Se miró al espejo, no entendía porque tanto formalismo para una ejecución, el estar presenta era importante, so lo sabía, pero ¿era necesario llevar esas ropas tan lujosas?
"tch!"
Con una mueca, se levantó y se dirigió al balcón que daba a uno de los patios interiores, al salir vio a las personas que ya se dirigían al lugar de la ejecución, hombres, mujeres y niños... ¿niños? ¿Por qué los padres los llevaban a ver una ejecución?
"El ejemplo es importante"
Repitió las palabras que dijo uno de los sabios del consejo, estúpidos viejos que solo saben atormentar a las personas para que se mantenga el respeto, hipócritas que creen saberlo todo, y pobre de alguien que los contradiga, eso ya es pecado, como mínimo debe perder el habla o la vista, como mínimo.
Tocaron la puerta.
"Su majestad, es hora, venimos para escoltarlo"
Dijo uno de los guardias, hasta él estaba vestido con elegantes ropas, como si estuviese invitado a una fiesta de gala ¡ja! Aquí las fiestas son las ejecuciones, las ejecuciones atraen más a las personas que una fiesta por muy imperial que sea, vestían elegantes ropas para hacerle entender al condenado que estaba más solo que nunca, que las divinidades se olvidaron de él y por eso viste harapos, para hacerle entender al pobre condenado que nunca debió cometer lo que cometió para llevarlo a la hoguera, que no debió, que no debió.
En pocas palabras, que no debió nacer.
Y ahora, el rey, debía ir con las ropas más elegantes, ropas que fue escogida por los sirvientes que tenían el "privilegio" de encargarse de su vestuario, bueno, por él fuera, los mandaría a ejecutar ese mismo instante, pero luego tendría que enfrentarse a los del consejo y tratar con esos ancianos era tedioso y molesto.
"Voy enseguida"
Respondió mientras fingía arreglarse las mangas, el guardia se retiró haciendo una reverencia. Incluso ese gesto de respeto llegaba a molestarlo de sobre manera.
Respiró hondo y salió, al abrirse las puertas los que lo esperaban se inclinaron ante él, solo bastó con dar unos pasos adelante para que el resto entendiera que debían seguirlo, dos guardias tras él, y otros dos detrás, delante de todo se encontraba las doncellas que a su paso llevaban pequeños banderines... como lo dicta la costumbre.
Dos sabios del consejo se colocaron a su lado.
"Todo está preparado, majestad"
"El pueblo está reunido y la sentencia será dictada a su llegada"
"El traidor pagará las consecuencias"
"... y condenaremos a todo Celes..."
Lo que dijo Ashura provocó que ambos sabios callen y guarden distancia, sabían lo que pasaría, pero otra opción no tenían, el objeto que resguardaba la torre y sellaba, de alguna manera la maldición, fue robado por los extraños viajeros; nunca pensaron que ese objeto, esa simple pluma, tuviese tanto poder... ahora sin ella ¿Qué retendría a la maldición? Nada, era la respuesta, así que podían desquitarse con el rubio, para poder alivianar un poco la carga, para morir con un peso menos o para morir sin tener que repetirse "Lo mejor hubiese sido matarlo, aunque no hubiésemos solucionado nada con eso" es cierto, pero al menos ahora se darían el gusto de hacerlo.
"abran las puertas"
Llegaron al lugar, Ashura detestó al que lo anunció, odiaba ser el rey de ese país tan podrido... y ahora, el único ser que una vez quiso salvar de esa putrefacción... iba a ser devorado por las llamas, dentro de poco, condenaría y asesinaría a la única persona con la que se sitió libre, no un rey, mucho menos un soberano, solo él, Ashura, tal y como era y tal como Yuui le conocía.
Ahora, incluso mencionar su nombre sería cometer un crimen. Por eso no se recordaba a los que antes murieron en la hoguera, sus nombres nunca eran mencionados y fueron perdiéndose... en el olvido.
Entro con paso solemne, sin agachar la cabeza, un silencio sepulcral lo recibió, caminó hasta llegar al atrio, desde donde vería en primera fila la ejecución, el solo pensar en eso le provocó nauseas, subió las gradas y tomó su lugar respectivo... cuando vio el enorme pilar y la leña alrededor un escalofrío le recorrió toda la espalda.
"solo espero que ese estúpido guardia haya cumplido con lo que le pedí"
Pensó al momento que bajaba la mirada para ver el lugar especial donde estaba el condenado...
A sus pies, el rubio estaba de rodillas, sujeto por dos guardias que le sujetaban los brazos para que se mantuviese de rodillas, a simple vista el agarre era doloroso, tenía la cabeza gacha, los cabellos rubios cubrían su mirada... y estaba temblando.
Con un simple movimiento de su mano, indicó que podían enderezarse y por ende comenzar la ejecución, todos se levantaron, los guardias que sujetaban al rubio también, al enderezarse, de un solo tirón lograron colocar al reo de pie, si Ashura hubiese estado cerca abría visto la mueca de dolor que provocó la acción.
Una de los ancianos dio un paso adelante, abrió un pergamino y comenzó a leer...
"Pueblo de Celes, estamos aquí reunidos para presenciar la ejecución de Yuui D. Flowrite..."
Apenas pronuncio su nombre, los murmullos estallaron...
"dijo... ¿dijo Yuui? No que Yuui había muerto"
"se supone que es Fye, no Yuui"
"el consorte del rey se llama, o se llamaba, Fye ¿por qué Yuui?"
"¿qué está pasando? ¿Quién es él?"
"para poder salir de la torre... uno de ellos debía morir"
Prestaron atención a lo que dijo una anciana, apoyada en un bastón, todo comenzó a tomar sentido entonces... se miraron entre sí mientras sus rostros pasaban de expresión de sorpresa, a expresión aterrada...
"entonces... él..."
La anciana tan solo asintió.
"será mejor que escuchemos... por nuestro propio bien, tomemos nuestro papel, ser testigos de una ejecución"
Mientras la sentencia era dictada, el rubio escuchaba atentamente lo que decían las demás personas, después de todo quería distraerse un poco de escuchar el palabrerío del anciano, lo que le sorprendió un poco, fue que Ashura dio a conocer su verdadero nombre, otra razón para que Celes tema mencionarlo.
"al fin pretenden hacer que todo el mundo me odie ¿verdad? Típico, Ashura nunca haría eso... pero los ancianos si, esos desgraciados..."
Luego, escuchó lo último que dictaminó el anciano...
"por tales actos que son considerados peligrosos para el trono tanto como para Celes, el condenado será purificado con las llamas de la hoguera, roguemos que los cielos le den su perdón"
Se escuchó un gran barullo, el rubio sintió que era tomado de forma brusca por los brazos, lo giraron y comenzaron a caminar.
Se dirigían hacia el pilar, la ejecución daría inicio...