Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Herederos de una venganza. por princesa tsunade

[Reviews - 257]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola ^^ sinceramente espero que les guste la historia ^^ cualquier consejo, sugerencia o duda que quieran decirme son bienvenidos ^^

les aviso que las actualizaciones seran una vez por semana, los viernes ^^ 

Cuenta la leyenda que hace dos mil años Poseidón, Gran Dios de los mares y emperador de la Ciudad de Atlántida, fue maldecido por la hermosa y poderosa diosa Afrodita.


La Diosa del amor se había enamorado, una de sus tantas conquistas, de uno de los hijos mayores de Poseidón y Anfítrite, estos se negaron a que aquel amor se consumara y el Emperador de los mares dicto la ley de que cualquier tritón o sirena que se enamorara de un humano seria exilado de la ciudad de Atlántida o en caso de consumar su amor condenado a muerte. El príncipe, ante la negativa de su padre, rechazo a la hermosa Diosa y decidió quedarse en sus dominios. Pero Afrodita no se quedaría sin hacer nada ante esta intervención y ofensa juro vengarse de Poseidón.   


La rencorosa patrona del amor, espero pacientemente al nacimiento del último hijo de Poseidón y Anfítrite, el príncipe Adrián, el tritón mas joven de la Ciudad Atlántida bajo el mar.


Afrodita sabia muy bien cual era la debilidad del Emperador de los mares y, enfurecida por su rechazo y por negarle su apoyo, decidió tomar ventaja de aquel valioso conocimiento.


Lo que la Diosa no sabía, era que con esa venganza involucraría a los corazones de dos inocentes jóvenes que sin merecerlo recibieron el castigo de los orgullosos dioses. Y que con este capricho la destrucción del mundo estaría cerca.  


 


Todo comenzó aquel día, durante la fiesta de presentación de aquel bebe tritón. Anfítrite y Poseidón estaban muy felices de presentar a su último hijo. Todos los dioses estaban allí, en la hermosa y pintoresca Atlántida, incluso Zeus. La única que no se encontraba allí, debido a la ofensa que había sufrido era Afrodita. La ciudad estaba vestida de fiesta y pompas debido al nacimiento del Príncipe Adrián. Y sus habitantes celebraban gustosos y orgullosos a su pequeño y bebe príncipe tritón. 


Los reyes de Atlántida escogieron una madrina un tanto especial para el niño tritón, nada más y nada menos que la Diosa Hécate, patrona del lado oscuro de la luna y de la hechicería. La Diosa Oscura acepto muy gustosa ser la madrina de aquel bebe tritón y juro protegerlo y amarlo como a un hijo. A muchos les pareció extraña la decisión de Poseidón de nombrar Madrina del bebe a Hécate, ya que esta era una diosa muy oscura y solitaria, la cual no inspiraba mucha confianza entre sus compatriotas dioses. Exactamente por esa razón Poseidón, por consejo de Zeus,  le había pedido que fuera la madrina de su hijo. Para mantener vigilada a la Oscura Diosa. Lo que nunca nadie creyó fue que Hécate daría todo para proteger a su ahijado, incluso sus poderes y su honor.


 


Las festividades continuaron ese día entre los habitantes de Atlántida y sus gobernantes sin problemas, los dioses también se sumaban a los festejos y disfrutaban de aquella reunión,  pero todo se oscureció cuando las Moiras hicieron su aparición.


Cloto, quien hilaba la hebra de vida desde su rueca hasta su huso. Láquesis quien medía el hilo de la vida de cada persona con su vara de medir y anudaba el hilo, significando las bodas de los hombres. Y Átropos quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en la que moría cada persona, y cuando su tiempo llegaba cortaba su hebra con sus tijeras.


Las tres diosas, con la apariencia de tres ancianas cubiertas con hábitos negros, se acercaron al niño tritón, quien se encontraba en brazos de Anfítrite y las tres lo observaron con unas miradas llenas de complicidad. Luego de unos segundos, las tres ancianas, posaron sus miradas sobre Eros y Hécate. A quienes observaron con astucia inmediatamente las tres soltaron una carcajada que congeló la sangre de los dioses y de los habitantes de la ciudad.


Las tres Moiras comenzaron a rondar al pequeño príncipe y con sus sagaces miradas y sus voces burlonas cantaron lo siguiente:


-Pobre pequeño, príncipe Adrián, has nacido en la estirpe del mar. Maldito estará… tu corazón… por el mal… –canto en son de burla Cloto.


-Un ser… dos mundos son… te guiara tu corazón y decidirá por ti… un falso paraíso verás… tus ojos se maravillaran… pobre pequeño… heredero serás. –canto de forma burlona Láquesis.


-Heredero de una venganza… heredero de un amor… tu sangre teñirá tierra y mar...lucharas… o si… lucharas… pero… ¿Podrás ganar?  –canto de forma astuta Átropos. 


Todos observaron extrañados a las tres Moiras quienes sonreían maliciosas y sagaces, debido al inminente destino que ocultaba aquel pequeño tritón. Nadie comprendió aquellas rimas pero solo una diosa y un dios las conservaron en sus mentes. Eros y Hécate. El primero porque sabía muy bien lo que conllevaba la venganza de su madre. Y la otra, al ser la diosa de la hechicería, no pudo evitar preocuparse sobre aquellas palabras que las Moiras habían dicho. Y decidida a proteger a su pequeño ahijado se propuso indagar e investigar más en aquellas rimas.


 


Luego de cantar aquellas intrigantes rimas las tres Moiras desaparecieron al agitar sus capas ante la vista de todos. La festividad continúo como si nada hubiera ocurrido.


Pero por precaución Poseidón le prohibió a su pueblo salir a la superficie del mar con el fin de proteger a su hijo y a su gente, los tritones y las sirenas, del hombre y sus males. Especialmente porque con el tiempo los pueblos cambiaron y dejaron de cuidar y apreciar la naturaleza, contaminando los mares y ríos. Poseidón no quería ni imaginar que pasaría si los humanos se enteraban de la existencia de su pueblo.


 


Pero nadie puede escapar a su destino. Ni siquiera el ser más poderoso puede escapar a lo que las Moiras hilan para ellos. Y así un día el Príncipe Adrián, por mera curiosidad, salio a la superficie sin guardia alguna. Vio, algo de lo más extraño para El, ya que nunca había visto un pequeño bote que navegaba sobre el mar abierto y entonces sus ojos se toparon con lo que creyó lo más insólito pero a la vez hermoso en su vida. Y allí estaba dentro del barco, pelo rubio, brillante por el sol, ojos azules, una boca increíble, espaldas anchas, torso robusto, cuerpo de infarto. Nunca había visto a nadie así en toda su vida, tan sexy, tan magnético, tan majestuoso.

Notas finales:

Espero que les haya gustado el primer capitulo ^^ muchas gracias por leer ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).