Capitulo 12
Joey esperó pacientemente en la habitación y no solo porque le dolía todo al moverse, si no que también tenía mucho miedo de salir. Quizás por las amargas experiencias el Joey alterno se había convertido en un tipo muy frio y cauteloso. El mundo del espectáculo le exigía ser así y antes de tener contacto con alguien primero averiguaría de qué se trataba su nuevo “papel”.
Ignorando todo lo que Tristán le había dicho, comenzó por averiguar como funcionaba el aparato de cristal por el cual Tristán se había proyectado. Estaba completamente convencido de que se hallaba de nuevo en ese extraño futuro súper moderno e iba a hacer todo lo posible por descubrir que ocurría.
Descubrió que la pantalla de cristal funcionaba igual que una computadora; en seguida se puso a buscar entre las carpetas de imágenes y video. Si había algo comprometedor seguramente estaría allí. La primera imagen saltó de la pantalla como un holograma. Era una imagen de Seto y él, Joey, abrazados. La examinó cautelosamente. Ambos parecían muy felices, incluso el gruñón de Kaiba tenía una media sonrisa que no era capaz de ocultar y por supuesto él tenía una enorme sonrisa de oreja a oreja. Joey se sorprendió, jamás pensó que podía sonreír de esa forma de nuevo. Desde que se alejó de sus amigos la verdadera diversión se acabó, o mejor dicho desde “aquel” incidente, Joey no pudo sonreír del mismo modo.
En la siguiente fotografía aparecía Mokuba y él comiendo helado. Su rostro se torció de mal modo y farfulló para si mismo.
— ¿Por qué mi helado esta a apunto de acabarse y el de Mokuba esta nuevo? ¡No soy tan glotón! — Cambió la imagen y añadió en tono melancólico. — Hace años que no pruebo un helado.
Con la siguiente imagen casi tiene una terrible hemorragia nasal. Su reacción inmediata fue cubrirse los ojos. Su corazón se aceleró y su mente le hizo una pequeña jugarreta. Se tranquilizó y obedeció a su curiosidad (y morbo). Poco a poco examinó la imagen; sin perder detalle y sin dejar de sonrojarse. La imagen estaba tomada desde un ángulo aéreo y mostraba a Kaiba con el torso al descubierto y los brazos colocados en la nuca, acostado el sofá según se alcanzaba a ver; también una mano que se apoyaba en su abdomen en dirección hacía el pantalón de éste se asomaba en la imagen, así como las piernas desnudas de alguien se vislumbraban a la altura de las caderas. No se necesitaba ser un genio para saberlo, la persona que había tomado la foto estaba montada sobre Kaiba.
— Y es obvio que ese “alguien” no es Yugi. —Dedujo Joey con cierta incomodidad.
Continuó observando la imagen, fue como superar un trauma. Estaba viendo a la persona que lo había violado, sin embargo no sentía repulsión o miedo. Era como ver una revista erótica. Más bien lo intrigaba el rostro de Kaiba, lucía relajado y tenía una mirada de… ¿deseo?
Joey continuó mirando todas las imágenes, videos, fotos que contenía el aparatito, era increíble cuanta información le cabía a esa cosa. Miró hasta que terminó con cada archivo, no supó cuanto tiempo había pasado pero revelaba mucho sobre la personalidad… bueno su personalidad en ese mundo alterno, que pronto empezó a gustarle.
Alguien llamó a su puerta, sacándolo de sus pensamientos.
— Joven Wheeler ¿Se encuentra todo bien? No ha salido todo el día y estamos preocupados por usted.
—E-estoy bien
Joey respiró hondo tratando de no sonar sospechoso y por un segundo se sintió como en una de esas películas de suspenso, solo que él no tenía nada que esconderse. Debía actuar normal, era el señor de la casa ¿o no? Debía actual como tal.
— Pero joven, no ha comido nada en todo el día ¿no planea ir con el señor Taylor?
¡Mierda! Joey había olvidado que hacía horas Tristán lo había llamado para que estuviera en su laboratorio ¿Cómo iba a llegar si no conocía la ruta? Y no podía pedirle a un empleado que lo llevará porque sería extraño… ¿Y si solo se lo ordenaba al chofer?
—Señor Kaiba.
Escuchó el rubio decir a la empleada del otro lado de la puerta. Sintió una gran necesidad de esconderse pero aguanto en su lugar, expectante. Mientras la empleada explicaba la situación el señor de la casa parecía ponerse más molesto. Inevitablemente la puerta se abrió bruscamente para cerrarse del mismo modo violento detrás de Kaiba.
El pulso de Joey se aceleró, un hormigueo apareció en su estomago y las manos comenzaron a sudarle mientras trataba de aguantarle la mirada a Kaiba. Tenía miedo, tenia mucho miedo de que algo malo pasara. De nuevo estaba a merced de ese bastardo. Apretó los dientes y por fin habló.
— ¿Qué ocurre? ¿P-porque tanto escandalo?
— ¿Por qué no fuiste hoy con Tristán?— Preguntó Seto ceñudo.
— Es… — Las piernas le temblaron a Joey mientras se incorporaba en la cama.— no tenía muchas ganas y me quede dormido.
— ¿Tanto tiempo?
— Emmm ¡oye! Anoche fue… ¿extenuante?
Seto soltó una pequeña risita y se sentó al lado del rubio, dedicándole una encantadora mirada traviesa.
— No planeo disculparme.
Joey se quedó estupefacto mientras los colores acudían a su rostro. No conocía otra mirada de Kaiba que no llevará odio implícito. Ver esa faceta era algo que superaba lo mágico.
~~Ø~~
Duke y Joey llegaron a un enorme salón que poseía un jardín con una fuente en medio y rosas perfectas en cada arbusto que rodeaba la estancia. Un elegante jovenzuelo los recibió y les pidió amablemente lo siguieran.
— ¿Qué demonios hacemos aquí? — Preguntó Joey por lo bajo. Examinando con desconfianza todo el lugar.
— Te dije que hoy se estrenaba el drama en el canal 423. Estamos aquí para verlo con todo el staff.
Joey iba a contestar pero justo en ese momento entraron en el enorme salón donde muchas personas se le abalanzaron para entrevistarlo. Como era costumbre, Duke se libró de ellas elegantemente y pasaron a tomar sus asientos frente a la enorme pantalla.
— Quita esa cara. Siento como si te hubiera arruinado algo.
— De hecho si.
La pantalla se encendió y el director dio una pequeña introducción, agradeciéndole a todos por haber ido, presentando a todos los actores. Cuando el turno de Joey llegó, se levanto de su asiento y reverenció a todos, su mirada se encontró con la de otros espectadores, entre ellos Kaiba y Yugi, que estaban sentados juntos, a su lado también estaba sentado Mokuba y una chica muy linda que lo tomaba de la mano. Cuando regresó a su asiento sintió un alivio muy grande y agradeció en voz baja que Mokuba estuviera bien.
Las luces al fin se apagaron y el programa dio inicio. Casi todo el programa Joey se la pasó pensando en todas las cosas que probablemente haría con su esposo si estuviera allí… y bueno, sí estaba pero con otro; por lo que el cachorrito no pudo evitar echar un vistazo hacia el asiento de Seto y Yugi. Entre la poca visibilidad observó como el menor se acomodó en el hombro del mayor discretamente. El rubio sintió tantos celos que no pudo quedarse quieto y le lanzó lo primero que se encontró en el bolsillo. Por desgracia el pequeño objeto fue a estrellarse en el rostro de la novia de Mokuba que en seguida se quejó, ganándose un abucheo por parte de los espectadores.
— A la próxima no fallaré.
Pensó Joey buscando entre sus ropas que más lanzarle al par de “enamorados” con tal de separarlos. La mano de Duke posándose en su pierna lo detuvo de toda acción.
— ¿Q- q haces? —Cuestiono Joey en voz baja, tratando de quitarse la mano del pelinegro.
—Sé que esto forma parte de tus fantasías. — Respondió el pelinegro en el oído del ojimiel conforme su mano iba avanzando por la pierna del actor.
— Pero…ahh— Reprimió un gemido y cubrió su boca con fuerza.
— ¿Hay mucha gente? — Se adelantó a decir el pelinegro. Tratando de imaginar los gestos de placer de Joey. — Es eso lo que lo hace excitante.
Con la única mano que podía maniobrar, Duke siguió acariciando lentamente la entrepierna del rubio, colándose por debajo de la camisa a pesar de que éste seguía apartando la mano invasora de su cuerpo. Pronto, Duke encontró uno de los puntos más sensibles de su ex novio, con un simple rose de sus dedos el chico quedo pasmado y comenzó a entregarse poco a poco al placer, dejando el segundo plano sus celos por la pareja y en último la proyección del drama.
— ¿Cómo es que todo esto me parece tan placentero? —Se decía Joey mentalmente mientras seguía fingiendo no sentir nada con las caricias en la oscuridad. —Siento que no soy yo.
— Desearía poder ver tu cara en este mismo instante. — Susurró lentamente Duke en el oído de su ex pareja, acomodándose en su hombro. — ¿Quieres continuar esta noche?
El pelinegro continúo tocando sutilmente el cuerpo del ojimiel, recorriendo a pequeños besos el cuello de marfil.
Desde su asiento, Seto también era capaz de observar a la pareja. No era que le importará, pero el hecho de que estuvieran juntos siempre le incomodaba. Echó un pequeño vistazo en dirección a la pareja, como estaba tan oscuro no lograba ver nada, la luz de la pantalla solo mostraba poco de sus rostros y se veían realmente concentrados. El CEO enarcó una ceja y se acomodó en su asiento, logrando quitar a Yugi de su hombro.
Por fin el dorama terminó y las luces se encendieron en el justo momento en el que Joey se deshizo del hechizo de Duke y con lo que aún le quedaba de conciencia se levantó y camino sin saber a donde, solo quería abandonar esa habitación.
La extraña desaparición del protagonista descolocó a todos los presentes.
Los ávidos ojos azulinos no dejaron escapar ni un detalle de lo ocurrido. Tomó una copa extra del champagne que ofrecía el mesero y despareció.
El ojimiel necesitaba demasiado aire fresco. Se tiró en una de las bancas del jardín y se pasó la mano por la frente una y otra vez con desesperación, tratando de descifrar su mente.
— ¿Q-que demonios fue lo anterior? Sentí... ¡sentí! — Dijo el rubio asombrado. — Pensé que yo no sentía nada por él, mi corazón se aceleró como sólo lo hacía con Seto. Tenía tantas ganas de seguir el juego… ese no era yo.
Todo su cuerpo temblaba, sus labios estaban enrojecidos y aún respiraba con dificultad.
— ¿Tan mala es tu actuación que tienes que huir así de las criticas?
— ¡No puede ser! Vete Kaiba, no estoy de humor.
— Te ves terrible. Toma. — Seto ofreció la copa al rubio y tomó asiento a su lado.
— ¿Tu ofreciéndome algo? — Joey miró la copa con desconfianza.
— ¿Tan raro es?
— De hecho sí. — Dijo Joey aceptando al fin la copa. — ¿Qué planeas Kaiba?
— Aún tenemos negocios que tratar ¿recuerdas?
Joey aspiró profundo y apretó la copa entre sus manos. Sus ojos parecieron llenarse de fuego y miró directamente al CEO.
— Yo no tengo nada que tratar con un violador como tú.
— ¿Violador? — Seto dio un sorbo a su bebida y permaneció inmutable antes de responder. — Ya casi no recuerdo tus expresiones, necesito refrescar mi memoria.
— Así que es verdad. Muy en el fondo deseaba que eso no hubiera ocurrido ¿Por qué lo hiciste?
—Porque si quiero algo simple y sencillamente lo tomo y si es necesario lo arrebato. Es gracioso, huiste de mi tanto tiempo y ahora eres tú el que se pone a mi merced. — Declaró el CEO con descaro. —Si pones la situación así de fácil puede perder la diversión.
Las manos del castaño se deslizaron pausadamente por el rostro del indignado ojimiel que sólo lo observaba, aterrorizándose por las frías palabras proferidas por la persona que más decía amar ¿era esa la persona que amaba?
— ¿Sabes? — Continúo diciendo el castaño con burla, acariciando lentamente los labios del ojimiel. — Me muero por tenerte de nuevo. Así que date prisa y bebe esa copa.
— ¿Por qué juegas conmigo de ésta forma?
— ¡Hermano! — La voz imperiosa de Mokuba destrozó el tétrico ambiente.
Seto frunció el ceño, le dirigió una mirada asesina al rubio y se levantó. Caminó hacía Mokuba pasándolo de largo.
— Siempre es así. — Suspiró Mokuba como se dirigía hacía Joey. — ¿estas bien? Sé que no se llevan nada bien y desde que los vi juntos me imaginé que te estaba molestando.
— No me hizo… — Joey se detuvo y miró la copa que Seto le había ofrecido, después de analizarlo un poco supuso que ese líquido tenía algo malo y vacío su contenido en el pasto. — nada.
— ¿Seguro? Te ves algo pálido.
— De verdad que no pasó nada.
Joey sonrió tranquilizadoramente y miró a Mokuba. Pensó que seguramente, si siguiera vivo, el Mokuba de su época luciría igual, sería igual de alto y atractivo como ese chico. No pudo evitar esbozar una sonrisa al pensar lo feliz que Seto estaría, los problemas de su época se terminarían y era por esa razón que debía regresar a su tiempo. Para volver a usar la máquina del tiempo y corregir lo que había salido mal. Aunque aún le faltaba saber algo más.
— Mokuba, sé que suena raro pero ¿alguna vez te han secuestrado?
— ¿Qué? ¡No! Y ni lo menciones que me da miedo. Hace un tiempo recibí algunas amenazas.
— ¿Y que hiciste al respecto?
— No mucho, solo fui más cuidadoso. En esa época fue cuando la compañía entró en crisis, supongo que los agresores se retiraron al saber que no podían quitarnos nada. Pero esa pregunta da miedo, no hagas eso de nuevo por favor.
— ¡Oh! Perdona Mokuba, es sólo que hace poco leí un periódico, ya viejo, algo sobre eso. Me da gusto saber que estas bien.
~~~XxX~~~
Joey quedo embelesado por la dulce mirada que le era dedicada. Esos ojos azules jamás le parecieron tan atractivos ni tan especiales. Algo se encendía en su interior al mirarlos y estaba seguro de que ese algo no era odio.
Seto no iba a esperar más. En seguida atrajo el rostro de su amado para poder besarlo con toda la pasión y el amor que tenía por él.
El rubio se sentía desfallecer. Las manos del oji-azul se colaban entre los cabellos dorados conforme sus labios se fundían con más fuerza. Joey sentía que su corazón iba a escaparse de su pecho, que no iba a ser capaz de mantener más su farsa. Quería alejar a esa persona que decía odiar, si embargo el contacto era tan placentero que no podía reaccionar de modo adverso.
CONTINUARÁ>>>