Décimo mes. Parte 3 (Las buenas noticias)
La última ecografía de Misaki se llevaba a cabo en aquel momento, la doctora revisaba los signos vitales que marcaba el monitor, mientras anotaba algunas cosas en su tablilla. Hace unos momentos había llegado en compañía de su prometido, aun no se acostumbraba a llamarle de ese modo, pero la sensación era agradable.
-bien, eso es todo – dijo la mujer mientras retiraba el aparato – estos niños son realmente increíbles, su corazón suena perfecto y su desarrollo no puede ir mejor de lo que va, si continúan con las recomendaciones es posible que nazcan sin complicaciones.
-es posible… - hablo el castaño pensó unos segundos antes de continuar – ¿que podamos saber una fecha para el parto?
-mmm – la doctora lo pensó un poco – bueno, supongo que podría dar un aproximado.
Ambos futuros padres miraron con atención a la Doctora, esperando que esta continuara.
-verán, los casos de nacimiento múltiple por lo general se adelantan a la fecha… pero no puedo asegurar que sea igual en su caso – hablo con calma Mishiro – lo que puedo hacer es decirles aproximadamente por cuales días podrían nacer.
-Eso estaría bien – el escritor tomo la mano de su pareja para transmitirle tranquilidad.
-ok, déjenme ver – se acercó a un archivero y busco el expediente correspondiente – bien, posiblemente estén aquí la segunda o tercera semana de diciembre.
-¿hasta diciembre? - pregunto Misaki, un tanto desconcertado
-bueno, por raro que parezca, y tomando en cuenta que el embarazo masculino sigue estando bajo observación… – realizo un pequeña pausa – todo indica que los pequeños nacerán igual que un embarazo individual.
-sorprendente – el susurro del escritor solo fue escuchado por Misaki, quien sonrió ante la emoción y alegría que denotaba la mirada del escritor.
-pero igual, si sientes que algún tipo de líquido o dolores muy fuertes en el abdomen… no dudes en llamarme – recomendó la galena.
-está bien – Misaki asintió, anotando mentalmente las instrucciones que recibía para poder.
Al salir del consultorio, después de que la doctora remarcara los cuidados que tenían que seguir de ahora hasta que llegara el momento del parto, decidieron pasar por una cafetería cercana para complacer el reciente antojo del castaño.
Entraron al local buscando una mesa disponible, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con dos conocidos en aquel lugar. Decidieron acercarse para saludar, y de ser posible el comer con ellos.
-¡Hiroki! – saludo el escritor al llegar al profesor, quien parecía molesto
-buenas tardes Kamijou-san, Shinobu-kun – un poco más formal y notando al chico rubio sentado frente al profesor.
-Takahashi-kun buenas tardes – respondió el castaño mayor ignorando a su amigo de la infancia.
-hola, Misaki – saludo el rubio, suavizando un poco sus facciones – es bueno verte, ¿Cómo has estado?
- bien, los trillizos son un algo inquietos y antojadizos…- se sonrojo al recordar lo que en momentos atrás había pedido por el antojo.
-te entiendo – acordó Hiroki, pues los antojos durante el embarazo de Ryunosuke fueron en extremo raros y esperaba no volver a tener que comer pizza de peperoni con mermelada de fresa.
-…- Shinobu no dijo nada, solo se recorrió lo suficiente para que Misaki tomara asiento, recordando como Hiroto le hizo comer un litro de helado de vainilla acompañado de sardinas deshidratadas.
Misaki tomo asiento y comenzó a platicar con ambos, mientras que el escritor no podía evitar fruncir el ceño… hasta que sintió su teléfono vibrar, llamo la atención de Misaki para informar que contestaría y salio del local.
-¿Quién…? –fue interrumpido antes de poder formular la pregunta.
-Usami-san, habla Kusama Nowaki –
-ah…. ¿Qué es lo que se te ofrece Kusama? – pregunto algo desconcertado, no recordaba haberle dado su número al joven pediatra.
-Miyagi-san y yo estamos en la misma cafetería que Hiro-san y Shinobu-kun – aclaro antes de continuar – le vimos salir, ¿le gustaría sentarse con nosotros?
Lo pensó un poco, vio de nuevo en dirección a su castaño amor, se veía cómodo hablando con ambos ukes, posiblemente hablando de cosas de bebés y esas cosas. Lo dejaría ser por ahora, sería lo mejor por ahora… no quería que se molestara el de ojos esmeraldas.
-bien, díganme por donde están – acepto al ver que el castaño parecía muy entretenido en su mundo.
-y… es raro verlos juntos - menciono Misaki mientras tomaba de su malteada de vainilla - ¿Paso algo?
-¿Por qué todos creen que cuando este mocoso y yo nos juntamos es por qué ha pasado algo? – pregunto molesto el profesor.
-no se… será porque nos la pasamos discutiendo la mayor parte del tiempo anciano – respondió con un notable fastidio Shinobu.
-je je… - Misaki dejo salir una suave risa nerviosa, olvido por completo como era el comportamiento de ambos al estar juntos. – y bueno… ¿Qué hacían antes de que llegáramos?
-discutíamos sobre las raras vueltas de la vida – respondió Hiroki.
-Traducción, el viejo y yo estamos de nuevo en cinta – aclaro Shinobu cruzándose de brazos, mientras que el mayor lo fulminaba con la mirada, Misaki agradeció no haber tomado de nuevo de la malteada, aquello de verdad lo sorprendió.
Extra Hiroto y Daichi (Primera parte)
-“El día de hoy mamá trajo a otro bebé… no me agrada” – pensó el pequeño Daichi al ver como su madre acomodaba al “intruso” en la misma cuna que a él. No le gusto para nada aquello.
-Dai-chan, mira este es Hi-chan, se quedara un rato con nosotros… así que llévate bien con él, ¿sí? – vio cómo su pequeño lo miraba fijamente, pensó que tal vez era su imaginación.
-“Ahora me agrada menos” – y con aquel pensamiento pico la mejilla del otro, ahora que lo veía bien… noto que el otro tenia pelo rubio y su piel de un tono rosado.
-no fastidies – escucho como la queja de otro, lo había despertado.
-“tiene unos bonitos ojos – pensó el pequeño castaño al ver las iris grisáceas del otro.
-te lo preguntare una sola vez ¿Quién eres y dónde estoy? – pregunto frunciendo el ceño (o eso intento).
-mmp… me llamo Daichi y estas en mi casa – okey… el encanto que sintió en ese momento se fue por la borda en el momento en que escucho aquella demanda.