PRUEBA DE AMOR
Capitulo 2
La llegada de un amigo
Wolfram había preparado todo para su llegada, solo faltaban unos minutos para que su amigo de la infancia hiciera acto de aparición, cosa que no agradaba a dos hermanos y un prometido celoso. La cara de Wolf radiaba de felicidad, lo que no le gustaba al Mao, ya que esos gestos deberían estar reservados para su prometido, no para un amigo. El moreno estaba que sacaba humo, al igual que los dos hermanos, celosos de este demonio.
En eso se vio llegar un carruaje escoltado por varios soldados de Wolf. De éste bajó un joven más fuerte y alto que el soldado, con una cabellera mucho más dorada y unos ojos igual de rojos que un par de rubíes. Éste corrió rápidamente hacía el rubio para, con mucha facilidad, levantarlo en el aire y comenzar a dar vueltas con él, cosa que a los tres celosos nobles no les pareció. Sin embargo, pensaron "Wolfram lo va a matar por hacer eso". Pero, para su desgracia, Wolfram solo se limitó a sonreír pues al parecer lo estaba disfrutando.
Ya en tierra, Wolfram dijo sonriente:
— No has cambiado nada Hiro.
— Tú tampoco Wolfy— dijo igual que el otro.
Luego de esto, el soldado lo llevó a donde tres personas miraban con ira al pobre Hiro. Wolfram presentó a su acompañante con Yuuri, diciendo que el moreno era su prometido, pero Hiro no le prestó mucha atención y se dirigió a los dos hermanos del rubio.
— Solo quiero decirles que no les guardo rencor por haberme hechado de sus tierras, al contrario, gracias a ustedes es que soy quien soy, pues desde antes planeaba irme, pero no tenía el valor. Creo que ustedes me ayudaron en cierto modo, Cómo decirles, me dieron el empujón que necesitaba.
— Lo sentimos Hiro-san— dijeron en tono arrepentido y con la cabeza abajo, como dos niños que habían sido descubiertos en una travesura.
— No se preocupen, yo ya los he perdonado, ya que si no, Wolfy se pondría triste y no quiero eso. Además ya les dije que me ayudaron. Gracias a ustedes he podido abrir un negocio de importaciones y también soy un comerciante reconocido, así que les agradezco.
— Es bueno que te haya ido bien, pero bueno, tú tienes deseos de regresar a tus tierras natales ¿o no?— comentó el rubio serio.
— Pues sí Wolfy pero no tengo permitido la entrada.
— Ya lo he arreglado todo— dijo triunfante.
— ¿De verdad Wolf?— preguntó emocionado.
— Sí. Cuando quieras puedes ir a visitar a tus padres— dijo con tono amable, para inmediatamente mirar a sus hermanos con una cara seria— pero para ustedes dos— señaló— pensaré un castigo apropiado.
— Eres el menos de nosotros— dijeron en coro.
— Entonces creo que lo solucionaremos por rango, y como soy el prometido de Yuuri, yo gano. Y su castigo será peor.
— Déjalo así— dijeron al mismo tiempo, pensando que Wolf era muy bueno planeando venganzas y mientras menos poder tuviera mejor.
— A sí Wolf, Heika es tu prometido ¿verdad?
— Sí, te lo acabo de presentar.
— Es que no estaba prestando atención— sonrió.
— Bueno, entonces otra vez. Hiroshi, te presento a mi prometido, Yuuri Shibuya.
— Heika— dijo con una reverencia.
— No, solo dime Yuuri. Total, eres el mejor amigo de Wolf.
— Le seré sincero e iré al grano, no me importa que usted sea el Mao, si hace sufrir a Wolf no me importará nada y vendré a quitárselo, ya que yo lo amo, y se que si me esfuerzo podré conquistarlo— amenazó con su mirada seria puesta en el moreno.
— No, eso nunca. Wolfram es mi prometido, y no tengo pensado dañarlo ni mucho menos permitir que le alejen de mí— respondió de manera seria, para después acercarse a Wolf, quien estaba junto a Hiro, y lo abrazó por la cintura antes de continuar:
— Él es mío y de nadie más.
—Me alegra escuchar eso Yuuri— comentó Hiro sonriente.
— Hiro, deja de jugar— ordenó Wolf sonrojado por la acción de Yuuri.
— Pero Wolf, solo me divertía. Me gusto mucho su reacción en esos instantes— rió.
Los tres pensaron, si que actúa bien.
Tiempo después en el jardín.
— Wolf, dime una cosa. ¿Eres feliz?
— ¿A qué viene esa pregunta?
— Se nota que tu prometido es muy celoso con todos los que te rodean y eso puede ser un problema muy grave— dijo serio, Wolf se atragantó con sus saliva.
— Wolfy, ¿estas bien?
— Sí, no te preocupes. Lo que pasa es que Yuuri te ve como una amenaza desde que mis queridos hermanitos le dijeron que me propusiste matrimonio.
— ¿Cuál de todas?
— La de los seis años.
— Esa es la más inocente, si hubieran visto las otras, como las de los veinte, cuarenta y sesenta años, allí sí.
— Te faltó la de los sesenta y cinco, la que vio Gwendal.
— Sí, me dio miedo. Me quería matar— tembló— de tan solo acordarme me dan escalofríos.
— A mi también— dijo con una expresión que reflejaba terror.
— Pero creo que ahora que eres prometido de Yuuri nadie se atreve a coquetear contigo.
— Es verdad, pero esa era tu forma de protegerme.
— Wolfy, sabes que yo te quiero más que como un amigo.
— Lo sé, yo siento lo mismo y esta bien.
— Si, solo que tú eres el menor— dijo burlonamente.
— ¡Oye, no es justo! Yo siempre soy el hermano menor, no quiero ser Honey-Chan— reprochó.
— Eso te pasa por ser un enano.
— ¡No soy un enano!
— Enano, te reto a un duelo, a ver quien gana. Aunque claro ambos sabemos los resultados.
— ¿Eso crees? Pues he mejorado mucho.
— Solo estas fanfarroneando.
— Vamos al campo de batalla. Te probaré que estas en un error.
— Pues vamos "Honey"
— ¡No me digas así!
— Vamos "H-O-N-E-Y"
El rubio comenzó a perseguir a su amigo, y así llegaron al campo de batalla. Mientras tanto en otro sitio…
Oficina del Mao.
— Ese desgraciado piensa que me puede robar el amor de "Wolfy". Cómo que Wolfy, es Wolfram o si no Wolf, cómo se le ocurre decirlo en diminutivo, ni siquiera suena bien. Y el otro que se lo permite. . Pero yo no estoy celoso, no lo estoy. Sólo porque "Wolfy" no ha venido en todo el día a gritarme que soy un infiel o a sacarme de aquí, sólo porque esta con Hiroshi ahora mismo. Sólo por eso— dijo apretó sus puños con fuerza— ¿Por qué habría de estar celoso?
Campo de batalla.
Wolf blandía su espada con la elegancia y precisión que lo caracterizan mientras se enfrentaba con Hiro, en un férreo combate. De un solo movimiento, el rubio desarmó a su contrincante, cuya espada salió volando por los aires.
— Me parece… que ganaste… Wolfy— dijo con mucho esfuerzo.
— Te dije… que… había mejorado— comentó entrecortadamente, pues el combate había dejado a ambos cansados y sin aire.
Los dos caminaron hacia un frondoso árbol y se sentaron bajo la sombra del mismo a esperar que sus respiraciones volvieran a la normalidad.
— Wolf, he pensado en vivir aquí por un tiempo.
— ¿de verdad?
— Sí, ya tengo una casa, pero no estará lista hasta mañana. Ahora deben estar instalando las cosas.
— Entonces solo te quedarás esta noche.
— Así es, no quiero ser una molestia.
— Sabes que no lo eres.
— Wolfy, ¿dónde duermes?
— En la habitación de Yuuri.
— Ya veo, ¿dónde dormiré?, ya es tarde. Vaya, el tiempo pasa volando cuando te diviertes.
— Es verdad, vamos.
Wolf llevó a Hiro a su habitación.
— Mira, esta es mi habitación, pero solo la uso cuando me peleo con Yuuri, así que puedes dormir aquí.
— Espero que esas peleas no sean muy seguido.
— Claro, solo es una o dos (al mes)
— OK, buenas noches Wolfy. Mañana temprano iremos a ver mi casa.
— ¿Temprano?
— No me digas aún tienes la costumbre de levantarte tarde.
— No me levanto tarde, es solo que…
— Mentiroso, eres un dormilón.
— ¡Hiro!
— Honey.
— Buenas noches— dijo con enfado.
— Buenas noches— respondió el otro un tanto divertido.
En la habitación de la pareja real.
Entra un Wolf, cansado por la batalla y recién bañado, preparándose para ir a dormir, cuando ve que Yuuri lo esta esperando, sentado al borde de la cama con los brazos cruzados.
— "Wolfy" llegas tarde.
— Yuuri no me digas Wolfy.
— ¿Por qué no Wolfy?
— Sólo Hiro puede llamarme así.
— Claro él si puede.
— Me dice así desde hace tanto.
— Pero yo no puedo hacerlo.
— Yuuri, ¿esta es una escena de celos?— cuestionó intrigado.
— No— se apresuró a decir el otro— es solo que no puedo aceptar que le permitas llamarte así.
— Mira— intentó explicar el rubio— tú me llamas Wolf y el Wolfy, cada quien tiene su forma d llamarme, eso es todo— terminó metiéndose en la cama y acomodándose para dormir. Yuuri lo imitó, pero en un segundo este se encontraba sobre el cuerpo de Wolf, quien miraba al techo.
— Yuuri— dijo sonrojado.
— Tú eres solo mío y no tengo planeado dejarte— dijo seriamente, para después comenzar un tierno beso.
Wolfram se separa para decir:
— No tengo pensado alejarme de tu lado.
— Quédate toda la vida conmigo.
— Claro que lo haré enclenque, pero ahora bájate y duérmete.
— Pero estoy muy cómodo.
— Yuuri, enclenque pervertido.
— Está bien, está bien.
Wolfram se puso de espaldas al Mao, pero el moreno no tardó en acomodarse lo más cerca que pudo de su prometido para abrazarlo por la cintura. Ante este acto, Wolfram se volteó para quedar frente a Yuuri y se acomodó en su pecho para dormir, como tantas otras veces desde hace mucho tiempo.