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Una Enfermera Para Reita por Amnessia

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Notas del capitulo:

Otro chappie mis amores :D

Ruki estaba harto, no de hecho, más que harto tanto que podríamos decir que su paciencia rayaba un límite importante a estas alturas. Todo lo que podía escuchar desde la cocina del rubio no eran mas que ¡Ruki vuelve, no me dejes!, repitiéndose cada mas o menos unos dos minutos. Si, Reita podía sonar patético y mas aun, asustado como un niño abandonado pero entendamos algo importante ¡su salud peligraba peligrosamente! valga la redundancia, por lo que no le importaba que su secreto, terrible secreto ahora haya sido descubierto por el castaño siempre y cuando cuide de él en sus momentos de convalecencia. Ya luego Reita vería como arreglárselas para que Ruki no salga como cotorra contándole a todo ser viviente su secreto, top secret.

 

Pero volvamos a la cocina con Ruki ahora queridos espectadores y no, esto no es un programa de cocina del canal nacional que ocupa horarios en los que no habría trasmisión de no ser por, ¡Tengo fiebre por Dios Ruki dame un analgésico voy a morir!, podría decirse que fue lo último que el vocalista escucho antes de remorder sus labios viciosamente, sus puños se cerraran y una dilatada vena apareciera en el costado de su frente, gorda y palpitante, ajá el enano parecía una olla a presión y estaba a punto de reventar. Sucede que ¿en que momento su enferma cabeza creyó que podía hacerse cargo de Reita?, sin dudas había cometido el error de su vida. Sorpresa se llevo al detenerse bajo el marco del dormitorio del bajista, el rubio estaba envuelto en lo que parecían ser cuatro acolchados, un buzo de lana y un termómetro en la boca. — Reita, te traje la sopa, sácate eso, te dará mas fiebre — dijo adentrándose en territorio desconocido.

 

— ¿Podrías tomarme la temperatura? gracias, ¿de que es la sopa? — Pregunto mirando el porrón en las manos del vocalista con el entrecejo fruncido, no seria mala idea para Ruki envenenarlo ahora que estaba enfermo y decir que la naturaleza siguió su curso y que tal vez podrían empezar a buscar un reemplazo, pero nah Ruki no era capaz y menos con Reita. ¿Por qué?, resulta que para el castaño se le hacia extraño pensar en eso, ahora. Pero el también tenia un secreto y uno que guardaba con candado y bajo llave, incluso nada recordaba de cuando había empezado a sentir otra clase de sentimiento por el desnarigado rubio, otra clase de sentimiento que juro mantener en secreto por siempre. Ya que las posibilidades de que Reita le correspondiera eran tan bajas como las de Uruha, de dejar de ser ‘Drag Queen’.*

 

El castaño se sentó en el borde de la cama, dejando el porrón sobre la mesita de luz, era realmente difícil estar tan cerca de Reita y pretender que cupido no estaba detrás suyo flechándolo, cada movimiento que hacia, lo calculaba con anticipación para que el margen de error fuera nulo y el contacto visual con Reita el mínimo necesario. — Tomate la pastilla, tu fiebre bajara — dijo fijando la vista sobre el pequeño termómetro, — No lo se, podría morir… ¿te quedaras conmigo esta noche verdad Ru? — el rubio pregunto mirándolo tal niño que quiere conseguir el nuevo juguete de acción. ¿Y como Ruki le diría que no?, una noche con Reita, con Reita convaleciente  en su apartamento, ¿qué alma despiadada le diría que no?, que importaban sus cojines de tela china importados, nada tenia el valor que antes tuvo. — Esta bien, me acomodare en el sofá —.

 

El castaño nunca durmió tan mal fuera de su casa, como esa noche. Ni siquiera en los hoteles en los que había estado, había dormido tan mal. Un sofá, una manta sacada del tercer estante en la cómoda de Reita y una almohada de plumas era su juego de cama. ¿Qué más podía pedir?, se quito los zapatos y desabotono su camisa, se tiro sobre el incomodo sofá con una pierna dentro y la otra afuera, colgando tal objeto inanimado. Ahh le’ confort pensó con una mano sobre su frente. No de hecho, Ruki estaba seguro que nunca podría haber trabajado de enfermero, esto requería de una paciencia que el no tenia y tampoco del desarrollo físico. Claro que el no estaría ahí, de no ser porque eran fuerzas superiores las que lo ataban a Reita. Del tipo magnetismo, su cuerpo entero reaccionaba cuando estaba cerca del rubio, su corazón se aceleraba, su nerviosismo aumentaba y evitaba mirarlo porque de hacerlo, seria obvio.

 

Muchas veces odio a Uruha, lo odio porque el guitarrista tenia una facilidad para tratar con Reita, una facilidad que el nunca tuvo. También quiso aceptar la cercanía que hay entre ambos, son amigos hace tantos años que seria estúpido sentir celos de, pero él lo hacia. Se atormentaba cada vez que los veía reír, que los veía tocar juntos, que los veía simplemente juntos, se atormentaba a tal manera que llegaba a pensar que su presencia ahí, interrumpía algo. Y nunca tuvo el valor de preguntarlo, de sacarse la duda existencial con la que vivía. Pero fuera de eso, no fueron sus problemas subsistenciales lo que interrumpió su descanso sino un ¡Ruki ven!, ¿por qué te fuiste? te necesito por favor suspirando aun con la mano en su frente, Ruki quiso pretender que no había escuchado mas que al vecino en el elevador, cuando ¡Ruki, tengo que ir al baño ayúdame!, tengo taquicardia en el pecho y fue cuando armándose de paciencia, el castaño salio desde debajo de la manta violaza y camino paso por paso retumbando en el apartamento hasta el dormitorio del rubio.

 

Abrió la puerta de golpe y vio a Reita enrollado como un matambre en la cama — ¡Vamos Akira, levántate! — dijo jalando del rubio con toda su fuerza pero Reita seguía en envuelto en sus colchas, — Ru me late rápido el corazón, creo que me va a dar un paro, Ru no te vayas — el rubio se aferro al cuerpo delgado del vocalista como si fuera un oso de felpa, en ese momento Ruki no supo si Reita jugaba con él o si de verdad lo necesitaba, su mente trabajaba tan rápido que no podía pensar con claridad, riño tanto para sacarse a Reita de encima que al final termino el mismo agotado sentándose sobre el colchón de la cama con el rubio en su regazo. — Akira, déjame por favor, no me voy a ir, estoy en la sala, me llamas y vengo — dijo cansinamente palmeando con una mano la espalda del rubio, — Quédate aquí conmigo, me siento solo, me da miedo dormir solo — Reita susurro como una criatura asustada en Halloween, sin dudas había perdido en último vestigio de moral que le quedaba.

 

Ruki nunca entendió como a la mañana siguiente despertó siendo presa de los brazos de Reita que apretaban su cuerpo como dos cadenas, pero así lo hizo. Pero susto fue el que se llevo al ver su imagen en el espejo del baño, estaba tan o peor que el rubio y eso que no estaba enfermo pero ser la niñera de Reita dejaba secuelas y grandes. Claro que el no podía aguantarse un día entero en ese apartamento cuidando del rubio, lo hizo en la noche, hizo su buena obra, ahora le restaba a Reita descansar y si necesitaba algo, llamarlo. Tomo su bolso desde la sala antes de asegurarse que el rubio dormía placidamente y se perdió en el subte. ¿Culpable?, el no se sentía culpable, atendería los llamados del rubio cada vez que fuera necesario, pero también era necesario despejar su mente y con Reita aniñado, seria imposible.

 

El castaño se dejo caer sobre su cama esa tarde, estaba mas que exhausto y su cabeza era un remolino de preguntas sin respuesta. Dejo su celular encendido en la sala, solo en caso de que a Reita se le ocurriera inventarse alguna otra desgracia y él tuviera que salir corriendo en su ayuda. Todo el problema del rubio enfermo, se le hacia de lo mas difícil de enfrentar, no solo porque Reita fuera un gran dolor de cabeza (en buen romance, un jodido dolor en el culo), sino que también porque tenia que lidiar con los sentimientos que había estado guardando con tanto vigor. Pero las cosas nunca van en buena dirección para el castaño y su celular sonó media hora después de que encontrara la paz en su cabeza. ¡Por favor que sea algo importante o me conocerá enojado! murmuro hasta leer en la pantalla del móvil un simple ‘ven’. Refunfuñando tomo su abrigo de la sala y salio como un tigre en posición de ataque de su apartamento.

 

Llegar a la casa de Reita (por segunda vez en menos de veinticuatro horas) y encontrar la puerta abierta le dio a entender que tal vez el rubio no pudo ser más específico en su mensaje por algún problema, serio. Sin pensarlo, entro en la sala escuchando gimoteos desde el dormitorio de Reita, creyendo lo peor corrió hasta la habitación para encontrarse con una de las peores imágenes que pudo ver en su vida. — ¡Akira, cerdo pervertido te denunciare! — claro que era Uruha el que gritaba como si Reita lo estuviera violando y para ser sinceros, la postura en la que se encontraban, pues no le serviría al abogado defensor de mucho. La cabeza de Reita se hundía en las piernas de Uruha y sus brazos lo tenían tan sujeto como dos cuerdas por la cintura, — Pero yo quiero que te quedes conmigo Uru, me siento tan mal… Uru llama a Ruki dile que venga, lo extraño — lloriqueo dejando que su cabeza se perdiera en las piernas de Uruha. — ¿¡Me vas a ayudar!? — el castaño dijo agitado.

 

Ruki que miraba todo desde una distancia prudente, estaba enojado y mas que enojado estaba hastiado. Ver a Reita en esa posición tan comprometedora en las piernas de Uruha había despertado un lado muy receloso de él. — ¿Por qué? parece que se están divirtiendo, estoy sobrando — dijo dándose media vuelta y no fue hasta que estaba con una mano sobre la puerta cuando Uruha dijo — ¡No me estoy divirtiendo querido!, ¡me llamo diciéndome que le estaba dando un paro respiratorio, imagínate! — Ruki tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse, seguramente Reita dijo lo primero que se le vino a la cabeza y Uruha corrió rápidamente para ayudarlo. La pregunta era, ¿por qué llamo a Uruha y no a él?. Volvemos al momento en que todo se reduce a la obvia-preferencia que tiene Reita por Uruha y no por él, claro que eso era en su cabeza pero se traslucía a los hechos reales. Esa noche, Ruki se quedo con Reita, se quedo mirando la televisión hasta que Uruha los dejo solos. 

Notas finales:

¿Qué tal? XD ¿mensajes de apoyo a Reita?.

 

Chau :D


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