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Time over love. por shudyeer

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Notas del capitulo:

Hola! 

Antes de que me odien más solo tengo de excusa que la escuela me tenía ocupada y es por ello que ya no pude actualizar, de verdad lo lamento, pero ahora si en ésta epoca de vacaciones actualizaré mis fics.

Bueno por si no recordaban que onda con la historia, nos quedamos en que Joey llegó a un futuro bien alternativo al viajar entre mundos y cambiar su presente, ahora mientras descubre cosas de su presente el pasado sigue torciendose más y más.

 

Capítulo 5

La tan mencionada junta había terminado después de casi cuatro horas de discusión. Joey observaba con detenimiento a todas las personas que se diseminaban poco a poco  a su derredor y nadie le resultaba familiar. A pesar de que todos lo habían saludado, y ahora se despedían con familiaridad mientras abandonaban sus asientos en la enorme mesa deseándole mucha suerte en su primer protagónico, el rubio estaba seguro de que nunca en su vida había visto a esas personas, sin embargo les seguía la corriente regalándoles una sonrisa.

Duke continuaba hablando con algunas personas y Joey aguardaba sumido en su asiento, aburrido. Miró hacía la derecha y entre uno de los portafolios que había en  la mesa divisó una revista de negocios. La observó con detenimiento y pudo reconocer el apellido “Kaiba” entre las principales noticias. Sin disimular su curiosidad sacó la revista y leyó el artículo, sonrojándose un poco al ver a su esposo en las fotos. Se llevó una grata sorpresa al enterarse de que su amado  continuaba en el mismo negocio de los videojuegos.

— Tú vida sigue igual — Suspiró Joey aliviado aferrándose a la revista entre sus manos. — necesito verte.

Aprovechando que todos estaban descuidados Joey fingió ir al baño y se escabulló para salir del lugar y tomar un taxi que lo llevará hasta Kaiba Corp. Una vez en la gran empresa tuvo que decir tantas mentiras que si la nariz le hubiera crecido por cada cosa que le dijo al guardia ahora sería más popular que Pinocho y hasta tendría su libro de cuentos.

Se escabulló entre las personas que si tenían cosas que hacer en esa empresa y cuando logró distraer a la secretaria pegándole un chicle en el cabello, abrió la puerta de la oficina principal del CEO de KC. Al principio dudó un poco, tenía miedo de que las cosas no fueran como recordaba, además de que ese extraño sentimiento conformista se apoderaba cada vez más de él, sin embargo, las ansias de ver a Seto lo impulsaron a girar la perilla y entrar decidido.

Tenía tantos deseos de ver a Seto que no le importaba si le gritoneaba y lo corría a patadas, lo importante era verlo. Aunque si Joey hubiera sospechado de qué forma lo vería, seguramente hubiera reconsiderado entrar.

Abrió lentamente tratando de no hacer ruido. Un pequeño gemido puso al rubio en alerta, enfocó temeroso y  observó a dos cuerpos acariciándose entre la penumbra, las manos le sudaron y sintió que le corazón le daba un vuelco. Temeroso de ser descubierto dio un paso atrás y cerró la puerta, evitando hacer algún ruido que lo delatara.

— D-debe de ser una alucinación.

Se dijo a si mismo Joey, llevándose una mano a la frente, incrédulo y dolido. No podía creer que su esposo ahora se encontraba en su oficina con alguien más. Joey no podía discernir su realidad ¿Cuál realidad? En su realidad esa escena significaría que su esposo le es infiel, lo que conlleva a una depresión y un problema existencial,  pero en esta realidad Seto  ni siquiera era su esposo.

— ¿Qué debo hacer? ¿Debería importarme?  … ese no es “mi” Seto… ¿O sí?

Todo comenzó a darle vueltas y su vista se tornó borrosa.

— ¿Qué fue eso?

Alcanzó a escuchar el rubio detrás de la puerta la voz de Seto.

— Me pereció ver algo. — Interrumpió Seto  su actividad, alejando a quién se encontraba en sus piernas, enfadado. — Pedí que nadie me molestara. ¿Cerraste la puerta con seguro al entrar?

— No, pensé que era emocionante si alguien nos descubría. — Respondió el chico con tono juguetón.

— Es en serio, me pareció ver algo.

— Olvídalo. — Insistió atrayéndolo hacía sí.

Joey sintió unas tremendas ganas de salir corriendo, sin embargo estaba petrificado. Si se concentraba un poco más era capaz de escuchar los pequeños gemidos que emitían ambos.

— ¿Tiene algún asunto que tratar allí?

La secretaria que regresaba del baño llamó la atención del rubio y lo miró molesta.

— No puede molestar al señor Kaiba. — Continuó diciendo la mujer de forma despectiva mientras tomaba su asiento detrás del escritorio y amenazaba con tomar el teléfono, seguramente para llamar a seguridad. — Haga una cita o lárguese.

— D-Disculpe — Dijo Joey más rojo que un tomate y poco a poco se alejó de la puerta. Abandonando Kaiba Corp.

Con paso lento salió del enorme edificio y se tumbó en la primera banca que se encontró a su paso. No quería pensar pero no podía dejar de hacerlo, la imagen de Seto besando a alguien más le destrozaba el corazón; no podía ni imaginarse como era que todo había llegado hasta ese punto, si las cosas eran así… si la realidad era así, Joey no quería vivir en ese horrible mundo pero ¿qué podía hacer? Estaba atrapado y ya no podía esperar hasta mañana a que Tristán le explicara y por el tono en la voz de su amigo Joey intuía que nada bueno  le esperaba, simplemente el presente apestaba.

Alguien se paró frente a él y en un tono de reclamo y extrañeza le llamó por su nombre, sacándolo de su melodrama personal.

— ¡Joey! ¿Qué rayos haces aquí?

De un salto el rubio se incorporó y se limpió las lágrimas con el dorso del brazo.  Tratando de esconder su sentir esquivo la mirada y respondió con voz entrecortada.

— Duke… yo… perdona, solo salí a dar un paseo. Lamento dejar tirado el trabajo.

Los ojos llorosos y la actitud de Joey no pasaron desapercibidas por los ávidos ojos esmeraldas de su representante que lo conocía mejor que la palma de su mano. Con paciencia y ternura levantó su rostro por la barbilla y escrutó en sus ojos ámbar la profunda tristeza que los invadía.

Duke quiso preguntar pero prefirió guardar esa pregunta, conocía la respuesta y no deseaba desenterrar muertos, no ese día.  Apretó los labios y con un movimiento sus brazos rodearon al ojimiel protectoramente, dejando que su calor tranquilizara el dolido corazón de éste.

— No puedes estar triste, no hoy — Susurró el pelinegro sin dejar de abrazar a Joey. — ¿Sabes qué día es?

Joey respondió con un movimiento negativo de cabeza. Su cuerpo aún se encontraba atrapado entre los brazos de Duke,  así permanecieron por largo rato, en silencio. Un  suspiro precedió a la propuesta del pelinegro, después de todo él también estaba muy descolocado por la actitud del rubio.

— Vamos a cenar y tal vez recuerdes.

Joey le siguió hasta su auto en silencio, no podía proferir palabra alguna, todo el camino permaneció con la mirada perdida, lo único que deseaba era estar solo y llorar por ello.

 

~~◊~~

Al día siguiente en la preparatoria Domino. Tristán y Duke discutían en un rincón de la escuela, alejado de todos los demás.

—Estoy harto de ti. — Declaró el castaño sin enfrentar la mirada esmeralda de su acompañante.

— Mira quien lo dice — Respondió sarcástico Duke como se tiraba en el pasto a descansar. —el tipo que no tiene carácter para mandar al diablo a su supuesta novia.

— Esto es tú culpa. — Refunfuño el castaño. Molestándose cada vez más al ver la actitud despreocupada del otro.

— ¿Mi culpa? ¡Ja! ¡Si cómo no! Solo tratas de quitarte la responsabilidad porque no sabes tomar decisiones.

—Es tu culpa que yo no pueda decidirme, si dejaras de coquetearle a todo el que pase frente a ti, quizás te tomaría en serio.

— Y quizás — Replicó presto el pelinegro sin abandonar su cómoda posición —  yo te tomaría en serio si pudiera dejar de escuchar los cuchicheos acerca de ti y tu novia. “Tris le regaló un enorme ramo de rosas a Serenity… ¡son la pareja perfecta! “ — Imitó el chico exagerando el tono meloso.

—  ¡Eso no es cierto! Y además — titubeo Tristán mientras se sonrojaba — ¿Qué puedo hacer?

— ¡Terminar con todo!

 Exigió entusiasmado Duke. Levantándose del pasto se acercó a Tristán y le obligo a mirarle de frente.

—Ya lo he hecho… pero aún no…

—Pero no le has dicho la razón real  y es por eso que ella sigue creyendo que ustedes siguen como pareja.

— Tampoco es fácil andar divulgando que soy gay. — Rebatió el castaño alejándose de Duke.

— Tienes razón — Dijo el de cabellos azabaches frunciendo el ceño con notoria ira. —es por eso que no planeo dejar mi rol.

— ¿Lo ves? No puedes apoyarme.

— ¿Y cómo se supone debo de apoyarte? ¿Esperando más?

— Entiéndeme, necesito tiempo. — Suplicó Tristán tomando la mano de Duke entre las suyas-. — Por favor…

— Y tú compréndeme a mí. No puedo soportarlo más. Queriéndote tanto ¿Por qué no eres solo mío? No puedo entenderlo, ya va casi medio año de salidas a escondidas, de miradas furtivas y de besos prohibidos ¿Por qué tengo que disimular cuando estoy cerca de ti? Ella te abraza y te besa frente a todos mientras yo solo aguardo en silencio…

 Duke tomó la mano de Tristán con más fuerza y la guió hasta el lardo izquierdo de su pecho, dejándole sentir los imparables y fuertes latidos de su corazón. Lo miro seriamente y  añadió.

— Y  no puedo dejar de sentir esto cada vez que te veo, que pienso en ti, que estoy a tu lado.

— Duke — susurró el castaño incrédulo mientras buscaba temeroso los labios del otro.

— ¿Lo comprendiste? — Amenazó el oji-esmeralda antes de besarlo. Tristán se detuvo en seco y el aura pensativa volvió a invadirlo. — Lo sabía. — Suspiró y alejó por completo a Tristán.

— Por favor yo….

— No importa, creo que el que ya entendió fui yo. Nos vemos.

Declaró frívolamente Duke antes de abandonarlo por completo.

— Como quieras. — Gritó Tristán al viento.

 

En la misma época pero en la azotea de la escuela.

— Hola Kaiba. ¿Puedo sentarme a tu lado?

— Hay mucho espacio por toda la azotea, ve a otro lugar.

— Kaiba yo solo…

— Deja de preocuparte estúpidamente por mí.

— ¿Cómo no voy a estar preocupado? No has ido a ninguna de las clases desde hace unos días.

— No es tu asunto, tengo otras cosas que hacer.

— Pero… ya han cambiado a Joey de grupo… ¿De quién huyes?

—No estoy huyendo de él.

— Deja de mentir Kaiba.

Seto observó a Yugi, impresionado. ¿Era tan obvio? No podía ocultarlo, solo quería saber porque se sentía así.  

— De acuerdo. — Suspiró resignado el castaño dejando que Yugi se sentará a su lado. — Es solo que esto me incomoda demasiado.

— ¿Quieres hacer las paces con Joey?

— ¡Hey! Nunca dije eso, simplemente no puedo entender ¿Por qué me molesta? ¿Por qué tengo ganas de huir? Esas preguntas me fastidian tanto que no puedo ni concentrarme.

— Kaiba… déjame ayudarte.

— ¿Y qué puedes hacer tú?

— Si tú me dejas ayudarte prometo que haré lo que sea por ti.

 

 

En la misma época, en el nuevo salón de Joey.

— ¡Hey Duke!— Saludo animoso Joey a la única persona que conocía en su nuevo salón. — ¿Quieres que vallamos a comer juntos?

— ¿Y también con tu grupito de amigos?— Respondió fastidiado el pelinegro.

— ¿Eh? ¿Por qué esa cara de fastidio?

— No quiero comer con tus amiguitos.

— Pero si igual son tus amigos… ¿Qué pasa?

— Solo estoy de mal humor, déjame.

— No entiendo pero por si te hace sentir mejor ellos ya tuvieron su receso, así que no creo verlos.

Duke medito la propuesta por algunos segundos, estar con el hermano de la persona que se interponía entre él y Tristán no le hacía gracia y menos en ese momento, sin embargo sabía que Joey no tenía la culpa. Pasados unos momentos halló provechoso profundizar la amistad con el rubio y decidió aceptar.

 

~~Ø~~

 

De vuelta en el futuro.

Joey y Duke entraron a un tranquilo restaurante alejado de la bulliciosa ciudad. El lugar era amplio y muy lujoso, tenía terrazas exclusivas que sugerían una deliciosa privacidad  y justo a una terraza el rubio y el pelinegro fueron conducidos. Tomaron asiento y con una señal hecha por el pelinegro los meseros trajeron velas y dispusieron los cubiertos en orden ascendente, llenaron la mesa de deliciosos manjares y llenaron sus copas de vino, dejándoles solos en su mesa bajaron un poco las luces del establecimiento.

Joey se jactó del trato especial hasta que su estómago gruño de hambre, fue hasta entonces que miró con extrañeza a Duke. Su representante sacó una caja de su saco y la puso frente del ojimiel.

 — Gracias por otro maravilloso año a tu lado. — Dijo Duke con una enorme sonrisa como tomaba las manos de Joey entre las suyas.

El rubio no pudo ni hacer una mueca, no podía creer nada de lo que había pasado hoy, más bien no quería creerlo ¿En qué momento su vida se torció de esa forma?

CONTINUARÁ>>>>

 

 

 

Notas finales:

Y bien pues en el sig cap ahora si Joey tendrá que enfrentarse a Tristán que es el único que tiene su salvaciión (ingenuo xD) 

Les agradezco que sigan aqui leyendo, cuidense, les mando un bestote y pues sitienen quejas, dudas o algo haganmelo saber por favor =)

Portense bien o santa les traera carbon (otra vez) 


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