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Ser un gato vagabundo por Mariohn

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Notas del capitulo:

Declaimer: Naruto Masahi Kishimoto.

Casi Revizado por Natzabel

Dedicado a Ustedes, quienes han seguido este fanfic y espero que nos sigan acompañando


Breves aclaraciones:

Los arcos argumentales en este fanfic, serán las historias entre capítulos narradas por otros personajes.

A diferencia del relleno (presiento que la mayoría lo relacionará con este) si tienen importancia dentro del universo de Ser un gato vagabundo, puesto que nos ayudará a entender las acciones de muchos personajes.

 

Arco argumental V parte I

Kakashi Hatake.

 

Hacía tiempo que no tenía un día en paz.

Después de la “maravillosa” jugada de parte de la Hokage, para Kakashi no había día en el que no apareciera Naruto y su absurda idea.

¡Kakashi sensei! ¡Quiero ir a buscar a Sasuke dattebayooo! –gritaba cada día como grabadora.

¿Así era como el mundo le pagaba por hacer una buena acción?

No había día que el peliblanco no se encontrara con Naruto, y no había día en el que no intentara casi por cualquier medio la autorización para traerle de vuelta.

¡Incluso prometió dejar el ramen por un buen tiempo! ¡El ramen! ¡La sabida droga personal de Naruto! Cabe decir que ni él ni Iruka pudieron creerlo. ¿Y así seguía pensando que era sólo un amigo?

Kakashi aún no podía creer como ese par de alumnos suyos no entendían los sentimientos del otro. O peor aún. Cómo que el idiota de Naruto no podía darse cuenta de sus propios sentimientos. Porque para todo el tiempo que le dedicaba al ojinegro y aún pensar que era simple amistad, idiota era quedarse corto.

¡Si peleando juntos ambos eran como una sola persona! Kakashi no conocía casi ningún ninja en la aldea que se compenetrara tan bien como esos dos lo hacían. ¡Si ni siquiera necesitaban hablarse para entenderse! ¡Con un demonio!

Y no, no valía la explicación de su novio con que “Naruto aún era un niño”. Porque Naruto no era un niño. Y Sasuke tampoco lo era ¡Y no valía que Iruka lo dijera con esa cara!

Y ese día las cosas no habían sido diferentes. Pero Kakashi, más acostumbrado que otra cosa no había dudado en huir hacia la única persona que parecía controlar los arranques hiperquineticos del rubio: Nada más y nada menos que su muy inteligente Iruka Umino.

–¿Paso algo? –Preguntó el maestro curioso ese día.

–Lo olvidaste en casa– “Y Naruto me ha estado siguiendo como todos los días” quiso contestar. Pero se abstuvo al ver la sonrisa de su novio, y decidió que era una buena manera de pasar un almuerzo juntos –¿almorzamos? –

Sonrió al ver la respuesta del maestro y se permitió relajarse al menos por un rato. Se encaminaron al comedor hablando de trivialidades.

–¿Por qué estás aquí? –Preguntó Iruka cuando no vieron nadie alrededor. Kakashi sonrió.

–Vine a dejarte el bento –

–Kakashi…–

El jounin suspiró derrotado.

–Naruto me persiguió toda la mañana– Admitió de mala gana.

–Oh mi… ¿de nuevo? –Kakashi asintió.

–Pero también traje tu bento… después de perderlo–Iruka puso los ojos en blanco, pero pasó a otro tema.

Pudieron almorzar tranquilamente, cosa que le vino muy bien al copy-nin.

<¡Por fin!> su mente rezaba.

Pero los pasos estridentes dirigiéndose a ese mismo lugar terminaron con toda la tranquilidad, paz y armonía que había comenzado a sentir.

Se levantó con toda la intención de huir, pero la mano de Iruka lo detuvo.

–Tengo un plan– Dijo.

–¡Aquí estabas Kakashi-sensei! –Gritó el rubio entrando al comedor de maestros dando grandes zancadas. Kakashi suspiró mirando a su novio con la mirada casi lastimera y porque no, preparado para huir si fuese necesario –¡Me dejaste esperándote en la entrada de tu casa más de una hora dattebayo!–

Kakashi medito un poco su respuesta.

–Eh…tenía ganas de perderme en el sendero de la vida –

–¡Eso no me lo creo ni yo! ¡Ahora vas a darme la autorización! ¡O no respondo dattebayo! –Amenazó levantando el puño. Kakashi suspiró.

–Y yo te dije que no. ¿Acaso piensas dejar a Sakura sola?– Kakashi sabía que era una excusa casi tan tonta como la primera. Pero ya no le quedaban excusas para mantener a Naruto alejado de Sasuke. Y volvió a compadecerse de sí mismo por intentar ser una buena persona.

Kakashi vio a Naruto meditarlo un poco, miró a su novio quien parecía tener la leve esperanza que funcionara –¡Solo hasta que traiga al teme de vuelta!– Negó con la cabeza.

Ya pensaba él que saldría con una respuesta de aquellas.

–¿Y si cuando vuelves ella te deja por otro?–

–¡¡¡¡No me casaré hasta ver al bastardo de Sasuke en mi boda datebayoooo!!!!–

<Ja, ya te quiero ver intentar obligar a Sasuke ponerse un vestido de novia> No pudo evitar pensar.

–Mira Naruto –Tomó aire antes de volver a hablar. Ni siquiera él mismo sabía dónde sacaba tanta paciencia –Sasuke se fue porque… digamos que lo necesitaba

–¿Necesitaba? ¡¿Porqué el necesitaría irse de Konoha ttebayo?! ¡Si tenía todo lo que él quería!–

–Bueno… no todo…pero no es importante–Añadió al ver la cara curiosa de Naruto– Pero tú tienes una boda ¿entiendes? Y Sasuke me dejó ser tu padrino en representación suya a sí que…–

–¡Claro que no! ¡Yo no me caso sin el teme! –Volvió a repetir. Kakashi sabía que su límite de paciencia estaba llegando casi a tope, y quería evitarse cualquier discusión o peor…el intentar darle una paliza a Naruto al más puro estilo Tsunade a ver si entendía.

Y dios que si se la estaba ganando.

–Pues no te cases, pero no irás por Sasuke– Zanjó. Naruto lo miró con infinito desdén pero decidió que no le importaba.

–¡Haré trisas tu Icha Icha dattebayo!–

Kakashi alzó una ceja colmándose la paciencia <¡Que se atreva!> pensó mirándolo con furia. E iba a levantarse y enseñarle a ese mocoso a no meterse con el entretenimiento de los demás cuando Iruka decidió intervenir.

–Naruto –Añadió el maestro dirigiéndole una mirada tranquilizante. El rubio dejó de alegarle al jounin para prestarle total atención a él –¿Y si tú mismo le preguntas a Sasuke?–

–¿Qué? ¡¿Cómo?! –Preguntaron los dos hombres al unísono.

–Escríbele una carta –Respondió como si ambos fueran alumnos. No le costó mucho engranar el plan de su novio y mirarlo como si fuera el nuevo dios de occidente –Dile a Sasuke de tu intención por verl… por que asista a tu boda y que lo irás a buscar. Si él está de acuerdo Kakashi no tendrá ningún inconveniente con dejarte ir ¿cierto?–

Kakashi estaba a punto de hacerle un altar ahí mismo, y prenderle velas de pasada.

–Por supuesto –

Intercambiaron una breve mirada mientras Naruto celebraba su supuesta victoria, casi dejándoles sordos y saliendo tan rápido como había entrado.

Kakashi ya imaginaba que haría Sasuke con la carta de Naruto, pero dejó de pensar en ello y concentrarse en su nueva vía de escape. Total, lo que tuviera que ver con ese asunto ya no tenía que ver con él.

–Me salvaste de esta –Añadió el ninja sonriéndole y decidido a recompensarle. Iruka se encogió de hombros.

–Al menos estarás tranquilo unos días –Respondió abrazándole. Kakashi le correspondió el abrazo suspirando en su cuello.

–¿No puedes pedir vacaciones para que huyamos a unas termas? –Insinuó después de unos momentos. Iruka soltó una carcajada alegre mientras negaba con la cabeza.

¡Oh si! ¡Tranquilidad por unos días!

Después de despedirse del maestro, y prometiéndose internamente que realmente irían de vacaciones, Kakashi decidió que era un buen día para entrenar acompañado. Y qué mejor que buscar a una de las pocas personas que nunca se negaba a un encuentro.

Y efectivamente, apenas se topa con Gai se enfrascaron en un entrenamiento que les tomó toda la tarde. Ya más cansado y notoriamente más despejado, Kakashi decide volver a su casa por una ducha caliente y con el ánimo de ir a buscar a su novio a la torre Hokage.

Decidió pasar por la librería y preguntar por la edición de oro de su Icha-Icha, pero antes de llegar a esta el copy-nin divisó a Sai saliendo del recinto con un gran lienzo tapado por una sábana. Ni tonto ni perezoso, decidió ir a preguntarle.

–¡Hey Sai! ¿Qué traes ahí?–

Sai, como siempre esbozó una sonrisa antes de contestarle.

–Kakashi-sempai–

–¿Qué es eso? –Insistió más aburrido que otra cosa.

–Un regalo para Naruto-kun– Kakashi alzó una ceja– Naruto últimamente se ha sentido demasiado solo sin Sasuke, así que pensé que sería bueno si le diera algo como esto– miró al lienzo que traía en las manos, dejándolo en el suelo.

–Valla…–Respondió. Kakashi le echó una leve mirada a Sai antes de concentrarse en el dibujo. Aún le resultaba curioso que alguien como él, quien no tenía ningún sentido de las relaciones sociales pudiera captar casi tan bien las emociones ocultas de los demás.

O por lo menos, mejor que ese trío que tantos dolores de cabeza le han causado.

–¿Es una pintura de Sasuke?–

–Nos vemos, Kakashi-sempai– Contestó dándole la espalda y alejándose del lugar.

Definitivamente, alguien muy raro.

Decidió entrar a la librería y preguntar por su amado Icha-Icha. A pesar de llevarse la decepción de saber que la entrega demorará otra semana más, Kakashi no dejó de pensar en el lienzo de Sai.

No había que ser un tonto para darse cuenta en la “atracción” que Sai sentía por Sasuke. Aunque si lo miraban bien, según Kakashi no era más que curiosidad por parte del pintor. Pero él no era Naruto.

Y no quería ni imaginarse la expresión que irá a poner el rubio al ver la pintura ni pensar en lo que le hará al pobre ninja que no tenía más que “buenas intenciones”.

Bien Sai podría buscarse un buen sepelio antes de tiempo. Al menos le saldría más barato que las lesiones causadas por un celoso-posesivo jinchuriki.

Llegó a su casa sin darse cuenta, entrando rápidamente y pasando de largo hacia la ducha más cercana. Cuando salió del baño fresco y oliendo a lavanda encontró a los ninken en una fila y frunciendo el entrecejo. Pero como otros días, decidió ignorarlos y postergar sus probables quejas apenas despidiéndose y encaminándose a la torre Hokage.

Tuvo el agrado de caminar sin encontrarse a ningún conocido lo que le agradó. Incluso se dio el tiempo para pasar a un restaurant familiar y reservar una mesa, para celebrar su nueva “libertad” y de pasada animar un poco a Iruka.

Kakashi había visto dormir intranquilo a su novio la última semana, y aunque había insistido con el tema Iruka se negaba a hablar de ello. El copy-nin sabía que por su profesión tan fría y a veces despiadada, muchas veces los errores del pasado terminaban torturándoles en el momento en que sus conciencias bajaban la guardia y quién mejor que él para atestiguarlo. Sin embargo el ninja no creía que Iruka tuviera algún error de aquellos. ¿Qué podía haber de malo en tan buena persona?

Pero aunque insistiese, Iruka se negaba a contarlo. Lo único que podía pensar Kakashi era relacionarlo con los padres de éste, por lo que había optado por dejar de preguntar.

Aunque tenía la sensación que nada tenía que ver con ello.

En cuanto entró a la torre Hokage, Izumo se encontraba guardando sus cosas. Lo saludó con un pequeño movimiento.

–Archivando los informes. Que tengas una buena noche–Se despidió el ninja. Kakashi asintió caminando hacia donde le habían indicado.

Escucho unas voces, y a juzgar por los gritos supuso que era Naruto.

Y efectivamente, apenas puso un pie en el lugar observó a un Naruto muy enfurruñado, y a un Iruka sintiendo… ¿compasión por él?

–Naruto, no creo…–

–¡Yo!–Saludó sonriente. Ambos ninjas giraron el rostro hacia él.

–¡Kakashi-sensei! ¿A que no sabes que me paso hoy dattebayo?!–

Kakashi no necesitó pensarlo dos veces.

–¿Qué le dijiste a la Hokage esta vez?–

Naruto hizo un morro –¡No le hice nada! –Se excusó– Bueno… tal vez haya mencionado que se estaba volviendo una vieja cascarrabias pero… ¡Es su culpa dattebayo! ¿Qué le costaba enviar mi carta en calidad de urgente al bastardo de Sasuke?–

Kakashi negó con la cabeza.

–El correo urgente no es para mandar correspondencia, Naruto–

Iruka asintió acomodando unos informes en carpetas.

–Eso dije yo–

–Agg! ¡Ustedes no entienden! ¡Esto es urgente! –Ambos ninjas pusieron los ojos en blanco.

Hablaron de trivialidades mientras abandonaban la torre Hokage. Naruto se despidió de ellos, dejando a la pareja sola.

 –Iruka, ¿sabes? Estaba pensando que hay un restaurant familiar nuevo cerca y…–

–¿De qué hablas Kakashi? Iremos al hospital–Respondió el chunin agarrando la mano del peliblanco y arrastrándolo con él.

–¿Al hospital? ¿Por qué? –Preguntó asombrado. Iruka se detuvo un momento.

–¡Oh! ¡Verdad que no te conté! –Sonrió rascándose la cicatriz– Es que hoy un ninja de Yinsei se desmayó. Pensaba que podíamos ir a ver como se encontraba–

Kakashi frunció el entrecejo.

–No tiene nada que ver contigo–

–Kakashi, lo vi desmayarse frente a mis ojos. Comprenderás que no puedo hacer que no vi nada cuando esa persona está sola en un lugar que desconoce y encima se desploma en plena sala. Además, podemos saber algo de Sasuke. Esa aldea es muy pequeña, según Tsunade-sama–

Kakashi alzó una ceja, curioso y receloso. Curioso por la forma en la que Iruka podía averiguar las cosas; con una sonrisa y simplemente preguntando a diferencia de otros ninjas a quienes apenas y les informaban las cosas, y algo molesto porque se preocupara por otra persona que no fuera él. ¡Se supone que él era su pareja! ¡Encima de todo lo que le costó deshacerse de Naruto, su novio aprovecha esa noche para hacer obras sociales!

–¿Para qué vamos a ir a verle? Podemos pedir un informe mensual o algo si queremos saber de Sasuke. Tsunade me lo dijo ayer– Dijo enfurruñado cruzándose de brazos.

–Ya te lo dije. Yo lo vi desmallarse. Es lo mínimo que puedo hacer– Kakashi le frunció el ceño. –Además… ¿no es más confiable preguntarle a alguien que ya ha estado ahí? Sabes que esos informes se equivocan muy a menudo–Iruka le hizo ver.

–Aún así…–Iruka le tomó de la mano arrastrándole hacia el recinto sin decir nada más.

Kakashi se maldijo por su poca resistencia, resignándose a ser arrastrado.

Fulminó con la mirada a todo el mundo apenas y poniendo un pie en el recinto. Era conocimiento general lo mucho que le gustaba el hospital, por lo que nadie hizo algún comentario, limitándose a seguir en sus asuntos.

Pasaron 15 minutos donde se resignó a acompañarlo echándose en la primera silla que encontró y negándose a soltar a su pareja; y cuando estuvo a punto de lograr que ambos salieran de ahí, apareció Shizune.

–Kakashi-san, Iruka-kun –Saludó acercándose a ambos– Pregunté a una enferma y me dijo donde estaba Himawari-san–

El copy-nin refunfuñó al ver la sonrisa del otro, pero se limitó a acompañarlos sin hacer comentarios.

–Aunque no podrán verle por mucho, ya que está muy debilitado –Comentó caminando hacia el ala de internados– No sé como ese hombre no se murió por tanto esfuerzo–

Entraron en la pequeña habitación, donde en la sencilla cama blanca de hospital se encontraba el ninja recostado. Al verlos, levantó una ceja con curiosidad. Kakashi lo analizó en silencio

–Soy Iruka Umino, lo vi desmayarse hoy –Iruka se inclinó un poco– Quería saber cómo se encontraba–

El ninja miró a Iruka un momento, para posar su mirada en Kakashi quien frunció el entrecejo, y luego en Iruka otra vez. Al final esbozó una sonrisa.

–Me encuentro mejor, gracias. Es un alivio que fuera en ese lugar y no en el camino–

 Observó el silencio de su pareja, probablemente preguntándose cómo abordar el tema.

–Disculpe pero no había podido evitar leer que usted proviene de Yinsei –El aludido asintió con curiosidad– Y pues… hace más o menos un mes que uno de mis ex alumnos se fue hacia allá y... –

–Ya veo… ¿Y ustedes quieren saber de él? –Iruka asintió– ¿Es legal preguntar eso?–

Observó a Iruka vacilar, por lo que decidió intervenir.

–No le estamos preguntando por las misiones que realiza, sino si se encuentra en buen estado de salud –Dijo aún un poco enojado. El ninja asintió.

–¿Y de quién se trata?–

–Sasuke Uchiha–

La puerta fue golpeada interrumpiendo la conversación. Kakashi abrió la puerta, dándoles la espalda.

–Disculpen, pero Tsunade-sama los llama con urgencia– Susurró una enfermera– A Iruka-kun y Hatake-san–

–Disculpe, tenemos que irnos. Espero se recupere –Dijo rápidamente el maestro antes de salir de la habitación, con él a su lado.

E-¡Espere! –Escucharon tras la puerta. Mientras caminaban a paso rápido hacia la torre Hokage, Kakashi se preguntaba qué le había hecho el Uchiha al sujeto para que reaccionara de esa manera. Pero lo dejo pasar al ver el estado casi neurótico de su pareja.

–¿Estás bien? –Preguntó preocupado cuando apenas y entraban al lugar. Iruka apretó su mano y dio un gran respiro antes de responderle.

–Tan solo estoy preocupado–

Kakashi asintió, decidiendo postergar la conversación y guiando al maestro hacia la sala de la Hokage.

Cuando abrieron la puerta, y descubrieron a Tsunade sentada en el escritorio con expresión sombría y a Naruto mirándoles con curiosidad, Kakashi pensó que algo malo había pasado.

Vio a Iruka ladear la mirada, y por primera vez divisó a un chico sentado en una de las bancas mirando al piso. No lo había notado hasta apenas un momento.

Iruka palideció, lo que preocupó a Kakashi.

–¿Estás bie…?–

Y cuando fijó en Naruto por primera vez, quien los miraba con la misma expresión de desconcierto, Kakashi temió que la reunión tenía que ver con Sasuke.

¡¿Qué demonios había hecho ese mocoso esta vez?!

–Lamento llamarlos a esta hora, pero hay algo importante que debo comunicarles…–

Cuando vio la expresión de la Hokage, no había ningún rastro de rabia. Frustración y Lástima, fue lo único que detectó, cosa que lo desconcertó por un momento.

Pero cuando Iruka apretó su mano aún más fuerte haciéndole voltear y ver su rostro, Kakashi fue consciente de la realidad. Sólo en ese momento pudo observar a Tsunade, y pudo saber realmente que pasaba.

Algo realmente malo había pasado con el Uchiha.

–¿Qué pasa Oba-chan? ¡Estaba a punto de dormirme dattebayo! –Se quejó el rubio. Iruka avanzó hacia Naruto sin soltar la mano de Kakashi, tocándole el hombro y negando con la cabeza.

Kakashi no sabía que decir.

–Acaban de mandarme el informe…–Tsunade señaló al chico sentado en la banca. El muchacho ni siquiera alzó la mirada. Tsunade tragó saliva –El informe de la última misión de Sasuke–

Kakashi se imaginó una serie de escenarios, Rezando porque la ruleta esta vez no cayera en el peor de ellos.

No de nuevo.

Nadie dijo nada durante un minuto. Kakashi aún no salía de sus pensamientos, cuando la mujer siguió hablando.

–Lo lamento…–Susurró.

Abrieron los ojos sorprendidos. ¿No podía ser eso, verdad?

¿Verdad?

Naruto negó con la cabeza cerrando los ojos fuertes, para luego dar un puñetazo en la mesa, enfadado.

–¿Qué pasa Oba-chan? ¡N-no entiendo nada dattebayo!–Gritó– ¿¡¿Qué pasa con el teme?!? ¡¡¡¿Qué pasa con él?!!! ¡¡¡CONTÉSTAME!!–

–Naruto–Susurró Iruka con la voz quebrada –Ya basta. Sasuke está muerto

Está muerto.

–No…no puede ser…–

Está muerto.

Naruto negaba con la cabeza. Iruka dejó que las lágrimas corrieran por su rostro.

Kakashi sólo podía mirar y maldecir al destino...

Por mi culpa…

–Mierda…–

…está muerto.

 

 

Continuará.

Notas finales:

 

Tienen todo el derecho al intentar matarme…pero si lo logran, no sabrán el final de esta historia.

Me atrevería a decir que Ser un gato vagabundo se acerca, si no es que ya va por la mitad de la trama. Y extrañamente, siento como si recién comenzara a escribir esta historia. ¿Extraño, no?

Y aunque recibiré pifias por este capítulo (que tampoco me agradó el cómo lo escribí) debo decir que me gusta el rumbo que está tomando.

Y les tengo buenas noticias ¡Termine el semestre de la universidad! Y afortunadamente, salvé casi todos mis ramos, cosa que aún me sorprende. Por lo qué, supongo que los capítulos vendrán más pronto.

Y debo agradecer a Natzabel por su genial trabajo de beta-reader (aunque no la arriendo a nadie, el abuelo me asesinaría) y las pequeñas ideas que algunas lectoras me han dado sin querer queriendo.

Por cierto, este fanfic se acerca a los ¡100 comentarios! Cosa que no creí posible, pero por dios que me alegra! Y me impulsa a terminar mis proyectos como dios manda. Y agradezco cada uno de sus comentarios, tanto cortos como largos. Y si, me doy el trabajo de leer cada uno de ellos aunque no los responda como la gente.

Bueno, para cerrar; espero que sigan este fanfic como lo han seguido hasta ahora y ¡No culpen a la autora! Culpen a su imaginación.

Un abraso grande de oso;

Mariohn.

PD: Para alegrar el ambiente, comenzaré una serie de drables anexas a esta historia (algo tenía que hacer antes de dormir).

Drabbles tontos para irse a dormir.

4:50 am

a) Si Sakura se embarazase de Sasuke.

–¡Sasuke-kun, Sasuke-kun! –Gritó abriendo la puerta de la casa y entrando ansiosa, casi sin quitarse los zapatos. Corrió hacia la sala, donde un pelinegro alzó una ceja sentado en su sillón favorito, mirándola sobre el diario que leía –¡Tengo algo que decirte! –Jadeó mirándolo emocionada –¡Estoy embara…!–

–Ni siquiera lo pienses–


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