Capítulo 6
A la mañana siguiente, como todos los días, Duke abrió lentamente la puerta de la habitación de Joey para despertarlo, encontrándose con la sorpresa de que éste ya estaba despierto, bañado y listo para salir.
— ¡Valla! No creí que fueras a ser puntual para algo.
Dijo Duke alegre, pensando ingenuamente que el rubio por fin había madurado.
— Tengo una cita, nos vemos más tarde.
Respondió el rubio ásperamente pasando de largo a su representante.
— Espera—Detuvo Duke a Joey tomándolo del brazo. — ¿Por qué esa actitud?
— No quiero que me toques, solo haz tu trabajo y ya.
Joey rechazó el agarre de Duke y después de un pequeño forcejeo, éste fue atrapado entre el marco de la puerta y el cuerpo del oji-esmeralda.
— No entiendo qué hice ¿Por qué me tratas así?
Joey esquivó la mirada de su manager y trató de empujarlo suavemente, lo quería lo más lejos posible de él, incluso con ese contacto entre sus cuerpos sentía que era infiel. Joey estuvo a punto de darle un puñetazo y huir como lo hizo la noche anterior, pero aunque le costaba trabajo, tenía que entender que esa no era su época, todo era un malentendido y pronto, en cuanto viera a Tristán, todo se iba a solucionar, tampoco tenía por que ser tan malo con Duke.
—Por favor Duke, déjame ir, ahora no quiero hablar sobre nada.
— Esto duele ¿sabes? Ayer me dijiste lo mismo y huiste del restaurant. Hace dos días éramos felices ¿Qué te ocurre?
El silencio de Joey desquebrajó el corazón del pelinegro, ya no podía soportar esa actitud, no de la única persona que había podido amar realmente, la única que lo había rescatado de ese abismo, la persona que le daba ánimos para seguir, ese era Joey y sólo él. Lentamente trató de buscar los labios del rubio, solamente necesitaba besarlo para sentir que todo estaría bien y que esa aura de confusión que siempre estaba en el esquivo rubio desaparecería, sin embargo fue rechazado abruptamente por Joey.
— ¡Te dije que no me tocaras!
El puño del impaciente cachorro fue a dar justo en la mejilla de Duke. Entre la confusión, Joey aprovechó y escapó, dirigiéndose lo más rápido posible a la puerta.
— Solo necesito escuchar que aun me amas. — Gritó Duke completamente fuera de sí, tratando de recuperarse por el golpe sin perder de vista el rubio.
— Yo solo amo a Seto, que te quede claro.
Advirtió Joey desde la puerta como un animal aterrorizado, se sentía tan amenazado, acosado y fuera de lugar que ni siquiera podía imaginarse a si mismo besando al pelinegro o diciéndole que lo amaba, para él el único que siempre iba a existir en su corazón era Seto.
— ¿Qué?— Retrucó el oji-esmeralda sin abandonar su posición. — ¿Tus ataques de amnesia son por ese imbécil?— El rubio salió de su campo de visión cerrando la puerta, de todas formas Duke continuó, ésta vez gritando, asegurándose de hacer sus palabras tan hirientes como navajas. — ¡Juraste que no volverías a pensar en él, dijiste que ni siquiera lo odiabas que no era nada para ti!
Con la voz de Duke apuñalándolo desde la espalda, Joey corrió cubriendo sus oídos, no quería ser lastimado más.
Al llegar al café indicado Joey fue reconocido inmediatamente por Tristán que lo recibió con un gesto incomodo, incluso aunque el castaño trato de disimular, su gesto se veía hipócrita. Joey trató de ignorarlo, para él Tristán sería su mejor amigo en cualquier tiempo o dimensión.
— ¡Amigo! — Saludó Joey con un abrazo a Tristán en cuanto se acercó a la mesa. — ¡Que gusto ver a alguien conocido!
— Emm… si, también me da gusto.— Tristán rodo los ojos y desarrugó su traje desdeñosamente, observando a Joey de pies a cabeza.
— ¿Qué pasa? No me digas que sigues enojado porque me comí tus papas — Bromeo Joey tomando asiento.
— ¿Por qué haces todo esto?— Dijo Tristán en seco, la actitud de Joey le era completamente incomprensible y él no planeaba ser amigable, en el fondo su odio hacia el rubio le decía que no era más que hipocresía.
— ¿De que me hablas? Estoy en problemas y al único al que puedo acudir es a ti, tu me mandaste al pasado y ahora todo esta al revés, tenemos que solucionarlo.
— ¿Solucionar?... ¿Te sientes bien?
— No, la verdad es que no, estoy hundido en pánico y solo quiero que me regreses a mi época, a la época correcta. Quiero recuperar mi vida, mi anterior vida, no éste remedo de vida.
— ¿Te golpeaste en la cabeza o que? ¿Que acaso no eres feliz con Duke? ¿Que vida quieres recuperar? Lo tienes todo, eres tan feliz que en estos años no has necesitado de tus amigos.
— ¡Tu no entiendes! Esto es un completo error, yo no debería de estar aquí, fue un error con la máquina del tiempo.
— ¿Máquina del tiempo? —A pesar de la sorpresa que le causaron las palabras del rubio, Tristán comenzó a reír estruendosamente.
—Escucha, sé que suena ilógico pero yo solo quiero regresar con Seto.
— ¿Seto? — Tristán paró de reír al escuchar ese nombre, tenía miedo de creer las incoherencias proferidas por su ex amigo. — ¿Que no fuiste tu el que propuso desaparecer de la vida del ricachón? No me digas que después de años de relación con Duke te has cansado de él porque no te lo creería, te aferraste a él con todas tus fuerzas — Susurró el castaño por lo bajo con un dejo de odio.
— Yo jamás estaría con Duke— Alegó Joey con desesperación— entiende Tristán, este mundo esta torcido, no es el mundo en el que yo estaba.
— Ya me estas asustando….
— ¿Dónde esta la maquina del tiempo? Necesito regresar al pasado y solucionar esto.
— La m-máquina de tiempo
Tristán abrió sus ojos como platos, no creía que nadie le iba a mencionar eso alguna vez, no en serio ni con tanta insistencia, se suponía que era un proyecto súper secreto, no le había contado de eso a nadie porque tenía miedo de que se burlaran de él.
— Si — reafirmo Joey sonriente, sintiendo un gran alivio. — ¿Dónde esta la máquina? ¿En tu casa? Solo debemos ir y yo me encargo del resto.
Sus miradas expectantes se encontraron sin poder expresar más que angustia. Las esperanzas de Joey vacilaban conforme se prolongaba el silencio entre ambos.
— La máquina no existe — Dijo al fin Tristán dando un recorrido mental a tal situación.
— ¡No existe! ¿Como que no existe? Tú me has mandado al pasado y ya servía, estaba perfectamente bien.
— Tú estuviste en el pasado ¿Cómo es posible?
— ¿Eh? Ahora soy yo el que no te capta.
— Tú eres Joey… ¿Pero que Joey?
— Yo no soy el Joey de éste mundo, no sé porque pero cuando desperté estaba en éste lugar y todo había cambiado.
— ¿Eres el Joey de un mundo alterno?
—Eso supongo…
— Yo te creo— Declaró el castaño pensativo — a decir verdad, hace algunos años, cuando estábamos en preparatoria un día un chico como tú apareció en medio de nosotros y dijo muchas cosas extrañas sobre la máquina y que yo era un genio. Al final huyó y no supimos que había pasado con él, ni siquiera fuimos capaces de explicarnos su presencia. Desde ese día tú cambiaste, cambiaste de grupo, de amistades y te hiciste pareja de Duke, desde ese día cargaba conmigo un molesto remordimiento y al escuchar hablar al chico sobre viajes en el tiempo me sentí ansioso por cambiar el pasado.
— ¿Por qué?
— Yo acaba de pelear con Duke— Tristán continuó su relato, ésta vez clavo su mirada en la taza de café vacía, para él ese era un recuerdo amargo porque fue decisivo en su actual vida, había escondido su herida por muchos años. — no pude dejar a mi novia y él me boto, entonces cuando ese incidente ocurrió, pensé que podía cambiar mi pasado y comencé a investigar todo lo que pude, pero pronto descubrí que las papas no son mágicas y no llevan a la gente al futuro. Trabaje en ello algunos años pero cuando descubrí que era algo tardado y costoso, lo abandoné, total ya habíamos terminado la universidad y tú eras pareja de Duke, vivían en el mundo del espectáculo y yo no podía ascender allí… además tengo una hija y una esposa que cuidar y no creo que éste bien tratar de robarle el novio a mi cuñado.
— ¿Te casaste con Serenity?
— Así es….
— ¡Dios ésto esta torcido!
— ¿Qué esperabas? Las cosas son así y punto — Reclamó Tristán tratando de defenderse, estaba harto de pensar en el “hubiera” que lo único que hacía era empeorar la realidad.
—Las cosas no eran así de donde yo vengo.
—Pero ahora estas aquí y deberías aceptarlo.
— ¡No puedo! No cuando estoy haciendo cosas que nunca quise hacer.
—No hay vuelta de hoja, hay muchas personas implicadas. Ya te lo dije, ni las papas, los cafés ni los muñecos de acción te regresan al pasado, las cosas son como son y punto.
—Espera — Joey trató de tranquilizarse, vislumbrando una oportunidad. — puedes construir la máquina, yo sé que puedes.
— Escucha Joey, no es por ser pesimista pero no creo que pueda, no tengo estudios sobre ello y todo lo que investigue lo tire a la basura en cuanto supe lo costoso que podría ser, además no poseo la tecnología en mis manos.
— Cierto — Joey se tumbó en la mesa con un aura deprimente, sientiendo que las cosas no podían ser peores. — como no me case con Seto no te facilito la tecnología ni el dinero ¿Qué voy a hacer?
— ¿Estabas casado con Seto? Pues no sé entonces que le vez de malo a éste presente.
—Ni me lo recuerdes….
Joey se sumió en su asiento, deprimido, observó su café enfriarse frente a sus ojos y él seguía pensando en como escapar de ese presente.
— Mira Joey, tengo que ir a trabajar, fue un gusto verte aunque lamento que no pueda ayudarte…
— Hey! No te preocupes viejo — El rubio le dedicó una sonrisa. Tristán quedo muy sorprendido, hacía años que no veía a su amigo, a su verdadero amigo, a su hermano del alma— ya encontrare una forma de regresar a mi tiempo porque tampoco me agrada el hecho de que me odies en éste mundo.
—Yo estoy feliz de poder ver a mi amigo, te extrañe hermano — Declaró el castaño regresándole la sonrisa— hare lo que este en mis manos para ayudarte a regresar.
Los amigos se despidieron como solían hacer en otros tiempos,
Continuará>>>