Capítulo 7
Su cabeza era un desastre y su cuerpo una maraña de nervios, necesitaba urgentemente des-estresarse y un buen baño seguramente liberaría todo sus pesares. Sin más opciones a donde ir, Joey regresó al departamento del que había escapado ésta mañana, esperando no ver a Duke allí, era la última persona que deseaba ver porque lo hacía sentir más que acosado, incluso estaba desarrollando un pequeño odio irracional hacía el oji-esmeralda. Por suerte no había ni rastro del susodicho y con toda confianza el rubio se despojó de todas sus prendas, dirigiéndose al baño abrió completamente la llave del agua caliente, hasta que se llenara la tinaja de agua y de paso el baño de vapor. Se sumergió de un solo golpe en la bañera, dejando que el delicioso cosquilleo del cambio de temperatura recorriera su cuerpo, una vez acostumbrado pensó que eso era lo mejor que le había pasado durante todo el día.
— No existe la máquina del tiempo ¿eh? … ¿Qué haré? — Se preguntaba Joey a sí mismo perdiendo su vista entre las nubes de vapor. — Seto… Seto…
El nombre que en esa época parecía un tabú escapó de sus labios, desatando su imaginación “Si tú estuvieras aquí… ¿Dónde tocarían tus manos? “ Joey imaginó a su poseedor recorriéndolo con sus ansiosas manos, mordiendo sus pezones y susurrándole lo mucho que se le antojaba entrar hasta el fondo y escucharlo suplicar su nombre. Aquella imaginación se transportaba a la realidad, conformándose con auto explorar su cuerpo. Comenzó a acariciar sus pezones, pellizcándolos poco a poco, arrancándose pequeños gemidos, evocando el aroma de Seto, su calor y su voz, su cuerpo reaccionaba notoriamente a aquellos recuerdos. Pronto bajó su mano derecha a su miembro y lo acarició, primero lento, solo con la yema de sus dedos “así me torturaría él” después envolvió su erección con toda su mano, subiendo y bajando, colocando su dedo pulgar justo en la punta, presionando de cuando en cuando, haciendo que su cuerpo se electrizara. La mano que se posaba en sus pezones y que recorría su pecho se traslado hacia su boca “lámelos…” imaginó decir a Seto sensualmente en su oído, para luego trasladar sus manos a su entrada y colocar su miembro en él y penetrarlo, el vaivén modulado por la costumbre, a veces desenfrenado por el día, todos y cada uno de los recuerdos de ellos dos en la cama, en la bañera, en la parte trasera del auto, donde fuera, todos esas memorias regresaron a su mente para aumentar el libido y remplazar el cuerpo que faltaba a su cita.
Joey cerró sus ojos, concentrándose completamente en Seto, auto complaciéndose por fin llegó al orgasmo, su esencia se derramó y se mezcló con el agua que ya no estaba tan caliente, más bien se sentía fría. Al darse cuenta de que eran sus manos las que lo complacían se sintió miserable.
— ¿Estas allí?
La voz de la persona que lo hacía más miserable en ese momento resonó por detrás de la puerta, Joey no respondió nada, trataba de normalizar su respiración mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
De nuevo no obtuvo respuesta, solo los pequeños sollozos que se lograban escuchar y que le partían el corazón a Duke.
— ¿Qué estaba mal?
Se preguntaba una y otra vez el pelinegro. Si acomodaba sus pensamientos y prioridades por supuesto que antes que cualquier cosa, para él, estaba el bienestar de Joey.
Joey por fin salió del baño, Duke lo esperaba sentado en la cama. Lo miró seriamente y le pidió con un gesto que se sentará a su lado. Dudando de todo Joey lo miró desconfiadamente y se afianzó a su bata de baño. Aún estaba desnudo y acercase en esa condición a un acosador era sinónimo de violación, empero, los ojos esmeralda del chico reflejaban seriedad.
— Por favor — Suplicó Duke volviendo a señalar la cama. — Prometo que no te haré nada, simplemente necesitamos hablar.
Como un cachorro desconfiado y sintiéndose estúpido por confiar en ese tipo, Joey accedió, sentándose del otro lado de la cama.
—Habla — Exigió el rubio.
— No sé que ocurre contigo, has actuado extraño y todo el tiempo parece que te sientes sofocado por algo, perdido y eso me preocupa demasiado, no solo porque soy tu manager y pareja, si no porque también soy tu amigo ¿Acaso es algo que no puedes contarme?
— No… no es eso, simplemente no me creerás.
— Podría entenderlo, sabes que puedo.
— Solo me llamarás loco, simplemente no puedo decirte.
Las frías y renuentes palabras hirieron de nuevo al pelinegro, con una sonrisa dolorosa en su rostro aceptó aquel hecho, no necesitaba escucharlo, lo sabía, ese no era “su” Joey, solo era Joey.
— Cualquier cosa, cuando estés listo para decirlo, te escucharé, porque tu eres importante para mi y por tu bien, por ahora, daré por terminada la relación, no quiero que te alejes de mí, yo siempre supe que no eras completamente mío, que había algo que ocultabas y quizás ahora pasó algo ¡que se yo!
— Duke es que…
—permíteme continuar, solo quiero que sepas que siempre estaré para levantarte porque para mí eres una persona importante, lejos de que no seas mío, así que por favor, esfuérzate en tu trabajo, en pocos días comenzamos y necesito que estés completamente listo. Estoy muy preocupado, este es un paso importante en tu carrera y en la mía, hemos llegado hasta aquí y estas muy cerca de cumplir tu sueño.
— Mi sueño….
Joey estaba petrificado, jamás imaginó que los sentimientos de Duke podrían ser sinceros, entonces una parte de su infundado odio desapareció.
— Buenas noches.
Fue lo último que dijo el pelinegro antes de abandonar la habitación. En cuanto estuvo a solas Joey decidió que no podía simplemente rendirse, ya estaba allí, frente a un nuevo presente y aunque odiara todo de ese tiempo no estaba solo como creía, había muchas personas involucradas y Duke era de los más afectados si él se decidía a no actuar y a seguir escapando en pos de su esposo, ahora lo entendía bien.
— Para estar con Seto, incluso en el pasado fue una tarea difícil, si ya estoy aquí y no hay salida entonces debo de hacer limonada con la vida… o algo así iba el refrán, la cosa es que debo de buscar la mejor forma de componer mi presente.
Se dijo Joey a si mismo frente al espejo cuando captó algo importante… ¡era actor! Y lo peor ¡No tenia ni idea como actuar! aquello era una locura, no lograría hacerlo, él no sabía ni como expresarse frente al publico y aunque se le cayera la cara de vergüenza el único que podía ayudarlo era exactamente Duke.
Durante el desayuno le pidió a su manager que le enseñara como actuar. Al principio Duke no podía creerlo pero bien o mal asimiló la idea y con paciencia le explicó a Joey todo lo que necesitaba saber, incluso lo volvió a inscribir a clases de actuación privadas, después de todo ambos debían de ser profesionales y aunque a Deblin no le gustaba sentirse como un extraño con Joey, pronto descubrió que ese Joey no le era tan desagradable, incluso era más lindo.
Faltaba solo un día para que comenzara a filmarse el drama y como todas esas dos semanas, que por cierto fueron las semanas más extenuantes que el rubio hubiera tenido en toda su vida, Duke lo recogió en la entrada de la escuela de actuación. Al subir al auto Joey saludó a su manager con una radiante sonrisa.
— ¿Terminó la lección? — El oji -esmeralda desvió la mirada, encendió el auto y lo puso en marcha.
— Si, ahora solo debo de preocuparme por interpretar bien ésta parte del guion, estoy un poco asustado.
Confesó Joey con pena mientras hundía su cara en el libreto. El tiempo se le había pasado volando, parecía que estaba tan concentrado en su actuación que apenas si tenía tiempo de pensar en qué haría para encontrarse de nuevo con Seto.
— Y ¿ya sabes quién fue anexado de última hora?— Preguntó el pelinegro.
— Ni idea, recuerda que tengo “amnesia” .
— Ah cierto, pues es el representante de KC.
— ¿De KC, de verdad? — Repuso Joey despegando la mirada de su libreto, estaba emocionado al vislumbrar la oportunidad para encontrarse con Seto.
— Si, Yugi Motou — Continuó diciendo Duke con un tono airado. — porque el “señorito” se ha vuelto el socio principal de KC y con eso de que tienen problemas financieros trataran de llevarse la mayor tajada y así porque sí lo anexaron a la historia, bueno, he de admitir que le encontraron un buen papel, le dará emoción al dorama pero aun así se me hace algo injusto.
— ¡Yugi! ¡Que emoción! Tengo muchas ganas de ver a mi amigo, aunque te parezca injusto a mi me parece perfecto, con él cerca me sentiré seguro, siempre puede infundirme confianza es como un don o algo.
Una sonrisa adornó el angelical rostro del ojimiel, dejando de nuevo a Duke sin palabras.
— Emm antes tu no… oh bueno ¡q más da! Si te hace feliz ver a Yugi entonces bien.
Al día siguiente la tensión se sentía por todo el set de grabación, todo era un completo caos, gente pasando de aquí a allá y cámaras y cables por doquier, con solo asomarse Joey sentía nauseas.
— Puedes hacerlo. — Animó Duke dándole unas palmadas en la espalda. — Ahora ve a tu camerino, aún no les ponen nombre, pero es el primero de la derecha. Tengo asuntos que arreglar, nos veremos en el camerino.
El ojimiel solo pudo asentir levemente y caminar como robot hacia la dirección señalada, los nervios lo estaban matando, sus manos sudaban tanto que le costó trabajo abrir la puerta del camerino porque la perilla se le resbalaba, mágicamente la puerta se abrió sola, Joey levantó la mirada para encontrarse con una mueca de fastidio en la cara de la persona detrás de la puerta, al mirarse a los ojos el corazón de Joey palpitó tan fuerte que en un segundo todo se volvió azul.
Continuará>>>