Capítulo 10
Entró al despacho, aún sin ser bienvenido. No tomó asiento, simplemente se planto allí y clavó sus enormes ojos violeta en los ámbar del joven. Fue hasta que el rubio le devolvió la mirada, retadora y fría, que el chico de cabellos tricolores se sintió amedrentado.
—Largo.
—Debemos hablar.
— La advertencia fue clara.
—No lo acepto— Replicó el menor— ¡Esto no es asunto nuestro!
—Se volvió mi asunto en cuanto tome posesión de todo.
— No puedes, más bien debes entender. — El pequeño lo retó, más desesperado que lógico. — Mikuru y yo no planeamos obedecerte.
— ¿Qué esperas que haga? — El rubio golpeó fuertemente el escritorio al tiempo que se levantaba— He dicho que no y esa es mi última palabra, puedes ahorrarte los teatritos baratos. No quiero verte rondando a mi hermana.
— ¡Pero tú no comprendes!
— ¡Cállate! No vuelvas a …
— Amo a tu hermana — Declaró el pequeño en seco.
— ¿Crees que eso me conmueve o me importa?
— ¿Por qué te has convertido en eso? En un ser sin sentimientos, frio y aburrido — El chico de cabellos tricolores dio la media vuelta y agregó con tristeza. — Hirai todavía sufre y es tu culpa.
El pequeño cerró la puerta sin darle tiempo a Kazuki de si quiera responder.
—¡CORTE!
Gritó entusiasmado el director al tiempo que todos suspiraban de alivio. Por fin la toma había salido a la perfección, cosa que alegraba demasiado a Joey. Esa había sido su primer escena con Yugi, estaba muy nervioso y tenía miedo de arruinarlo de nuevo, no solo por actuar, también ese había sido su primer contacto con Yugi desde que había llegado a esa época.
Duke se le acercó para ofrecerle un poco de agua y mostrarle la siguiente escena del libreto.
— Recuerda que para Kazuki es muy difícil impedir el amor entre su hermana y el hijo de la familia Akari, ya que él desearía correr a los brazos de Hirai; pero sabe que sus relaciones serán imposibles en cuanto corrobore que el padre de estos asesinó a sus padres y que la misma Hirai es la responsable que su empresa se esté perdiendo.
— Lo sé, trato de imaginar como debe sentirse — Dijo Joey serio. En su mente, la representación de ese ser cruel, que ahora interpretaba él, era la imagen que tenía de Seto actualmente. — siento que Kazuki sería un tipo frio, que se obliga a si mismo a actuar de esa forma para proteger lo que aún le queda.
Mientras pensaba en el castaño, Joey no pudo evitar mirar a Yugi. Sentía envidia pero al mismo tiempo no podía dejarse tener esos sentimientos por su mejor amigo. Se acercó decidido a tener una amigable conversación con Yugi.
— ¡Hey! Fue una buena escena.
Yugi lo miró un tanto sorprendido y contestó titubeante.
— Si… eso creo…
— Para ser la primera estuvo bien — Continuo diciendo Joey sin borrar su enorme sonrisa. — Aun somos un buen equipo ¿eh? ¡Sigamos así!
— Claro…
Yugi devolvió la sonrisa y se adelantó para la siguiente escena. El ojimiel se retiró feliz, para ser su primera charla desde que llegó a ese mundo, no estuvo mal.
Las grabaciones de las escenas donde participaba Joey terminaron muy pronto gracias a que todo salió bien, sin embargo Joey continuaba sumergido en sus pensamientos acerca de su amistad con Yugi ¿Tanto había cambiado en todos estos años? Joey quería negarse la respuesta, pero si Yugi había cambiado, era por culpa de Seto.
—Tierra a Joey… ¡Hey! Te estoy hablando.
— Perdón Duke… emm ¿Qué me decías?
— Siempre en las nubes — Suspiró el oji-esmeralda suplicando paciencia. — lo mejor será que vallamos a casa.
— Si…— Repuso el actor con un largo suspiro, rememorando todo lo que había pasado solo en ese día— Estoy exhausto.
Al llegar al apartamento del rubio la tensión se hizo presente en el auto. Duke sabía que ayer habían dejado un tema pendiente y esta mañana estaban tan atareados que no tuvieron ni tiempo de discutirlo. Personalmente el oji-esmeralda no tenía ni ganas de volverlo a mencionar, sin embargo, sabía que el rubio había estado pensando en ello todo el día.
— Duke…
Llamó Joey con voz temblosa. “Aquí vamos” se dijo el pelinegro con cierto tedio. Volteo la mirada con toda su atención solo para Joey.
— Dime.
— Bueno verás… supongo que sabes hacía donde va esta conversación. ¿Tienes tiempo? ¿Podemos hablar? Vamos dentro, sabes que es un tema delicado.
— Desde luego. — Dijo Duke solícito, ocultando perfectamente su rotundo odio hacía ese tema. Para él no había nada más importante que Joey, eso no se dudaba, pero verlo tan cambiado y por culpa de ese idiota de Seto lo hacía querer raptar de nuevo a Joey, alejarlo para siempre de ese inútil que no hacía más que traerle infelicidad al rubio.
En el despacho de la mansión Kaiba otra charla no tan importante se llevaba a cabo. Más bien era de rutina. Al finalizar el día Yugi se lanzaba hacía KC y de allí no se despegaba del castaño; prácticamente ya vivía en la mansión de éste.
— Y dijo:” hacemos buen equipo”. ¡O algo así! — Vociferó el oji-violeta. Desplazándose por todo el despacho de su novio. — Tuve que devolverle la sonrisa, pero la verdad no soportaba tanta hipocresía.
— Es solo un truco. — Respondió el castaño como autómata mientras continuaba firmando documentos.
— Lo sé. ¡Ay! Ni yo sé porque me enojo. Solo trata de quedar bien, yo también lo usaré para mi beneficio.
— Es lo mejor que puedes hacer.
— Bueno, ya. Olvidémonos de ese rubio presuntuoso, mejor….
Yugi se acercó de forma sugerente hacía el oji-azul. Rodeo con sus brazos el cuello del chico por detrás del asiento y lentamente comenzó a besar su cuello para proseguir su propuesta.
— Puedo divertirte un poco si así lo deseas, luces cansado.
— Deberías descansar, es muy tarde y tú tienes grabaciones desde muy temprano. No quiero que luzcas mal frente a la cámara.
Yugi suspiro y de mal modo se alejó. Cruzó los brazos y se preparó para una rabieta.
— Si no quieres estar conmigo ¡Solo dilo!
— No empieces. — Advirtió el castaño sin mirarlo.
— ¡Es que ya no estamos juntos como antes! ¿Es por esa estúpida novela? ¡Voy a renunciar!
— Tienes un contrato. — Recalcó con suma seriedad el CEO.
— ¡Me importa un comino el contrato! ¡Qué me demanden si quieren! No planeo seguir desperdiciando mi vida en algo que ni siquiera quiero hac…
— Y todo el nombre de KC, eso me involucra a mí.
Yugi no pudo rebatir el argumento. Se limitó a correr de nuevo a abrazar a su novio, suplicando por evitar la cólera del aludido.
— Es que…
— Lo sé, llevamos días sin sexo, pero comprende la situación.
— Lo siento…. ¿Podemos aunque sea solo un poco?
Seto accedió. Con una mirada le ordenó a Yugi que subiera al escritorio; eso si, sin mallugar los documentos que había hecho a un lado. El menor se revolvía de felicidad mientras trataba de robar los besos que siempre le eran negados.
Joey cedió el paso a su representante para que entrara primero. Una vez que lo hizo le siguió y cerró la puerta de madera. Encendió la luz y vislumbró la pequeña sala y el decorado minimalista; aún no se acostumbraba a él. Botó las llaves en la mesa y se quitó el abrigo.
— Siéntate, ponte cómodo. —Ofreció algo apagado el rubio. — Iré por café.
— Prefiero una bebida con algo de alcohol.
— De acuerdo, creo que yo también lo necesitaré.
Joey se dirigió hacía el pequeño bar que tenía al lado de la cocina. En los estantes poseía un poco de cada clase de vino y lo necesario para preparar los cócteles más populares. Mientras preparaba las bebidas Joey se sintió un tanto familiarizado; siempre había dicho que cuando por fin se alejara de su abusivo padre tendría una exquisita selección de vinos que por ningún motivo tomaría sin mesura y así era, todos los vinos se encontraban cerrados. No pudo evitar pensar que aunque se sentía extraño en ese mundo ese Joey, si era él y a la vez no lo era. Esa casa tenía tantas cosas que él anhelaba mientras aun podía soñar, pero le faltaban muchas cosas que para él eran más valiosas, cosas que nunca planeo en un pasado pero que tenía en su otro futuro. Se apresuró a sacarse de sus pensamientos y solo sirvió algo de ron en las copas y las llevó hacía la sala junto con la botella.
— ¿Ron esta bien?
— Claro.
Duke sonrió con socarronería para si mismo al tiempo que tomo su copa. ¿Qué demonios le pasaba a Joey? sabía que él odiaba el ron ¿acaso estaba burlándose de él? Joey se sentó en el otro sillón, frente a él, y también tomo su copa.
— Bueno, ya sabes que tenemos una charla pendiente.
— ¿Sobre la supuesta violación? — Se apresuró a decir Duke, clavando su mirada en la copa. Pretendiendo parecer un sabelotodo.
— Así es….
— Pero ya te dije todo lo que yo sabía, no sé porque quieres revivir ese trauma.
— Es que…necesito saberlo.
— ¿Por qué? Yo creí que ahora que tenías amnesia estaríamos mejor.
— Pero no puedo estar bien si no lo recuerdo. No recuerdo que clase de sentimientos tenía yo, ni que estaba pasando.
— ¿Qué te ocurre Joey?
— Si te lo dijera, no lo creerías. Solo piensa que tengo amnesia y ayúdame a recordar. ¿Es esa la razón por la que odio a Seto?
— Seto…. ¿Por qué él?
— Quiero saberlo. Solo puedo confiar en ti. Por favor.
Duke no iba a encontrar mejor oportunidad para recordarle a Joey lo mucho que odiaba a esa persona. Después de todo no estaba mintiendo, todo lo que iba a decirle era verdad.
— Si, tú lo odias por eso. Lo odias porque te violo, porque siempre te humillo y porque nunca te reconoció.
— Eso lo sé pero ¿no lo amaba? ¿No había algo entre nosotros?
— No. Ustedes no eran nada, nunca fueron siquiera amigos, desde la preparatoria se odiaban. Tu lo único que sientes por él es odio.
El ojimiel no quería escuchar esas palabras, no tan directamente. No pudo contener sus lágrimas. En seguida Duke corrió a enjuagar las lágrimas de cristal que brotaban de los ojos de Joey.
— Sabes que es verdad. Sabes que esa es la razón por la que prometí estar a tu lado; para que él ya no te dañara. Porque a diferencia de él, yo odio verte sufrir. Yo quiero estar a tu lado siempre y solo para ti, para protegerte.
A pesar de que las palabras proferidas por su amigo y representante eran sumamente halagadoras, Joey no podía detener su llanto para responder; ni siquiera podía pensar correctamente. Toda la noche anterior no pudo dormir, esa incertidumbre lo carcomía, sus propios pensamientos lo traicionaban y había sobrevivido a ese día con la esperanza de escuchar que todo eso no estaba pasando. Le fue sumamente difícil aceptar que en ese mundo alterno Seto y él se odiaban verdaderamente pero aceptar que Seto era un desgraciado violador, tirano, frívolo, traicionero y todos los sinónimos que le corresponderían, era algo que no podía aceptar. Y si seguía negándose a la realidad ¿qué iba a ser de él?
El oji-esmeralda una vez más le brindo sus brazos. Una vez más sería el paño de lágrimas de Joey y eso que él pensaba que eso ya estaba en el pasado. Mientras Joey continuaba bebiendo copa tras copa Duke no se le separó; de hecho recordó un incidente muy parecido.
Hace algunos años, mientras celebraban que al fin sus planes daban resultados. Después de tanto atentar contra Seto al fin obtenían una victoria, una ostentosa perdida en las acciones de KC.
Joey se puso tan ebrio que se despojó de toda la ropa y comenzó a bailar encima de la mesa, cantando a todo pulmón “we are the champions”. Cuando Duke lo bajó de la mesa y lo mando a dormir. El aludido ignoró todo lo que su amigo le decía, acercándose peligrosamente a los labios de éste comenzó a besarlo. Por supuesto que el pelinegro no se negó. Llevaba años esperando poder hacer eso. El alma se le fue al cielo cuando el travieso rubio lo condujo, entre tropezones y risas, hacía el sillón más cercano. Se tumbó en este y dijo lascivamente.
— Vamos… tómame… te necesito más que nunca.
Y ni tardo ni perezoso el oji-esmeralda acató la orden. Tenía mucho alcohol en las venas pero aún sabía que estaba haciendo y sabía que podía darle la mejor noche de su vida. Comenzó despacio, acariciando su desnudez lo lleno de besos, lo trató con la mayor delicadeza posible. Para él, Joey siempre iba a ser lo más preciado.
— ¡Detente! — Comenzó a sollozar el rubio, tratando de defenderse débilmente. — No lo hagas…
— ¿Qué ocurre?
— ¡No! Por favor… ¡No así! ¡Detente Seto!
Duke no podía olvidar esa escena y era justo porque la velada; así de deprimente sugería que algo similar pasaría. Duke se adelantó, una vez que Joey se hubo calmado un poco, comenzó a besar lentamente su rostro hasta llegar a sus labios, esperado el momento en el que fuera rechazado. Para su sorpresa no fue así, el chico se abrazó fuertemente a él para susurrar en su oído.
— Gracias por todo, pero hoy necesito estar de nuevo solo.
El chico se detuvo en seguida, nunca en su vida había visto esa reacción en su ex amante ¿qué estaba pasando? Lo miró detenidamente y descubrió que de nuevo estaba fuera de la vida de esa persona.
Antes de irse Duke se acercó al rubio y le dio un pequeño beso en la frente. Joey sonrió y lo vio alejarse.
—Es un buen chico pero mi corazón es de Seto.
Otra y otra copa se consumieron en cuestión de segundos y el cerebro del cachorro continuaba vacío. Entre su desesperación arrojó con rabia la botella semi-vacía hacía una pared. Joey observó tapizado arruinarse conforme el líquido se escurría y estaba a punto de hacerse un cuestionamiento estúpido cuando el timbre de su apartamento sonó. Se le antojó ignorarlo, pero era tan insistente que decidió ir a abrir. Tambaleándose a paso lento por fin llegó a la puerta, era Tristán.
— Viejo soy yo. Lamento la hora pero tengo algo bien importante que decirte.
— Pasa. — Ofreció dándole la espalda, regresando a tirarse al sillón.
— Luces bastante mal ¿Qué pasa?
— Estoy bien, quizás algo pensativo. Ya sabes, sin máquina del tiempo estoy atrapado. Odio el presente.
— Lo sé y perdóname, de hecho te traigo noticias respecto a la susodicha máquina del tiempo.
El semblante de Joey cambio en seguida, sus ojos se iluminaron y el alcohol pareció desaparecer por un segundo de sus venas.
— ¡Dime!
— Veras… — Tristán aclaro su voz y paso a la típica declaración. — son dos noticias: una buena y una mala ¿cuál quieres primero?
— ¡Tenía que ser! — Joey meditó unos segundos. Total ya nada podía ser peor…o quizás si, mejor no arriesgarse. — La mala.
— Bueno pues emmm, esto es difícil de explicar. He estado buscando mis apuntes y he trabajado estos últimos días en ello y en tu situación…
— ¡Al grano Taylor!
— Ok ya. Bueno es que me he estado preguntado: Si tu estas aquí ¿Quién esta en tu universo?
— No lo sé. Como dije cuando desperté ya estaba aquí.
— Ya veo. — Tristán tomo un tono serio y prosiguió— Entonces ¿Te encontraste contigo mismo en alguna ocasión?
CONTINUARÁ>>>>