No se puede detener la tormenta con las manos (2da parte)
La librería marino se encontraba con los estándares de ventas habituales, había uno que otro pedido de libros, al parecer muchas chicas se amontonaban en una zona para poder agarrar un libro, el alboroto llamo la atención del profesor, tal ves era una novela romántica la que seria publicada, pero la cara de las chicas que compraban el libro tenían la mirada cubierta de deseo y alegría.
-¿Qué pina sensei?... hacen mucho escandalo las fugoshis – dijo tranquilamente el menor mientras cargaba algunos libros.
-¿fugoshis? – había ido esa palabra antes pero no recordaba su significado, ante la mirada del profesor, Hotaru decidió que fue mala idea soltar ese comentario.
-¿ya vio las ofertas?... hay muy buenos libros a un precio razonable – pidió internamente que Hiroki olvidara su comentario anterior.
-¬¬ ese truco no funciona conmigo – el castaño se cruzo de brazos, las posibilidades de que Hotaru saliera de esa pregunta era de un 3%
Regresamos con Nowaki
Derrotado… no había otra palabra para describir como se sentía ene ese momento, quería saber que su Hiro-san estaba bien, que no corría ningún riesgo, pero las chicas que estaban a un lado suyo lo hacían dudar de la suerte que podría correr su adorado novio.
-si has visto al peli-gris de literatura – dijo una castaña oji-verde
-lo se *suspiro* es tan guapo – respondió una peli-negra de ojos miel
-demasiado sexi para la humanidad *¬* - dijo la rubia de ojos negros
-si – suspiraron las tres chicas
-demo… se ve que tiene finta de facilón, ya saben, que se lleva a la cama a cualquiera – suspiro la oji-miel
-aaahhww… eso es cierto, si ven como le llega al pelinegro (Chusei) y ni hablar del chico de diseño – enumero la rubia
- si… ¿oigan supieron lo de Kamijou-sensei? – dijo la castaña
-nooo… cuéntanos momo-chan – ambas chicas se juntaron más con la castaña para oír su relato
El pobre de Nowaki escuchaba atentamente, pues aquella chicas sabían (pensaban lo peor) de aquel chico con el que salía en estos momentos su pareja. Se acercó disimuladamente para poder escuchar.
-Kamijou-sensei esta con Takahashi-san – dijo con una sonrisa de oreja a oreja mientras se tapaba con una mano la sonrisa
-oh-my-good – ambas chicas exclamaron juntando las manos
-hace rato los vi, estaban tomando algo… no se… bueno pero después de eso se fueron, los vi pasar cerca de la zona de hoteles
-¿ustedes creen que…? – pregunto la rubia, mas su pregunta no estaba concluida
-kyaaaa >w< - el trio de chicas gritaron emocionadas
-terminara igual que una novela de Akikawa-sensei, el profesor termina corrompido por su estudiante, dando como resultado una noche llena de pasión – dijo la peli-negra
-por dios, mi-chan que cosas dices – fingió sorpresa la rubia – quien sabe si Kamijou-sensei tenga una tendencia por los menores
El pobre de Nowaki cayo en shock (literalmente se cayó) su mirada se encontraba perdida, se quedo inmóvil durante un buen rato.
-listo nowa… ¿Nowaki?- El castaño se acercaba a su inmóvil padre, le picaba la mejilla con su dedo índice
-*poku* *poku*… ne… vamos por Hiroki-san, Hotaru-kun me dijo que estaban en la librería –
De regreso a la dichosa “cita”
-exijo me expliques ahora mismo – pedía (ordenaba) el castaño
-no… bueno le digo pero con una condición – dijo mientras rodeaba la cintura del mayor con sus brazos
-…
-que me de un beso y le explico con detalles - la sonrisa burlona y el acercamiento de su cara a la del profesor, hiso al castaño reaccionar
-… ni loco, mejor le preguntare a uno de los trabajadores – se separo de manera brusca del mayor
-bueno, pero si lo ven raro no será mi culpa – si había algo que podía impedir a Hiroki Kamijou preguntar por aquella palabra era su orgullo.
Si el tiempo fuera su enemigo el tiempo pasaba lentamente y el profesor seguía sin dirigirle la palabra, bien podría hacer cualquier idiotez para que le gritara “IDIOTA” a los cuatro vientos y le lanzaría todos los libros del estante.
Por su parte Hiroki solo esperaba que el chico le contestara su pregunta, el ya no pediría nada, dejaría que la respuesta le llegara y si no… bien aun quedaba buscarlo en el internet.
-Hiroki-san, ya deje de fruncir el ceño… se pondrá feo y arrugado de la frente
Un libro fue lanzado, pero la mano experta de interceptar misiles tamaño enciclopedia había detenido el libro, soltó un suspiro y volvió a verlo de manera seria. No entendía como su querido oji-chan podía molestarse tanto por algo infantil (según el peli-gris).
-yo solo quería…
-¡ESTO ES UN SECUESTRO! – una vos grave resonó por toda la librería.
Hotaru frunció el ceño, tomo a Hiroki de la mano y lo arrastro hasta un armario, lo abrió e hiso que entrara el castaño, después de eso cerró la puerta por fuera y se fue.
-tengo que proteger a Hiroki-san, no puedo permitir que algo malo le pase – pensaba esto mientras caminaba con sigilo entre los pasillos.
Aquellos hombres tenían armas de punzo cortante, enfrentarse a ese trio seria peligroso, pero no podía permitir que alguien arruinara su “cita”, escucho los suaves sollozos de un niño, estaba abrasando sus piernas mientras que su cuerpecito sufría de violentos espasmos, se acercó cuidadosamente y le acaricio la cabeza.
-no llores por favor, se valiente… te prometo que esto acabara pronto – los rubios cabellos bajo sus dedos se sentían suaves. El pequeño levanto la mirada y con sus ojos llorosos mostro el dorado color de estos.
-Onni-chan… ¿usted detendrá a los malos? – su tierna voz mostraba curiosidad
-te lo prometo – quito su mano y se retomo su camino, encontró un buen hacia la nuca del que tenia la navaja, provocando que este callera al suelo inconsciente.
-¡Ni-san! Oye bastado ¿quien te crees? – sus palabras sonaron con enojo, y mas por golpear a quien apreciaba, aquel hombre de ojos negros lo miraba fijamente, mientras que el otro se mantenía al margen.
2 horas más tarde
-y en otras noticias… las encuestas por la web sobre ¿Quién debería cantar en los juegos olímpicos de Londres?, a quedado en el lugar numero uno la diva virtual Hatsune Miku, el programa por computadora Vocaloid… un momento… Nos acaban de informar que la librería “marino” esta bajo el poderío de un grupo de secuestradores…
La violeta mirada veía atentamente el televisor, mientras que unos castaños abrían los ojos con sorpresa.
-esperen… al parecer un joven de aproximadamente 18-19 años logro someter a los secuestradores, la ambulancia y la policía proceden a revisar y auxiliar a la gente que se encontraba. El supuesto “héroe” esta en camino al hospital por una herida provocada por una navaja de doble filo aparentemente, el chico es acompañado de un hombre de aproximadamente 27 años…
El televisor se fue apagado, dejando el lugar con un silencio incomodo, el sonido del móvil del oji-negro fue el que rompió con aquel incomodo momento.
-mochi mochi, Akemi desu – dijo serio el menor – hai… es mi hermano… hai… hai… iré enseguida –
-¿Quién era? – Misaki pedía que fueran buenas noticias pues no estaba muy seguro del estado de Hotaru, por alguna razón sentía un necesidad de saber de su estado.
-un paramédico hablo, dijo que han trasladado a Hotaru al hospital central, sufrió una herida larga pero que afortunadamente no es profunda, pero le revisaran par ver que no tenga alguna infección.
El profesor de literatura esperaba tranquilamente, o eso intentaba, ya que los comentarios mordaces de cierto rubio fastidioso no lo hacían sentir mejor, frunció de nuevo el ceño, pues aun le tenía cierto rencor al doctor ese…
Pasaron algunos minutos y no mas nada, ni una señal que digiera que ya acabo el chequeo medico, si Hiroki estaba preocupado por ese tonto estudiante, por alguna razón sitia que significaba algo, pero no sabia que era, de algo estaba seguro, por aquel muchacho no sentía amor, mas bien era como cariño…
-ahhh Hiroki, en que estas pensando – se despeino con sus manos, mientras movia la cabeza de forma negativa, intentando alejar aquellos pensamientos de su cabeza.
Flash Back
-¡HIROKI-SAN!.. – el castaño sintió como el chico lo enmpujaba hacia un lado, le iba a reclamar pero al ver a uno como la navaja se clavaba en su hombro derecho hiso que sus ojos se abrieran de sobre manera.
El peli-plateado se tambaleo un poco y recuperando el equilibrio le brindo una patada a su agresor, quitándole así la navaja de su mano y mandándolo directo a la pared, lo que provoco que este se desmallara por el impacto.
Cuando llegaron los paramédicos, el menor recibió los primeros auxilios y mientras uno de los paramédicos llamaba a uno de los familiares de Hotaru, este aprovecho para hablar con su profesor.
-lamento que no saliera bien esta “cita” Hiroki-san – dijo con una sonrisa
-mocoso idiota, ¿Cómo se te ocurre hacer cosas tan peligrosas? – el enojo del mayor era visible, aunque disimulaba bien su preocupación.
-jeje… no puedo permitir que le pase algo – después de ese comentario, tomo al mayor por el cuello de la camisa y le planto un beso, beso que desconcertó al castaño.
E. flash back
Recordar aquello era vergonzoso, con sus manos oculto su cara rojiza y molesta, pero era molestia ¿o vergüenza?
El profesor salió de sus pensamientos al oir como alguien se hacercaba con un paso acelerado. El afamado escritor llegaba al hospital con algo de preocupación… bueno eso fue lo que pensó Hiroki pues las manos del iji-violeta sujetaban sus hombros.
-Hiroki, ¿como esta Hotaru? – aunque la voz del escritor parecía calmada, o eso intento, en realidad estaba preocupado por lo que pudiese pasarle al menor.
-pues aun…
-no se preocupe, esta vivo y en buena condición – interrumpió abruptamente un doctor de cabello rubio – Kamijou-san no lo mato con tanto libro que le pudo lanzar
Una mirada de “muérete” era dirigida al joven doctor, ese doctor algún día se las pagaría por ser tan… molesto, no encontró otra palabra para poder referirse a él, o tal vez no una que fuera apta para todas las edades.
Una pareja… ¿Romántica? (2da parte)
Los besos se hacían cada vez más necesarios, las caricias iban mas allá de la pasión pura que sentían por primera vez, la camisa de Sora había sido votada al piso junto con los pantalones de Chusei.
(Se preguntaran donde se encontraban, bueno digamos que el sillón de los papas de Sora era muy cómodo)
Chusei abrasaba la espalda de su novio, con sus dedos sentía la piel del castaño y este tomaba con sus manos el redondo y bien formado… espera ¿Cómo llego a esa situación?
-cierto… Chusei me ataco, hiso que me sentara en el sillón y se subió arriba de mi y empezó a besarme – sus pensamientos le querían hacer razonar, pero su cuerpo le decía “olvida la razón y disfruta el momento”
Mientras los chicos seguían en las preliminares, cierta pareja de padre estaba a unas cuantas cuadras de su hogar.
-estúpido mocoso… ¿Quién rayos se olvida la diferencia de horarios? – se quejaba el castaño, mientras acomodaba sus gafas.
-no te enojes Hiro-san, sabes que llega a ser despistado en ocasiones n.n –el oji-azul mira a su pareja, apretó ligeramente su agarre y lo volteo a verlo – tu sabes que él es así
Ya estaban cerca, solo unos pasos mas y abrirían la puerta de su hogar, pero no sabían con que se toparían al girar la perilla.