Capítulo 17
Con las mandíbulas apretadas y los puños cerrados Joey trataba inútilmente de romper la escena.
La discusión que hacía poco se estaba llevando a cabo entre el falso Joey y Seto se vio interrumpida con la estrepitosa llegada de los viajeros , en seguida el par prestó toda su atención a su otro yo, examinando sus propias diferencias, que para Joey era más bien como verse a sí mismo de nuevo, como era antes de llegar a su nuevo mundo alterno.
— ¿Qué hace…
— ¿Quiénes son ustedes? — Se adelantó a decir Seto, recostado aun debajo de su supuesto esposo, fulminando al par de invitados con la mirada. Ellos continuaron inmóviles.
— Tenemos derecho a saber lo mismo. — Acotó su otro yo, tumbado en el piso.
Las contrapartes de cabello castaño se miraron desafiantes, si bien eran idénticos su único rasgo diferente eran sus ojos, la mirada glaciar de Seto era completamente distinta a los tranquilos orbes de zafiro de su otro yo. Seto quitó de encima a Joey y se paro en frente a modo de protegerlo. El Joey, que seguía parado frente a la cama, y ahora frente a su verdadero esposo, no pudo hacer más que tensar más su cuerpo, se sentía muy celoso de su otro yo ¿Cómo era posible que Seto no se diera cuenta? Ahora estaba allí protegiendo a un impostor, el estomago se le revolvía sólo de mirar y ni hablar de todas las escenas exageradas que ya estaban inundando su mente ¿Cuántas veces habían estado juntos? Seguramente ese maldito impostor debía de estar muy feliz pues ahora se aferraba a la espalda de Seto y miraba a los recién llegados de forma tímida. Joey lo miró con incordio, ahora la batalla era contra sí mismo, comenzando con el hecho de que ese tipo había robado la apariencia que él tenía antes de llegar a ese horrible mundo.
— Impostor.
Dijo Joey, tratando de quitar a su esposo de en medio para poder ir a romperle la cara al que se escondía detrás suyo, Seto le impidió el paso y lo miró amenazante, el chico protegido se asomó y rio maliciosamente, regresando a su escondite.
— Te voy a…
El Seto de fría mirada acalló las amenazas del rubio abrazándolo por la espalda, atrayéndolo hacía su pecho y con una retadora sonrisa burlona encaró a su otro yo.
— No importa que este pasando, tú sabes quién soy y yo creo comprender quién eres, sólo dime ¿Cómo llegué aquí y como me voy?
Joey detuvo sus reclamos y se dejó abrazar, preguntándose cómo es que ese Seto sabía sobre los viajes en el tiempo. Sus ojos sorprendidos se toparon con los de su verdadero esposo que continuaba aguantando la mirada glaciar de su otro yo.
— Bien — Respondió complacido la pregunta que le formuló su alterno. — al menos en un mundo alterno soy igual de listo. Arreglemos esto de una vez, pero antes quisiera terminar la charla que tengo con éste otro impostor, así que dame sólo cinco minutos para solucionar esto y te aseguro que todo estará de nuevo en su lugar. —Dijo tomando de la mano al Joey que se aferraba aún a su espalda. Y avanzó hacía otra habitación ante la confundida mirada del rubio que aún sostenía posesivamente el otro Seto. — Confía en mí. — Le dijo antes de dejarlo completamente a merced de Seto alterno. Joey asintió resignado.
Una vez en la habitación contigua Seto lanzó a Joey alterno de forma brusca a la cama. Se cruzó de brazos y preguntó demandante.
— Entonces ¿Cuál es tu excusa?
Joey se incorporó de a poco en la cama, tenía miedo de enfrentarse a Seto, tenía miedo de perderlo y tenía más miedo de que sus propios sentimientos le rebasaran, pero con su yo alterno en la habitación de al lado tenía todas las de perder, incluso su némesis había regresado para atormentarlo. ¿Qué podía acotar?
— No trates de ganar tiempo— Regaño el oji-azul sin perder el tono autoritario. — quiero una respuesta concreta ¿Por qué no me dijiste quién eras?
— Porque — El rubio titubeo por algunos segundos. Llevando sus dedos nerviosos a sus labios, rehuyendo la mirada de Seto. — por que yo estaba muy confundido, tenía miedo y no sabía como afrontar las cosas.
— No tienes idea de lo que estabas a punto de provocar.
— No, no lo sé— Dijo levantando el tono de su voz. — estaba esperando el momento correcto para decírtelo, las cosas no son así en mi mundo.
— Y es por eso que debiste decírmelo, incluso mentiste en todo lo que Tristán te preguntó ¿Por qué llevaste tan lejos esta mentira?
— Porque yo me enamoré de ti. — Confesó el rubio sin preludios. Sosteniendo la atónita mirada de Seto, su confesión no era un truco barato para ganar tiempo, era su último recurso para quedarse al lado de la persona que lo había enamorado.
— ¿Y qué hay de mi yo alterno? ¿Acaso no lo amas a él también?
— No. — Joey hizo una mueca de desagrado, después de pensarlo por algunos segundos comenzó a hablar, mientras lo hacía iba acercándose de a poco a Seto, que continuaba parado frente a la cama. — Es por eso que te dije que las cosas en mi mundo son diferentes, han pasado tantas cosas que yo ya no puedo amarlo, pero tú, tú eres completamente diferente.
— Lo lamento, pero aún así te regresaré a tu mundo, no perteneces aquí y yo de verdad esperaba averiguar algo más sobre este embrollo. Mi decisión de regresarte a tu universo no va a cambiar.
— No te dejaré ir — Declaró Joey. Abrazándose caprichosamente al cuello del ojiazul, comenzó a acechar su cuello, acariciándolo con sus labios, esperando el momento de hacerlo caer en su trampa de deseo. — Ya te perdí una vez ¿Sabes lo que es? ¿Sabes la desesperación que sentí? El arrepentimiento… ¡Tú no lo sabes!
Seto se sintió terriblemente abrumado por las suaves caricias que ese Joey le propinaba, el modo en el que se aferraba a él y sus miradas le provocaban un poco más que lástima.
— No pretendo hacerlo. — Concluyó firmemente el ojiazul, alejando a Joey de su persona. — simplemente yo no soy tuyo.
— ¿Cuál es la diferencia? – Rebatió el rubio desesperado. — Tengo el mismo rostro que él ¡Soy él! ¿Qué importa si es él o yo?
— Podría atacarte con lo mismo— Retruco el ojiazul ante la mirada atónita del otro. — ¿Por qué no regresas a tú mundo alterno? ¿No da lo mismo?
— ¡No! porque Seto y yo tenemos otra historia ¡Porque ese Seto no eres tú! — Joey enmarcó el rostro de su enamorado, dispuesto a besarlo.
— Lo mismo te digo. — Dijo severamente Seto. Quitando las manos del joven de su rostro lo miró directamente a los ojos, provocando que el rubio se estremeciera y se aferrará aún con más fuerza a su cuello. Sintió las manos de Joey temblar, sabía que él conocía la respuesta. — Joey y yo tenemos otros recuerdos, otra historia y nadie más ocupará su lugar.
— Pero él ya te remplazó con alguien más. — Declaró sonriendo maliciosamente, escondiéndose en el cuello de Seto. — Alguien más te ha ganado.
— ¿Por qué tratas de convencerme de éste modo? Es patético, no planeo quedarme contigo, regresaras a tu mundo. Vive con tus errores.
— Eso es cruel. — Las lágrimas brotaron de sus orbes marrones. Seto continuo impasible, no iba a permitir que lo convenciera ese chantaje. — Si te digo que tú no eres él es por que no lo eres. Esa persona me violo ¿Es eso mi error? Y aún así he vivido todos estos años con ello, lo enfrento del mejor modo que puedo y si todo esto ocurrió estoy convencido de que ha sido por una muy buena razón.
El cielo pareció caérsele encima a Seto cuando escuchó eso. Nunca pensó que podría hacerle ese daño a Joey, jamás lo odio realmente, era simplemente su rol, humillarlo y molestarle un poco, pero ni él creía que pudiera ser capaz de llegar a esos extremos y aunque la confesión lo hiciera sentir culpable, Seto sabía que no podía involucrarse de ese modo, por mucha pena que sintiera por Joey.
— Es por eso — Continuó diciendo el rubio. — que no quiero regresar, no con esa persona que me hizo ese daño ¿Sabes cuanto lo amaba? Pero su crueldad destrozó cada pedazo de mi ser ¿puedo amarlo de nuevo cuando cada vez que tenemos una charla es sólo para odiarlo más? Tú eres diferente, eres cálido y me tratas bien, me dices lo que siempre espere que dijeras y sanas mis heridas con tus besos que hacen arder mi piel, encienden mi deseo y marcan mi corazón y me digo a mi mismo “ese no es él” porque contigo sólo siento amor, me abraza tu dulzura y soy yo quien quiere ser devorado por completo. No quiero esperar ni un segundo, quiero que me tomes, quiero que tú piel este tan cerca de la mía que pueda fundirla con mi calor.
Seto comenzaba a caer en el hechizo de Joey, ahora que sabía esa parte del mundo alterno se preguntaba que pudo haberlo llevado a lastimar tanto a la persona que siempre amo. ¿Tan malo era su yo alterno? Dejar a cualquiera de los dos Joey con él era una amenaza potencial. Respiró hondo y abrazó fuertemente a Joey, besó su frente dulcemente y le dijo:
— Yo no puedo curar las heridas que yo no provoque, pero te puedo dar la oportunidad de que ambos cambien aquello que los hirió de ese modo, quiero creer que mi yo alterno en verdad esta demasiado dolido.
— Pero…
— Si nada funciona, entonces buscaré otro modo de reparar el daño, tú no sufrirás más, lo prometo.
La mirada ambarina de Joey se iluminó, convenciéndose de que al final, todo saldría bien porque siempre Seto, éste Seto, lo protegería. ¡Qué envidia le daba su yo alterno! Por el momento se conformaría con aceptar el trato.
En la otra habitación.
— Me alegra que nos den privacidad para hablar. — Dijo Seto caminando hacía Joey.
— Cállate a mi sólo me importa lo que están hablando esos dos.
— ¿Tienes miedo de que conspiren en tú contra?
La repentina pregunta descolocó un poco a Joey, era cierto, tenía mucho miedo y estaba muy celoso. Seto lo miraba burlón.
— No me molestes. — Respondió Joey de mal modo y pegó su cuerpo contra la pared para poder escuchar mejor la conversación de la habitación contigua.
— Tienes miedo.
— Eres horrible, aléjate de mí.
— ¿Pero que dices? — El ojiazul continuó su avance mientras reía maliciosamente. —Si soy tu esposo. — Joey le lanzó una mirada furibunda e hizo un mohín para después ignorarlo. Seto continuó hablando. — Sé muy bien que disfrutaste cada momento conmigo, yo sé que deseabas mucho ser mío, no por nada tuviste problemas con Duke y podría también mencionar tu insistencia en encontrarte conmigo.
— ¡Uy sí! Me hiciste tan feliz que no sé cómo escapar de esta felicidad. Todo eso fue un completo error, yo no sabía ni siquiera en donde estaba, así que no asumas que eso significó algo.
Seto hizo una mueca y tomó a Joey fuertemente por la cintura, obligándolo a mirarlo lo tomó de la barbilla.
— Siempre sabes cómo excitarme pequeño rufián.
— ¡Aléjate! ahora que he recuperado a mi esposo no tengo nada más que ver contigo.
— Pero que joven tan irresponsable — El castaño pegó sus cuerpos con más fuerza, amenazando con atacar los labios carmesí del rubio. — buscándome, provocándome y ahora de buenas a primeras me botas ¿Piensas que te dejaré ir fácilmente?
— Suéltame.
— Hasta eres gracioso, me encantas.
— Puedes seguir acosando a mi otro yo en su horrible mundo alterno, pero a mi no puedes hacerme nada ya.
— ¿Crees que no puedo? No me retes. Tú sabes que en este preciso momento están planeando como quedarse juntos, así que al final tú regresaras conmigo. Mejor vete acostumbrando. — Siseo en el oído de Joey, provocándole un escalofrió.
— No es verdad, ellos no…
— ¿Entonces que hacen en esa habitación a solas?
— Deja de molestarme.
— Te apuesto a que tu regresaras conmigo y cuando eso pase volveré a probar tu exquisito cuerpo, será únicamente mio.
— Sí, claro — Respondió sarcásticamente el rubio, tratando de recuperar el control sobre si mismo. — ¿Y que le dirás a Yugi?
— No tengo que explicarle nada y conociéndolo no tiene por qué preguntar y aunque lo hiciera sus berrinches ya me los sé de memoria.
— No juegues con él de ese modo, él te quiere mucho. — Espetó el rubio, recordando el incidente de la mañana y el modo en el que Yugi estaba dispuesto a proteger a Seto y a su hermano. — él haría lo que fuera por ti.
Ni bien Joey terminaba la frase y Seto ya estaba carcajeándose ante aquel comentario. Tuvo que alejarse de Joey para poder reír sin que éste lo viera.
— Es por eso que me gustas tanto — Confesó una vez hubo reído lo suficiente. — me haces sentir que aún puedo hacer las cosas bien pero desencántate, no me importa eso, sus sentimientos sólo han sido un estorbo ¿sabes? Cuando tengo sexo con Yugi sólo pienso que eres tú — Reanudó su ataque hacía Joey, el sólo pensarlo lo hacía desearlo un poco más. Todos esos extraños sentimientos que seguían arrebatándole el sueño estaban escapándose de un inusual modo en él. — imagino que es tu piel la que toco, la que muerdo hasta hacerla sangrar, pero en cuanto su sabor llega a mi boca enloquezco, no es tan deliciosa como la tuya.
Joey quedó completamente perplejo. A cada palabra podía imaginar el dolor que también portaba Seto alterno y de a poco entendía cómo era que la relación que debió existir entre ellos se esfumó y dio paso a ese monstruo de sentimientos sin forma. Seto continuó su confesión.
— Sus gemidos no son tan dulces como los tuyos es por eso que imagino que si lo penetro con más fuerza quizá pueda arrancar de su garganta sonidos similares a los de tu voz. Entre más me acerco a Yugi siento que la distancia entre nosotros disminuirá aunque quizás ya es una brecha que ninguno de los dos saltará y por eso me quiero aferrar a ti, porque tú no me temes porque tú estas aquí conmigo.
— Cállate…
— Y cuando al fin terminamos, jamás regreso la mirada por que sé que no eres tú.
Sus miradas se descubrieron mutuamente en un momento de confusión que esperaban descifrar en la mirada del otro. Los zafiros de Seto bajaron hacía los labios temblorosos de Joey y éste no pudo evitar posar sus ojos en los labios del otro, el corazón de ambos latía con fuerza mientras sus alientos se acercaban cada vez más. El silencio de la habitación fue irrumpido por el sonido de la puerta abriéndose. Se alejaron de inmediato.
— Y ahora nosotros debemos hablar. —Ordenó Seto a su verdadero esposo que se lanzó a sus brazos sin pensarlo ni un segundo.
Joey alternó se tuvo que quedar de muy mala gana con el Seto de su mundo pero ni eso le iba a quitar el reconfortante sentimiento que le había infundido Seto con la charla anterior.
— Oye ni tú ni yo planeamos regresar — Comenzó diciendo Seto. — y si lo hacemos nos vamos a llevar a nuestro opuesto ¿Sí o no?
— Hasta que estamos de acuerdo en algo.
— ¿De que hablaron?
— Lo trate de convencer, le dije lo que me hiciste, sigue en shock, tal vez ceda aunque esta muy seguro de regresarnos a nuestro correspondiente universo. ¿Y tú que hiciste con Joey mientras no estuvimos? Estaban realmente juntos.
— Creo que yo puedo tener a ese Joey — Respondió Seto entre una pequeña risa, al parecer había encontrado un poco de celos en el cuestionamiento anterior. — y me preguntó si es porque ha estado demasiado tiempo en un universo que no es el suyo.
— Al parecer tienes las de ganar — Dijo Joey sin mostrar mucho interés. — Es probable que tu teoría sea cierta, conforme el tiempo pasaba yo comenzaba a sentirme diferente a mi — Hizo una pequeña pausa y se dijo más para sí en voz baja. — tal vez él empezó a adoptar el yo que era en ese universo. — carraspeó y retomó el tono habitual. — Podemos chantajearlos o hacerles una jugada de último minuto, sólo no podemos dejar que se reconcilien o si no tú y yo estaremos de vuelta en nuestro universo condenados a estar juntos.
— No me molesta tanto. — Contestó el castaño pícaramente. Mientras Joey hablaba había descubierto que si Joey estaba adoptando su modo de ser alterno, eso significaba que el Joey frente a él aún conservaba ciertos sentimientos hacía él.
— Cállate. No empieces a decir estupideces, sabes que tú no puedes tocarme, tengo a Duke a mi lado.
— Es así — Bufó molesto. — ¡siempre es así! por eso lo quiero a él, estar contigo es doloroso, asfixiante, quiero destrozarte y comerme tus cenizas.
— No somos diferentes — Rebatió el rubio. — estar contigo es igual, quiero reclamarte tanto y odiarte hasta que no me queden fuerzas. — Se miraron por un rato desde su respectiva esquina, Joey se acercó lentamente y los brazos de seto le aceptaron de inmediato, envolviéndolo. — Cada que te veo es cómo verlo a él, quiero que me poseas. — Cubrió con sus manos los ojos azules. — De este modo imaginaré que eres él.
— Provócame más y también imaginaré que eres él.
CONTINUARÁ>>>>>