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¿Podré Superar El Pasado? por Alekey Phantomhive

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Notas del capitulo:

Sé que no tengo perdón por no haber actualizado en tanto tiempo pero imploro clemencia, si yo muero en sus manos ¿quién continuaría el fic?

Prometo intentar subir más seguido pero todo depende de la inspiración y de que mis maestros no manden tarea.

Luego de una larga espera les dejo el capi 5...

Kaito siguió dando vueltas por el zoo hasta que decidió que ya era hora de volver a casa. Mientras caminaba tranquilamente por las calles su celular sonó, extrañado al ver que era Keiko atendió.

- ¿Qué quieres, Kei? – respondió de mala gana, tenía un mal presentimiento.

- ¡Noriko-san sospecha! – gritó alterada la chica – ándate con ojo, tú y yo tenemos evidencia física con la que pueden descubrirnos. Ten cuidado, hablaré con Shu – dicho esto la chica colgó dejando a Kaito preocupado por dentro, era el más listo del grupo y, lamentablemente, el que más problemas tenía por lo que era seguro que si se enteraban lo encerrarían en un loquero. Keiko tenía razón, había que andarse con cuidado. Esta noche hablaría con sus dos acompañantes, tal vez sería mejor escapar otra vez.

Apuró el paso, era mejor y más seguro quedarse encerrado en el apartamento en lugar de deambular por ahí donde podría toparse con alguien indeseable.

 En NG Records

- ¿Estás segura de lo que viste? – preguntó serio K mientras Tohma les daba la espalda, mirando por el ventanal de su oficina. La tecladista asintió - ¿Qué hacemos, Seguchi-san? – el rubio presidente suspiró sonoramente antes de voltearse para encarar a los otros dos.

- Si bien es un problema muy común entre las jóvenes jamás pensé que tendría que hacer frente a algo como esto – el rubio estaba hablando con K cuando Noriko entró en su oficina bastante histérica y les relató lo ocurrido en su salida con la joven Tsubasa. Resulta que todo había ido bien hasta, sacando los nervios de la amiga de Shu luego de almorzar, que ella fue a dejar a Keiko a su apartamento, en cuanto se despidieron la mayor vio que la chica de ojos claros se había olvidado la chaqueta en su auto, cuando fue a llevársela notó que la puerta estaba abierta. Cuando entró notó pasó por una habitación que hacía de cocina y comedor, escuchó unos ruidos cercanos y caminó por un pasillo para llegar al baño y llevarse una desagradable sorpresa. Keiko se encontraba arrodillada frente al váter y vaciaba el contenido de su estómago mientras lloraba desconsoladamente. Noriko luego de eso se acercó para intentar ayudarla pero la otra chica le alejaba mientras murmuraba que la comida del almuerzo le había sentado mal. La tecladista se fue no muy convencida del lugar y fue donde Tohma.

- Por ahora vamos a buscarla, Noriko-san intenta comunicarte con ella – ordenó Seguchi y la mujer asentía mientras salía de la oficina a llamar a la chica – K, tú ve con Shuichi, lo más probable es que él sepa algo sobre lo que le ocurre a Tsubasa-san, yo buscaré a Kaito-kun.

Luego de un tiempo Noriko entró diciendo que Keiko estaba yendo con Shuichi, que estaba con Hiro y Suguru. K salió junto a Noriko, mientras Tohma llamaba a Yuki y le avisaba de la situación, además de decirle que K y la tecladista iban a pasar por él. Luego de esto rebuscó entre algunos papeles hasta dar con uno donde estaba la dirección del apartamento donde vivían los tres jóvenes (cortesía de cierto manager rubio) y salió a paso veloz de la disquera.

Con Kaito

Luego de llegar al apartamento, Akira apagó su celular y se echó en un sillón cercano, en espera de sus dos compañeros. Todo el lugar estaba en silencio cuando un sonido le distrajo, era una canción de Nittle Grasper y provenía del celular de cierto pelirrosa, que estaba olvidado bajo una silla. Negando con la cabeza tomó el celular y, sin ver quien llamaba, atendió.

-¡Al fin contestas, Shuichi-kun! – dijo la voz de una mujer – llevo rato intentando comunicarme contigo, quería saber si habías visto al estorbo de Kaito – los ojos de Kaito se abrieron de horror, el aire comenzó a faltarle y la garganta se le había secado - ¿Hola?¿Shuichi-kun? – aún shockeado, el joven cortó la llamada y apagó el aparato. Jadeó en busca de aire y dejó caer el celular al suelo. No podía ser, tanto tiempo apartado de ella, sin escuchar su voz, se había ido con Shuichi a escondidas para no tener que soportarla, ni a ella ni a su esposo. Desesperado dirigió su vista a un cajón de la cocina, donde se guardaban los cubiertos. Fue hasta allí y abrió el cajón, dirigió una de sus manos a los cuchillos y tomó uno. Sin cerrar el cajón regresó al sofá y se sentó en el piso mientras se quitaba la chaqueta, dejando a la vista muchas cicatrices antiguas y recientes.

Los sentimientos se arremolinaban en su interior. Decepción, tristeza, amargura, rechazo, odio. Necesitaba alivio, olvidar sus sentimientos y concentrarse en el dolor. Decidido y con una mirada de profunda agonía dirigió el arma a su muñeca izquierda.

Con Tohma

El rubio sentía que algo andaba mal y se apresuró en llegar a su destino. Bajó del coche y fue hasta la puerta con el número que indicaba que ahí vivían Shu y los otros dos.   

Tocó la puerta pero nadie acudió a su llamado, entonces sacó una llave del bolsillo de su gabardina negra, K se la había dado por si acaso (ese loco tenía la llave para ir a por Shuichi si no iba a ensayar) y abrió la puerta. Entró al lugar y cerró tras de sí, escudriñó el lugar hasta encontrar algo que lo atemorizo: manchas de sangre. Vio que el rastro se dirigía a una de las habitaciones y lo que encontró ahí lo desarmó por completo. Kaito se encontraba sentado en la cama abrazando sus rodillas mientras lloraba quedamente, sangre salía de varios cortes en sus brazos y en el suelo había un cuchillo lleno de sangre. Para Tohma no fue difícil descubrir qué pasaba: el joven se cortaba.

Con Shuichi

 Shuichi estaba bastante nervioso por la mirada de Keiko que claramente decía que algo iba mal, y Kaito no contestaba el teléfono, en eso sonó el timbre y Hiro fue a contestar. Sin avisar K, Noriko y Yuki entraron al lugar y posaron sus miradas en Keiko y luego en él.

- Sky Girl, nos vas a decir qué pasa – ordenó K fieramente mientras Keiko se tensaba visiblemente, Shindo miró a al rubio de las armas y tragó duro – tú también vas a hablar pink boy y más te vale decirme la verdad – amenazó y esta vez iba en serio, no como cuando lo hacía para que trabajen. Hiro y Suguru se miraban confundidos pero por la mirada de los recién llegado pasaba algo grave. Keiko maldijo internamente, esperaba que no descubrieran a Kai.

Notas finales:

Intentaré que el siguiente capi sea más largo pero no prometo nada.


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