Onceavo mes. Parte 2 (No me dejes)
“tenemos a una persona herida, la ambulancia va en camino”
Apenas la ambulancia llegó sintió como el aire le volvía a los pulmones, pero el sentimiento de intranquilidad se volvía cada vez más fuerte.Ver cómo subían al peliblanco a la ambulancia, para después subir y acompañarlo en el viaje, y ver cómo los paramédicos monitorean los signos vitales del menor.
Akihiko lo observo con ojos vacíos, su mente lo tenia en otro lado, con pensamientos sobre lo ocurrido… el empuje de Hotaru para que el vehículo no lo lastimara, el impacto contra el pavimento, los gritos de la gente y la imagen de su hijo en el suelo con sangre en su frente.
El sentimiento abrumador embargaba todo su ser, sentía culpa al descuidar a su hijo, era (de una forma un tanto cruel) irónico que hoy justamente nacerían sus pequeños y su hijo del futuro estaba herido y ningún paramédico podía decirle que tan delicado era su estado… o posiblemente su mismo estado de shock le impedía escucharlos.
Al llegar al hospital bajo junto a los paramédicos, un médico le pidió pasar a la recepción y llenar los documentos necesarios. Tan perdido quedó en sus pensamientos que en verdad los sorprendió cuando alguien lo jalo del brazo, buscó con la mirada al causante sólo para toparse con unas orbes color chocolate.
-muévete bakahiko, el mocoso esta bien - dijo el castaño con el ceño fruncido, para el escritor aquellas palabras y un suave golpe en la frente fue suficiente para poder respirar con un poco más de tranquilidad - takahashi te espera-
Lo último que escuchó fue un “¡idiota no corras!” seguido de un “no grite, está en un hospital”. Fue hasta la sala de espera donde encontró a Akemi, la cara de preocupación que tenía le achicó el corazón al pensar que el chico ya se encontraba un tanto angustiado y ahora con lo de Hotaru…
-papá te está llamando - dijo con un tono calmado - ve con él, yo estaré esperando noticias de mi hermano con los médicos.
Una sonrisa sincera fue lo que recibió del menor, Akemi parecía más tranquilo o eso intentaba aparentar. Muchas veces la conexión entre hermanos era inexplicable y posiblemente el menor ya sentía lo mismo que su hermano.
Desesperación y miedo, es lo que sentía misaki una vez estando en el quirófano, sabía que para la cesárea debía de mantenerse despierto, aunque la idea de ver como cortaban su piel para abrirse paso hacia los pequeños.
Cuando una enfermera le informó que su pareja estaba siendo preparado para poder ingresar a la sala de operaciones.
-llegaste - dijo con esfuerzo, una vez que el escritor se acercó.
-te dije que estaría contigo durante este día - tomó la mano del castaño y beso sus nudillos. Pero una extraña opresión en su mano le hizo voltear a ver a su pareja, quien tenía una cara de dolor.
-bien, ya tiene un ritmo más constante las contracciones… - la doctora Mishiro entró lista para comenzar con su trabajo - puedes gritarle todo lo que quiera, eso bajara un poco tu estrés.
-no quiero… que me… vuelvas a… tocar… nunca - Misaki aun apretaba la mano de Akihiko, mientras intentaba controlar su respiración para aminorar un poco el dolor.
Akemi espero pacientemente a que algún doctor le informará sobre la salud de su hermano, tan pendiente estaba que no sintió cuando una mano apretó su hombro.
-¿A quién esperas? - la pregunta salió con un tono ronco y rasposo.
-¡Nii-san! - el castaño se levantó la más rapido posible y abrazo al mayor - ¿como te sientes?
-algo adolorido.. pero estoy bien - y la mueca que se reflejó en su rostro lo confirmaba.
-perdón - sonrió y apretó un poco más su agarre.
-no...no lo sientes - la mueca ya era más evidente en su rostro.
-te lo mereces por preocuparme - se alejó un poco para mirar de arriba abajo a su hermano - te han enyesado el brazo y tienes vendada la cabeza.
-bueno… caí sobre mi brazo y me esguince - suspiro - me han tenido que dar algunas puntadas.
-no tienes remedio - bajo la cabeza y soltó un suspiro de alivio - lo bueno es que estas bien, no se si sea buena idea volver mientras estas herido.
-unos cuantos golpes no me mataran - le guiño el ojo mientras le brindaba una sonrisa confiada, para agregar con tono lastimero - ahora, ¿donde esta ese par de mal amigos?
-detrás de ti - Chuusei se le tiró “suavemente”, chocando con “delicadeza.”
-mi...auch - se quejo el peliblanco - cuanto amor
-el de siempre - sora sonrió ante la escena - ¿se dan cuenta que aun nos quedan unas 10 horas antes de irnos?
-...- aquello dejó casi en estado de shock a los chicos.
-¿karaoke?...-dijo algo inseguro el de ojos negros.
-karaoke - respondieron los otros tres.