Quinto mes.
La doctora Mishiro llevaba varios de los casos de embarazo masculino, entre ellos los de Shinobu y Hiroki. Se sorprendió al ver el desarrollo de ambos, el producto en ambos casos tenía un avance continúo y saludable, incluso podría afirmar que aquellos niños serían tan saludables y sin ninguna malformación. Revisaba cada análisis con sumo cuidado, chando si alguno tenía un faltante o sobrante.
Los casos mas tranquilos en su opinión, aunque la verdad era que tenia que hablar seriamente con ambos en cuanto su alimentación.
-Takatsuki-kun, necesita mejorar su dieta - declaró la mujer a cargo de su embarazo - a comparación de lo que subió la vez pasada a esta, es un exceso que le puede traer problemas.
Shinibu vio a su pareja mientras pequeñas lágrimas de formaban en sus ojos.
-¡TU DIJISTE QUE NO ESTABA GORDO! - grito mientras veía molesto al profesor.
- p-pero no éstas gordo, éstas llenito de amor - intentó calmarlo, aunque no obtuvo el resultado que quería.
- ¡...! - la doctora intervino antes de que el joven hablara.
-ni es que este gordo, solo que por lo que me cuentan tu dieta no es muy balanceada y necesitamos que el bebé se nutra adecuadamente para que nazca con una buena salud- explicó para después anotar algunas cosas en una receta - ni olvides seguir tomando el ácido fólico y estas vitaminas te ayudarán a controlar tu consumo un poco.
La doctora Mishiro también brinda apoyo y asistía las dudas de sus pacientes en su consultorio, ya que le era más cómodo. Los pacientes le hablaban para apartar una "cita" y así poder preguntar lo que querían saber y las dudas que surgieran en la plática.
-Kamijou-san, ¿porque Kusama-kun no esta con usted? - pregunto Mishiro al ver la ausencia del pediatra cuando el profesor ingresó al consultorio.
-Ayer le tocó el turno nocturno y lo dejé dormir otro rato - contesto para después sentarse frente a la mujer
-ya veo, bien pues puede empezar con sus dudas- pudo notar cómo el castaño se sonrojaba.
-se...se puede... -murmuró, de forma que ni se oía claramente que quería aunque Mishiro se dio una idea sobre qué quería decir.
-¿si se puede tener relaciones sexuales en el embarazo?,- pregunto para ver como el rojo se extendía hasta las orejas de Hiroki. - pues puedes tenerlas siempre y cuando no se apoyen en tu vientre o lo hagan de forma brusca ya que podría hacerle daño.
Sexto mes
Hiroki se encontraba en un estado de ansiedad y de molestia hasta cierto grado, intentaba hacer un acercamiento un tanto mas intimo con su pareja. Resultó que el pedirle a Nowaki el tener relaciones íntimas le era igual de difícil que a sus irresponsables y distraídos alumnos el aprobar su materia.
Posiblemente las hormonas eran las que le pedían tener algo de sexo con el pediatra, las ganas aumentaron a tal grado que compro una de “esas” novelas que su amigo escribía por pasatiempo, tenía que sacar una idea, pero no la pediría directamente. Leye un buen rato, cuando leyó como el uke conseguía su objetivo, tener una sesión de sexo con su seme, fue cuando a Hiroki le dio una gran idea. Acomodo un poco la habitación para que cuando llegara Nowaki comenzará a llevar su “malévolo” plan.
Preparo la cena, todo lo tenia en orden nada podría salir mal, se aseguro de tener todo bajo control antes de que llegara el mayor de ojos azules. Hace un momento le dijo a Sora que si no tenía planes esa tarde con algún amigo de casualidad, el menor le dijo que no y pues Hiroki le dio dinero para después decirle ”invita a quien quieras al cine, van y tardate por lo menos unas 4 o 5 horas”.
Nowaki no tardó en llegar, a las 6 de la tarde llegó puntualmente al departamento, tenía una sorpresa para Hiroki, ya que aceptaron darle el crédito hipotecario y ejo el enganche de la casa que semanas atrás vieron. Apenas entro y el olor a comida solo le hizo saber que se saltó la hora de la comida para arreglar lo de la casa. Aunque el no sabia que el castaño profesor también estaba incluido en su menú de ese dia.
Séptimo mes
Shinobu tenía ya unas semanas desde que se quedaba en casa y ya no asistía a clases, afortunadamente sus profesores le adelantaron el examen final para poder irse sin preocupaciones, aunque en todas las aprobó de forma que podría tomarse el año sin preocuparse, además que vio la forma de hacer el curso de invierno desde su casa.
Ya había hablado con su pareja sobre cambiarse a un lugar un poco más amplio para ellos y el bebé, aunque por el momento podrían acoplarse bien.
Chusei le había dicho que le ayudaba en la cocina desde hace un tiempo y la verdad mejoro mucho gracias a ello, aunque el repollo seguía siendo el mismo platillo e siempre. Le gustaba la compañía del pelinegro menor, por alguna razón desde hace un tiempo que siente ese calorcito en su corazón parecido al que le daba cuando su bebé le pateaba, tal vez eran las hormonas.
Hace días que se preguntaba dónde se metía su novio que tardaba tanto, sabía que estaban haciendo los exámenes extraordinarios para quienes no pasaron en el período ordinario, pero se le hacía una exageración que tardará más de dos horas a lo usual. No es como si desconfiara de Miyagi, pero no podía estar tranquilo las hormonas y sus celos naturales no lo ponen de nervios y hasta inseguro.
-¡Ya llegue! - anuncio el profesor que traía una bolsa de compras
-bienvenido - se levantó lentamente con un poco de esfuerzo, su abultado estómago no le permitía moverse como antes - ¿qué es lo que traes en la bolsa?
-es un regalo para nuestro pequeño - saco de la bolsa un pequeño conjunto azul para invierno, el atuendo se compone por un pantalón azul cielo, una camisa de manga larga azul pastel con rayas finas blancas, un suéter blanco y un gorro de panda.
-es lindo - se acercó al mayor y le dio un beso en la mejilla, si definitivamente las hormonas en su cuerpo lo hacían actuar diferente.