Cuando uno se enamora…
La cosa más dulce, cursi y (hasta ahora) alocada que Usami Hotaru a conocido en su corta existencia. Siempre siendo gallardeado de chicas y uno que otro chico se desvivía por el, pero ¿que pasaba con nuestra pequeña copia de nuestro amado escritor?... nunca se dio cuenta o simplemente no le interesaba en lo mas mínimo algo relacionado con el amor.
Amaba a su familia, bien eso era claro, tenia un cariño por sus amigos y si bien a veces le decía cosas subidas de tono a Chusei, solo lo hacia para molestar a Sora o al hermano mayor del pelinegro. Simplemente no podía tener una relación estable por mas de unas cuantas semanas, no existía ser que lo atase a el por el resto de sus días, si bien no era infiel, pero se aburría muy rápido de una relación, no era de sorprenderse cundo a la semana decía ser soltero.
Marukawa Shoten- Departamento Esmeralda
Tenia que llevar una carta de su “jefa” a un tal “Takano”, no sabia bien para que lo enviaba a el… el sobre era de un color azul celeste con una pequeña estampa de una margarita para sellarla. Suspiro cansado, ese día el jodido elevador se descompuso y tuvo que bajar 3 pisos… y no quería saber como le haría para subir, le daba flojera el pensarlo… y mas saber que lo tendrá que hacer.
Al llegar al piso de dicho departamento fue con uno de los editores que se encontraban para preguntar sobre la ubicación de tal departamento, recibió algunas declaraciones como “no soy de ahí” o “ahh… creo que me hablan” pero todas se notaban nerviosas y algo asustadas, siguió caminando sin saber muy bien a donde se dirigía y al ver una cabellera castaña conocida sonrió y se dirigió a él, ya estaba cerca y pensaba hablarle cuando escucho un grito muy molesto.
-¡TAKAHASHI!... ¡¿DÓNDE ESTA EL CAPITULO DE MOUTOU-SENSEI?! – Aquella vos imponía, firme y con rosto severo. Hotaru frunció el ceño, sabia que su padre solo repartía los manuscritos (por el momento) pero eso no le daba derecho de gritarle.
Molesto se dirigió a donde provenía el grito, pensaba en decirle unas cuantas cosas a demás de mandarle un saludo afectuoso a su progenitor. Pero al llegar vio el desastre que había en el lugar, una mueca de asco fue lo que hiso… por dios ¡¿Cómo puede oler un lugar así?!... putrefacto…. Incluso la posibilidad de hallar una rata muerta se presentaba en su mente.
-Ta-Takano-san, ya tengo aquí el capitulo con sus correcciones – se oía temblorosa la vos del castaño de ojos verdes, Hotaru vi que su padre mantenía una mueca extraña, como tuviera miedo a lo que podría decirle, frunce el ceño… no piensa permitir que alguien atemorice a su papá.
Con paso firme fue hasta el lugar, pero una bolsa de dudoso contenido lo hiso resbalar de manera estrepitosa, cayendo de bruces al piso, aquello despertó a algunos “zombis” del departamento Esmeralda.
Misaki volteo a ver que paso, y se topo con la imagen del joven peli-plata tirado boca abajo en el piso, se cerco a el (ya después de haber dejado los papeles a Takano) encontrándolo aturdido y con un pequeño golpe en la frente.
-Hotaru-kun… ¿estas bien?- pregunto un nervioso Misaki, pues el joven oji-violeta no era dado a caerse por su propio descuido.
2 horas más tarde, Editorial Marukawa- sala de primeros auxilios
-entonces, fue por eso que cayo al piso – parecía comprender el joven Takahashi como se había caído el peli-plateado
-si, al parecer deberían de ver donde dejan las cajas de los Story-box – dijo un hombre de aproximadamente 25 años, pelo castaño-anaranjado y ojos verdes, si la similitud era grande, tanta que ambos oji-verdes pasarían por hermanos.
El joven Usami empezaba a despertar cuando su mirada se topo con los verdes ojos del mayor, enigmático… se quedo prendido de aquel tono verdoso… hermoso y maduro, justo lo que le gustaba al menor.