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Time over love. por shudyeer

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Capítulo 15

 

“Interés, desconcierto, ansiedad, miedo… ¿Te gusto?, ¿Me quieres?,  ¿me has perdonado?...yo también te extrañé.”

A Seto Kaiba le pareció muy divertido el interés que ponía su hermano en su relato. Parecía que podía decirle que fue abducido por ovnis que viven en otra galaxia y que tienen seis cerebros en cada extremidad  y el chico se lo creería todo, sin embargo, era su hermano y no tenía por qué mentirle. Odiaba aceptarlo, pero de alguna forma se estaba explicando sus propios sentimientos.

—Sentí que fui perdonado por todo lo malo que hice— Se apuró a decir Seto, escondiendo las palabras perfectas. —  y que ese abrazo me daba el permiso de seguir tratándolo mal porque ya no era el malo pero, al mismo tiempo, enciende esa ansiedad de seguirlo, de molestarlo.

— Entonces — Se atrevió a interrumpir el pelinegro. — ¿Estas buscando el modo de molestarlo para que todo sea como antes?

—Tal vez, pero sé que esto va a durar poco, en cualquier momento el perro me volverá a alejar  y entonces perderé los estribos de nuevo. — La mirada de Seto se ensombreció. — Es por eso que quiero que salga herido, tanto que no se aparezca frente a mí nunca.

— Eso da mucho miedo, hermano.

— Ya tienes todas tus respuestas ¿no? Ahora déjame trabajar en paz.

— No dañes a Joey, él es un buen chico a pesar de todo lo que ha hecho.

Seto continuo en silencio, encendió su computador y siguió ignorando a Mokuba hasta que al fin éste decidió salir del despacho de su hermano mayor. Una vez sólo,  el CEO volvió a sus cavilaciones, recordando como ese maldito de Joey Wheeler lo había rechazado en el pasado y como había roto su “relación”. Por supuesto que no pensaba que Wheeler fuera una buena persona, se le notaba como usaba a otros para obtener lo que quería, hasta botó a sus amigos y huyó con ese imbécil de Deblin que, por cierto, era conocido por su fama de “fácil”  y desleal.

Seto hizo algunos gestos de desaprobación. El recuerdo de su rechazo le abordaba muy a menudo desde que volvió a ver al perro.

 

Sus gritos, sus reclamos y su resistencia hacía mi disminuyeron conforme iba avanzando. Su cuerpo era delicioso, pero no podía satisfacerme porque lo estaba tomando a la fuerza. Quería ver otra clase de expresión en él, no quería escucharlo llorar de impotencia ni gritar de ese modo, quería detenerme y al mismo tiempo quería continuar hasta el final, una y otra vez hasta que lo sintiera tan mío que desapareciera esa maldita brecha.

Lo golpee, hice sangrar su rostro y entonces lo vi tan frágil que comencé a acariciarlo, quería reconfortarlo, quería que todo el dolor que le hice sentir ahora se lo remuneraría en placer. Pronto escuche esos dulces gemidos, lo estaba disfrutando. Me empeñe en besarlo, en darle aún más placer mientras nuestros cuerpos se frotaban entre sí.

¿Estás pensado en ese bastardo de Deblin? ¿Imaginas que es él para sentir menos asco?

El odio me susurró lentamente las respuestas.

Sí… esta pensando en él, por eso ya no te rechaza. A ti te odia, tú le das asco y sólo quiere que esto termine lo más pronto posible. Se burla de ti.

Me dio tanta rabia que detuve mis manos. Ya no se merecía ser tratado como un objeto valioso, ahora era un objeto inmundo, asqueroso y sucio. Infectado de alguien más, de ese mismo malparido en el que ahora esta pensando.

Lo tomé de los cabellos, lo levanté y le obligué a mirarme mientras mordía su hombro ferozmente. Todo su cuerpo se tensó y gritó.

Y me seguía mirando con esos ojos suplicantes, eso me enloqueció. Lo golpee de nuevo, tres veces seguidas mi puño mancilló su rostro, quería destruir su expresión, quería  esconderlo en una cortina de sangre.

Lo lancé al piso y a punta de patadas lo coloqué en cuatro como  se retorcía y escupía sangre. Lo tomé de las caderas y corrompí su entrada con mi latente miembro; lo embestí con fuerza, arañe su piel y mis manos dejaron marca en sus caderas. Gritó lo poco que se lo permitió su desgarrada garganta mientras duro mi brusca intromisión.

Verlo sufrir, escucharlo gritar, esa era mi única garantía de que estaba pensando en mí, la persona que le causaba tanto dolor.

 

~~~XxX~~~

Joey se adelantó al dormitorio y se lanzó a la cama. Se sentía mareado por tanta palabrería extraña, su mente había pensando en tantas cosas que ya ni sabía que era verdad y que era mentira.

— ¿Cansado? — Preguntó Seto, acomodándose a su lado.

— Es raro, muy raro. — Respondió Joey sin poner tanta atención.

El castaño lo miró detenidamente y le dio un beso en la frente, tomándolo completamente por sorpresa.

— ¿Q-q estas haciendo? — El rubio se alejó de inmediato. Tratando de ocultar su sonrojo.

— Me agrada cuando actúas tímido.

El rubio se levantó de la cama y siguió retrocediendo, asustado.

— Te advierto que sí te acercas más te golpearé.

Seto continuaba su cacería. Con mirada lujuriosa se acercó más y más al rubio, atrapándolo entre su cuerpo y la puerta. Acercó lentamente su rostro hasta el cuello de su presa, sin atacar, paseando sus labios casi imperceptiblemente por la blanca piel de su esposo.

El corazón de Joey se aceleró, sus ojos saltaron alarmados. Sentir el aliento de Kaiba le erizaba la piel. Contuvo el aliento y trago duro, inmóvil, aguardando el siguiente movimiento.

“¿Qué me va a hacer? ¿Qué está planeando?”

Se preguntaba Joey, luchando contra sus recuerdos.

“No es él…no es él”

Se convencía conforme los labios de Kaiba ganaban terreno.

“¡Debo huir!”

En un rápido movimiento, Seto llevó a Joey hasta la cama y lo inmovilizó con un fuerte abrazo.

El ojimiel luchaba por salvarse. Debía huir. No estaba seguro de que ese Kaiba fuera capaz de hacerle daño, sin embargo,  tampoco  podía apostarlo.

— ¡Déjame!

— No quiero. — El oji-azul mantuvo su agarre y dijo en tono burlón. — Tranquilízate “cachorrito”  acepta que has perdido de nuevo.

Las fuerzas abandonaron al cachorro. Simplemente quedaba desarmado cada vez que lo llamaba de esa forma.  Dejó de revolverse entre los brazos de su esposo, escondió su sonrojado rostro en el pecho de su captor y dijo con fingido incordio.

— ¡Suéltame! No puedo respirar si estamos tan cerca, idiota.

— Tienes razón, cuando estamos cerca yo tampoco puedo respirar. ¿Deberíamos hacer más cortos nuestros besos? — Respondió Seto, tomando al rubio por la barbilla. Obligándolo a mirarlo depositó un dulce beso en la frente de su amado.

— Engreído. — Susurró Joey con un puchero y regresó a esconderse en el pecho de Kaiba.

Permanecieron en silencio largo tiempo, sólo abrazados.

— ¿No me harás daño? — Inquirió  Joey inocentemente.

— Por si no te diste cuenta sólo estaba jugando. — Respondió Seto con extrañeza. Deshaciendo su abrazo.

Joey se sintió completamente estúpido por arruinar así su actuación, con toda su paranoia pudo haber sido descubierto.

— Hey… — Volvió a llamar Joey, impidiendo que los brazos de su esposo le abandonaran por completo. — ¿Podemos sólo dormir, así, abrazados?

 

Al despertar, Joey no podía creer que de verdad hubieran pasado la noche sólo abrazados. Estaba tan feliz, nunca imaginó que el lugar más cómodo del mundo era entre los brazos de su peor enemigo. No,  ese no era su peor enemigo, ese era su esposo. Una persona que lo respetaba y que podía hacerlo feliz. Su corazón latió con fuerza y la felicidad  detonó a través de todo su cuerpo.

Lo decidió con una enorme sonrisa, estaba enamorado y se iba a quedar en ese mundo que definitivamente era el más perfecto de todos.

— Buenos días. — Saludó Seto al fin despegándose del rubio para despabilarse mientras se levantaba de la cama. —  Duermes como un loco, me golp…

Las sabanas volaron y el ojimiel se lanzó hacia su esposo con furor, dándole los buenos días con un apasionado beso.

 

~~Ø~~

— ¿Por qué tan callados? — Preguntó el actor al terminar de limpiar los rastros de lágrimas de su rostro.

Los dos chicos que permanecían en la habitación se miraban en silencio. Aguantando miles de reclamos, tratando de parecer maduros, buscándole más pretextos para no correr y abrazarse.

— ¿Están bien? — Intervino de nuevo Joey.

— Sí — se apresuró a decir Tristán, levantándose de su asiento. — Me disculparás, tengo que ir a trabajar.

 Y sin más, Tristán abandonó la habitación.

— ¿Te dio gusto verlo? — Preguntó Joey pícaramente.

— ¿Por qué sigues teniendo contacto con él?

— Porque es mi amigo. — Declaró el rubio.

Duke torció el gesto, tomó bruscamente a Joey del brazo y lo lanzó a la cama. 

— Tú y yo tenemos algunos asuntos que tratar. — Dijo el pelinegro.

— ¡Hey! No me cambies el tema.

— Lograste escapar el día del estreno, pero hoy no será así.

Duke besó lentamente el cuello del rubio, mientras iba saboreando la piel de éste, no podía quitarse de la cabeza los recuerdos sobre Tristán. En el pasado nunca pudo tener por completo al castaño, no quería sentirse el remplazo de Serenity o alguna otra chica, quizás Tristán se sentía igual y era por eso que jamás lo tomó en serio.

Abrió sus ojos y se encontró encima de Tristán. Su corazón palpitó con fuerza y se lanzó a probar los labios del chico, sus manos se posaron en el rostro moreno,  acariciándolo lentamente volvió a cerrar sus ojos. Se separó con cautela de los labios del chico, abrió de nuevo sus ojos y estuvo a punto de pronunciar el nombre de ésa persona, de no ser porque quién lo miraba expectante no era el propietario de ese nombre.

Por su parte, Joey no podía creer lo mucho que le había gustado ese beso, no podía dar crédito a las reacciones producidas a su cuerpo. Se relamió los labios y aguardó el siguiente movimiento.

Duke Deblin seguía desconcertado ¡Qué cosas le provocaba ese estúpido mono! Estuvo a punto de arruinar su oportunidad, pero ahora,  gracias a él, Joey parecía reaccionar favorablemente. Era verdad, al único que necesitaba era a Joey, su amigo, su confidente y su amante, sólo a él. ¿De qué servía pensar en lo que pudo haber sido con Tristán? No será más,  es imposible: Tristán tiene una familia y no la abandonaría, si no la abandonó en el pasado ahora menos.  Ahora tenía de vuelta a quién había pensado también había perdido.

Miró a Joey tiernamente “I miss you”  le susurró como le quitaba los cabellos dorados de la cara. Volvió a besarlo y entrelazaron sus manos.

El celular de Duke sonó oportunamente, destruyendo el ambiente. La mente de Joey pareció regresar a su sitio original y aprovechando la oportunidad se separó de su representante.

 

La calle principal que conectaba con el set de grabación se encontraba cerrada, por esa razón Duke se vio obligado a dejar a su actor en una calle cercana mientras buscaba un lugar en donde estacionarse. A Joey no le importaba caminar, de hecho sentía que necesitaba tener unas largas caminatas para pensar sobre sus extrañas confusiones, de nuevo su mente era un caos.

Caminaba sin poner mucha atención hasta que un pequeño alboroto en un callejón lo alarmó. Se acercó disimuladamente y vio a su ex amigo, Yugi,  siendo molestado por un grupo de personas que lucían algo sospechosas. Sin siquiera detenerse a elaborar un plan llegó con un par de patadas voladoras y tumbó a dos de los amenazadores tipos  al piso. Uno de ellos respondió con una patada que lo mandó a saludar el pavimento, en su intento por levantarse rápido se lastimó un tobillo, aún con el dolor siguió peleando y logró dejar a los tres tipos en el suelo algo mareados. Agarró a su amigo por la muñeca y salieron corriendo. Se detuvieron hasta que entraron a sus camerinos en el set de grabación.

— ¿Por qué lo hiciste? — Inquirió el menor, tratando de tranquilizar su respiración.

— ¡No iba a dejar que esos tipos te hicieran algo!

— ¿Acaso estás loco?

— ¿Qué?— Le reprochó Joey. Se tumbó en la primera silla que encontró y comenzó a sobarse el tobillo, le dolía demasiado y ahora resultaba que su pequeño amigo conocía a los tipos que precisamente acababa de golpear. Ahora entendía porque su yo alterno no se llevaba bien con Yugi. —  ¿No me digas que los conocías?

— Sí, pero no en la forma que tu crees.

— Explícate. Porque estoy empezando a sentir remordimientos y no quiero ir a disculparme.

— Lo que pasa es — Yugi comenzó a revolver sus manos, nervioso. — esos tipos me han estado amenazando desde algunos años.

— ¿Y todavía me regañas por golpearlos?

— ¡No es eso! Yo sólo tengo miedo de lo que pueden hacerle a Seto o a Mokuba. — Declaró Yugi enfadado. — Esos tipos me han estado pidiendo dinero a cambio de no dañar a mis seres queridos.

— ¿Y lo sabe Set… que diga, Kaiba? — Inquirió el ojimiel ansioso.

— ¡Obviamente no! ¿Crees que lo pondría en peligro? La empresa empieza a recuperarse  y no dejaré que Seto se enfrente a unos idiotas que sólo buscan dinero. Yo mismo puedo simplemente darles lo que quieren y ya.

— ¡Pero son unos pobres imbéciles! — Replicó el actor. — ¿viste como los vencí? No son la gran cosa.

— Por eso estoy furioso. Ahora no sé que represalias tomarán. Ellos no sabían nada de mí, ahora indagarán y si descubren mi relación con Seto ¿cómo voy a protegerlo? No tienes ni idea de lo que has hecho.

— Si nunca lo solucionas las cosas irán a peor. Yo sólo me preocupo por ti.

Yugi no pensó que volvería a recibir protección por parte de su amigo. En el fondo estaba muy feliz por ver que Joey se preocupaba por él de nuevo, sin embargo, no podía evitar preocuparse por las dos personas más importantes en su vida.

— No planeo darte las gracias. — Dijo Motou aún molesto.

Joey Wheeler bajó la mirada y se sintió como un niño que ha hecho algo incorrecto; al mismo tiempo no podía dejar de pensar que incluso Yugi se sacrificaba hasta en lo más mínimo por mantener a Seto a su lado, por protegerlo, a él y a Mokuba. Comparado con eso, sus esfuerzos parecían fútiles, jamás iba a ser como Yugi y quizás esa era la razón por la cual Mokuba continuaba con vida en ese futuro. Apretó los puños, encerrando todo su enojo por tener que aceptar la dolorosa realidad.

— Yugi es mejor. Él tiene la capacidad de cuidarlos a ambos. Y yo, yo sólo soy un estorbo, soy un simple perro pulguiento que le trae desgracias a la persona que ama. No quiero aceptarlo, duele demasiado pero es así.  Éste es el futuro correcto.

El ojimiel levantó la mirada y miró a su amigo con decisión, aunque su pie comenzaba a hincharse y a doler más, se levantó de la silla, se acercó al tricolor y le tendió la mano.

— Yo te ayudaré a protegerlos. — Dijo con suma seriedad. — Será mi culpa si algo pasa— el recuerdo de la muerte de Mokuba asalto su mente. Si de nuevo algo malo le ocurría por culpa de su imprudencia, esta vez no se lo perdonaría. —    así que yo haré lo que este en mis manos para ayudarte.

Los ojos del menor se abrieron como platos ¿podía confiar en dicho ofrecimiento? La mirada de su ex amigo era decidida y parecía sincera,  igual que en otros tiempos.

La puerta se abrió bruscamente y entró el CEO de KC, malhumorado como era su costumbre, con el entrecejo fruncido y esa actitud de superioridad. Miró al par y se dirigió al de ojos violetas.

— ¿Qué te pasó en la mejilla? — Exigió saber el recién llegado, jaloneando al chico por el brazo.

— N-nada.

— No es que me importe. — Declaró en su típico tono frio, sin siquiera una mueca de fastidio lo dejó ir. — pero más te vale que nadie vea eso o si no se harán chismes y ya sabes como detesto lidiar con esa estupideces.

— Descuida. — Respondió Yugi sumiso, tapando con su mano la magulladura en su mejilla. — ni la maquillista lo verá.

Joey presencio la escena y a cada palabra se indignaba más ¿qué clase de relación tenían este par, cómo era posible que Yugi dejará que lo trataran así? ¡Y todavía Yugi se preocupaba por ese bastardo! Quizás su amigo se dejaba, pero no mientras Joey Wheeler estuviera allí para defenderlo.

— ¡Óyeme tú!  Pedazo de basura insensible.

Hasta que fue insultado directamente, Seto Kaiba notó la presencia de su víctima favorita.

— Sí, te estoy hablando a ti, inútil. No dejaré que trates así a mi amigo.

— ¿Tu amigo? — Se mofó el CEO arqueando una ceja.

— ¡No tienes ni idea de lo que…

Yugi se apresuró a detener a Joey.

— Ya causaste demasiado, sólo vete.

El rubio comenzó a gruñir igual que un perro mientras descargaba su odio contra Kaiba con feroces miradas. Abandonó el lugar gritando:

— ¡Esto no se va a quedar así maldito presumido!

— Discúlpalo, anda rarito últimamente.

Una mueca maliciosa se dibujó en los labios de Kaiba. Sí, era seguro que ese pequeño encuentro no se iba a quedar así. Ahora el amo era el que quería jugar un rato con el desobediente perro.

 

Continuará>>>>

 

Notas finales:

Hola de nuevo! Una vez más, disculpen la tardanza, es sólo que en esta ocasión les dí tiempo a las personas que por salir de vacaciones o algo así se perdieron las actualizaciones, ahora sí hay q ponerse al día porque esto se acaba señoritas!!! 

Nos leemos el viernes! Cuidense y gracias por sus reviews, gracias a ellos siento que dirijo la historia de un modo más ordenado. Si no es así haganmelo saber!! XD Gracias por todo su apoyo, ustedes son mi inspiración.

Y el preview!!

-Joey alterno descubrirá porque no es tan perfecto ese mundo ¿podrá su recién descubierto amor por su ex enemigo superar esa prueba?

-El pobre Joey no sólo tiene que lidiar con la actuación, si no que ahora se enfrenta al nuevo encuentro con su victimario, descubriendo la verdad detrás de tanto odio por la supuesta violación. Al fin tendrá todas las respuestas ante sus ojos ¿será capaz de decirlas después de todo lo que pasó con Yugi? 

- Welcome back Joey! Es hora de recuperar lo que es tuyo ¿a cual de los Joey le digo ésto? 

Descubranlo en el siguiente cap!!!!


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