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I Love the man I Hate por Kiiyomi

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Notas del capitulo:

Que se diviertan leyendo este fic bastante extenso :3

POV Key

— Si necesitan algo más... no duden en llamarle —les dije con una sonrisa a la mesa numero catorce que atendía— Que tengan buen apetito.

Y me retiré del lugar. Llevando la bandeja conmigo hacia la cocina. Allí mis padres estaban haciendo una más de sus creaciones, no solo era un restaurante, también hacían postres. El sueño de mi madre era abrir una repostería. Pero como no contamos con lo recursos se consciente con los simples postres que hace.

— Hijo, saca la basura por favor —me dijo caminando hacia el bote de basura, cerrando la bolsa.

Asentí tomando la bolsa entre mis manos. Me quité el delantal, por cuestiones de seguridad y salí hacia afuera. No había día en que algunos de los alumnos se le ocurriese pasear por este barrio. No es que supieran que vivo por aquí, nadie lo sabe. Y no lo sabrán nunca. Pero... tengo la mala suerte de que coincidan con mi dirección.

Alzé la bolsa con ambas manos para meterla en aquel cajón del barrio donde botaban todo allí.

— ¡Espe... espera Weed! —escuché un grito un poco lejos.

¿Quién se atrevía a hacer bastante escuchando en este barrio?

— ¡Deten..! —caminé viendo la gente que miraba hacia el sentido contrario— ¡Cuidado!

Tarde, el animal había saltado sobre mí, tumbandome al suelo.

POV JinKi

Me había puesto los auriculares y la capucha para que nadie me viera, a pesar de que en la escuela siempre llamaba la atencion no era algo que realmente me gustase. Asique siempre prefería como quien dice "mantenerse en las sombras".

-Juliette Oh ~ - canté bajito mientras cruzaba la calle con Weed siguiendome los pasos. Él siempre se detenía a oler por aqui y por allá, o simplemente salía corriendo. No me gustaba llevarlo con correa porque para mi eso significaba falta de libertad, además confiaba plenamente en mi perro.

Ya estabamos del otro lado de la calle cuando a Weed se le ocurrió la maravillosa idea de salir corriendo y realmente no me hubiese preocupado si no hubiese visto la dirección en la que iba: su objetivo era un chico indefenso que sacaba la basura y al parecer aquella bolsa tenía un olor que a él le encantaba.

— ¡Espe... espera Weed! —le grité lo más fuerte que pude viendo los metros que me sacaba mi perro. Por más que corriese lo más rápido que mis pienras me lo permitían, no lograba alcanzarlo.— ¡Deten..! —aquel chico comenzó a caminar en sentido contrario ¿No podía escuchar el ruido que Weed hacía al correr?— ¡Cuidado! - intenté advertirle pero ya era demasiado tarde: había comenzado a lamer toda la extensión de la cara de su víctima.

-Lo siento, lo siento, lo siento - dije mientras intentaba buscar el collar de Weed para colocarle la correa - Eres un perro muy malo, malo malo malo - le dije mostrandole mi mano, pero él parecía completamente agitado y feliz, no se quedaba quieto ni un solo segundo - ¿Estás bien? - le tendí mi mano para ayudar a levantarlo y me di cuenta de quien era la víctima de mi perro - ¡Kibum! ¡Hola! - le salude feliz mientras mi perro seguía revoloteando a mi alrededor enredandome su correa. 

POV Key

— ¿Estás bien?

¿Bien? ¿Estar bien.. era tener toda la baba de aquel perro sobre mis mejillas y ropa?
Acepté su invitación a levantarme, sacudí mi ropa sin prestarle atención a quien haya sido el causante de esto. Porque ahí si... se las vería conmigo.

— ¡KiBum! ¡Hola!

¿Me conocía?
Rapidamente levanté mi vista, mirando hacia el dueño del perro.
Oh,... era él. JinKi. ¡Que gran coincidencia!

— Hola —saludé, aguantandome las ganas de reclamarle por el perro. Controlate.— ¿Es tu.. perro?

— Si. Él es Weed —me lo presentó. Ni que fuese una persona— Saluda amigo.

Ok. Este hyung era raro.
Demasiado.
El pequeño animal, que de pequeño solo tenía el nombre por que en cuanto a tamaño era muy grande, alzó la pata sacandome la lengua. ¡Wauu, estoy impresionado!

— Hola Weed —saludé bajando hasta su altura y tomandole la pata— Soy KeyBum —el perro movió su colita de aquí para allá. Me pareció... — Es lindo.

— Guau.

Y viendo un comentario de mi parte. Era demasiado. Un halago. El perro ladró, no es para menos.

— ¿Cuántos años tiene? —pregunté llevando mi mano hacia su cabeza. Ninguna respuesta de su parte— JinKi, ¿sucede algo?

Dejé al animal en paz, y me levanté para mirarle a su altura. Oh.
No me había dado cuenta, pero le pasaba por unos centímetros. Vaya hyung pequeño.

— Weed... no te mordió. 

POV JinKi

— Weed... no te mordió - dije algo preocupado. No era de los perros que mordían pero seguramente al sentir el olor de la basura habría intentado abrir la bolsa.

-No, no me mordió - me sonrió y yo le devolví la sonrisa, feliz de que no haya pasado nada.

-¡Me alegro! - Weed se sentó a mi lado y le di unas palmaditas en su cabeza, acariciándolo - Debo recompensarte esto de alguna forma ~ mmm... - me detuve a pensar - ¿te gustaría ir a cenar a mi casa? bueno, a al de mi mamá en realidad - le sonreí abiertamente esperando que dijera que si.

- ¿Tu casa? -ni siquiera pareció pensarlo antes de responder- Lo siento, no puedo.

-Ohh... - miré para abajo algo desepcionado - Entonces... ¿Qué te parecería si me dejas invitarte a tomar algo aqui? - señalé el restaurante que teníamos al lado, parecía tan acojedor como la casa de mi mamá.

- ¿Eh? -miró hacia donde apunté y luego giró su rostro bruscamente- Pensandolo bien.. puedo dejarlo para después. Iré a tu casa con gusto.

-¡Genial! ¡Mi mamá se pondrá feliz! - sonreí y me giré para comenzar a caminar seguido de él. Volví a dejar libre a Weed que iba de acá para allá saltando y corriendo feliz vaya a saber Dios de qué, pero me alegraba que él estuviese feliz.

En el camino hablamos de cosas prácticamente sin importancia (hablamos es una forma de decir ya que el único que habló fui yo, el solo asentía o decia "Ohh ~ ¿Enserio?". Pero que más daba, no me gustaba el silencio). Luego de un ratito finalmente llegamos a mi casa, no quedaba muy lejos de aquel lugar.

Tampoco era una mansión ni algo demasiado grande, simplemente una casa con dos habitaciones, dos baños, cocina, salón, sala y jardín trasero y delantero. Muy bien decorado, mi mamá tenía muy buen gusto.
Abrí la puerta y le dejé paso a Key, seguido de Weed y finalmente yo.

-¡Mamá! ¡Llegué con compañía! - le avise. Se escucharon ruidos de cacerolas en la cocina y finalmente mi mamá asomó la cabeza por la puerta.

-¡Bienvenido Jinki! - besó mi frente y luego hizo una venia a Key - ¡Bienvenido... em...

-Key - le dije.

-¡Bienvenido Key ! -le sonrió con felicidad. 

POV Key

¿A su casa? ¿Ahora?
No. No me gustaba mucho interactuar o conversar con los chicos del colegio fuere de él. Prefería cuando estaba dentro de la institución.

— Lo siento, no puedo —pude escuchar un "Ohh" salir de sus labios, mientras miraba el suelo. Vaya no eran muy delgados, ni muy gruesos.

— Entonces.... ¿Qué te parece si me dejas invitarte a tomar algo aquí? —miré hacia donde su dedo indice apuntó.

¿Mi casa?

— ¿Eh? —alerta roja. Estaba en peligro de que descubriese mi verdadero yo pronto— Pensandolo bien... puedo dejarlo para después —mentí. Mi madre me iba a matar, luego se lo explicaría con detalles. Supongo— Iré a tu cada con gusto.

— ¡Genial! ¡Mi mamá se pondrá feliz! —me sonrió.

Más bien pareciera como si el estuviera feliz y no su mamá. ¿A quien engaña?
Todos se ponen asi cuando acepto algún favor que me piden.
El efecto Todopoderoso de Key.

El camino se me hizo eterno, no solo porque estuviese un poco lejos de la mi casa, sino porque JinKi hablaba sin parar a lo que yo solo asentía y respondía en monosílabos. Con mis manos en mi bolsillo finalmente llegamos a lo que parecía ser su hogar. ¿Era una broma? ¡Era un casa común!
Pensaba que viniendo de él, o de cualquier que estudiase en mi escuela, tendría una mansión. Después de todo es una institución de ricos.

Anunció su llegada, la casa no tenía mal gusto. La decoración estaba... odio admitirlo, pero me había gustado. Escuché ollas revolverse en la cocina y en segundos su madre apareció saludandonos, y JinKi me presentó.

— Mucho gusto Señora —le dije sonriendo y luego una venía, sentí un rápido agarre en mi mano.

— Iremos a mi habitación —le gritó el mayor.

Antes de que me diera cuenta, me había jalado con fuerza cuidadosamente, estabamos subiendo las gradas. Su madre gritó alegremente que nos subiría unas galletas y gaseosa. Abrió la puerta de su dormitorio, y me invitó a pasar. Pasé con educación y Jinki caminó hacia su cama.

— Oh, que tonto —dijo de repente volviendose hacia atrás— Cerraré la puerta y abriré la ventana.

No se suponía que solo me invitaría algo y no a su habitación. ¡Hasta me sonreía como si me conociese desde hace mucho tiempo!
Caminó hacia mí, apunto de pasar por mi lado cuando tropezó. Otra vez, no. Rapidamente actué y lo agarré.

— Ya puedes abrir los ojos —le dije sonriendo.

Jinki estaba entre mis brazos, agarrandole la cintura había detenido su caída el suelo. Abrió lentamente los ojos y sentí que su mirada se penetró en mí. ¿No iba a decir nada?
¡Le había salvado la vida!


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