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Ser un gato vagabundo por Mariohn

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Notas del capitulo:

Declaimer: Naruto Pertenese a Masahi Kishimoto

 

Capítulo 1

 

No podía ser un día más normal que ese. Tan normal que creía que moriría de aburrimiento. Pero era esa clase de aburrimiento que aunque nunca lo diría le gustaba, aunque fuese horriblemente monótono.

 

Aquellos días, donde podía darse el lujo de pensar en estúpidas cosas como la colada, o la novela barata de las 7 que evitaba ver.

 

Miró las calles de la aldea alzando una ceja, aparentemente indiferente pero observando con detalle. Aún se conservaban esos grandes pozones de agua que tantos problemas les habían producido la semana anterior. Y no era para menos, considerando que media aldea temía que sus casas se las llevase el viento. Suspiró con la idea. Como si alguna estupidez como aquella pudiese suceder.

 

–¡Anda teme! Que tengo que contarte algo –Escuchó delante de él. Suspiró con fastidio recordando el porqué se encontraba en esa parte de la aldea y no en su casa, con un vaso de chocolate caliente en sus manos y un programa de tv medianamente decente.

 

Y lo más importante. Alejado de cualquier bullicio que pudiera entorpecer su descanso.

 

–¡Mesa para dos Dattebayo! –Escucho al entrar a “aquel local”. El griterío se detuvo un momento, para rodearlos en un mar de confusión y gritos que lo único que conseguían era que quisiera salir corriendo de ahí y echando un par de Chidoris, sólo por si se atrevían a seguirlo.

 

Afortunadamente para él, el círculo de bullicio se centraba en una sola persona. Alejándose lo más que podía y reclinándose en la entrada del local con toda la elegancia y el porte del que era capaz, como siempre se dedicó a observar en silencio.

 

Las caras alegres, orgullosas y con mucha satisfacción hablaban todas a un tiempo con aquel que solo con pequeñas disculpas poco útiles, intentaba salir o por lo menos poder respirar. Sonrió internamente. Podía casi oler lo incomodo que se estaba sintiendo, pero estaba lejos de levantar un dedo para ayudarle. Increíblemente disfrutaba el observarlo incómodo y rodeado de personas. Porque sabía que eso lo hacía feliz.

 

–Sa-sasuke-kun…tanto tiempo…– Escuchó a su izquierda desconcentrándose de su diversión diaria. Miró hacia la persona frunciendo el entrecejo, captando como ésta se intimidaba con una sola mirada suya. Sasuke alzó una ceja a modo de saludo.

 

–Hyuuga… –Volvió a centrar su vista en aquel objeto de interés para él, ignorando olímpicamente a la pelinegra y cualquier tipo de interacción que honestamente no le interesaba.

 

–Ya, nos dieron una mesa dattebayo… ¡pensé que se demorarían mucho más!...ah ¡Hola Hinata! ¡Tanto tiempo! –Observó fijamente como la expresión de la mujer se volvía una más agradable.

 

–¡Na-Naruto-kun! H-hola! –Respondió notoriamente avergonzada. –B-bien! Kiba y Shino m-me invitaron a-aquí –Bajó la mirada hacia el piso. Sasuke bufó, observando la conversación sin intervenir. Por lo general cuando alguien tendía a hablarle al rubio, se sumían en una burbuja donde él no podía integrarse. Y no es como si quisiera hacerlo, pero era molesto cuando querían hablar de alguna cosa importante para el rubio.

 

Observó a la mujer notoriamente contrariada, pero feliz del solo poder escucharlo hablar. Y Sasuke la entendía, porque se sentía de la misma manera. Su sonrisa soñadora, su hilarante y a veces enfermante forma de ser, y esa manía suya de intentar desestabilizar su solitario mundo con el tonto propósito de hacerlo más sociable para los demás. Y por mucho que rechistara, no podía hacer otra cosa que dejarse llevar por esa avasalladora personalidad suya, igual que todo Konoha.

 

Porque Sasuke aún no conocía a alguien que le dijera que no, al chico con los ojos más azules que hubiera visto en su vida.

 

Y aún en su comprensión, no pudo evitar sentir un poco de lástima por la ojiperla. Y lástima por sí mismo.

 

–¡Listo dattebayo! –Escuchó siendo jalado. Sasuke suspiró por enésima vez en el día, y armándose de la paciencia que no sentía se limitó a seguir al rubio sin rechistar.

 

–No empujes dobe, puedo caminar solo –Bramó harto de ser empujado. Pero como siempre, al rubio le importó poco y nada y siguió empujándole –Te estoy hablando Usuratonkashi–

 

–No molestes teme, que si nos paramos un segundo no podremos avanzar –Dijo señalando al grupo de personas que a juzgar por sus expresiones se morían por conversar, gritar o tocar al héroe de Konoha.

 

–Tú querías ser reconocido dobe, aguántate las consecuencias –respondió esbozando una sonrisa de lado.

 

–Muy gracioso teme–

 

Se sentaron donde la chica con aire soñador les había señalado, sin dejar de llenar de halagos al rubio ya contrariado. Sasuke tomó un poco de sake mirando por la ventana al deprimente paisaje intentando hacerse las ganas de ser paciente, y no levantarse e irse a su casa. Porque era un momento importante para el rubio, o eso parecía.

 

–¡Teme, que te estoy hablando! –Bramó después de un rato el rubio con expresión enojada. Sasuke alejó su vista de la ventana para posarla en el rubio, con expresión cansada.

 

–Te escucho dobe –

 

–No, no me estás escuchando –Rezongó dando una probada al ramen que había pedido –¿A que no te acuerdas de lo que acabo de decirte? –

 

–Dobe, si no quisiera escucharte en primer lugar no habría venido–Respondió frunciendo el entrecejo.

–Ok, ok teme –Hizo una pequeña sonrisa, sacando una caja y abriéndola –¿Qué te parece? –

 

Sasuke lo miró un poco sorprendido, centrando su mirada en el delicado anillo rodeado en terciopelo rosa. Y por un breve momento una tonta idea formuló en su mente, desechándola al momento. Terciopelo rosa…Un anillo bastante femenino y delicado…no podía significar otra cosa.

 

–Bastante decente viniendo de alguien tomo tú –Respondió.

 

–Ha, muy gracioso teme –Respondió el rubio frunciendo el entrecejo. Pero cambiando su expresión por una sonrisa y un brillo en los ojos que Sasuke claramente pudo identificar –Es que… acabo de pedirle matrimonio a Sakura-chan– Sasuke abrió los ojos como platos –¿Qué? ¿Qué dije? –

 

–Nada dobe –Reaccionó volviendo a su expresión indiferente de siempre –¿Qué te dijo? –Intento sonar casual.

 

Sasuke observó la expresión soñadora e hilarante conversación del rubio, respondiendo monótonamente, como siempre que el rubio iniciaba una conversación que le emocionaba.

 

–Y…¡ella se sorprendió y se avergonzó mucho! ¡Y se veía muy mona! Y su expresión se veía como confusa… ¿Tú crees que signifique algo teme? –

 

–Hmm–

 

–Sí, yo creía lo mismo… Y después miró hacia todos lados… ¡Hacia todos lados! Quizás le dio algo de vergüenza, como estaba sonrojada…¡Pero aún así no me golpeó ni nada dattebayo! ¡Y yo pensé que se enojaría y me daría la paliza de mi vida! Pero estaba avergonzada mirando hacia todos lados y…–

 

Sasuke suspiró intentando concentrarse en la conversación, pero le fue prácticamente imposible. Se sentía extraño. Mientras más lo escuchaba hablar, más sentía la urgencia de irse a su casa y golpearlo en el proceso. ¿Qué le importaba a él si a Naruto se le había ocurrido la masoquista idea de casarse con alguien como ella, quien lo golpeaba por razones inútiles cada dos por tres? Pero recordó la estúpida razón porque lo hacía, porque se quedaba ahí escuchando cada palabra y no lo mandaba al demonio.

 

Porque era su mejor amigo.

 

“mejor amigo”

 

Y volvió a maldecirse por tener “ese privilegio” aunque no lo sintiera del todo.

 

–¡Y yo estaba muy feliz dattebayo! ¡Muy feliz! Pensé que a ella todavía le gustabas y…–

 

–Eso es imposible dobe–

 

–Pero  teme, ella es amable contigo y…–

 

–¿Cuántas veces volverás con lo mismo dobe? –Rodó los ojos, contando hasta 10 mentalmente– Eso se llama “camaradería” usuratonkashi. Es simple cortesía de equipo– Naruto se encogió de hombros, haciendo bufar al pelinegro.

 

–Ok, ya entendí ¡Pero no te enojes teme! –

 

Sasuke necesitó de toda la paciencia que se había armado hace unos años, para no comenzar a gritarle al rubio y cantarle unas cuantas que según el pelinegro bien que se lo merecía. Distrajo su atención en la crema de tomate que la camarera le había pedido, intentando ahogar la extraña frustración y ligera decepción que se formó sin darse cuenta.

 

–Te he visto hablando mucho con Hinata últimamente –De pronto dijo guiñándole un ojo –¿Es una gran chica sabes?–

 

Sasuke puso los ojos en blanco –No es lo que crees idiota.

 

–¿Por qué no? Es linda, es tierna, ¡es una gran ninja dattebayo! –

 

–¿Quién eres, casamentero ahora? –

 

–¡No es eso teme! ¿No crees que llevas mucho tiempo viviendo alejado del resto? ¡Si no fuera porque yo te busco tú ni siquiera me hablarías!... –Sasuke se cruzó de brazos mirándolo fijamente –¡Y se supone que somos amigos! –

 

–Pero eso no te da derecho a decidir mi vida –Se levantó indignado sacando dinero y dejándolo sobre la mesa–Me voy a casa–

 

–¡E-espera! –

 

Sasuke le dio la espalda y caminó hacia la salida, ignorando los gritos del rubio. Afortunadamente para él en cuanto se levantó de la silla, una cantidad considerable de fans ocupó su lugar siendo casi imposible para el rubio el siquiera moverse de donde estaba.

 

Suspiró hondamente al notar el frío nocturno y se supo solo. Volteó un momento hacia Ichiraku Ramen, imaginándose la expresión del rubio al intentar sacarse tantas personas de encima. Por un breve momento considero la idea de volver y ayudarle, pero recordando la momentánea conversación dio media vuelta, y dándole la espalda al local caminó rumbo a su casa.

 

La helada de la noche le estaba calando los huesos, pero prefirió caminar lentamente en vez de correr. No era de un Uchiha el correr como niña cobarde por un poco de frío.

 

Supongo que estuvo bien…–Suspiró un momento deteniéndose, y volviendo a voltearse.

 

Negó con la cabeza desesperado, volviendo a caminar pero apresurando el paso. No podía creer lo débil que se había puesto. ¿Desde cuándo sentía tanta culpa por sólo una pequeña estúpida discusión?

 

Agradeció el encontrarse solo y no tener que disimular tras su fachada de "bastardo cool misterioso" como el rubio solía llamarle. Se golpeó internamente al volver a recordarle. ¿Que no podía pasar un momento sin pensar en ese idiota?

 

Divisó un asiento vacío junto a una solitaria esquina. Caminó hacia ella sentándose en el banco y mirando hacia el frente.

 

–Maldita sea –Suspiró mirando la noche sin estrellas.

 

No recordaba cuando había sido la última vez que había mirado el cielo tan tranquilo. Y eso era mucho decir. Por alguna razón le tranquilizaba lo suficiente para pensar con calma y sin cometer errores; como él solía decir. –No cometas errores, no cometas errores Sasuke

 

Rememoró la expresión de la chica Hyuuga al encontrarse con ellos, y sintió una ligera pena por ella. Después de años de espera por alguien que nunca la miraría, se preguntó cómo alguien podía esperar tanto. Cómo podía aguantar el sólo hecho de saber que la persona que amaba se iba de sus manos, y que no podía hacer nada.

 

Y sintió una poca de simpatía por ella. Por ella y su fortaleza. Porque pensaba que aún sabiendo los sentimientos del rubio, ella podía levantarse cada día y mirarlo a la cara, e incluso sonreírle. Y sintió algo de rabia por Naruto, por no darse cuenta de nada.

 

Sintió un ruido detrás del asiento sacándolo de sus pensamientos y poniéndolo en guardia. Activó el Charingan mirando hacia todos lados, tranquilizándose unos segundos después. Volvió a escuchar un sonido bajo, como un ronroneo detrás del asiento a escasos metros de donde había saltado. Se acercó sigiloso, vigilando todo a su alrededor.

 

Se sorprendió al ver que la causa de su paranoia no era nada más y nada menos que un gato.

 

Se acercó al animal lentamente, intentando bajar la guardia para no resultar amarrado. En cuanto su mano tocó la cabeza de este, el animal comenzó a aullar. Sasuke se puso de rodillas junto al gato. Se veía bastante malherido a juzgar por su expresión.

 

–Te llevaré a casa –Murmuró acercándose al animal. A pesar de que el gato parecía no confiar en él, Sasuke no tuvo ningún problema en cargarlo.

 

Comenzó a caminar con el gato, cuando otro gato color azabache se cruza entre ellos y comienza a gruñir. Sasuke levanta la mirada curioso, y se sorprende aún más cuando el gato que tenía en los brazos aulló de tal manera, que el gato negro se acercó a Sasuke restregándose en su pierna.

 

–¿Tú no eres el gato que alimento de vez en cuando? –Preguntó en voz baja, a lo que el gato ronroneó y caminó delante de ellos.

 

–Qué raro –Se dijo mientras seguía al gato negro que se encontraba a unos pasos de Sasuke, sorprendiéndose al ver que lo guiaba justo al barrio Uchiha –¿Será un gato ninja? –

 

Divisó la mansión Uchiha apretando el paso. Comenzaba a helarse aún más y al parecer el gato blondo en sus brazos estaba empeorando, comenzando a tiritar.

 

Sasuke abrió la puerta de entrada dándole paso al gato negro. Suspiró al ver la soledad de aquella que parecía una prisión para él.

 

Avanzó hacia la sala, colocando al gato en una alfombra mientras tiraba algo de madera a la chimenea. Sonrió al ver como el gato negro se acercaba al rubio gato y le lamía las orejas.

 

–También debes estar algo mal herido–Susurró al observar al gato negro, quien traía algunos rasguños pero no se veía grave.

 

Sasuke fue por el botiquín y se dispuso a curar al gato.

 

–Listo, un poco de agua y unos días y estarás bien –Sonrió al animal. El gato

Abrió sus ojos ronroneando. Sasuke miró los azules del gato. No recordaba haber visto unos azules tan profundos...tanto que solo una persona que él conocía bien tenía ese tipo de azules...

 

–¡¡¡Teme!!! –Escuchó golpear la puerta. Bufando, se alejó del calor de la chimenea acercándose a la entrada.

 

–¿Que quieres dobe? –Gritó sin abrirla.

 

–¡Lo siento! ¡No podía sacármelos de encima! ¡Ábreme dattebayo! ¡Hace frío!–

 

–Vete a casa idiota –

 

–¡¡Teme!!–

 

–Bien, no molestes –Abrió la puerta alejándose a tiempo para que un entumecido rubio entrara corriendo. Cerró la puerta frunciendo el entrecejo. –¿Qué quieres dobe?–

 

–¡Que frío hace dattebayo! –Se quejó abrasándose y sobándose los brazos –no entendí porque te fuiste, no estábamos hablando nada malo...–

 

Sasuke se tocó la frente –Es que tu eres un dobe para entenderlo– Frunció el entrecejo.

 

–¡¿A quién le dices idiota dattebayo?! Yo soy el brillante Naruto Uzumaki! ¡Y seré tu Hokage algún día!–

 

–Por eso dije que Konoha se está yendo en decadencia...–

 

–¡Teme!–

 

–Vale, que no importa dobe –Respondió frunciendo en el entrecejo– Si no lo entendiste a la primera, dudo que lo entiendas ahora.

 

–Pero teme...–

 

–Pero nada, no des la lata Naruto–

 

–Bueno bueno–Levantó ambas manos en son de paz –Lo que quería preguntarte, era si querías ser el padrino de bodas–

 

–¿Qué?–

 

–Sakura-chan aún no lo sabe pero... quiero que seas mi padrino. ¿Qué dices teme?–

 

–¿Y tú eres idiota o qué?–Sasuke negó con la cabeza –¡Claro que no dobe! ¿Quieres que toda Konoha hable mal de ti?–

 

–¡Me importa una mierda que opine Konoha! ¡Quiero que seas mi padrino, aunque a la boda vayamos tu, yo y Sakura-chan!–

 

–¿Eres un idiota lo sabías? –Sasuke cerró los ojos. No podía creer que tan tonto podía ser el rubio. Sasuke sabía que Konoha no lo estimaba, y la única razón por la que lo aceptaron de vuelta fue por la insistencia de Naruto, y la orden de Tsunade.

 

Sabía que si fuera por Konoha Sasuke estaría mil metros bajo tierra. Y con la mitad de la aldea bailando sobre su tumba. Y aunque no le importaba en lo más mínimo, tenía que admitir que aún conservaba un poco de su orgullo y su dignidad. Y aunque no lo reconociera, no podría ver como los esfuerzos de Naruto se iban al carajo por alguien como él.

 

–Búscate a otro dobe –Dijo cerrando los ojos. Sintió unas palmas sobre sus hombros, estremeciéndose involuntariamente.

 

–Teme ya te lo dije ¡No me iré hasta que aceptes dattebayo! –

 

–¡Ya dije que no dobe! –

 

–¡Y yo dije que no acepto un no por respuesta Sasuke! –Abrió los ojos contemplando la determinación del rubio. Miró sus azules temiendo el fundirse con ellos, ladeando la mirada hacia el lado resultándole casi imposible. –¿Qué es eso? –Volteó la mirada curioso al ver como el rubio se acercaba peligrosamente hacia el.

 

–Que mier…–

 

–¡Oh, un gato! –Exclamó el rubio poniendo su cabeza en el hombro de Sasuke. El azabache volteó la mirada hacia el lado contrario a la cabeza del Uzumaki. Escuchó un gruñido, pudiendo observar al gato negro mirando hacia ellos y atrás al gato rubio, quien los observaba sentado y no con muy buena cara. Sasuke intentó mantener la calma, y no empujar al rubio hacia un lado. Se sentía horriblemente incómodo pero no por el acercamiento del rubio. Intentó recordar otras veces que ha sentido a alguien tan cerca sin incomodarse y para su horror no encontró ¿Desde cuándo no le incomodaba el tacto de los demás?

 

Intentando aparentar tranquilidad, se alejó del rubio acercándose al gato negro y acariciando su cabeza sin decir palabra.

–¡Que lindo gato! –Gritó Naruto acercándose a ambos. El gato se alejó acercándose a su compañero malherido y mostrando los dientes.

 

–Tranquilo –Dijo sin dejar su lugar. Naruto se acercó a Sasuke colocando su mano en la espalda del chico.

 

–¿Qué paso? –Susurró acercándose a ambos gatos. El gato negro se acercó a Naruto, rasguñándolo –¡Mierda! –Gritó sacudiéndoselo de la mano.

 

–¿Estás bien? –Preguntó Sasuke tomando al gato, quien se acunó en sus brazos ronroneando.

 

–Si estoy bien teme –Se quejó observando cómo su herida cicatrizaba.

 

–No te preguntaba a ti dobe– Dijo acariciando el estomago del gato. Naruto gruñó.

 

–¿Qué? Tu gato me hirió y tú te preocupas por él?! –

 

–Se estaba defendiendo dobe–

 

–Bah –Hizo una mueca acercándose al gato sobre el cojín –¿Tu no me rasguñarás eh? –Sonrió al animal acariciando sus orejas. El gato ronroneó –Claro que no… no eres como el teme y su estúpido gato–

 

–Imbécil–

 

El gato negro comienza a gruñir. Naruto se voltea mirando al animal con recelo –¿Ahora por qué me gruñe? –

 

–Debe ser por el gato rubio. Estaban juntos cuando los encontré–

 

–¿No son tuyos? –Sasuke negó con la cabeza –Ya veo, ya se me hacía raro que aceptaras vivir con alguna cosa viva–

 

–Perdóname por ser un… ¿Cómo me llamabas? “Inadaptado social y bastardo solitario” Naruto –Frunció el entrecejo enojándose. Naruto abrió los ojos.

 

–¿Estás enojado teme? –

 

–Vete al demonio –Susurró dejando al gato en el piso y caminando hacia la cocina comenzando a temblar de la rabia. Apretó el puño abriendo el refrigerador y sacando una cerveza. No era como si Sasuke hubiera elegido vivir de esa manera, y ciertamente no necesitaba que un bastardo popular como él se lo recordaba. Aunque debía de reconocer que le encantaba vivir en soledad, había veces como esas que deseaba tener a alguien al menos para compartir su vida y que no fuera un idiota mal hablado con aires de grandeza que viniera a recordarle su lastimera vida.

 

Bien, estaba muy enojado.

 

Sintió pasos sigilosos en la entrada de la cocina. Las ignoró completamente abriendo la lata y bebiendo un gran trago de cerveza.

 

–Teme…–

 

Ignoró la voz del rubio volviendo a tomar un trago de cerveza y mirando hacia la ventana. La niebla cubría toda la mansión Uchiha, y sospechaba que se pondría peor.

 

–Sasuke…–

 

–¿Qué quieres? –

 

–Hablé de más, lo siento teme–

 

–Muérete–

 

–¡Teme! –Entró dando zancadas –Ya me disculpé, ¿Podrías al menos decir “Ya vale Naruto, todo bien” o algo así? Me pasé, lo siento pero no armes un escándalo tampoco–

 

–¿No lo entiendes eh usuratonkashi? –Alzó la mirada hacia el rubio– No es como si quisiera estar solo–

 

–¿Cómo que no teme? ¡Cada vez que una chica se te acerca la rehúyes como si tuvieran sarna o algo! ¿Cómo no quieres que piense eso? –Sasuke puso los ojos en blanco suspirando.

 

–Definitivamente, aún eres un crío– Susurró pasando a su lado volviendo al salón –Sería bueno si nuestro futuro Hokage al menos tuviera unas cuantas neuronas de más–

 

–¡Oye! –

 

Hizo una leve sonrisa dándole la espalda al rubio. Estaba claro; podían pasar los años y ellos seguirían comportándose como unos críos. Y a ambos les gustaba demasiado ser así como para intentar madurar en ello. Secretamente pensó que pasaría con ellos con el correr del tiempo ¿Acaso seguirían siendo el “dobe” de Naruto y el “teme” de Sasuke? ¿O las cosas cambiarían después de todo? Naruto se casaría y Sasuke seguiría en su soledad. Se vendrían nuevas responsabilidades y cada vez más se alejarían uno del otro. Y ya no podrían seguir siendo un par de idiotas disfrutando una cerveza o un ramen barato en un bar.

 

Y por un leve momento recordó a la pelinegra y su triste sonrisa, reconociendo por primera vez el porqué tanta simpatía hacia ella y sus sentimientos. Tenía que admitirlo de una vez por todas.

 

Ambos veían como la persona más importante para ambos se iba de sus manos, y no podían hacer nada más que sonreír tristemente al destino.

 

Y por primera vez un sentimiento desconocido se acunó en su pecho.

 

–¿Y teme… que dices? –

 

Sasuke se volteó hacia Naruto. Al ver la cara de asombro de este controló su expresión lo más que pudo –Si con eso me dejas en paz…–

 

Naruto observó a Sasuke en silencio durante lo que parecieron minutos, para luego asentir.

 

Sasuke se sintió levemente decepcionado. ¿Adónde había dejado esa hiperactividad suya?

 

Sintió extrañamente como si los años les vinieran a golpes. Miró extrañado al Naruto casi desconocido, que lo observaba sin decir palabra con una expresión irreconocible para él. Se preguntó que había pasado con el rubio durante esos años para adoptar aquella mirada determinada. Definitivamente no conocía nada de él, nada de lo que el mundo había hecho de él.

 

Sintió un ronroneo que lo hizo sacar de sus pensamientos. Con asombro, el gato negro se había acercado a Naruto y después de olfatearlo se había restregado contra su pierna con un cariño distinto al recibimiento.

 Y Al parecer el rubio también se había percatado, mirando levemente al gato y agachándose para acariciarlo.

 

–¿Te importa si me quedo con él? –

 

–¿Cómo? –

 

–Eso, que quiero al gato. ¿No te importa cierto? –Susurró tomando al animal entre sus brazos. –¿Cierto teme-chan? Quieres quedarte conmigo? –habló al animal con una voz melosa acariciando sus mejillas. El gato cerró los ojos y se dejó acariciar gustoso. Sasuke subió una ceja.

 

–¿Perdón? –

 

–Le hablo al gato, teme–

 

–Ese es el punto. ¿Por qué ese nombre tan idiota? –

 

–Porque eres igual que él. Gruñes por todo y no dejas que nadie se te acerque dattebayo. Pero teme-chan no es tan así no? –Volvió a acariciar al gato sin reparar en el jarrón que Sasuke le había lanzado con furia.

 

–¡FUERA DE MI CASA USURATONKASHI! –

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

No hay nada que con un buen ost, una editora comprensiva y una prueba suicida puedan resolver xD

 

Well, besos a Nat quien siempre me apoya en mis proyectos.

 

Eso! :3

Hasta el siguiente capítulo (?)


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