Solo queda confesar
(parte 1/3)
Aun se preguntaba el cómo le diría a su pareja que serían padres, su nerviosismo más el estrés de los exámenes que tendría que revisar por la semana de exámenes que efectuó apenas ayer. No tardó mucho en escuchar los lamentos de sus alumnos y las típicas peticiones que hacían, desde el “por favor profesor, déjeme entregarle un trabajo para subir puntos” o el “dígame que hago para pasar”. Sin duda la segunda era la que más le molestaba.
Flash Back
-Profesor Kamijou, espere por favor – pedía un chico de una estatura de 1.70 pelo negro
-mmm… ya le eh dicho Sakaki-san, que no pienso dejarte ningún trabajo extra.
-pero… lo entiendo, entonces – el tono de voz del pelinegro cambio súbitamente por uno más grave – dígame que puedo hacer para pasar su materia.
EL castaño profesor, pensaba contestar de una manera agresiva por tal sugerencia de parte de su alumno, sin embargo el trio del futuro pasaba por ahí y uno de ellos (cofsoracof) decidió intervenir.
-podría empezar por ponerse a estudiar Sakaki-sempai – se metió en medio de la charla el de ojos azules, sorprendiendo a ambos.
-humm… no pude haberlo dicho mejor, además de que tiene varias inasistencias a mi clase, por lo tanto solo puedo decirle que se esfuerce mas para el próximo examen – sentencio el mayor dando como finalizada la conversación.
Fin del Flash Back
-¿Qué hare? – esa era la pregunta que lo tenía desde hace unas semanas sin poder descansar totalmente, lanzo un suspiro.
-¿Qué hare? – se preguntó el profesor Miyagi, al estar frente a la casa de los Takatsuki, Chusei lo acompaño para darle ánimo y apoyarlo si las situación se complicaba con sus ex y futuros suegros.
-si quieres un consuelo…ellos te aceptan desde hace 5 años, como que te perdonaron el que te robaras la inocencia de su pobre, pequeño e inocente niño– intento bromear para consolar a su padre, pero al ver que solo provocó que se tensara más de lo que ya estaba.
-Chuu-chan no es gracioso – le dijo con un puchero
-anímate…- ya no podía decir nada más, sabía que cualquier broma podría afectar más a su padre.
Minutos más tarde, seguían en la misma posición enfrente de la puerta sin moverse un poco o pensar en entrar
*RingRing* Comenzó a sonar el teléfono del profesor, vio en la pantalla el nombre de quien llamaba encontrándose con el de su terrorista.
-moshi mo…- no acabo de contestar cuando un grito le hizo alejar el teléfono de su oreja.
-¡¿Por qué no tocas la maldita puerta de una vez?! – el grito de shinobu era de verdad muy fuerte – ¡o tocas de una vez o te juro que el que te mata seré yo!
-s…si eso iba a hacer – dijo con un poco de nerviosismo.
Toco suavemente la puerta, no tenía un real entusiasmo al ir a ver a sus ex suegros, que por causas del “destino” tendría la dicha de que volvieran a serlo. Aun con el nerviosismo, espero a que abrieran la puerta mientras repasaba mentalmente en el discurso que llevaba planeando dar para que aceptaran su relación con el menor.