Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Time over love. por shudyeer

[Reviews - 164]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

Capítulo 3

— ¡Tristán, sálvame de éste lobo pervertido!

— No deberías de hacer tanto escándalo — Dijo Seto desde el asiento de conductor, poniendo en marcha el vehículo. — después de todo, es lo normal.

— ¿Como que “lo normal”? — Vociferó desesperado  el rubio de solo imaginar a que se refería con eso. Mordiendo las manijas, forcejeando con la puerta y estampándose en el vidrio como mosca una y otra vez, pedía auxilio a su amigo.

— Bueno, si tú lo deseas podemos hacer algún cambio. Yo pensé que estarías conforme con lo de siempre, pero si insistes en hacer algo nuevo yo estaré más que encantado. — Seto sonrió lascivo mientras por dentro moría de risa por las expresiones que hacía Joey. — Nunca pensé que fueras tan travieso ¿eh? y eso que solo tienes diecisiete.

Joey comenzó a temblar de pies a cabeza y se apresuró a  tocar con desesperación todos los botones, controles y todo lo que hubiera en su paso con tal de abandonar ese maldito auto. Con esas acciones su cuerpo se rozaba indiscretamente con el del castaño, que no quería detenerlo y solo observaba como su auto activaba sus treinta mil funciones. En una de esas la puerta se abrió y sin dudarlo ni un segundo Joey-chibi se lanzó hacia fuera y corrió en pos de su amigo.

— Tristán… maldito mal amigo ¡Me trajiste al futuro a perder mi castidad!

— No es para tanto — respondió con tranquilidad Tristán. — algún día iba a pasar.

— Hijo de….

Joey frunció el ceño y regresó corriendo al laboratorio de Tristán, dejando una estela de polvo que cubrió a Seto y a Tristán,  continuaron observando divertidos.

 — Que bueno que te financie el jueguito Taylor — Sonrió Seto satisfecho. — verlo así es tan divertido y con solo diecisiete es más encantador.

— See… pero  ya no lo asustes, me están dando problemas y recuerden que esto es solo experimental. Tampoco sé que rayos esté haciendo el otro Joey en el pasado, aunque confió en él, le dije que fuera cuidadoso.

— Lo sé, pero es bastante entretenido.

 — Oye, no pensabas tirártelo esta noche… ¿O sí?

— Quién sabe…

El rubio entró corriendo a toda pastilla y sin dudarlo más presiono el único botón grandote y se lanzó dentro del espejo sin pensar nada más, no iba a soportar estar otro minuto en el futuro, es más, estaba tan aterrado acerca del futuro que iba a hacer todo lo posible por olvídalo y de preferencia evitarlo. Así, una vez que su cuerpo estuvo dentro del espejo fue transportado, los molestos síntomas al viajar en el tiempo una vez más se hicieron presentes, la luz cegadora lo dejó completamente noqueado.

 

~~◊~~

Lentamente se separó de los labios del oji-azul, examinando su rostro lentamente conforme abría sus ojos, pudo notar que tenía una cicatriz a la altura de la ceja. Abrumado, dedujo que eso había sido obra suya. ¿Cómo había podido lastimar al amor de su vida? El rubio ya no era capaz de reconocer la diferencia de tiempos, creándose la idea que Seto ya no lo amaba su angustia aumentaba.

Teniendo al rubio aferrado a su cuerpo,  el oji-azul era incapaz de proferir algún insulto, ni siquiera podía moverse. Su pulso había incrementado y sus respiraciones se entrecortaban. Aún seguía en shock después del beso que le habían dado y no tenía respuesta para el bizarro comportamiento del perro. En busca de respuestas y sin poder hacer nada más, el castaño deslizó sus manos por el rostro del ojimiel hasta llegar a la cabellera de éste, pasando a recorrer su espalda  miró al chico que seguía sobre él. Había muchas diferencias, empezando por la actitud extraña, Seto no era capaz de enumerarlas como si supiera exactamente todo acerca de Joey, sin embargo, desde que llegó, podía notar que había una evidente diferencia de estaturas, incluso aunque estuvieran sentados. Además, Joey no traía puesto el uniforme del instituto.

— Tú no eres el perro. — Escupió Kaiba de modo robotizado.

— ¿Qué dices?

— El idiota de Wheeler jamás haría algo como esto.

— Pero tú y yo…

El Joey adulto miró a Kaiba directamente a los ojos, tratando de convencerlo de la verdad.

Entre más lo miraba, el oji-azul lo veía más extraño, esas facciones no le eran del todo familiares.

— Aléjate de mí y no te atrevas a jugarme una broma como esa, quién sea que seas.

Espetó malhumorado y lo alejó con un fuerte empujón, decidido a abandonar el lugar.

— ¡Por favor, tienes que…

La frase se quedó en el aire cuando de nuevo la luminosidad platina se llevó la visión de Kaiba, a continuación lo único que sintió, fue el peso de alguien encima de él.

— ¡Maldita sea! Me cabrea esa estúpida sensación.

— ¡Quítate! Creí haberte dicho que te largaras. — Espetó Kaiba.

Ambos recuperaron la conciencia de la realidad y se miraron apenados. Joey fue el primero en escapar de Kaiba, asustado.

— Aléjate de mí.

—Esa es mi línea. — Respondió el oji-azul examinando una vez más a Joey.

— Estoy de vuelta — Suspiró Joey para sí mismo, aliviado de no seguir en el laboratorio.

— ¿Qué pasa contigo? ¿Dónde está…

— ¿Qué hago aquí?— Interrumpió Joey mirando a su alrededor con signos de interrogación bailando por su cabeza. Jactándose de que su peor pesadilla estaba justo frente a él decidió comenzar a romper cualquier lazo que pudiera atarlo al ricachón. — ¡Oye, si tu maldito! No te me acerques nunca ¿entendiste? Si lo haces entonces tendré que golpearte de nuevo y ya no quiero problemas con el anciano. —Amenazó  furibundo y dio la media vuelta para retirarse indignado.

Su enemigo le miró partir, dejando de lado las amenazas su cerebro seguía haciendo conjeturas acerca del extraño encuentro.

<< El perro tiene una cicatriz justo en el labio inferior, fue la que le hice ésta mañana. Aquel tipo que decía ser Wheeler no la tenía, empero, tenía un parecido increíble. ¿Quién era él realmente? ¿Dónde está? Y mejor aún ¿De dónde salió el perro verdadero?>>

— ¡Joey! — llamó Yugi entusiasmado, apareciendo por detrás del edificio. — ¿Eres tú de nuevo? ¿Dónde ésta tu futuro?

— Ni me hables de eso,  solo quiero olvidarlo— Dijo desdeñoso Joey al encontrarse con su amigo— ¡oye! ¿Cuánto tiempo me fui?

— Como una hora y algo, el receso ya terminó y Tea me mandó a buscarte, me alegro de que estés bien.

— Si— Afirmó pensativo—más o menos… pero ya vámonos.

El par de amigos partieron juntos. Yugi dio una rápida inspección y fue capaz de ver a Kaiba asombrado y buscando por todas partes, un sentimiento de preocupación le incitó a acercarse.

— Adelántate por favor Joey, te alcanzó en seguida.

El rubio respondió agitando su mano en el aire sin regresar la mirada, no quería ver a Kaiba ni de broma, solo quería largarse a su casa y olvidar todo lo que pasó.

— Kaiba ¿Estas bien?

El oji-azul se levantó del pasto, llevándose consigo su lap top  hizo un ademan afirmativo con la cabeza.

— Pareces perturbado — Yugi notó la herida en la ceja de Kaiba y se sobresaltó— ¿Joey te hizo eso? De verdad lo lamento — El oji-amatista se acercó, sacando su pañuelo  trató de limpiar la sangre seca que había en toda la herida. — espera un segundo, traeré algo para evitar alguna infección.

— Estoy bien Motou, no le des tanta importancia.

— Espérame por favor, regreso en seguida.

Gritó el pequeño casi a mitad de patio, haciendo caso omiso de las palabras de Kaiba.

~~Ø~~

Se dio tremendo golpe al caer de bruces en el piso que tuvo que maldecir para sofocar el dolor en el mentón. Tardó unos segundos en recuperarse ante la mirada de su amigo y su esposo.

— ¡Estoy de vuelta! — Gritó emocionado Joey al reconocer que estaba en su tiempo.

— Pensé que iba a tener a Joey del pasado por más tiempo.

Declaró el castaño ganándose una mirada asesina por parte de Joey que en cuanto recordó lo mal que estaba el pasado se lanzó a los brazos de su esposo y lo llenó de besos.

— Es horrible. ¡Fuiste muy malo! Me dijiste cosas muy feas yo…

— ¿Qué tanto hiciste en el pasado? — Reclamó Tristán con un aura malévola— ¡Te dije que te quedarás callado! ¿Por qué nadie me escucha y hacen lo que quieren?

El par de esposos miraron hacia otro lado, nerviosos, ignorando al castaño.

— No sé de qué me hablas.

— Será mejor regresar a casa — Sugirió Seto. — Nos vemos mañana Taylor y termina ese proyecto.

— Como sea.

Suspiró el chico de bata blanca al observarlos partir y siguió trabajando en la máquina.

Al llegar a la mansión Joey subió directamente a la habitación que compartían. Acción que desconcertó a Seto, puesto que el rubio siempre llegaba directo a la cocina para encontrar un bocadillo nocturno. Lo siguió en silencio por todas las escaleras hasta que entraron en la habitación  y lo vio dejarse caer pesadamente sobre la cama.

— Estas muy callado. ¿Tanto te afecto ir al pasado?

Seto se deslizó hasta el otro extremo de la cama donde estaba Joey con la vista perdida en el techo,  y tomó su mano para besarla delicadamente.

— ¿Recuerdas cómo fue que terminamos así? — Preguntó el rubio meditabundo. —Tú y yo nos odiábamos.

— Ya entiendo a qué te refieres.

Con un movimiento veloz el oji-azul atrapó a Joey y lo puso encima de su pecho para poder mirarlo a los ojos, acariciando su cabellera dorada comenzó a relatar.

— Recuerdo que alguien llegó de mal humor el primer día del segundo ciclo escolar. Como estaba preocupado y no podía preguntárselo directamente tuve que meterme en la conversación de la única forma en la que nos entendíamos. — Seto hizo una pausa y sonrió en confidencia para el ojimiel, robándole un beso para proseguir con su relato. — terminamos discutiendo más y el profesor nos mandó con el director que nos puso en la sala de castigos. — Hizo una pausa y dudó un momento antes de seguir. — a pesar de que tenía muchas cosas pendientes yo quería estar contigo más tiempo, así que me quede callado y tú no dijiste nada para impedir la sanción.

— Yo también quería estar contigo, aunque eso significaba faltar a mi trabajo o llegar más tarde — recordó el ojimiel para luego sonreírse.

Seto sintió unas incontrolables ganas de sentir los suaves y dulces labios de su amado, se veía tan lindo cuando era sincero que no pudo controlarse y se robó el néctar de los labios de Joey en un apasionado y largo beso. El rubio respondió con la misma pasión, entrecerrando sus ojos fue capaz de sentir los latidos del corazón de Seto sobre su pecho, que también latía con fuerza. Recordó con claridad el momento justo en el que se besaron por vez primera.

La lluvia caía constante sobre Ciudad Domino. Las gotas de lluvia resbalaban por las ventanas de las casas y edificios, uno que otro paraguas se asomaba sobre las aceras. Como un niño que no ha podido salir a jugar a causa de la lluvia, Joey miraba por la ventana del aula, discurriendo en sus probabilidades para  escaparse y llegar corriendo a su trabajo, aunque sea hecho sopa.

— Qué, perro ¿Planeas irte temprano también hoy?

— Cállate y sigue jugando con tu lap.

— ¿Te pone de mal humor la lluvia?

— No es eso, es solo que llegaré tarde a mi trabajo. — Contestó Joey sin dejar de mirar las gotas de agua resbalar por la ventana.

— ¿Trabajas a medio tiempo?

— Sip, es por eso que ya debería de irme, últimamente he llegado tarde a causa de éste estúpido castigo.

— Podrías irte si lo  quisieras— Dijo Seto sin apartar la mirada de su computador —de todas formas la psicóloga solo viene, borra la pizarra y se va.

— Lo he considerado pero… — Joey titubeó unos segundos perdiéndose en su pensamiento  y se tornó nervioso. — n-no q-quiero tener más problemas. — Contestó al final como si se hubiera regañado mentalmente por algo.

El oji-azul captó algo muy sutil detrás de aquella frase, algo que siempre buscaba cada vez que “hablaba” con Wheeler. Ufano, enarcó una ceja cuando sus agudos sentidos le dieron la respuesta.

— Entonces, ¿Te quedas aquí solo por mí?

— ¡Quién dijo eso!

Los colores acudieron a la cara del rubio que no supo ni donde esconderse. Reconsiderando la situación lo mejor sería salir corriendo, de todas formas no había nadie más en el aula.

—N-no me voy p-por… porque — Continuó excusándose el apenado joven de modo más agresivo. — ¡Porque tú iras de chismoso a decir que me fui!  y entonces me castigarán más.

— Yo no diré nada. Puedes irte.

Seto  apartó la mirada de su computador, levantándose de su asiento se acercó a Joey, acorralándolo en la ventana repitió sus intenciones.

— Si quieres irte, te llevaré, mi limousine vendrá por ti si así lo quieres.

— Hay algo extraño… — Musitó el rubio mirando hacia todas partes, rogando mentalmente que el ricachón no se le acercará más porque entonces iba a hacer algo de lo que se iba a arrepentir.— p-pero no, g-gra-gracias.

— ¿Antepones tu orgullo a tu trabajo? Si yo fuera tu jefe te despediría.

— Pero no lo eres y mejor — Sus miradas se cruzaron desafiantes y el rubio dedujo que esto no era porque Kaiba fuera buena persona, sin embargo no podía andarse negando, igual y se zafaba de ese castigo. —Bueno, si me llevas ¿Cuál será el pagó por el favor?

— ¿Crees que te pediría algo a cambio?  — Seto se alejó un poco fingiendo incordio.

— E-es que — Replicó Joey apenado. — conociéndote, no haces nada de a gratis y menos tratándose de  mí.

— En eso tienes razón, así que de una vez me llevaré el pago por llevarte sano, seco y a tiempo a tu trabajo.

El castaño obligó al rubio a mirarlo tomándolo por la barbilla, sin hacer más preludios cobró sus honorarios con un beso. Un delicado roce de labios que apenas si fue notado por Joey; casi podía creer lo que estaba ocurriendo, si no hubiera sentido el frío de la ventana en su espalda jamás hubiera dado crédito al calor que parecía quemar su labio inferior.

Finalizando con el mismo fervor en sus labios, su mente regresó al presente, abriendo sus ojos se encontró con los de su amado. Sonrío una vez más y dijo casi al aire.

— Por pensar en eso olvidé que pasó durante todo el día, pero tú fuiste por mí al final del día.

Seto parecía leer los pensamientos de su amado, tanto que así que parecería que ambos recordaban lo mismo.

— No llevabas paraguas después de todo.

Joey se estremeció, dejándose guiar por los latidos de su corazón sus manos desabotonaron la camisa de Seto. Sugiriéndole que deseaba ser tomado solo por él, besó con entereza cada parte del pecho que se mostraba frente a él.  Posó sus piernas en las caderas del castaño, irguiéndose sobre éste se despojó sugestivamente de su camisa.

Se tomó un par de segundos para admirar el cuerpo de Joey sobre él, acariciando pausadamente desabrocho los jeans del rubio. Acto seguido sus manos llegaron hasta la espalda de éste, sujetándolo para lanzarse vorazmente sobre tan exquisito manjar.

Con casi todas sus prendas en el piso y el ascendente deseo de ser uno mismo, el ojimiel se aferró al cuello de su esposo  mientras era preparado para el siguiente paso, la dolorosa y placentera consumación del deseo, del amor.

— Quítate la camisa, quítate todo — Gimió lascivamente en el oído del oji-azul. Halando de las ropas que aún poseía éste. — quiero sentirte más que nunca.

Obediente, el CEO se despojó de todo. Cuando sus cuerpos estuvieron juntos, la misma temperatura los envolvió, la fricción de la dolorosa intromisión, la contracción de sus músculos, el sudor resbalando por sus pechos, todo se convirtió en un ritual unilateral en donde sus corazones también parecían uno mismo.

El final llegó, el líquido caliente resbaló por la extensión de sus piernas, satisfaciendo las ansias de su psique. Compartiendo el mismo vaho se besaron tan apasionadamente como si fuera una despedida.

Terminada la acción la pareja descansaba abrazada.

— Es extraño — Rompió Joey el silencio. —ese viaje me hizo temerle al pasado.

— ¿Por qué? Si ya pasó.

— Lo sé pero es que— De nuevo sus recuerdos le hicieron sentir miedo.  <<Te golpee y te herí, incluso sangrabas>> — si hubieras estado allí, bueno si estuviste pero yo me refiero a que…

—Solo dilo cachorro. — Dijo el oji-azul mirando a su esposo a los ojos.

— Ok — Tomó aire y dijo apenado. — incluso aunque no fuera nuestro destino estar juntos, me alegro que estemos aquí y si no fuera así quisiera que me volvieras a encontrar.

— No te preocupes, yo no me imagino un futuro sin ti, te buscaría incluso debajo de las piedras. Siempre juntos ¿No lo prometimos?

Joey asintió en silencio, hundiendo su cara en el protector pecho de su esposo dejó que sus preocupaciones se esfumarán.

<<Yo también tengo miedo, tenías una herida en el labio y  algo me dice que fui yo. >> Pensó el castaño y para tranquilizarse  a sí mismo se dijo que solo eran suposiciones, que todo estaría bien como siempre. Y así el sueño lo venció.

 

Esa misma madrugada, en el mismo tiempo pero lógicamente aún dentro de su laboratorio, Tristán trabajaba en cierto error que aparecía en el monitor.

— Ya tengo sueño y éste café con chirimoya no me hace nada.

 Se quejó en voz alta para levantarse de su asiento a tirar el café cuando una alarma sonora lo regresó a su computador. <> Leyó en la pantalla y presionó botones. <>

— ¡Mierda, presione uno que no era!

Continuará>>>

 


Notas finales:

 

Hey!! Aquí de nuevo con un nuevo cap. Espero q todos esten disfrutando sus vacaciones tanto como yo jajaja q estoy tan inspirada con éste fic q hasta me apuro a escribir, obviamente esto no sería posible sin sus comentarios, esq me emociona q les emocione el fic ;) además de q ahora si disfruto lo último de mi tiempo libre u_u. 

Y pasando a otras cosas,  como ven , ya acabó la primera parte de este embrollo, estoy segura q ahora si viene más drama, trataré de q haya comedia, un poco de todo. He de decir q me anime a poner algo de lime, solo un poco para darle sabor al asunto ;) espero les haya gustado y no haya estado tan... fumado XD les digo q me inspiré!!! 

Gracias por leer y por comentar , cuidense y duerman 10 horas diarias! amén!

BYe =)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).