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Rikudo Rinne por AkiraHilar

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Notas del capitulo:

El humano dejó de ser humano, pero tampoco es un semi dios, ¿qué es lo que hace falta para dominar los poderes de la oscuridad?

Tener miedo de un animal en media conversión no es algo que se precie entre los puros como yo, pero simplemente me tomaste totalmente desprevenido. Apenas tiempo tuve de empujarte con mi energía y hacer trastabillar tu cuerpo contra la pared detrás de la cama, provocando un gruñido de dolor y violencia tal que de seguro habrías despertado toda la casa. Sé que estás ahora en el siguiente estadio, la violencia se ha convertido en tu única forma de respuesta. La desesperación por hambre y la total ceguera de tu racionamiento no te deja pensar más que deseas comer y que yo podría darte de esa comida.

Lo cierto es que podría dejarte ir de la habitación en este momento, pero mientras te encuentres en este estado te valdrá igual comer un caballo o un humano. No puedo permitirlo, porque hay algo que debe quedar claro desde el principio y una ingesta imprudente de sangre podría matarte. Sé que no lo entiendes, no entiendes nada cuando tu cuerpo cae al suele y vuelve a poner en posición, con tus pies agarrotados a la madera y tu mirada perdida en sangre hacía mis, con tus uñas mostrando filosas garras mientras tus mandíbulas ahora más pesadas de cómo las recuerdo listas para quererme devorar.

Ya no eres humano, pero tampoco uno de nosotros. La mitad de tu conversión apenas te ha entregado nuestros instintos y nuestras armas pero no el honor de nuestra casta. Ahora eres más parecido a un mutante o un homúnculo, una mezcla entre lo humano y lo divino, y eso parece que aún no puedes entenderlo.

De nuevo te lanzas contra mí dejando en el aire un gruñido de excitación bestial que alerta a todo ser vivo de la presencia de un animal. Te acercas con velocidad sobrehumana peor en la misma manera te tomó de la mandíbula y observó como tu lengua rasposa busca saborear mi piel para deleitarte de seguro con la idea de que podrías lastimarla y beber. Te sonrió… porque la imagen me parece en extremo lujuriosa, y porque verte desnudo buscando de mi no deja de parecerme atractivo.

Pero mis manos, lejos de acariciarte, te tienen tomada de las mandíbulas y la boca como si fueras un animal que debe ser domado y no como te tomaría si fueras un amante. Tú puedes entender eso en tus sentidos más primitivos, lanzando alaridos de dolor por la forma en la que aplastó tus mandíbulas y te hago retroceder y plegarte al suelo antes de que tan siquiera puedas alzar tus manos para matarme. Así, ambos desnudos, yo cubierto con esta manta que por cierto me regalaste, tú con todo el esplendor de tu belleza manchada en sangre seca observándome con deseos asesinos. Un interesante cuadro ¿no?

Lástima que no puedas disfrutarlo…

Otra vez empujo a tu cuerpo lejos, chocando contra los vidrios del bufet donde se guarda la cristalería que de seguro quedara hecha añicos. Siento dolor, aunque ínfimo, en mi mano, específicamente en el pliegue que conecta pulgar e índice. Debió ser el colmillo… apenas unas cuantiosas gotas de sangre pudiste haber probado de allí.

Y gruñes… porque eso que probaste te es suficiente para saber que soy yo la comida que deseas y terminar de desatar tu hambre salvaje.

—Te equivocas, Saga—me paseo frente a ti pudiendo escuchar desde mi lugar cada ligamento de tus músculos preparando para saltarme de nuevo. Con la bata limpio el pequeño y ya inexistente rastro de sangre mientras te observó con severidad, rodeando la cama que antes nos había pertenecido.

Y como era de esperarse, tanto escándalo por fin trajo a la primera víctima a la habitación, una de las mucamas que al ver lo que ocurría se quedo totalmente inerte en el límite de la puerta, observándonos a ambos con pavor y no pudiendo responder tu mirada hambrienta cuando encontraste a tu nueva presa.

—¡AHHHHHHHHHHH!

El grito de la mujer apenas aplacó tu propio aullido de victoria justo cuando te posaste sobre ella clavando tus garras en los hombros y mordiendo con violencia su cuello. El golpe seco de su cráneo contra el suelo y de su hueso de la cadera descoyuntándose apenas es indicio de lo que está ocurriendo bajo tus garras. Tu instinto solo reclama sangre, y enceguecido por el hambre no eres capaz de dilucidar que con solo una mordida en el cuello, justo en la yugular, podrás vaciarla con total normalidad.

 Para nada, te refugias en la fuerza bruta y veo con verdadero deleite como te vistes con la sangre de esa mujer rasguñando con tus garras el pecho y abriendo tajos de músculos que luego muerdes, jaloneas de un lado a otro con una actitud muy cercana a los perros antes de soltar el pedazo de carne porque no es eso lo que quieres. El cuerpo está allí inerte, y no faltará mucho para que corran las primeras alertas de que hay vampiro en la mansión para crear caos. Solo suspiro viendo cómo te engolosinas como si fueras un bebe hambriento por su dulce, incluso realizando el lujurioso movimiento pélvico como si con el hambre te sobreviniera una harta necesidad de sexo. Pero en ese estado apenas y puedes notarlo y mucho menos controlarlo, no queda más que esperar que puedas ser más que un animal, si lo logras.

En esta etapa muchos mueren porque simplemente no soportan la carga del poder o la sangre que han tomado es demasiada para su joven organismo. En realidad, Chisoku es la etapa en donde más vampiro son desechados como bestias y si se dejan a la intemperie son los más proclives a ser cazados como si fueran animales callejeros. No tardara en venir la iglesia con sus credos absurdos, y no quiero perder a semejante ejemplar tampoco. Tu instinto se ha dado cuenta casi al igual que el mío que ya están acercándose con ese maldito aroma a agua bendita.

—¡Vámonos!—impero, y tomándote de tu cabello te hago gruñir de molestia por estar desperdiciando tu alimento.

Sin necesidad de darme a esperar te jaló del lugar arrastrándote y controlándote con mi propia energía. En este punto eres más una mascota para mí, un animal al que estoy adiestrando. El tiempo que puede pasar de ser esto a un vampiro de sangre impura puede ser largo, y esta noche quizás no sea el momento. No me queda más que llevarte conmigo y asumir las consecuencias.

Para cuando los feligreses llegaron a la mansión, la puerta del balcón estaban abiertas y ya ambos hemos desaparecidos del lugar.

Pero la noche apenas comienza…

Notas finales:

Hast aquí la actualización :) Me falta poco para acabar el quinto capitulo, que és el que me tiene un poco trancada, porque ya incluso al sexto lo tengo en la mitad, que es el último. Espero lo disfruten :)


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