiertos? – preguntó mirando a cada uno de ellos.

- ¡Hombre! – Saltó Seiya – si hubieras llegado hace cinco minutos, podríamos haber jugado los ocho juntos – le explicó.

- ¿Ocho? – Se dijo a sí mismo y miró a su alrededor, dándose cuenta de que Saori no estaba con ellos – bueno, no te preocupes Seiya, yo ya vengo de bailar – explicó mirando el juego en la pantalla del televisor – así que ando cansado, mejor me iré a dormir, mañana tendré resaca… - se giró y se marchó lentamente a su cuarto.

Seiya se quedó extrañado. Jabu no solía ser de las personas que rechazaran los juegos, más si él estaba jugando. Se rascó su nuca y enarcó una ceja, perdiendo por un momento el entusiasmo y caminó hasta el vestíbulo, desde el cual se veían perfectamente las escaleras y vio la silueta de su amigo caminando despacio. También vio como se paró frente a la puerta, e inspiró con fuerza para después girar el pomo y entrar en ella.

- Es increíble lo borracho que está – explicó cuando regresó al salón – se ha confundido y se ha metido en la habitación de Saori – añadió negando con la cabeza.

Los mayores se miraron de reojo, entendieron perfectamente que no había sido un error en absoluto. Hasta Shun miró a Seiya con cara de asombro ante su inocencia, o por su despiste.

- ¡Anda! – Espetó Ikki dándole un suave capón – dale al dichoso botón para que podamos comenzar – acabó escuchando las risas de los demás que no podían dejar de pensar en cómo era posible que a Seiya se le escapara ese detalle.

Regresando a la realidad, Seiya recuperó su entusiasmo y tras volverse a colocar en su lugar, le dio al botón para que la partida pudiera comenzar.

Algo acalorados, porque sabían que iban a pasar un momento de vergüenza, Shiryu, Hyoga e Ikki, se movían lento, sin bailar demasiado, más bien todo lo contrario ya que únicamente, movían sus brazos cuando era necesario para ejecutar los movimientos que hacían que incrementara su puntaje.

Mientras se movían con control, justo lo contrario que los benjamines y Sunrei, que saltaban y se movían al ritmo de la música obteniendo los mejores puntos, los mayores se miraban de soslayo, esperando que no se rieran de ellos mientras bebían sin darse cuenta de que el alcohol iba haciéndoles efecto.

Poco a poco, más animados por el vino blanco, se fueron desenvolviendo con más desparpajo. Empezando a dar saltitos, incluso girando, hasta que se percataban de lo que hacían, y entonces, volvían a ser algo más recatados.

Pasaban los minutos, y los puntajes, eran demasiado igualados. Nadie se rendía, y el nivel de los bailes iba aumentando. Ahora ya no era posible disimular y ganar puntos con tan solo mover los brazos, sino que también era necesario girar, dar palmadas, mover la cintura y muchas cosas más.

Con tanto movimiento insinuante, y teniendo en cuenta de que cuando se baila, uno no se percata de si se mueve. Sunrei acabó frente a Shiryu, moviéndose sensualmente ya que la canción lo requería, pero poniéndole en un aprieto, ya que ver el cuerpo de su novia moviéndose así, con el short ajustado y la camiseta de tirantes de gran escote que Saori le había prestado, le hicieron desear demasiado estar en cualquier otro lugar.

- ¡¡Nosotros nos rendimos!! – gritó Shiryu soltando su mando, agarrando a Sunrei y cargándola en sus brazos - ¡¡Ven, no puede ni caminar!! – añadió dejando al resto atónitos.

Sin despedirse. Sin dar las buenas noches. Salió corriendo escaleras arriba, escuchándose las risas de Sunrei, que no podía creerse que Shiryu la estuviera “raptando”, para después, escuchar un sonoro portazo.

- Eso sí fue raro… - dijo Ikki sin acabar de creer lo que había visto, tomando algo más de vino mientras se dejaba caer unos minutos sobre el sofá.

- Sí – añadió Shun – nunca hubiese dicho que Shiryu fuese un pervertido… - se rió.

- ¡¡Venga!! – Exclamó Seiya - ¡¡Sigamos!!

- Sei – le interrumpió Hyoga – como verás, algunos ya se han cansado… - provocó directamente a Ikki, sabiendo que nadie más se había acomodado.

- Mira Pato… No juegues con fuego, o te acabarás quemando – dijo levantándose.

- ¡Ja! – se burló tomando más vino de su copa.

- ¡Está bien, tu lo has querido! – espetó – Seiya… ¿Por qué no pones el modo ese de Simón Dice? – pidió conociendo perfectamente de lo que hablaba.

- ¡¡GENIAL!! – Gritó Seiya – ya mismo lo cambio – apretó el botón que le enviaba al menú e hizo gustoso lo que Ikki le había pedido.

- Ahora veremos quién es el mejor… - le miró con el ceño fruncido, algo que hizo erizar a Hyoga, pero que también le excitó.

Hyoga, encontraba que Ikki enojado, era aún más guapo y sexy que cuando estaba tranquilo. Aunque cuando estaba tranquilo y sobre todo pensativo, no podía evitar preguntarse lo que estaría pensando, igual que no podía evitar, quedarse embobado mirándole.

Seiya, se dedicó a explicarle a todos de lo que trataba ese modo de baile. Deberían hacer giros, dar palmas, y todo lo que un logo les indicara cuando apareciera en sus avatares. Debían hacer cada cosa a su momento. Incluso debían quedarse quietos para no perder los puntos, o para conseguir los bonus por hacer los movimientos correctos.

A excepción de Hyoga, que se distrajo pensando por unos segundos en los momentos que había quedado embobado mirando a Ikki. Asintieron, dando a entender que habían entendido completamente, así que Seiya, volvió a presionar el botón, y la partida comenzó.

La canción que salió elegida al azar fue “Wake Me Up” de George Michael, lo cual agradó enormemente a los pequeños, y disgustó a los mayores que dedujeron que seguramente habría muchos y muy difíciles movimientos.


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