Cap 19.- “El otro lado de la moneda”
No podía más, las contracciones eran muy molestas y de solo pensar que solo habían pasado días desde que se entero de su embarazo, y tenía por delante 5 meses iguales…no, mucho más dolorosos, se le hacia un imposible. Solo algo le reconfortaba ese pequeño era de la persona que mas amaba en este mundo, se movía mucho y eso provocaba sus dolores pero sabía que tenía mucha energía…estaba saludable y solo ese hecho llenaba su corazón de la ilusión de tenerlo ya es sus brazos.
Otra contracción se hizo presente, se aferro de las sabanas mientras su espalda se curvaba hacia atrás, su frente a perlada y su entrecejo arrugado solo daban a mostrar un poco del dolor que en ese momento sentía. Respiraba según le había dicho Yuki y que en ese momento le ayudaba
-inhala…exhala…inhala…exhala…eso es Ayase pronto pasara, duerme tranquilo, veras que pronto llegaran todos junto con Shuichi
-…Yuki-chan -entrecortadamente
-dime-respondiendo a su llamado, peinando los mechones de su frente hacia atrás y a los lados
-¿enserio crees que Shuichi esté bien?-dijo en un hilo de voz mientras intentaba regular su respiración
-sí, lo creo- dijo viendo como el rubio se quedaba dormido-pero…espero no equivocarme
****************************
¿Cuánto tiempo había estado en la misma posición?...no lo sé, no tengo ganas de ver donde estoy ni por que estoy aquí. Mi mente no trabajaba como quiero, parece que me estallara la cabeza en cualquier momento pero, quiero saber quien era ese hombre castaño y porque no puedo sacármelo de la cabeza, ¿Qué relación tengo con él?
No pude evitar asustarme por el sonido de la puerta abriéndose de par en par, pero no me moví ni un milímetro, no porque no quisiera, mi cuerpo no respondía…escuche voces muy familiares, pero no recordaba donde las había escuchado, después sentí una presencia que hizo a mi cuerpo temblar, su figura me intrigo mas, ya que estaba la habitación en penumbras solo pude ver su contorno. ¿Quién era y porque empecé a llorar?, sentía como una lagrima resbalo por mi mejilla y vi las mismas lagrimas surcar la mejilla del hombre frente a mí. La luz llego y pude ver la belleza del adonis frente a mí, su pelo rubio y ojos ocultos. Mi corazón se oprimió pero de repente sentí una presión sobre mi pecho, era otro chico peli-rojo que me tapaba la vista, parecía muy alterado y preocupado, me sacudía de los hombros lo que aumentó mi dolor de cabeza.
Mi cuerpo se estremeció otra vez cuando escuche la voz del castaño, no lo podía ver pero lo sentía, ese deseo por él y querer saber sobre él, me aterro. Comencé a temblar pero nadie pareció notarlo después de unos minutos en los que escuche gritos y ruidos de metal, el peli-rojo me llamo, como si con eso pararía de temblar.
-“¡Shuichi!”- así que ese era mi nombre. Mi cabeza y mi cuerpo ya no resistían más y caí inconsciente
-¡SHUICHI!- grito Hiro viendo que su amigo casi no respiraba, mientras su cuerpo empezó a convulsionaba. Eiri solo miraba sorprendido e impotente
Kaoruko hizo a un lado a Hiro y rápidamente voltio de lado a Shuichi y pidió ayuda
-Eiri sostenle la cabeza de lado y Hiro tu sostenle los pies- ambos hicieron lo que se les ordeno e inmediatamente Kaoruko se puso en contacto con su hermano (mentalmente) mientras revisaba los signos vitales del menor.
-¿Ya terminaron?
-hace un rato, los estamos esperando
-me temo que no podrá ser, tienen que venir, Shuichi esta convulsionando, y puede ser por las droga que le estaban dando
-¿Drogas? ¿Qué drogas?
-cuando vi su pasado, también vi las intenciones de su captor, los efectos ya se están notando, si no recibe otra dosis tal vez muera
-¿Qué quieres que haga?
-busca por la toda la casa y ve que información puedes encontrar
-entiendo, dile al chico (Takeshi) para que ayude a buscar
-como digas… Takeshi
-a sus ordenes Kaoruko-san
-si terminaste con tus oponentes ven rápidamente al interior de la casa y busca información sobre lo que hacían aquí
-entendido
Tas la breve charla el cuerpo de Shuichi paro de convulsionar, pero aun no volvía en si
-¿Qué es lo que tiene?- Hiro pregunto miedoso y preocupado, sin quitar la mirada al peli-rosa, mientras Kaoruko lo lavaba cuidadosamente con un trapo mojado y lo vestía con ropa que había encontrado en el armario de la habitación
-no lo sé- mintió sin siquiera mirarlo
-¿y por qué no llama a un medico?
-porque yo soy medico
-¡pero…!
-silencio- le calló con solo mirarlo y quien no se espantaría con esa mirada tan tétrica y carmesí - Shu-chan está descansando si algo le pasa o algo lo despierta te are el principal culpable- sus palabras podían sonar dulces a comparación del sentimiento con el que lo decía.
Después de ver a ese perro convertirse en una bestia, su asombro lo dejo pasmado y sin palabras, y si esa mujer (Someya) también se convertía en un monstruo, era mejor no arriesgarse y obedecer, pero cuando todo esto acabara le exigiría explicaciones a Eiri ya que eran sus “amigos” y sabia lo que eran, porque todos ellos no era humanos y estaba seguro de eso.
Aunque su preocupación por Shuichi era más que el miedo que tenia por esos seres bestiales, era el único medico cerca que le podía ayudar a su Shuichi
Eiri miraba por la ventana las estrellas y el extenso mar, pero su mente divagaba en los errores que había cometido, había permitido que raptaran a su peli-rosa en dos ocasiones, había sido el culpable de que perdiera esa linda sonrisa y el brillo místico de sus ojos… ¿Por qué era tan débil? ¿Por qué no podía proteger lo que quería?
Someya se había acercado a él mientras se culpaba sobre lo sucedido, pero Someya al ponerle la mano en el hombro para reconfortarlo, vinieron imágenes desconsolantes, había olvidado ponerse los guantes después de haber tratado a Shuichi y sintiéndose un intruso en los pensamientos del rubio que de seguro no recordaba por tantas cosas que estaban sucediendo
Al sentir la mano de Someya, sintió un choque eléctrico o algo parecido a eso. Cuando lo vio noto su sorpresa
-¿qué?-pregunto fastidiado
-n-no, no es nada… ¿estás bien?- pregunto alejándose un poco
-… ¿en necesario preguntar?- le respondió con otra pregunta ya que no quería hablar de eso
-no, solo me preocupo por ti, se ve a leguas que no has dormido ni comido decentemente en días y por lo que veo ni siquiera te has dado un ducha, te preocupas demasiado Eiri-san, ya todo está bien
-rio ante el comentario y miro irónicamente a Someya- ¿te parece que todo está bien?...no voy a descansar hasta que lo vea otra vez tan enérgico y feliz como era antes -apuntando a Shuichi-
-eso es imposible
-¡…!-también Hiro se sorprendió aunque no quisiera había escuchado su plática.
-es difícil salir ileso de una tragedia como esta, solo el tiempo puede curar este tipo de heridas, pero si continuamente la herida se esta abriendo y haciéndose mas y mas grande, nunca se podrá curar, si Shuichi vuelve a como era antes, será un milagro, claro que hay ocasiones en que los milagros suceden, no te reprimas Eiri, y lucha por lo que quieres…hay veces que los celos te hacen mentir…no es así Hiro-san?
Hiro le miro con algo de rabia, preguntándose como se había enterado esa bestia de su mentira
Eiri entendió en gran parte lo que le dijo Someya si su niño no podía regresar a como era antes solo, el lo ayudaría a ser el chico alegre del que se enamoro
****************************
-eso es todo lo que se- se escuchó la voz de Tohma a través del teléfono celular
-gracias Tohma, llámame si sabes algo mas ¿sí?
-claro, me alegra que te preocupes tanto por tu hermano Tatsuka, te estás volviendo otra persona
- es mi único hermano, por supuesto que me preocupo-le reclamo medio enojado y algo alagado por el cumplido que le hizo su cuñado
-… ¿Cómo esta ella?-cambiando de tema con un deje de preocupación
-bien, hasta ahora no ha dicho nada y ha estado muy tranquila, ahora está en su habitación con Ryuichi ¿quieres que la llame?
-no, no es necesario, después iré a visitarla y le llevare algunos regalos, bien si pasa algo me dices y de igual manera te tendré enterado de lo que pasa con Eiri
-sí, gracias Tohma, adiós
-adiós-colgó
Guardo su celular, y masajeo sus ojos con pereza, ya era tarde y sería mejor irse a dormir. Subió las escaleras y en la segunda planta había un corredor con tres puertas una era el baño y la otra era la habitación que compartía con su pareja Ryuichi Sakuma, desde hace un año, Se dirigió a la otra puerta donde encontró a su pareja y a la niña acostados en la cama. Ryuichi le contaba un cuento
-Y el príncipe y la princesa vivieron felices para siempre…fin, ¿te gusto Eri-chan?-en su forma infantil
La niña como de unos dos años, con cabellera rubia y ojos del mismo color, asintió mientras abrazaba a kumagoro
-bien entonces es hora de dormir, mañana iremos al parque y comeremos helado y palomitas y golosinas y nos divertiremos muchisisisisisimo- levantando sus brazos para animar a la niña
-pensé que ya estarían dormidos los dos-llamando la atención de los dos
-¡Tat-chan!- fue a su encuentro encimándosele haciendo que la niña se sentara, con la intención de abrazarlo de igual manera pero no lo hizo, solo apretó mas al peluche y permaneció sentada con los pies colgando de la cama. Esto no paso desapercibido por los mayores que deshicieron su postura para ir con la niña
-¿no me vas a dar una brazo?-Tatsuka le pregunto a la niña y esta se sonrojo, asintió tímidamente mientras Tatsuka le sonrió comprensivamente, extendió sus brazos, la niña le dio el abrazo que fue bien correspondido, apuño sus manitas en la ropa del mayor, como si creyera que si disminuía el agarre este iría a desaparecer, tal y como lo hizo su madre. El peli-negro beso su frente y profundizó el abrazo. Ryuichi solo miraba como su novio era tan bueno con los niños. Se reprimía ante el hecho de que nunca le daría esa oportunidad a su novio, la oportunidad de tener una familia con hijos propios…