Dudas
La intimidante duda, una sola pregunta puede ocasionar un conflicto interno con uno mismo de tal modo que desconfíes de cualquier cosa o de la persona que amas, la duda puede ser tu aliada en ocasiones o tu peor enemigo.
Ahora Hiroki lo comprendía mejor, se daba cuenta de los errores que cometía con cada pequeño desplante que le ocasionaba al joven médico, aunque este le sonreía y comprendía que su amado se encontraba cansado por tanto trabajo o que quería que el descansara por volver de su ronda, pero el pediatra sospechaba que algo le pasaba.
Cada movimiento que realizaba en la cocina le hacía pensar en lo que conllevaría su “situación” actual, aun no estaba acostumbrado a la idea de que una nueva vida se formaba en el, era algo difícil aun de entender y un poco más el aceptarlo plenamente, no es que no quisiera a la criatura que se formaba dentro de él, es solo el miedo que tenía ante las circunstancias actuales, él no era una persona cariñosa, mucho menos una con mucha paciencia. Relajo un poco los músculos faciales, tenía que mantenerse tranquilo, estresarse y enojarse no le hace bien a él ni al bebe.
El bebé, ese pequeño ser que le hacía olvidar por momento sus preocupaciones, no sabía cómo podía olvidar sus preocupaciones un rato y dedicarse a divagar por ese lapso de tiempo sobre como seria su bebé… pero como siempre, no puede pasarse con aquellos pensamientos por siempre, su limitante era la reacción de Nowaki, su madre siempre espero que se casara y tuviera hijos… ¿sería lo mismo si él era quien los tendría en s vientre durante los nueve meses? ¿Qué diría su padre, quien siempre dio lo orgulloso que se sentía al tener un hijo dedicado y correcto?... eso siempre lograba confundirlo y hacerlo sentir… raro.
A él no le importaba que sus padres supieran que era gay y tenía por pareja a alguien cuatro años más joven que él, pero eso era una cosa que creía podía manejar. Pero el llegar con sus padres y decirles que serán abuelos, pero que tienen un yerno en vez de nuera y quien esta embarazado es el y no una chica… no sabía cómo lo tomarían.
También estaba el hecho de que el joven médico no tenía una familia como tal, sabia de su estadía en un orfanato donde tuvo como padres adoptivos a los dueños de orfanato en el que estuvo, no sabía si Nowaki aun mantenía contacto con ellos o no.
-Vaya enredo – Pensaba el castaño, aun no sabía que hacer y Sora no ayudaba a que tomara una decisión
-K-Kamijou-san, ¿me dejaría salir el sábado por la noche? – pregunto el menor entrando a la cocina – sé que aún sigo castigado, pero en verdad me gustaría que…
-Con quien vas a salir – directo a lo que quería saber, no le concedería el permiso fácilmente
-Con Chusei, es mi… mi pareja – dijo con algo de nervioso, no era la primera vez ni la última que ve al profesor con la intención de no dejarle salir. Aunque ahora no sabía la razón.
-A donde irías – no era pregunta, era una demanda de respuesta, aunque no lo viera directamente, Sora sentía el ceño fruncido de su progenitor.
-b-bueno, tenemos planeado ir a ver una película y cenar los dos – no podía decirle el plan que tenía su pareja para espiar a Hotaru quien invito a uno de sus compañeros de trabajo a una cita.
-… te quiero aquí a más tardar a la media noche, ni un minuto más – sentencio después de meditar un poco las respuestas del menor
-¡Muchas gracias! – respondió el menor con una sonrisa
-Un momento, ¿Por qué me preguntas a mí en vez de Nowaki? – pregunto el profesor, pues sentía que algo aquí estaba mal.
-b-bueno, es que Nowaki-nichan me dijo que tenía que preguntarle a él porque usted fue quien me castigo y que él no podía ir en contra de algo que usted ha impuesto – decía como si fuera lo más obvio, no como si nunca hubiera recurrido a su padre para pedirle permiso cuando el castaño mayor le ha puesto un castigo. De hecho cada vez que quería salir hacia lo mismo ir con el de ojos azules y este respondía “que dijo tu papá” para después enviarlo con el de ojos miel y que este tomara un ultimátum.
Con aquella explicación el mayor estaba un poco impresionado, Nowaki había trataba al chico como si ellos dos fueran sus padres y lo dejo elegir sobre si salía o no (o al menos la experiencia le decía que eso era que sus padres hacían con el).
Su corazón latía un poco más rápido y sus mejillas se sonrojaron un poco, culpo a las hormonas por su reacción pero la verdad es que aquello se le hiso... ¿lindo?... definitivamente debía de dejar de calentarse la cabeza con aquellos pensamientos. ¿Dónde dejaría su fama de “El demonio Kamijou”?
Al día siguiente (Jueves)
Llego como de costumbre a la oficina de literatura, donde Miyagi lo esperaba con… una caja de chocolates y una sonrisa más grande de lo usual.
-¡Ka-mi-jou-kun! Felicítame – mostraba una gran sonrisa mientras abría los brazo esperando a que el castaño le corresponderá al abrazo.
-se puede saber, ¿de qué habla profesor? – aun con el ceño fruncido y el tono molesto que usaba, le ponía atención al pelinegro.
-voy a ser papá… - dijo para luego palidecer mientras veía quien estaba detrás de Kamijou
-feli…. – la felicitación del castaño se vio interrumpida por la fuerte felicitación de alguien más
-Felicidades Miyagi-sensei, no sabía que había rehecho su vida después de que se divorció de mi hija – felicito sinceramente el director de la universidad
-gracias director, yo aún estoy impresionado y emocionado por la noticia – dijo intentando disimular su nerviosismo, pues no esperaba que se enterara de una forma tan… repentinamente indirecta.
-con su permiso profesores, pero tengo un compromiso con mi hijo que debo de atender – con aquello se retiró de ahí, dejando a un pelinegro con la cara pálida y a un castaño con una cara impresionada.
Momento incomodo de silencio.
-felicidades profesor, por su futuro como padre y porque su suegro se lo haya tomado tan bien – dijo Hiroki de forma sincera
-gracias, aunque creo que soy hombre muerto cuando lo sepa – dijo soltando un pesado suspiro
-¿a que se refiere? El director se veía contento – dijo con algo de duda
-el no sabe que yo salgo con shinobu…. Mucho menos que el esta embarazado – dijo deprimiéndose un poco – ve a matarme cuando se entere
-… bueno, fue un gusto trabajar con usted – solto el profesor – le hablare a su hijo del gran profesor que fue su padre
-¡No lo digas con si en verdad me fuera a morir! – le grito al castaño mientras el otro sonreía con un poco de burla.
5 pasos para pedir una cita
- 1. Elije el momento adecuado
Tenía todo listo ya solo esperaría que el castaño saliera del departamento de manga shoujo, sabía que hoy (Miercoles) era fin del ciclo, y que lo ms seguro es que Onodera Ritsu no lo rechazara a salir con él, esa sería su oportunidad
- 2. Muéstrate seguro
Respiro un poco para calmar su corazón, vio al de ojos verdes salir, se acercó con paso elegante y con el objetivo claro en sus pensamientos, invitarlo a un café-bar que hace poco encontró.
-ah… Hotaru-kun – le hablo Ritsu al ver como el peli plateado
- 3. Saluda cordialmente, usa una sonrisa.
-Buenas noches Ritsu-san, ¿Cómo has estado? – pregunto con el mismo tono que normalmente utilizaba con él.
-Cansado, esta fue hasta ahora la peor semana que eh tenido, creo que me iré directamente a casa
-Te acompaño
-No es necesario, además no te queda de paso o cerca de tu casa
-no hay problema – dijo con una sonrisa para después seguir al mayor a la salida
- 4. Dirigirte a ella (cof él cof) con sutileza y muestra respeto hacia su persona.
-¿Ritsu-san? – empezó a hablar nuevamente una vez que estaban cerca del edificio donde vivía el castaño
-Dime – volteo a verlo con una mirada tenue y amable
- 5. Pídele si pueden salir un día a tomar algo o a ver una película
-¿quería saber si le gustaría salir conmigo a tomar un café el sábado en la noche? – pregunto con un leve sonrojo, pues no estaba acostumbrado a pedir una cita y se encontraba un poco nervioso – digo, si no es mucha molestia
-Seguro, suena bien – dijo sonriendo un poco, no le vendría mal distraerse del trabajo, tal vez hablar con el menor en otro contexto le ayudaría a relajarse.
-¿Enserio? – Vio como el de ojos verdes asentía, sonrió al ver esa acción – genial, entonces esta bien el sábado a las ocho de la noche, yo paso por ti… ¿eso estaría bien?
-sí… aunque no es necesario que pases por mi
-Insisto, no es molestia…