Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ser un gato vagabundo por Mariohn

[Reviews - 219]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Declaimer: Naruto pertenece a Masahi Kishimoto.

Este capítulo no fue beteado, por la urgencia de ser subido. Dedicado a todos los seguidores de este fanfic, en especial a Natzabel. Por la víspera de su primer año como mi beta.

 

Capítulo XIII


 


 


Y tan pronto como vino, la mano de la mujer se alejo. Se sintió perdido en la oscuridad, hasta que al minuto volvió a sentir el tacto suave pero en su antebrazo. Y junto con ese tacto suave algo más frio. Algo que penetraba su piel.


 


Una jeringa. Una jeringa que le inyectaba algo.


 


Ese algo que comenzaba a adormecerlo.


 


Gimió con frustración. ¿Otra vez?


 


Ya ni siquiera le sorprendía. Estuvo vagando en su mente sin sentir otra cosa hasta despertar nuevamente frente al puesto de ramen. Se sentía pesado, pero aquello ya era una sensación conocida.


 


Se levantó, encontrándose rodeado de un bosque en otoño.


 


–Parece que estás decidido a matarme de un susto Uchiha– Sasuke se volteó, observando al reflejo de Naruto que su subconsciente había creado. Levantó una ceja


 


–Podría decirte lo mismo. ¿Qué está pasando?–


 


–De afuera –Se encogió de hombros. Sasuke lo miró molesto –No tengo idea. Puedo controlar tus recuerdos, pero no puedo alterarte. Cualquier cosa que te ocurra directamente es producto de afuera, no tengo otra explicación–


 


Suspiró. Podría ser peor, se dijo intentándose hacerse ánimos. El paisaje se desvaneció rápidamente, para volver a Konoha. Específicamente, el lago cerca del barrio Uchiha. Sasuke se observó a sí mismo, sentado mirando el lago con expresión taciturna. Recordaba muy bien ese día. Fue justo días después de lo ocurrido en su clan. Su estomago se estrujó de la angustia por unos momentos, hasta que Naruto llamó su atención, apuntando detrás de ellos. Caminando hacia el lago desde el bosque, sucio y magullado estaba Naruto. Después de esos segundos su otro yo se había volteado hacia él. Se observaron en silencio en lo que parecían minutos, hasta que Naruto le sonrió levemente.


 


Y volvieron al bosque.


 


–¿Piensas seguir con lo mismo? –Preguntó aún con el recuerdo en la mente. Aquella había sido la primera muestra de ánimo verdadero que había recibido. Aquella que le había impulsado a seguir adelante.


 


Sasuke lo había olvidado. Y con amargura, se percató de la cantidad de veces que Naruto le había ayudado. Y él nunca había hecho nada por él.


 


–Necesito que lo aceptes Sasuke– respondió con simpleza.


 


–Creí haberlo dejado lo bastante claro –respondió, sintiéndose mareado. ¿Acaso le habían inyectado algo? Se dejó caer en el piso, subiendo una mano hacia su cabeza. Anormalmente caliente. Demasiado caliente. No dudó en tocar la palma de sus pies, que se encontraban fríos.


 


–¿Estás bien? –Preguntó Naruto acercándose y tocándole la cabeza. Agradeció el tacto frío del otro, cerrando los ojos.


 


–Fiebre –Masculló. Sintió el aire del otro en su cara, alejándolo de él por reflejo. Al ver la expresión dolida del otro se sintió algo culpable.


 


Sasuke se recostó al lado de Naruto, doblándose hacia él y cerrando los ojos. Debía de estar muy afiebrado para dejarse ver tan desvalido… definitivamente.


 


Ambos, sumidos en un silencio cómodo, estaban en su mundo, o al menos Sasuke lo estaba, con los ojos cerrados intentando saber qué demonios le pasaba. Aquello se estaba volviendo demasiado desesperante para sus nervios.


 


–¿Cómo “naciste”? Porque supongo que de algún lado debías de salir –preguntó. Hablar no le hacía mal. Escuchó una risa estrepitosa que le hizo fruncir el entrecejo. Otra vez ese parecido con Naruto. Y si se lo pensaba, en ninguna otra circunstancia había hecho algo tan vergonzoso como en esos momentos. Solo porque era y no era Naruto.


 


Otra vez con sus ilusiones de estúpido adolescente que debería ya eliminar de su cabeza.


 


–Pues… nací en cuanto tú desarrollaste una conciencia –Escuchó– Tomamos la forma de aquello que es más importante para nosotros. Antes fui Itachi Uchiha –Sasuke asintió, recordando el tiempo en el que su hermano era lo más importante. Aunque con 4 años y un hermano que idealizaba como su ejemplo a seguir cualquiera lo idealizaría. No, quizás siempre supo que Itachi era así de complicado y simplemente decidió que le gustaba más el héroe que abrir los ojos y darse cuenta de lo humano que en realidad era… porque no había otra palabra para definirle– Pero después tomé una única forma. Esta –El azabache abrió los ojos, observando los azules de él. Volvió a asentir –Y cuando tu mueras, yo lo hare, es lo lógico–


 


–¿No es un poco triste saber que pasarás toda tu vida solo? –Inquirió sin pensarlo, arrepintiéndose. Pero le vio reír, cosa que le hizo fruncir el entrecejo.


 


–¿Lo dice alguien que piensa pasar toda su vida exactamente en esas condiciones? Pues no. No eres el único que se enamora Sasuke. Yo estoy tan liado como tú –Volvió a reír.


 


–¿Estás enamorado de Naruto? –preguntó sorprendido, avergonzándose. Y no, el no estaba aceptándolo. Sólo terminaba con su curiosidad y consideraba el eliminar o no a su no-conciencia. Completamente normal, si le preguntaban.


 


–No. Estoy enamorado del “Sasuke” de Uzumaki Naruto–


 


¿Cómo carajos podía ser parte de él y aceptar tan fácilmente ese tipo de cosas?


 


Hala, que estaba alucinando.


 


–Eso no es posible– Respondió, entrecerrando los ojos. Comenzaba a sentir sueño…


 


–¿Crees que eres el único que se enamora? Es un proceso en el que tu mente y tu cuerpo participan –Dictaminó– y soy parte de tu mente. ¿Por qué crees que manejo tus recuerdos? Pero no puedo estar con él sí “tu” no estás con “él”–


 


Sonaba bizarro hasta para él.


 


Recién cayó en cuenta de algo, sobresaltándose. Naruto lo miró sorprendido.


 


–¿Qué?–


–¿Cómo es que yo soy la conciencia de Naruto?–


 


Naruto negó con la cabeza –Primero que nada, te lo repito: no soy tu conciencia. Si fuera tu conciencia, tendría mucho que recriminarte Sasuke, y probablemente me odiarías –Rió con soltura. Sasuke frunció el ceño –Y estoy muy lejos de cuestionar la mayor parte de tus decisiones, sobre todo porque no estoy totalmente en desacuerdo con lo que has hecho –se encogió de hombros. Sasuke lo miró con estupefacción. No era el momento para intentar ocultar sus emociones ¿para qué?– Como te dije en un principio, puedo ser lo que tú quieres que sea… Pero tú conciencia, no soy–


 


–Es bastante estúpido–


 


–Claro, Claro… como tú digas…–


 


–Que te d… –intentó maldecir, sintiéndose cada vez peor. El sopor lo adormilaba cada vez más. ¿Acaso nunca terminarían de torturarle de esa manera? Aquello era peor que el dolor–Termina de… explicarme–


 


Sintió nuevamente la mano de Naruto en su rostro. Le supo agradable el tacto de su mano fría. Tenía la sensación que con cada caricia de él más se adormecía. Ni siquiera podía levantar el brazo.


 


–Sasuke…–


 


La voz del otro comenzaba a alejarse. Ya era tanto que ni desesperación sentía. Le dolía la cabeza, y sentía como si una especie de líquido recorría sus venas, desde algún lugar del estómago y del brazo. No dolía, pero comenzaba a sentir entumecida aquella parte que el líquido tocaba, como si se expandiera.


 


Se quejó en silencio, abriendo los ojos con pánico hacia Naruto, quien se había volteado completamente hacia Sasuke y lo miraba de la misma forma. Bajo la vista hacia las manos de él quien lo estaban zamarreando en un mudo intento por hacerle reaccionar, pero no podía sentir nada.


 


Ni siquiera volvía a sentir su voz.


 


Una especie de neblina, cubrió el lugar, otra vez, haciendo que Sasuke entrara en una especie de transe. Como cuando en la época en la que fue entrenado con Orochimaru, este le proporcionaba una que otra droga lo bastante fuerte que le hacía alucinar. Eso y como si se hubiese bebido unas cuantas botellas de sake.


 


Durante unos minutos, Sasuke sólo miro hacia el cielo adolorido y todo, observando las formas que la niebla tomaba. No era lo suficiente para distraerlo, pero al menos ayudaba.


 


Y de pronto, un murmullo le cosquilleó la oreja. De reojo, Sasuke miró hacia derecha e izquierda, no logrando ver nada más que niebla.


 


Pero el murmullo se hizo cada vez más fuerte.


 


Era como si algo llamase a su esencia. Porque sonido no era. Sintió, como si su cuerpo conociera a la perfección aquel murmullo, pero él no lo entendía. No podía entenderlo.


 


Cerró los ojos, intentando respirar al menos 5 veces, recuperando la tranquilidad. No, el nunca la había perdido.


 


¡Teme!


 


Inmediatamente abrió los ojos, incorporándose y chocando con la frente de alguien. Sasuke maldijo por lo bajo, subiendo su mano hacia la zona adolorida.


 


¡Mierda! ¡Si me sale un chichón Sakura-chan me matará ttebayo! –Sólo en ese entonces, el azabache volteó la mirada hacia el causante de tal cabezazo. Se sintió aturdido, y verse en la casa de Naruto no ayudó en lo más mínimo a disiparlo.


 


¿Qué hacemos aquí dobe? –No pudo evitar preguntar mirando hacia todos lados. Bajó la mirada, sorprendiéndose al verse ataviado en un traje. ¿Qué demonios hacía él en un traje? Pero al doblar la mirada nuevamente hacia el rubio, viéndolo de la misma manera, en cierta forma comprendió.


 


¿Cómo que “Qué hacemos aquí”? Bastardo, no pensé que tu borrachera fuera para tanto –Inquirió tomándolo del brazo y jalándolo hacia él. Sasuke se resistió frunciéndole el entrecejo y mirándolo con saña. Naruto bufó –¡Idiota! ¡Que debemos llegar antes, o Sakura-chan me molerá a palos por llegar después de ella ttebayoooo! ¡Si yo sabía que no debí dejarte beber!


 


Yo no soy un ebrio usuratonkashi –murmuró levantándose de un salto, mareándose en el proceso. Naruto pareció notarlo, sujetándolo de los antebrazos, poniendo los ojos en blanco –Mejor será que vallamos… donde teníamos que ir– Se negó a decir la palabra “boda”. Seguía aturdido, y somnoliento, pensando que había algo que estaba mal. Muy mal.


 


Claaro teme… pero será mejor que vallamos. Ya hablaremos después de la boda ttebayo


 


Sasuke quiso decir “¿Cómo, si te irás?” pero se sintió arrastrado del departamento de Naruto hacia las escaleras antes de poder decir cualquier cosa. Sin querer chocaron con un gato negro en la puerta de la casa, que Sasuke reconoció muy bien. –¡Perdona teme-chan ttebayo!– le escuchó gritar al rubio, tomándolo con el brazo libre.


 


Ok, aquello se estaba complicando. ¿Acaso todo lo que había pasado antes había sido un sueño, y él nunca había abandonado Konoha?


 


Corrieron por las calles de un abandonado Konoha, donde la gente intercambiaba saludos alegres hacia el rubio, y miradas asesinas hacia él. Aquello era normal. Tropezaron sin querer con Ino, quien de la mano de… ¿Kiba? ¿KIBA? Regañaba al rubio por no estar en el altar.


 


¡Fue el teme ttebayo! Estaba borracho como una cuba y no pude despertarle…


 


No me eches la culpa de tus faltas Usuratonkashi –replicó, molesto– Además YO no estaba borracho. Los Uchihas no se embriagan


 


Hagan lo que quieran, pero lleguen antes de que Sakura intente matarte Naruto –replicó la rubia alzando una ceja hacia el Uchiha –Yo te hacía en la casa de Hinata, Sasuke-kun


 


¿Hinata…? –Preguntó sorprendido. Para sorprendentemente para él, recordar que había quedado en recoger a la ojiperla. Aquello terminó de confundirle –Joder, pero Hyuuga podía llevarla también… –murmuró, como si estuviera ¿preocupado? ¿Por Hinata Hyuuga?


 


Naruto ignoró lo último que Ino dijo, arrastrando a Sasuke hacia donde se realizaría la boda. Sasuke se alejó de todo el mundo, que de pronto se había levantado de sus asientos para felicitar al novio. Por primera vez, al verlo rodeado de gente tuvo tiempo para analizar sus sentimientos. ¿Qué era ese sentimiento de… aceptación que pasaba por su cabeza? No era melancolía, era como si… como si él mismo se hubiese impuesto el seguir adelante. Como si pensara que él también merecía superarlo.


 


Extraño, en realidad


 


Sasuke-kun… –sintió a sus espaldas. Sasuke caminó hacia Hinata haciendo una pequeña sonrisa. La pelinegra también sonreía. Sasuke le ofreció su mano izquierda sin decir nada más. Hinata se la tomó, caminando en silencio hasta donde la familia del novio debía sentarse. Iruka y Kakashi se encontraban junto a Naruto, quien saludaba a los invitados. Ambos se voltearon hacia el rubio quien hablaba felizmente con Shikamaru, quien tomaba del brazo a ¿Sai?


 


Pero por alguna razón en lo extraño del asunto, Sasuke no pudo notar lo normal que se sentía todo ello.


 


¿Te arrepientes, Sasuke-kun? –escuchó de repente de los labios de ella. El azabache se volteó hacia la mujer, negando con la cabeza.


 


Como me dijiste ese día, nosotros también debemos avanzar


 


Y, teme ¿Cuándo le pedirás matrimonio? –escucharon al rubio, mientras caminaba hacia ellos. Sasuke le frunció el ceño a Naruto.


 


Tal vez lo haga dobe –respondió con simpleza. No pudieron hablar nada más ya que anunciaron que la novia se acercaba, por lo que todo el mundo tuvo que retomar sus lugares.


 


Sakura, enfundada en un vestido blanco, avanzaba de la mano de su padre hacia Naruto. Sasuke contempló la escena como una película, sin saber que pensar, al lado de su compañero, tal y como se lo había prometido. No pudo dejar de notar lo extraño de la situación. Le dolía sí, pero ahora no estaba solo. Estaba con Hinata. No pudo evitar dirigirle una mirada de agradecimiento que ella supo interpretar. Porque después del dobe, había sido la única que se había molestado en intentar entenderlo. El sentimiento de angustia se mezclaba con el de liberación, cosa que terminó de confundirlo. Pero no le iba a fallar a ella. No cuando le había apoyado en su peor momento sentimental, e incluso le había ofrecido una opción.


 


Mientras el sacerdote hablaba, notó como Naruto le miraba de reojo, cosa que intentó ignorar. Después de tanto tiempo, se había impuesto el evadir aquellas expresiones espontaneas del rubio que no lograban otra cosa que empeorar la situación. Sabía que debía vivir con ello, pero no podían culparle de intentar mitigarlo.


 


Y cuando el sacerdote pregunto a su amigo, aquella pregunta que Sasuke sabía, terminaría con aquella hermandad y unión que ellos habían creado sin proponérselo, Naruto se le acercó, ignorando la mirada sorprendida de todos los presentes, y le abrazó.


 


Sasuke le miró estupefacto, dirigiendo una mirada aturdida hacia Hinata. La pelinegra lo miró con la misma expresión. Sakura decía algo que Sasuke no entendía, al igual que Tsunade. Pero Naruto se negaba a soltarlo.


 


¿Dobe…? –preguntó sorprendido, ignorando el cosquilleo que su estúpido corazón hacía.


 


Teme… debes… –Naruto había bajado el rostro hacia su oído, susurrándole. Sintió un leve estremecimiento, inevitablemente dirigiendo todos sus sentidos hacia él.


 


¿Qué?


 


Debes despertar


 


Y los dolores comenzaron, mientras las imágenes se derretían a su alrededor como gotas de agua. Sasuke se puso de rodillas, mientras se mordía el labio en un vano intento por conservar su orgullo. Orgullo que mandó a los quintos infiernos cuando el dolor aumento, como si una cuchara penetrara su piel y le retorciera las entrañas. El cuerpo le quemaba, su cuerpo comenzaba a aplastarse, y por primera vez, sentía el dolor de cada cortada, cada cuchillada que había recibido. El calor era insoportable, más que la vez anterior. Como si realmente quemaran sus huesos, quemara sus venas, sus órganos.


 


Ya había dejado de verse, de sentirse, de escucharse. Su vista se había ido a un negro inevitable, y había dejado de escucharlo todo.


 


Ni siquiera podía gritar en ese momento.


 


Cuando las descargas eléctricas comenzaron, una tras otra cada dos segundos, Sasuke finalmente pensó que si las otras dos veces no lo habían logrado matar, esta si lo haría. La temperatura del fuego aumentaba, fuego que no podía ver. Su cuerpo se aplastaba cada vez más, por una piedra invisible que jalaba desde afuera hacia adentro, al mismo tiempo que su cuerpo también se aplastaba hacia dentro. Su corazón tamborileaba indeciso, como si ya hubiese perdido la batalla. No sentía sus pulmones.


 


Morir, morir. ¿Acaso había cometido las suficientes atrocidades para permanecer en ese limbo durante toda la eternidad? ¿Acaso “Dios” no creía en la redención, al igual que los aldeanos?


 


Morir, morir… “mátenme, por favor mátenme


 


Cuando comenzaba a dejar de sentir dolor, su cuerpo, Sasuke temió lo peor. Porque su cerebro también dejaba de funcionar, adormeciéndolo, deteniéndose de vez en cuando, haciéndole incapaz de pensar.


 


Morir, morir…


 


¿Había hecho alguna cosa buena por la que valía la pena ser recordado? ¿Alguien lo extrañaría? ¿Alguien lo necesitaría lo suficiente, para llorar por su muerte?


 


No, no lo habría.


 


Su corazón se había detenido 4 veces, cosa que había sido remediado por aquellas dolorosas descargas. Que ya no estaban funcionando.


 


Quemaba, dolía.


 


Dos veces se había ido a negro, volviendo tan rápido como se había ido.


 


Para Sasuke, ya estaba muerto.


 


4 veces más se había detenido. 3 veces había vuelto. La cuarta, la cuarta había sido la más larga. Dolor, dolor en todos sus sentidos.


 


Demasiado insoportable.


 


Y por última vez, sin exhalar un suspiro, en un pequeño cuarto procedencia de alguien quien Sasuke no conocía, cuando su mente dio un último recorrido a su vida hasta ese preciso momento, dio su último aliento de vida.


 


 


 


 


 


 


 


 


…Si tuviera que explicar cómo se sentía estar muerto, probablemente Sasuke nunca habría podido explicarlo. Paz, horror, desconcierto… Dolor por los que había dejado. Dolor por sentir que si quizás hubiese hecho las cosas de esa manera, si es que su vida hubiese sido de otra forma, Sasuke no hubiese estado en este estado. Que quizás hubiese sido feliz.


 


El morir era negro, porque no podía ver nada. Ni siquiera sabía si podía ver. Si el alma era una extensión blanca o negra de su cuerpo, como una columna de humo. No había un túnel, pero tampoco estaban las clásicas puertas que debías cruzar para ir al cielo. Porque no había cielo.


 


O quizás el no merecía ese cielo.


 


Un murmullo se escuchaba a lo lejos. Sasuke, en negro y sin un cuerpo al que poder recurrir, quiso ir hacia allá. ¿Hacia donde iría, de todas formas? En cuanto lo deseó, las voces comenzaron a aumentar de volumen para él. Ah… se sentía bien saber que podía escuchar algo. Que quizás la muerte no era tan terrible.


 


Que al final, podría ver a sus padres y a Itachi.


 


–No –


 


Y de pronto, vio un universo blanco sin fin, y pudo ver sus pies. Y pudo mirar hacia el piso, observando sus pies. Porque ahora tenía pies. Y ojos, al parecer.


 


–No –volvió a escuchar. Y en ese entonces sintió que era jalado del brazo. Algo cálido, algo no muy suave sin embargo nada áspero. Una mano, pudo mirar al voltear sin despegar la mirada del piso. Decidió levantar la vista, quedándose helado. ¿Qué hasta en su muerte iba a seguirle?


 


No. Si estaba ahí, y podía ver, no estaba muerto.


 


–¿Dónde estamos? –preguntó sin quitarle la mirada, analizando su rostro. El Naruto que veía en esos momentos, era infinitamente distinto del que era su conciencia. Sus brazos estaban maltratados y su rostro denotaba unas ojeras que Sasuke no le había visto ni en sus peores momentos.


 


–No sé, pero no vallas teme –murmuró el rubio en una súplica muda. Sasuke lo miró aturdido.


 


–¿Dónde?–


 


–Las voces, ttebayo. Kurama dijo que si las seguíamos, moriríamos–


 


¿Las voces? Ah, él se refería a los murmullos. Sasuke asintió en silencio.


–¿Entonces qué hacemos dobe?–


 


–¿Por qué te dejaste matar ttebayo?– Aquello si le confundía. ¿Desde cuándo el Naruto de su mente le hablaba del biju que no tenía en su cuerpo, encima de recriminarle por algo que ya sabía?


 


–No me deje matar, estaba ayudando a otra persona–


 


–Mientes, joder… ¿por qué te fuiste de la aldea? ¡Si te molestaban esos aldeanos de mierda ttebayo…Debiste decírmelo! ¡Nos hubiésemos ido juntos!–


 


–¿De qué hablas dobe? –estaba hecho un lio. No, hecho un lio era demasiado poco. Naruto le había tomado de ambos antebrazos, volteándole completamente hacia él, entrecerrando los ojos. Aquello no tenía ni pies ni cabeza, pero ¿Cómo iba a tenerlo, si estaba muerto? –¿Qué haces aquí?–


 


–¿Qué hago aquí? ¡¿Qué crees que hago aquí ttebayo?! –Le gritó– Te sigo, grandísimo bastardo. Ahora como los dos estamos más muertos que vivos, podemos hablar como dos personas civilizadas. Aún puedo golpearte en esta mierda de lugar–


 


Sasuke alzó una ceja –Eres parte de mi mente, es obvio que debes seguirme Usuratonkashi– razonó. Con que aún estaba vivo. ¿Cómo? Ni siquiera él lo entendía. Pero era infinitamente mejor al estarlo. O no. Aún no se ponía de acuerdo en ese punto.


 


–¿Qué? Claro que no soy parte de tu mente ttebayo. Soy demasiado guapo para que puedas recrearme a mi imagen y semejanza–


 


–Creo que si puedo recrear eso, estoy oficialmente igual de tocado que tu– murmuró. El Naruto de su mente, o no, se enfureció, tomándolo por las solapas de la polera. Sasuke lo miró sorprendido. –¿Qué?–


 


–Bastardo… eres un… ¡Espera ttebayo! ¿Hasta al borde de la muerte tenemos que discutir? –Sasuke bufó en respuesta. Naruto lanzó una risotada, para estrecharlo en un abrazo –Hay teme, no entiendo como tuviste que morir para… no importa ttebayo…–


 


¿Uh? ¿Qué estaba sucediendo? Sasuke se sintió aturdido, rodeado de unos brazos cálidos, de un olor conocido, que lo aferraban como si fueran su única vía de salvación. –¿Qué haces? –preguntó en un hilo de voz. Era la pregunta más estúpida que pudo formular en ese momento, pero estaba lo bastante aturdido por el olor de Naruto, que estaba considerando la idea que era el Naruto real. Era eso, o de verdad se había terminado por volverse loco.


 


–Te abrazo teme. ¿Acaso no puedes cerrar la bocota alguna vez?–


 


–Esa es mi línea dobe –Estando juntos uno contra el otro, Sasuke podía fantasear como quería. Bueno, después de todo estaba muerto. Quizás Dios si existía, y le había dado ese regalo antes de condenarlo a los infiernos. El poder verle por última vez. Y Sasuke estaba agradecido, y se condenaría felizmente de la misma manera.


 


–Como sea, debes salir de aquí. Y yo también ttebayo–murmuró alejándolo un poco para poder mirarlo a la cara.


 


–No puedo, estoy muerto –replicó confundido. Bueno, Dios sabía que Naruto era un idiota, no podía pedirle un poco de sentido común. Sería demasiado.


 


–No, no estamos muertos. Al menos aún no dattebayo. Y debemos irnos para poder vivir y traer tu culo de vuelta a Konoha teme –Afirmó el rubio– ¿Sabes la cantidad de veces que vine a este lugar para esperar que vinieras? Pensé seriamente que habías muerto de verdad ttebayo. Y cuando pensaba en seguir adelante para poder echarte en cara nuestras muertes, fue una suerte que aparecieras. Pensé que me volvería loco mirando tu maldita pintura–


 


Sasuke levantó los brazos que tenía al costado del cuerpo, para apoyarlos en los brazos del rubio y alejarlo un poco, confundido. –¿Qué pintura? ¿De qué hablas? –Naruto se negó a soltarlo –dame espacio maldito dobe, necesito pensar–


 


–Ni de coña –maldijo apretando el agarre. Sasuke bajó la mirada hacia los brazos


 


–¿Qué te paso?–


 


–Me envenené –dijo con simpleza. La cara de Sasuke pasó de la estupefacción a la furia y la vergüenza en un segundo, estampándole en la cara un sonoro golpe que obligó al otro a soltarlo.


 


–¡¿Qué hiciste qué?!– Naruto se llevó una mano hacia la zona afectada, maldiciendo por lo bajo.


 


–Agg, como duele bastardo…–se quejó– …aunque ya te lo dije –se cruzó de brazos. Sasuke calló en cuenta segundo tras segundo de la extraña realidad. ¿Era…?


 


¿El Naruto real?


 


–¿Qué carajos…?– abrió la boca sintiéndose un completo idiota. Naruto lo miró con curiosidad mal contenida.


 


–¿No acabo de decirte teme? –Le tomó de la mano derecha, comenzando a caminar hacia la nada– Kurama nos guiará, así que nos vamos ttebayo…–


 


Sasuke tiró de la mano de Naruto obligándole a detenerse.


–¿Qué mierda haces aquí dobe? –preguntó ya enfurecido. Naruto pasó de la estupefacción hacia la furia en un segundo.


 


–¿No acabo de decírtelo? –Replicó en el mismo tono– Vine por ti –se encogió de hombros como si fuera lo más normal. Considerando que según él, ambos estaban más muertos que vivos, le quitaba la normalidad al asunto.


 


–Estoy muerto dobe –repitió por decima vez, cabreado. Naruto negó con la cabeza. Sasuke tuvo la urgencia de volverlo a golpear, pero sabiendo que no tenía ningún efecto, entrecerró los ojos, mirándole feo.


 


–¿Qué debo hacer para que no te vayas otra vez ttebayo? No quiero estar toda la vida persiguiéndote hasta los quintos infiernos. Y no digo que no lo haré si decides irte hacia ese lugar teme, pero quiero una vida tranquila de vez en cuando…y…–se perdió en su verborrea, dejando a Sasuke más estupefacto de lo que ya estaba. ¿Qué idiota se atrevería a morirse para ir a traer a otro? Alguien como Naruto –…tengo una idea –dijo de pronto, caminando hacia él y acercando su cara a la de Sasuke en un casto beso. Sasuke abrió los ojos como platos, mientras Naruto, tan rápido como se acercó se alejó de él, meditando un momento –Para ser mi primer beso consiente y no por casualidad, no lo hice mal ttebayo… pero creo que… ¿Teme?–


 


–¿Qué demo…? –preguntó sin atreverse a responder.


 


–¿Lo hice muy mal? –replicó Naruto, poniendo una verdadera expresión de preocupación. Sasuke volvió a golpearlo.


 


–¡No se trata de eso! ¡Con un demonio, que estás casado Usuratonkashi! –comenzó a zamarrearlo hacia atrás y hacia adelante.


 


–¡Claro que no…! ¡No me ahorques!–


 


–¡Estás muerto! ¡No te matará! –Sasuke cambió de opinión. Golpear a un Naruto por estúpido por toda la eternidad no sería una mala idea. De pronto, se detuvo abriendo la boca y dejando salir un insulto, dejando caer al rubio –¿No te casaste? –


 


–¡Eso no es importante! ¿De verdad no quieres que vivamos? –preguntó el rubio, levantándose del “suelo” y sobándose el trasero.


 


–Yo soy el que está muerto–


 


–No estás muerto teme. Y yo tampoco. Pero si quieres que lo estemos, pues lo estaremos –se encogió de hombros– tú decides–


 


–¿Por qué? –preguntó alzando una ceja.


 


–Pues…¿De verdad tengo que decirlo? ¡Tienes que vivir maldito teme! ¿Ya lo olvidaste? ¡Hasta el final! ¡Si tú mueres, yo muero! –Esta vez fue Naruto quien le golpeó. Sasuke fue a parar a un par de metros de él. Le fulminó con la mirada. Naruto caminó hacia él alzando una mano, retador –Espero me puedas devolver el golpe vivo, bastardo. Así que ambos viviremos –


 


Sasuke sonrió de lado. ¿Cómo ese desgraciado se las arreglaba para devolverle la vida cada vez que se encontraba en la deriva? Ni siquiera él podía entenderlo. Tomó la mano de Naruto, levantándose –Ja, te romperé la mandíbula dobe–


 


Parecía que mientras caminaban el blanco comenzaba a desvanecerse. Sasuke en ningún momento soltó la mano de Naruto. Ni Naruto hizo ningún esfuerzo por soltarlo. Ilusión o no, se sintió confortado, en casa, con un desterrado sentimiento que Sasuke no quiso definir.


 


Y justo cuando sus cuerpos comenzaban a desvanecerse, Naruto susurró algo en voz alta que a Sasuke le hizo sonreír.


 


–Idiota–


 



 


El calor, la sensación insoportable, el sopor, la sensación de aplaste, volvieron como un rayo hacia él. A medida que los segundos pasaron, comenzaron a disminuir de a poco. Sasuke se sintió agradecido, su cuerpo no podía soportarlo. Aquella alucinación le había ayudado a armarse de fuerzas, aunque estuviese consciente de que no era la realidad. Naruto estaba casado, totalmente ajeno a lo que a él le pasaba. En el fondo lo agradeció. Le habría dolido mucho más si el caso hubiese sido el otro.


 


Y de pronto, se sumió en un estado neutral. Sentía voces a su alrededor nuevamente, voces que no supo interpretar. Pero el cuerpo ya no le dolía, y el escozor había pasado


 


¡Estuvo a punto, Abuela! ¡Fue una suerte que llegaras!– La voz de mujer que había escuchado otras veces se hizo más prominente, más fuerte a sus oídos. Su cuerpo probablemente estaba mucho mejor que antes. Aunque seguía sin sus otros sentidos.


 


¡Claro que sí, no eres ninja médico Nieta! ¡Te he dicho que no intentes curar a otras personas sin tener la preparación apropiada!


 


Perdóname por ser como el abuelo…


 


No tengo nada que perdonarte, si acabas de salvarle la vida. Pero se cuidadosa la próxima vez. Aunque ese jutsu es un nuevo descubrimiento para la ciencia ninja, no debiste ser tan atarantada


 


Soy igual que tú en ese sentido…


 


Pero no quisiste ser como tu abuela. ¿Por qué no? Si ser ninja medico es tan… ok, ok, no te agobiaré por ahora. Pero hay que sacar el veneno del sistema de este Uchiha– A penas y podía captar sus conversaciones, sintiendo como una suave jeringa le traspasó la piel. La técnica era obviamente más… perfecta. Se sintió adormecido, sumiéndose en la inconsciencia antes de poder pensar en qué hacer, ni que es lo que había pasado hasta ahora.


 


En contadas ocasiones recuperaba la conciencia, donde volvía a perderla debido al líquido que le inyectaban en el cuerpo. Pero era mucho mejor que el calor, y el escozor, y el dolor en general.


 


Sintió lentamente como recuperaba la movilidad, aunque no totalmente.


 


Podía mover las manos, palpar un poco. La levantaba hacia su estómago, notando unas grandes vendas. A veces podía escuchar la conversación de dos mujeres, a veces podía sentir solo a una. Últimamente sólo a una.


 


Hacía intentos por abrir los ojos y hablar, pero decidió esperar un par de días hasta sentir la fuerza necesaria para poder hacer las dos cosas al mismo tiempo.


 


Notaba como la mujer le leía a diario. Libros que Sasuke había leído, como libros que nunca había escuchado. La mayor parte de las veces escuchaba o el rasgado del papel, o como si teclearan en una máquina de escribir, aquel tic que Sasuke reconocía de la oficinas administrativas ninja…


 


–“(1) Ophelia no respondió. No era capaz de pronunciar palabras por culpa del nudo que le cerraba la garganta. Las lágrimas que corrían por sus mejillas, sin embargo, eran respuesta suficiente para Mary. Pronto su hombro absorbía los sollozos desgarrados de su hija.


De pie en el umbral de la entrada, Raphael vio que el carruaje de Ophelia desaparecía calle abajo. La había seguido con pocos segundos de diferencia, ya que sólo se entretuvo lo suficiente para gruñir a Duncan:


—Muchas gracias, amigo.


—¿No conocía la apuesta? —preguntó Duncan.


—Diablos, claro que no. ¿Te parece que llevo la palabra idiota» escrita en la frente? ¿No? Dame un momento, sin duda parecerá.


—¿Qué importa si hicimos una apuesta? —dijo Duncan—. Ophelia ha cambiado. Ya no es una arpía infernal…”–


 


–¿Dónde estoy? –


 


La suave voz femenina se interrumpió cuando otra voz, más gruesa y ronca, interrumpió su lectura. No pudo evitar curvar sus labios en una pequeña sonrisa. Hacía días que esperaba poder escucharle. Alzó sus ojos azules hacia unos ojos negros profundos, cuyo dueño hacía lo que podía para mantener la cabeza erguida. Ella cerró el libro, levantándose y caminando hacia él, donde una silla le esperaba. Se sentó con parsimonia.


 


–Estás muerto ¿Qué más te podría pasar?–


 


 


 


 


Continuará.


 


 




(1) Extracto de “Jaque al Corazón”, Johanna Lindsey

Notas finales:

Dicen que en dos meses la gente puede cambiar. Nah, pero una universitaria con mucho trabajo sí que puede dejar a veces las cosas de lado. Eso y con un foro de rol que la tiene con el vicio a tope. Bueno, que más decir que disculpas a todo el mundo. Ya es enero, y yo prometí actualización en diciembre… y espero que esta actualización haya sido de su completo agrado.


 


Y ¿Qué ha pasado últimamente?


 


Mi cumpleaños, Navidad, Año nuevo… y se viene mi aniversario como escritora aficionada oficial, y el de Natzabel como mi beta reader. Y bueno, he pensado en escribir alguna cosa para conmemorar esa fecha, obviamente. Si no fuera por ella, ni siquiera llevaría cerca de 20 escritos hechos. Ni dos queridos, ni dos. Así que como sabes, este fanfic está dedicado en un 90% hacia tu persona. Y te lo mereces con creses <3


 


Bueno, como salí de vacaciones, espero que nuestra actualización sea la próxima semana, a mas tardar dos semanas.


 


Abrazos desde Chile, y mis disculpas. Espero reviews! y perdon por no responder los otros!! pero si que los leo :D


 


Mariohn.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).