Corría desesperado y desnudo por un camino, a mi mirar abandonado, no era la primera vez que lo corría en aquellas circunstancias, era como la decima o quizás veinteava vez, y en todas las ocasiones ni un auto logro pasar hasta que aquel al que mas odio me encontró. No me interesaba si aquel mal nacido oficial de policía me volvía a encontrar, solo quería escapar, pero pronto, al notar que ni un solo automóvil pasaba, que las malezas que comenzaron a rodearme llegaban ante mi cintura, comencé a sentirme desesperado, mire hacia atrás, ni un solo auto, me arrodille impotente en el suelo y comencé a llorar desesperado.
Para vivir en una de las ciudades mas dominadas por el vandalismo y por sobretodo, vivir junto a mi familia en una zona conocida por la cantidad de bandas, en un barrio dominado por una banda peligrosa, conocida como “el undécimo templo” o “The temple of Aquariums” me veía en cierta manera patética, en especial viniendo del linaje de donde provengo.
Naci en Francia, en el ceno de una familia que se diría amorosa, tenia todo lo que un niño podría pedir, padres amorosos y una vida feliz junto a mis padres, pero la felicidad dura poco, mi padre se divorcio cuando apenas tenia cinco años, nos mudamos a Rusia donde el tenia a su nueva pareja, una mujer rusa y desde entonces no volví a ver a mi madre. Al principio no me llevaba bien con la nueva mujer de mi padre, pero eso duro poco, cambio solo cuando nacieron mis hermanos, al año de que se caso con mi padre ella tuvo un hijo y un año después nació el siguiente de mis pequeños hermanos y finalmente, cuando tenia diez nació el ultimo, desde entonces, solo por mis hermanos, la quise. Buscando una salida laboral, ya que mí padre era desempleado desde el divorcio, terminamos en de Saint Bernard, donde mi padre pudo conseguir trabajo como medico.
Soy un estudiante universitario de Elite, con tan solo veinte años estoy a punto de terminar mi carrera en letra, siendo uno chico de entre pocos que en tan solo dos años ya había logrado tres cuartos de la carrera, según mi madrasta debería relajarme un poco, voy muy rápido, según yo, mientras mas rápido termine la carrera mejor para mi. Se me conoce como un chico tranquilo, que no le gusta ocasionar problemas, que solo se mete en sus propios asuntos, que quiere estar con sus amigos sin ocasionar discordia, cuyo grupo de amigos es mínimo en comparación con otro. Solo tengo un grupo bastante chico de amigos, tengo a Shura y Ángelo, ambos que tiene veintitrés y estudian carreras tan distintas como el agua y el fuego, también tengo a Liam, que es mayor que yo por un año, de los cuatro el único que trabaja es Shura, Liam y Ángelo tienen becas y mis estudios los paga mi padre.
Desde hace un año mi vida se trasformo en un infierno, un día común y corriente, cuando salía de la universidad y me iba directo a casa una patrulla se detuvo a mi lado, me acerque a preguntarse al oficial si algo pasaba, el se bajo del coche y camino hacia mi, me tomo del brazo sin mas y me llevo a un callejón cercano, donde se bajo los pantalón, desenfundo su arma y me apunto, me obligo que le practicara sexo oral hasta que saciarse, temiendo por mi vida lo hice y desde entonces las cosas fueron otras. Durante los primeros tres meses, el mismo oficial me agarraba, me llevaba a algún callejón y me obligaba a darle sexo oral, no tenia opción así que obedecía. A partir de tercer mes y hasta el sexto me subía al coche policía, me violaba, luego me decía que lo masturbara. A partir del sexto al noveno comenzó a llevarme secuestrado, durante los fines de semana, a una especie de cabaña que tenia fuera de la cuidad, nunca supe donde porque al levantarme me vendaba los ojos y ataba de manos y pies hasta que llegábamos a destino. A partir del noveno y hasta que se cumplió un año de aquello el oficial comenzó a ser mas brusco y violento, obligándome a hacer lo que el quería, se convirtió en sadomasoquista y yo en su mascota. Aterrado, mas por mi vida que por otra cosa, escape un veintenar de veces de aquella cabaña, pero siempre aquella bestia me encontraba a la hora, me regresaba aquella cabaña, como castigo me deba varios latigazos con su cinturón y me obligaba a tener sexo desenfrenado con el, muchas veces termine vomitando asqueado y en cada una de ellas me obligo a comer mi propio vomito y a beber mi propia orina.
Había escapado como tantas otras veces, esperando que algún alma piadosa pasara por aquel camino rural y me rescatara, pero nada, ni un auto, ni siquiera el viento soplaba. De pronto sentí el sonido del motor de un auto el cual se paro cerca de mí, me escondí como pude, abrazándome a mis piernas, intentando no ser visto. Pero no paso lo que esperaba, aquel hombre perverso no me agarro violentamente, mire a donde se había parado alguien delante mío, levante la mirada lleno de pavor, era otro oficial, pero este tenia cabello rubio y largo que sobrepasaba sus hombros.
-¿Te encuentras bien?- me dijo mirándome preocupado, luego se arrodillo y haciendo uso de toda su fuerza me llevo a sus brazos- tranquilo, todo esta bien, no permitiré que nadie te haga daño- me dijo sonriéndome.
Me subió a la parte de atrás de su camioneta, que pertenecía a la policía rural, cerro la puerta tras de si y me acomodo dentro, luego, ante mi mirada atenta, se quieto la camisa y una remera que tenia por debajo, me dio la remera y se coloco la camisa, luego se quito el pantalón y la ropa interior, para darme sus bóxers.
-Ponte esto- me dijo sonriéndome, dándome los bóxers y la remera, luego se me acerco y me miro detalladamente- un anillo rojo- dijo mirando mi entrepierna, me lo saco suavemente para no lastimarme y lo miro- es de un oficial de homicidios, maldito degenerado, ¿cada cuento te trae hasta aquí?
-Todos los fines de semana- dijo poniéndome la remera lentamente a lo que el, sin perder mas tiempo me ayudo a ponerme la ropa y me tapo con un cobertor.
-Bien, recuéstate y no te muevas mucho, podríamos cruzarnos con el- me dijo sonriéndome- no te preocupes, soy un policía noble, honesto y recto, no se me sube el poder a la cabeza solo por tener una placa, te llevare a un lugar seguro.
Salió de la cajuela y fue directo hacia el asiento del conductor, yo lo mire con sorpresa, pero luego me recosté sobre la alfombra de la cajuela, mirando el paisaje cambiar.
-¿Sabes? Eres afortunado, no mucha gente pasa por ese camino, durante la semana pasan camiones y los fines de semana cada tantas horas la policía local- me dijo en un tono calmo- ese oficial eligió bien un lugar donde por mas que te escaparas nadie podría ayudarte, pero no conto que paso por aquí por estas horas, que mala suerte que tuvo, te prometo que será la ultima vez que te toque.
-Gracias- logre articular con cierto temor y a la vez cansancio.
-No me agradezcas, mira, ¿sabes que vamos a hacer? Más que nada para que estés mas seguro, al norte hay un pueblo, comprare algo de ropa ahí, luego nos subiremos a otra camioneta y nos iremos a un pueblo al sur para pasar el fin de semana, te daré mi numero de celular, si el viernes que viene ves a ese oficial acercarse a ti, corres hasta una tienda, la que sea, me llamas e iré a buscarte para pasar el fin de semana, ¿esta bien?
-Mi celular quedo en la cabaña- dije mirando atentamente el camino.
-Te comprare otro, no te preocupes, al pueblo donde iremos a pasar el fin de semana, debes conocerlo, se llama “Punta del Ángel” es pequeño, tengo una pequeña casa allí…
-¿Dónde trabaja?- pregunto asomando mi cabeza por el asiento trasero.
-Trabajo en Saint Bernard, soy policía, normalmente me vas a ver en la zona delictiva ocho, o la zona que lo llamo, de los escorpiones…
-Ellos usan veneno- dije recordando lo que algunos de mis vecinos, miembros de la banda de la zona me habían contado.
-No solo eso, usan armas caceras, bombas molotov y esas cosas- dijo seriamente- son una banda peligrosa, se que se entrenan para disparar quince balas, una por cada estrella de la constelación de escorpio y la ultima va al corazón, ¿Dónde vives?
-En la zona de los de acuario- dije abrazándome a la frazada que me había dado.
-¿Tienes frio?, no te preocupes, cuando lleguemos al pueblo te compro ropa, espero te guste la comida rápida, porque no creo que tengamos tiempo para otra cosa…debo ponerte a salvo lo mas pronto posible…
-Estoy bien, gracias por ayudarme- dije bajo, agradecido y luego me recosté.
-Duerme un poco, te despertare cuando te compre ropa y tengamos que pasarnos a otra camioneta, una donde estarás más cómodo, te lo prometo- me dijo calmadamente, yo lo obedecí, cerré mis ojos y dormir.
No me di cuenta de cuanto tiempo había pasado, desperté teniendo frio, pero no solo, cuando abrí los ojos, el oficial me estaba poniendo un pantalón azul marino, a un costado había un par de bolsas y me estaba ayudando a cambiarme, me altere un poco, el me sonrió y me tranquilizo.
-Tranquilo, no quiero lastimarte, solo le estaba poniendo el pantalón, No quise despertarte, pensé que requerías de dormir- dijo terminando de acomodármelo y colocándome un cinturón- eso es, te pondré las zapatillas y estarás listo ¿quieres ponerte tu la camisa?
-Está bien- dije algo apenado.
-No te preocupes, no quite los bóxer que te preste, te doy mi palabra que no te vi, pero…
-¿pero que?- pregunte temeroso.
-Cuando lleguemos a mi casa necesitare que te desnudes…
-¿para que?- pregunte temeroso.
-Primero, necesito recabar pruebas del oficial que te ha violado y en segundo requieres que cure tus heridas…
-¿No sirve de nada que te diga el nombre del oficial?- pregunte aterrador.
-No, necesito pruebas para levantar la denuncia…
-NO- grito horrorizado- si levanto la denuncia el va…
-No te lastimara, yo te protegeré de ahora en mas- me dijo suavemente- no temas…
-¿Qué necesitas sacar?- pregunte con miedo- ¿Cómo lo aras?
-Tengo un Kit de violación en casa- me dijo abrazándome-tu tranquilo, escucha, podrá dolerte algo, pero es todo por tu bien…
-¿Qué pruebas sacaras?- pregunte hundiéndome en su pecho templando.
-Lo que mas me interesa es el semen, eso te dolerá, ¿el te ha hecho practicarle sexo oral recientemente?
-Si- dije con temor.
-¿comiste algo después de eso?
-No- negué con la cabeza.
-¿te ha penetrado?
-Si- dije mirándolo detenidamente.
-¿Cuándo fue? ¿Antes de que escaparas?
-Desde que me secuestro hasta antes de escapar-
-Escucha, toda prueba que pueda sacarte será de utilidad, puede que te duela, pero mientras mas pruebas mejor, limpiare tus heridas, eso dalo por hecho y yo te prometo, que de ahora en mas seré tu guardaespaldas personal, ese maniaco no volverá a tocarte nunca jamás y si el maldito sigue libre después de las acusaciones de violación y secuestro…no me separare de ti ni por un momento…estas temblando, no temas, soy un policía bueno, me llamo Milo ¿Cómo te llamas?- me dijo con dulzura.
-Camus- dije abrazándolo- por favor que no me vuelva a tocar.
-Te ha sodomizado seguramente, se lo que necesitas y creo poder dártelo…
-¿Qué cosa?- pregunte sin entenderle.
-Eso te lo diré cuando lleguemos a mi casa, pasare por algunos lugares antes, pero te prometo que te sentirás un poco mejor, pero deberás obedecerme en todo lo que te diga- dijo mirándome sonriendo- no temas, no es mi intención lastimarte ¿prometes hacer lo que te diga?
-Si- dijo indeciso, a pesar de la forma en que me trataba era policía y desconfiaba de el tanto como lo hacia con los policías que se me cruzaran desde que todo comenzó con aquel policía corrupto.
Milo me sonrió, se cambio la camisa por una roja y luego fue hasta el asiento del conductor, mire atentamente a mi alrededor, estábamos en un pueblo, bastante pequeño, pero a las pocas cuadras de comenzar a andar la camioneta nos detuvimos, Milo bajo por la puerta del conductor y me abrió la puerta del baúl, por donde salí llevando las bolsas con ropa, momentos después Milo me llevo hasta donde había un garaje, abrió la puerta del acompañante de una camioneta cuatro por cuatro y luego el se subió.
-Siempre me gusto la aventura, me la compre hace como cinco años, pero casi no he podido usarla- me comento mientras la encendía- la deje el fin de semana pasado en un taller de aquí para que la reacondicionen, por eso te traje aquí en primer lugar, siempre estoy en la camioneta de la policía- me dijo con sonriendo de par en par, luego de ajustar los espejos me puso el cinturón y se coloco el suyo.
Salimos por un camino rural, mire la hora del reloj digital, era como un cuarto para las doce del mediodía, mientras estuvimos en aquel desolado camino no hablamos, ni siquiera el predio la radio, me mantuve tenso, hasta que vi varios autos en un camino en frente, estábamos entrando a la interestatal, allí Milo prendió la radio y puso una emisora con música campirana, que me entristeció, Milo cambio a otra donde había noticias y nos quedamos escuchándola.
Llegamos a un pueblo a las tres de la tarde, pero Milo se adentro a el hasta la zona sur, entro a un lugar extraño, había un grupo de casas pequeñas, condujo hasta el final de las casas y paro la camioneta frente a una que estaba destartalada. Se bajo del auto con las bolsas y me pidió que me quedara dentro, obedecí sin mas, viéndolo entrar a la pequeña casa y según note, quince minutos después, salió de la casa, abrió la puerta del acompañante y me levanto en sus brazos. Me llevo dentro de la casa, donde me llevo al baño, tuve temor y comencé a llorar.
-No llores, tranquilo- me dijo suavemente, me sentó sobre el inodoro y me quito toda la ropa, lo que me hizo llorar más intensamente.
Milo saco de un gabinete te una bolsa blanca de la cual saco varios objetos, del primero saco un peine, el cual cada vez que me lo pasaba por los cabello, depositaba lo que salía en una bolsa trasparente. Luego comenzó a pasarme por las heridas un hisopo que tenía incorporado algo para mantener muestras dentro de el. Cuando termino con las heridas paso un hisopo por mi entrepierna. Me llevo a la habitación y me recostó boca abajo sobre la cama, metió un par de pinzas abriendo mi entrada de par en par y comenzó a pasar varios hisopos por dentro.
-Duele- gemí llorando- duele mucho, por favor deténgase.
-Casi término- me susurro tiernamente- tranquilo.
Cuando termino me tranquilizo lentamente, poniéndome un pijama y luego recostándome en la cama boca arriba, me acobijo poniéndome varias cobijas y luego salió de la habitación, regreso con tres bolsas. Las acerco a las tres y puso una charola.
-¿Qué quieres comer? Tenemos en la primera bolsa un cubo de patas de pollo, con una gaseosa, en la segunda tenemos una Hamburguesa grande con patatas fritas y una gaseosa, en la ultima tenemos una caja de pizza con una gaseosa ¿Qué se te apetece?
-¿no hay algo mas sano?- pregunte mirando las cosas.
-Mañana te comprare el menú ensaladas de la Pizzería que esta a dos cuadras- me dijo sonriéndome- supongo que desde que te secuestro ayer no has comido, come lo que te apetece.
-Gracias- dije sin más y tome la caja de Pizza.
-Estaré en la sala viendo televisión hasta que termines, avísame si necesitas algo- me dijo sonriéndome y luego se fue.
Termine comiéndome toda la caja de Pizza y me bebí toda la gaseosa, deje el restos de las bolsas a un lado y me recosté en la cama relajándome. Milo llego poco después al sentir el sonido de las bolsas, las tomo para llevárselas y luego regreso y se acostó a mi lado.
-Primero que nada ¿te sientes bien?
-Algo- respondí tapándome con las sabanas hasta la cabeza.
Milo me quito las sabanas y me hizo girar a mirarlo- escúchame, no voy a hacerte daño, eso quiero que lo entiendas, no es mi intención hacerte mas daño, para comenzar a ayudarte necesito saber mas cosas ¿Qué estabas haciendo cuando te agarro la primera vez?
-Volvía de mi casa después de la universidad, el auto paro cerca mío, me acerque a preguntar que pasaba, ya que era el único en toda al calle y el…- dijo con temor.
-No esta aquí y no te va a volver a lastimar, dalo por seguro, ¿Cuándo fue eso?- me pregunto dulcemente.
-Hace más de un año, creo- dije temeroso.
-¿han notado alguna evolución o siempre ha sido así?- me pregunto mirándome con seriedad.
-El principio solo me llevaba a un callejón para que le practicara sexo oral, luego comenzó a penetrarme y hace unos cuantos meses a secuéstrame para violarme y torturarme los fines de semana- Conteste alterado.
-Comenzó sodomizándote y luego evoluciono a la violación, ¿te existas cuando estas con el?
-No- dijo con enfado.
-Necesito saber el grado de dominio que tiene en ti, por lo visto no ha llegado al extremo, si te excitaras seria otra cosa…
-¿Por qué?- pregunte sin entender.
-Porque significa que el te controla totalmente, por lo que me dijiste, es un violador bastante peligroso, evoluciono mucho en un año y al parecer no se sacia con cualquier cosa, ¿Qué clase de torturas te ha aplicado?
-Atarme a la cama, violarme, meterme cosas…llego a meterme un lápiz entero, era bastante largo por...- dijo comenzando a sollozar.
-¿Cuándo fue eso?- pregunto sorprendido por lo que le comentaba.
-Hace una semana, como no le basto con violarme y al parecer no se sacio con la tortura, el me metió un lápiz por adelante en mi…- dije entre sollozas.
-¿alguna otra tortura que te parezca extraña?- dijo interrumpiéndome.
-Azotarme mientras me penetraba, quemarme con un encendedor o un cigarro prendido- dijo con desesperación recordando aquello.
-Siempre cuando te penetra al parecer- me dijo seriamente- vamos ahora a hablar de algo mas placentero ¿te parece?- me pregunto mirándome con una sonrisa- comencemos conociéndonos, necesito eso para poder ayudarte después, yo te diré primero sobre mi hogar, vivo en el conocido barrio de la banda de los escorpiones, en un apartamento, mi padre es policía retirado y se llama Kardia.
-Vivo en el barrio de la conocida banda de los de acuario, mi padre se llama Degel, mi madrastra se llama Natasha y tengo tres hermanos, Hyoga, Isaac y Jacob.
-Lindos nombres- me dijo sonriéndome- tus padres han de ser muy devotos a la religión ¿Qué son?
-Católicos protestantes- respondí comenzando a calmarle, ya me sentía mas tranquilo y en un ambiente mas cómodo.
-Yo solo soy católico, así que nos llevaremos bien, bueno, tengo un apartamento en Saint Bernard, como ya te dije y esta pequeña casa, herencia de mi padre, ya que el se compro una casa por aquí, que tiene solo un dormitorio, el baño y una cocina, comedor, living, y como ya te dije soy policía- me dijo agarrándome la mano, lo que me hizo sonrojarme.
-En Saint Bernard vivo con mi familia en una casa con cuatro dormitorios, mis hermanos Hyoga e Isaac comparten habitación, yo y Jacob tenemos pieza para nosotros solos, al igual que mis padres- respondí algo avergonzado.
-¿Duermes cerca de tus padres?- me pregunto intrigado, luego paso sus manos por mis cabellos, apartándolos de mi rostro suavemente.
-Algo- dije pensante- su habitación esta al fondo del pasillo, la mía esta como a unos cinco metros de allí.
-¿cinco metros? Entonces debes escucharlos siempre- me dijo mirándome con picardía.
-Si, algo, normalmente de noche me duermo temprano para no escuchar sus muestras de amor físico- dije mirando molesto.
-No te gusta el sexo, ni saber de el ¿cierto?- me dijo mirándome fijamente- no te masturbas, ni nada por el estilo, después de lo que ese mal nacido te ha hecho- me dijo sentándose en la cama y luego comenzó a pasar sus manos por mis cabellos- es entendible, nadie desea pasar por una situación semejante, debe lastimarte mucho que tus padres estén teniendo relaciones y tu al lado, seguramente tapándote los oídos para no escucharlos.
-Intento no pensar en ello- dijo secamente.
-Esta bien, vamos a algo mas intimo, no te voy a tocar, eso dalo por seguro ¿tienes novia?- me dijo mirándome intrigado- eres apuesto.
-No- respondí levantando una ceja- ¿de que te sirve saber esas cosas?
-Es para que te sientas en compañía, para que estés cómodo, posiblemente pasaras varios fines de semana aquí de ahora en mas- me respondió amablemente- volvamos a las preguntas, eres apuesto, mucho para mi gusto, ¿Cuántos años tienes?
-Veinte.
-Igual que yo, nacimos en el mismo año entonces, ya se que eres virgen…- dijo pensante.
-No lo soy, después de lo que ese tipo me ha hecho- reclame con enfado.
-Es que tengo una definición mas bonita para virgen- dijo seriamente mirándome con amabilidad- veras, cuando uno tiene sexo, ósea se acuesta con el que venga, eso es…sexo, nada mas, pero cuando uno hace el amor, esta con la persona que mas ama y a la que le entrega todo, eso es bello y para mi, a pesar que una persona tenga sexo con prostitutas en la calle, cuando haga el amor con esa personita especial, al hacer lo ultimo pierde si virginidad, por ello para mi tu eres virgen, porque no tienes a esa personita especial a tu lado y supongo que no te le has entregado aun.
-No he tenido tiempo para poder conocer a alguien- dije seriamente- estudio mucho para recibirme y yo…
-Esta bien, entiendo, con el tiempo conocerás a esa persona que te llenara la mitad del corazón- me dijo sonriendo- quizás lo halles a la vuelta de la esquina, te cuento una anécdota de la jefatura, resulta, hace mucho tiempo, había un oficial, un chino, que no era muy respetado cuando se inicio, no tenia amigos, entonces un grupo, diciéndole de una iniciación para ser oficial, le dijo “tienes que violarte a alguien para poder ser uno de nosotros”, el, inocente, hizo caso y violo a un chico universitario y le dijo cuando lo vio llorando “perdóname, no quise lastimarte, ¿quieres que te compense? “ el joven acepto, comenzaron a salir siempre, se hicieron muy unidos, con el tiempo nació el amor entre ellos, finalmente se casaron y formaron una familia, tiene tres hijitos, el mayor hoy es policía, el chino ahora es jefe de la jefatura y el alumno universitario es decano de la faculta de humanidades de la universidad, los dos se aman mucho y adoran a su hijos…
-¿El decano Shion?- pregunto sorprendido recordando a mi decano- ¿esta casado?
-¿Lo conoces?- me pregunto sorprendido- si, esta casado, felizmente diría yo, y su marido es mi jefe, se llama Dohko y su hijo mayor se llama Mu y era mi compañero en patrulla, muy apuesto debo decir, lastima que esta casado- dijo con sarcasmo.
-¿eres homosexual?- pregunto sorprendido por el ultimo comentario.
-Así es, ¿para que lado pateas?- me pregunto mirándome sonriente- tienes cara de ser heterosexual, quizás me equivoque.
-No lo se-respondí mirándome detalladamente- nunca me he puesto a pensar en esas cosas.
-El libro de mi padre nos servirá- dijo levantándose de la cama y fue hasta la mesa de luz donde saco un libro- aquí esta, este me lo dejo haciéndome una broma, mira- dijo leyendo un párrafo- existen miles de formas de saber si una persona prefiere hombres o mujeres, la forma básica son los tres besos, uno en la mejilla y dos en la boca, el primero siendo una unión de labios y el segundo un beso apasionado, dependiendo de la reacción del otro se sabrá la preferencia- dijo mirándome con picardía- no te preocupes, no te voy a lastimar, ¿quieres que veamos en que lado estas?
-Está bien- respondí algo avergonzado.
Milo se me acerco dulcemente y me beso en la mejilla, en un beso rápido, me sonroje de sombre manera al sentirlo. Luego se fue hacia mis labios y los unió a los suyos en un beso rápido pero tierno, un beso que me gusto y por el cual me sentí tranquilo, pero me sonroje. El tercero fue un poco mas movido, con sus dedos abrió un poco mi boca y me beso, adentro su lengua dentro mío y comenzó a moverla, tímido pero intrigado ante aquel contacto, ya que era mi primera vez, decidí seguirle el juego y enrede mi lengua con la de el, finalmente el beso acabo cuando nos quedamos sin aire y agitados nos miramos, yo me sonroje y oculte mi cara de la de el, pero el solo me sonrió.
-Creo que ha sido interesante- me dijo sorprendido y luego se levanto llevándose el libro, regreso momentos después y me miro intrigado- ¿Nunca te has enamorado?
-No- respondí seriamente- no tengo deseos de hacerlo.
-Como digas- me dijo preocupado y luego saco un celular de sus bolsillos- toma, es mi celular, le borre los números que tenia antes, solo tiene el numero de mi apartamento y de esta casa, el Lunes conseguiré un celular nuevo, te llamare y guardaras el numero ¿estas entendiendo? Quiero que me prometas, no importe con quien estés o con quien vallas o donde estés, si ves un coche policial siguiéndote o sientes que te persiguen, me llamas… no, mejor tomemos mas precauciones, cuando salgas de la universidad para ir a tu casa o viceversa o tengas que reunirte con tus amigos me llamas y yo te llevo- dijo severamente mirándome- es un policía de homicidios y a esos no se les escapa ninguno, podría atacarte cuando estés desprevenido, si por casualidad un policía merodea en la universidad también me llamas para que te busque.
-Pero…- dije sorprendido por todo aquello.
-Te ofrecería que fueras a mi apartamento, pero no se si quieras hacerlo- me dijo severamente- necesitas quien te cuide, quien vele por ti, soy un oficial y es mi deber, ahora descasa.
-No volveré a tener una vida normal- dije con impotencia.
-Es eso hasta que la denuncia logre algo, cuando te llamen a testificar me avisas también, durante el transcurso del juicio iras a dormir a mi casa o dejaras de ir a la universidad y estarás aquí, por prevención, yo no me moveré de tu lado y si es necesario estaré mañana, tarde y noche detrás de ti para cuidarte- dijo mirándome con amabilidad y luego me sonrió- tu no te preocupes, pronto todo pasara y cuando te des cuenta la justicia se ara, tu volverás a tener una vida normal, sin mas preocupaciones, terminaras la universidad, conseguirás trabajo y formaras una linda familia, mas linda que la que ya tienes.
-¿Crees eso?- pregunte levantando una ceja, el me sonrió.
-No lo creo, puedo asegurarte de que así será.
Continuara.