Arco Argumental III: Naruto. (Universo dentro del capítulo 7-8)
Se quedó parado mirando la entrada de Konoha como si esperara algo importante, dejando que pasaran las horas sin moverse de ahí. Ignoró a los ninjas que pasaron a su lado e incluso a Lee quien se atrevió a intercambiar un par de palabras preguntándole que veía con tanto ahínco.
Naruto sólo lo miró una vez. Y dando un gran suspiro volvió a mirar a la puerta.
–Sasuke…Sasuke aceptó la misión de Kakashi, Naruto –Suspiró Iruka mirándolo con tristeza.
Naruto apretó uno de sus puños con excesiva fuerza.
–¿Es una broma no? –Sonrió observando sus rostros. Ninguno de ellos tenía ni un atisbo de broma –¡Pero Sasuke es mi padrino! ¡El prometió que estaría!–
Iruka y Kakashi intercambiaron una mirada silenciosa.
–¿Qué sucede? ¡Respóndanme ttebayo!– frunció el entrecejo. Kakashi suspiró.
–Porque se irá esta mañana Naruto –Miró el reloj en la pared de la cocina– Mejor dicho, ya debió haberse ido –Kakashi tragó saliva– Él no quería contarte, pero consideramos que era lo mejor… para ambos.
–Mierda–
Volvió sobre sus pasos dándole la espalda a la gran puerta.
–¿Cómo que no quería contarme ttebayo? –Se levantó enfurecido– ¡Somos amigos! ¡Sasuke no me escondería algo así!– Se cruzó de brazos –Seguro que lo obligaron a aceptar la misión–dijo con indignación– Como esos aldeanos de mierda no hacen más que molestarlo…–
Kakashi negó con la cabeza.
–Sasuke lo decidió por si mismo Naruto. No fue obligado por ningún motivo… que tu estés barajando– Naruto abrió la boca dispuesto a replicar– Ya sé lo que dirás. Pero los motivos de Sasuke solo los conoce él mismo–
Naruto caminó hacia la puerta no sin antes fulminar con la mirada a los dos adultos. ¡Ya vería ese bastardo por huir como cobarde nuevamente!
No sabía qué hacer.
Por primera vez en mucho tiempo se sintió en una encrucijada de la que no veía ninguna salida. Apretó los labios y endureció el rostro. Intentaba poner su mente en blanco pensando lógicamente ¿Cuándo no había visto a sus amigos partir? ¡El mismo partió de Konoha dejándolo todo atrás durante dos años! ¡No tenía nada de malo que Sasuke decidiera irse, aún en la víspera de su boda!
¡Era un ninja maldita sea! Sabía que el Uchiha estaba cumpliendo sus obligaciones. Lo sabía.
–Tienes una chica que te espera…–Susurró cerca de su oído haciéndolo estremecerse un poco– Y una aldea que te apoya y espera al sexto Hokage… no vale la pena arriesgarte sabiendo lo que dejas aquí, Naruto.
¿Y por qué se sentía más solo de lo que nunca se había sentido antes?
Se detuvo abruptamente asustando a unos perros que pasaban por ahí. El animal le ladró a Naruto un par de veces antes de seguir con su camino. Naruto miraba hacia el frente con la vista en blanco.
<¿Y si de verdad estaba enamorado de Sakura?> Pensó. Pero recordó la expresión que Sasuke ponía cada vez que se lo mencionaba, rindiéndose al respecto. Sin mencionar la expresión de descontento con el simple hecho que Sakura se encontrase cerca, que Sasuke dejaba entrever.
Y honestamente, él no tenía ninguna esperanza ni ganas de fomentar una amistad entre ellos. No si quería terminar golpeado y quemado por ambas partes.
Y ni él mismo entendía el porqué le molestaría tanto aquello.
Volvió a caminar, alertando a otro perro que se le había acercado, y había echado un ladrido al notar la indiferencia del Uzumaki. Naruto miró a un punto en la calle intentando no pensar nada. Al no conseguirlo, resolvió negar con la cabeza y resignado, caminó a casa.
Ya encontraría una manera de resolver ese asunto.
Con el estómago y la boca llena de ramen, Naruto consiguió calmar su ansiedad del todo. Aunque aún sentía nostalgia e indignación por la partida de Sasuke, intentaba convencerse a sí mismo de que la confianza que había entre él y el Uchiha no tenía que ver con la decisión que había optado.
Pero eso no significaba que no quisiera oírlo por sí mismo.
Se acercó a su desordenado cuarto, sacando la chaqueta naranja de todos los días y poniéndosela con rapidez. Y casi con la misma velocidad, saliendo de su casa dando un gran portazo e ignorando los gritos de sus vecinos.
–Ya sabía que te tendría aquí –La gondaime alzó una ceja mirándolo severa. Esto no amedrentó a Naruto, quien se cruzó de brazos echándole competencia –¿A qué debo tu visita? –Preguntó irónica.
–¿Por qué dejaste al teme tomar esa misión ttebayo?–
Tsunade frunció el ceño.
–Porque se me antojó –dobló sus manos sonriendo orgullosa.
–¿Por qué se te antojo? ¡¡Sasuke aun es un gennin oba-chan!!–
–Eso ya lo sé. Kakashi lo recomendó muy bien Naruto –La kage lo miró seria– Y yo pensé que tú también confiabas en las capacidades de Sasuke.
Naruto golpeó la mesa con las palmas de las manos, indignado.
–¡Claro que confío! ¡Pero es peligroso y…!–
–¿Qué es lo que te molesta Naruto?– Tsunade se levantó de golpe– Sasuke se fue bajo su decisión. Nadie lo obligó a aceptar esa misión–
Naruto frunció el ceño, incapaz de pensar en algo para contraatacar.
–Sasuke era mi padrino de bodas, oba-chan –susurró sintiéndose desesperado– Y no puedo creer que haya dejado todo para irse al último lugar del mundo…–
–Naruto, Sasuke es un ninja. Lamento que no pueda asistir a tu boda como tú querías, pero tú sabes que es su deber– Naruto bajó el rostro al piso sin saber que responder. Ya era bastante malo el saber que ella tenía razón, para ponerse a gritarle tonterías y terminar despachado, y golpeado sin lograr nada.
–¿Naruto?–
–Aún así no estoy de acuerdo oba-chan –Negó con la cabeza casi frenético– ¿Cómo dejaste que se fuera solo? –Tsunade abrió la boca para responder– Espera dattebayo. ¿¡No se supone que un ninja debe trabajar en equipo?! ¡Sobre todo en esa clase de misiones! ¡Cualquiera diría que lo mandaste a su muerte a propósito!–
Tsunade lo observó fijamente apoyando sus codos en la mesa. Naruto no bajó su mirada desafiante negándose a dejarse amedrentar por la sanin.
–Claro que no –Dijo finalmente– Naruto, sabes que Sasuke ha estado en ambientes más hostiles que al que fue enviado. Probablemente esté mucho más capacitado que tú para esa clase de misiones –Naruto frunció el ceño– Intenta entender… demonios… ¡Se supone que quieres ser Hokage! Verás a tus amigos y familiares desfilar a diario a misiones peligrosas, ¡Incluso si su porcentaje de salir ilesos sea la mínima! –Suspiró cansada.
Se miraron a los ojos en silencio. Tsunade apartó la vista a los pocos segundos, dando un gran suspiro y armándose de paciencia.
–Envíame oba-chan–
La mujer alejó la vista de la mesa para posarla en el shinobi, atónita.
–¿Qué?–
Naruto volvió a mirarla con determinación y una chispa en sus ojos, como cada vez que se le metía algo en la cabeza.
–¡Que me envíes también! –Sonrió, pensando en que era la mejor idea que se le pudo haber ocurrido.
Lo observó intentando asimilar las palabras del rubio. En cuanto lo hizo, su boca se curvó en una mueca enfadada.
–¿¡Estás loco?!–
–¡Claro que no dattebayo! Piénsalo!, es mejor que vallan dos ninjas capaces en vez de uno ¿no?, dijiste que la misión era peligrosa, así podría convencer a Sasuke al menos de volver a Konoha para la boda! –Sonrió satisfecho con su idea. Tsunade lo miraba como si pensara seriamente en su estabilidad mental –¿Qué dije? ¡Es una gran idea ‘ttebayo!–
–Naruto, se te olvida un mísero detalle en todo tu “magnifico” plan–dijo la mujer con
Ironía, que no fue captada por el ojiazul– ¡¡El que se casa en un mes eres tú!!–
–¿Y? –Preguntó sin comprender.
Tsunade estuvo a punto de lanzarle el objeto corto punzante más cercano, pero cambió de parecer a último momento, levantándose y caminando hacia el genin poniéndose frente a frente.
–Es una misión de larga duración Naruto. ¿Comprendes la palabra? L-A-R-G-A D-U-R-A-C-I-O-N–Le dio un coscorrón por cada letra. Naruto gimió adolorido –Sasuke NO va a volver en un mes y tú no vas a ir a buscarlo ¿comprendes?–
Naruto alzó la cabeza hacia la Hokage.
–¿Por qué no?–
Si Naruto pensó que los golpes de la pelirosa eran bravos, jamás se imagino el preferir una tanda de patadas y golpes de la chica, antes de la pateadura que le acababan de dar.
Gimió de dolor sintiendo como sus músculos dejaban de dolerle, agradeciéndole una y otra vez al cielo, el ser el contenedor del kyuubi –aunque irónicamente fuera lo que más detestase– miró a la torre Hokage, dispuesto a intentarlo otra vez.
Cogió hasta donde se supone sus compañeros estarían esperándolo, gimió al pensar en la paliza que esta vez Sakura le daría por llegar tarde.
En cuanto el pequeño parquecito de Konoha se alzó ante él temió lo peor. Sus miedos se acrecentaron al ver a todos sus compañeros en el punto de reunión esperándolo. Sintió una punzada de tristeza al notar la ausencia de Sasuke, pero se auto convenció que con un poco de suerte, en unos días estarían juntos nuevamente.
–Hey…–Sonrió a modo de disculpa, cerrando un ojo con temor y esperando la paliza. Se sorprendió al ver que la pelirosa no tenía un atisbo de enojo en sus ojos, suspirando agradecido.
–¡Naruto! –La chica corrió a él aliviada a abrasarlo. Naruto escuchó uno de sus huesos crujir, haciendo una mueca de dolor y alejando a la pelirosa de él– ¿Por qué me…? ¿Qué te paso? –preguntó sorprendida. Kakashi hizo una risita volviendo a su libro. Naruto lo fulminó con la mirada sentándose al lado de Sai.
–¿Sakura-chan te interceptó en el camino para darte una paliza? –Preguntó Sai sonriendo.
–¡Sai! –
Sai se encogió de hombros.
–Pues lo parece–
Naruto negó con la cabeza, mirando a Kakashi con resentimiento.
–Fue Tsunade.
Sakura se sorprendió, Sai ladeó la cabeza y Kakashi suspiró.
–Pensé que habrías ido con ella.
–¿Por qué él?–
–¿De qué hablan? –Preguntó la pelirosa mirando al reloj que estaba en el poste más cercano– Sasuke-kun se retrasa… espero no le haya pasado nada –Dijo, sin sonar nada preocupada.
Naruto la fulminó con la mirada sintiéndose enojado con ella.
–Porque es lo mejor para Sasuke –Respondió el jounin notando la mirada del rubio en la pelirosa– Sakura, Sasuke se fue a una misión de larga duración. No volverá en mucho tiempo–
–¿En serio? –Casi gritó más alegre que sorprendida. Naruto crispó los dientes– Digo… ¿Por qué no nos avisó antes de marcharse?–
Kakashi se encogió de hombros.
–Supongo que no quería despedidas innecesarias–
–Yo me despedí cuando lo vi –Sai miró a Naruto con una leve expresión culpable– me dijo que no te lo dijera, lo siento Naruto-kun–
Naruto se enfurruñó mascullando por lo bajo.
–Que va, si ese teme se encargó que solo yo no lo supiera–gruñó.
–Oh, Naruto…–Sakura le dio una palmada en el brazo, algo temerosa –Y tan cerca de nuestra boda… tendrás que eleji…–
–Oe, Kakashi-sensei –miró hacia el jounin ignorando a la pelirosa– Necesito que hables con Tsunade para convencerla que me de la misión.
Kakashi lo miró estupefacto.
–¿Qué? –preguntó la pelirosa. Naruto sintió el dolor desvanecerse, levantándose del banco.
–¿Naruto?– Preguntó Sai también sorprendido.
–Lo que oyeron –dijo con voz grave– ¡No pienso dejar que ese teme se valla solo a esa misión! –Gruñó cruzándose de brazos.
–Pero Naruto, esa misi…–
–Sasuke era el más indicado, porque además de ser el más adecuado, no tenía cosas que lo ataran a Konoha– Intervino Kakashi.
–¡Me tiene a mí!–se defendió indignado.
–No es lo mismo Naruto– El jounin negó con la cabeza –Tu lazo con Sasuke no es lo suficientemente fuerte como para atarlo aquí. Distinto de tu relación con Sakura–
Naruto lo miró con una sincera confusión. Sakura no decía nada, observando a ambos ninjas con una expresión neutra.
–No me casaré sin Sasuke–Dijo finalmente aún enojado.
Sakura salió de sus pensamientos para mirar a Naruto atónita.
–¿Q-que?–repitió sin creerlo.
–¡Lo que oyeron! –Gruñó apuntando a Kakashi con el dedo– ¡Iré a buscar a ese teme y traeré su culo de vuelta! ¡O dejo de llamarme Naruto Uzumaki dattebayo!–
Los ninjas lo miraban sorprendido escuchándolo hacer planes que les parecían una franca locura, aunque ninguno se atrevió a cuestionarlo.
–¿Dónde venderán vestidos de novia para hombres?–
–¡Cállate Sai-bastardo!