CAPITULO 17: MENTE OBSESIVA.
-Tuviste mucha suerte. –Nos comentaba el papá de Fred quien revisaba las hojas con los resultados de los análisis, mi novio se encontraba con heridas por todo el cuerpo y con un suero en el brazo; yo estaba acostado a su lado abrazándolo. –Pero te recomiendo que seas más cuidadoso para la próxima vez.
-¿Más cuidadoso? –Se alejó de mis brazos y elevó su tonó de voz debido a una evidente molestia. –Te recuerdo que me empujaron, esto no fue un accidente, fue un intento de homicidio.
-Una enfermera vendrá a traerte los analgésicos, vendré a revisarte luego. –Eso fue todo lo que el doctor le dijo antes de retirarse y dejarnos solos.
-Ni porque estoy enfermo me trata bien… -se quejaba Fred apretando sus puños –es un tirano sin sentimientos.
-Fred… -le tomé suavemente su mano izquierda y le di un beso en la mejilla –tu madre murió ¿verdad?
-Sí. –Mi novio apretó fuertemente mi mano y sus ojos comenzaron a entristecerse. –No estoy bien enterado de los hechos porque pasó cuando yo tenía como cinco años, pero creo que se enfermó gravemente, y mi padre no pudo salvarla, es por esa razón que yo… -apretó con más fuerza mi mano, a lo que yo intenté tranquilizarlo dándole otro beso en la mejilla.
-Las enfermedades, no son culpa de nadie, -comencé a hablar en un tono muy suave –son graves desgracias pero nadie es responsable de ellas, estoy seguro que tu padre hizo todo lo que pudo para salvarla, sólo que a veces, no es suficiente… -Comenzamos a besarnos cariñosamente y al parecer esto calmó un poco la furia que estaba sintiendo. Al poco rato llegaron Leo y Liam con unos bocadillos y tener un pequeño día de campo en la habitación del hospital, luego de comer y de jugar Scrabble decidieron retirarse.
-Últimamente hemos estado mucho en este hospital. –Se quejaba Liam mientras caminaba tomado de la mano con Leo.
-Bueno… -le respondió su novio, -es mejor estar hospitalizado aquí que estar en la morgue dentro de una bolsa de plástico. –Ambos sonrieron y siguieron con nuestro trayecto hasta que fueron interrumpidos por unos gritos agudos.
-¡Liam! ¡Liam! ¡Corazón espérame! –Volteamos a ver de quien se trataba y vimos un chico de cabellos rubios un poco largos, alto, delgado, de piel muy blanca, tenía unas vendas sobre su nariz y sus ojos eran cubiertos por unos grandes anteojos oscuros. -¡Dichosos los ojos que te vuelven a ver! –Leo volteó a ver a Liam quien no podía reconocer a la persona que estaba frente a él, por lo que tuvo que quitarse los anteojos, mostrando sus claros ojos color verde. – ¡Soy yo, Bambi! –El nombre hizo que Leo usara todo su poder de auto control para no reírse, aunque en sus ojos se podía notar que lo hacía por dentro.
-Bambi, claro, -Liam lo saludó de mano, pero el otro aprovechado le dio un beso en la mejilla. -¿Qué haces aquí? No te reconocí con esas vendas. Mira él es mi… -Quiso presentar a su novio pero le fue imposible.
-Bueno, tesoro. –Empezó a relatar su anécdota con un irritante agudo tono de voz. –Es que al parecer mi sinusitis ha empeorado, es por eso que vine a hacerme una cirugía antes de que mi salud empeore. –Liam le creyó lo que le dijo, aunque para Leo fue evidente que se trataba de una cirugía estética. -¿Y tú que has hecho? Los chicos te extrañan mucho, y estás muy delgado por cierto…
-Bueno… -contestó el chico con una amable sonrisa- estuve en coma por dos meses, así que adelgacé con eso.
-El viejo truco del coma bimestral para adelgazar, sólo Dios sabe cuantas veces lo he hecho yo. –Río de manera tan escandalosa que hasta algunos pacientes que se encontraban en coma despertaron. –Bueno bombón, tengo que irme, no quiero que la prensa me vea por aquí; por cierto, va a haber próximamente un desfile de modas para una importante marca de ropa, si te interesa puedo recomendarte, sería lindo volver a trabajar juntos. –El modelo le entregó una tarjeta y luego se alejó contoneándose.
-¿Bambi? –Leo lo observó no muy complacido con lo que acababa de ocurrir.
-Es un viejo amigo de cuando era modelo… -Liam no dejaba de observar la tarjeta que el chico le había dejado.
-¿Piensas volver a modelar? –Su novio lo miraba un tanto preocupado, si bien era cierto que lo apoyaría, se sentiría muy solo ya que eso implicaría que Liam viajara mucho, y pasará mucho tiempo con otros chicos en poca ropa.
-Tengo que recuperar las materias que perdí cuando estuve en coma, y mi prioridad siempre será la escuela; pero el dinero me vendría bien, sobre todo para los planes que tengo. –Lo miró sonriente.
-¿Qué planes? –El chico sólo sonrió, besó a su novio y comenzó a caminar. –Te estoy hablando… dime qué planeas.
Mientras tanto yo, dejé un momento a Fred para salir a ducharme y pasar a mis clases de la tarde, cuando caminaba por el pasillo, accidentalmente tropecé con un chico. –Perdóneme, no me di cuenta.
-Sebas. –Los ojos del chico se iluminaron y me abrazó con gran entusiasmo. -¿Viniste a verme?
-Emmet… -Mi reacción no fue precisamente de alegría. -¿Qué haces aquí?
-Estoy dando mis prácticas profesionales en este hospital. ¿Eso significa que no viniste a verme? –El semblante del chico se ensombreció.
-Pues… -este tipo me empezaba a molestar, sólo nos acostamos una vez, y fue porque yo estaba decepcionado de Fred, jamás pretendí iniciar una relación larga con este sujeto. –mi novio tuvo un accidente, así que vine a visitarlo, pero ahora…
-¿Novio? ¿Tienes novio? –Emmet se enfureció tirando al suelo la bandeja de utensilios quirúrgicos que cargaba. -¡¿Por qué no dijiste nada antes?! ¿Sabes perfectamente lo que siento por ti!
-Emmet cálmate, yo jamás quise…-me arrinconó contra la pared e intentó besarme a la fuerza, el chico tenía muchos músculos, aunque puse resistencia no era rival para su fuerza; por suerte en ese momento apareció el padre de Fred y lo apartó de mi.
-Este no es el lugar para comportarse de esa manera. –El padre de Fred miró con molestia a Emmet. –Será mejor que vuelva a sus actividades, en este hospital no hay tiempo para descansar. –Emmet se fue, y sus ojos reflejaban entre enojo y tristeza.
-Señor, no crea usted que yo… -quise explicarle que no había nada entre Emmet y yo, pero antes de que si quiera comenzara a excusarme, él me detuvo.
-Descuida, por casualidad vi lo que ocurrió, ese chico no parece estar bien de sus facultades mentales, obviamente presenta una especie de trastorno, iré a llenar una solicitud para que le realicen un examen psicológico. Por favor cuida de mi hijo. –El padre de mi novio comenzó a alejarse de mí…
-¡Gracias! –Le grité con alegría, era evidente que no era una mala persona, él sólo sonrió y me señaló un letrero en el que se indicaba se prohibía gritar.
Mientras tanto Cris se encontraba junto con su novio en el departamento que rentaban juntos, la ropa de ambos se encontraba regada por el suelo; Ángel se encontraba recostado boca arriba, con las piernas sobre los hombros de Cris, quien le embestía con fuerza y violencia a lo que el chico dejaba escapar gemidos de placer y dolor. Pero Cris no estaba del todo concentrado, ya que mientras tenía relaciones usaba parte de ese tiempo para mover los hilos de sus marionetas.
-¿Cómo te fue? –Hablaba Cris al teléfono mientras le abría más las piernas a su novio para penetrarlo más profundo. –Genial. ¿Cuál fue su reacción?... Me hubiera gustado verlos… Cuándo acabes puedes darte una vuelta por mi departamento, hace tiempo que tu y yo no… -Ahora Ángel se encontraba en cuatro y su novio movía su pelvis para darle bien fuerte. –Me gusta mezclar los negocios con el placer… pues como quieras, te veo luego Bambi. –Colgó el teléfono y justo en ese momento recibió otra llamada. -¿Qué quieres Emmet?
-¡Tienes que ayudarme! –Le decía mientras se escondía en él último de los cubículos del baño de hombres del hospital. –Tiré a Fred de un puente pero no le pasó nada y sólo lo unió más a Sebas…
-Vaya, tú si que eres drástico… -Cris había hecho que Ángel se arrodillara para comenzar a lamerle su miembro. –Pues inyéctale algo que lo deje como un retrasado, digo, si estás en el hospital se te hará más fácil. Y no me molestes más. –Cris colgó y aventó su celular y luego con ambas manos, presionó la cabeza de su novio, y entre jadeos y quejidos se corrió dentro de la boca de éste, para luego dejarse caer sobre su cama, completamente sudado. –Ven aquí amor… -Levantó a Ángel y lo envolvió en sus brazos.
-¿Por qué estás haciendo todo esto? –Le preguntó el chico quien se limpiaba de los labios los restos del semen de Cris. -¿Qué te han hecho esos chicos?
-Nada… -besó a su novio en la frente, -sabes que me gusta buscar nuevas formas de entretenerme y ya casi no hay nada bueno en televisión…Pero no hablemos de eso ahora… vamos a dormirnos juntos un rato. –Ángel fue envuelto por los fuertes brazos de su novio, quien en segundos a estaba dormido, con una cara de inocencia y felicidad, pero el chico estaba preocupado y sentía remordimiento por no impedir las maldades q hacía su novio.
Mientras tanto en el hospital, Emmet se metió a escondidas a la habitación de Fred, mi novio yacía tranquilamente dormido, gracias a los relajantes musculares que le habían administrado. Sin que nadie se diera cuenta, el estudiante de medicina inyectó una sustancia extraña en el suero de Fred y luego salió sigilosamente.
Yo terminaba mis clases de la tarde, y me dirigí al hospital para explicarle la clase a mi novio internado, Leo se iba a quedar a esperar a que la práctica de futbol de Liam terminara y luego ambos irían a recogerme al hospital. Lo malo de no tener auto es depender del transporte público, de verdad odiaba ir sentado o a veces parado en esos autobuses guajoloteros.
-¿Quieres que te lleve? –Apareció Brian en su auto. Era más mi flojera que mi desconfianza así que me subí con él.
-Gracias, -le dije sinceramente –la verdad no esperaba tanta amabilidad de tu parte.
-Bueno, ahora que somos hermanos debemos de llevarnos bien, Liam y Pepe me lo aconsejaron. –Brian conducía con la vista siempre fija al frente. –De hecho, hay algo de lo que quiero hablar contigo, no puedo hablarlo con Liam, y estoy seguro de que tú me comprenderás.
-¿Qué pasa? –Volteó a verme e intercambiamos sonrisas. –Puedes confiar en mí.
-Gracias. –Sus manos sudaban mucho a pesar de que estaba encendido el aire acondicionado del auto, tragó saliva y finalmente comenzó a hablar. –Estoy enamorado de Leo, desde hace tiempo estoy enamorado de él.
-Por favor, dime que no me acabas de confesar eso. –Ahora el que empezó a sudar fui yo. –Brian, no me pongas en esta situación, sabes que no puedo apoyarte.
-¿Por qué? –Se indignó un poco. –Tú más que nadie debería entenderme, tú le bajaste el novio a Leo y las cosas están bien, yo creo que mi hermano se repondrá.
-Brian, tu hermano te adora, no le puedes hacer esto. –Comencé a soplarme aire con mi mano izquierda. –Además, Leo ama a tu hermano; el amor que sienten el uno por el otro es casi irreal.
-¿Quieres decir que yo no soy tan bueno como mi hermano? –Pude notar una ligera furia en su tono de voz.
-No dije eso, sólo que… Brian, al final de esto él único herido vas a ser tú, mejor olvídate de Leo, o terminaras sin novio y sin hermano. –Brian aceleró la velocidad debido a su evidente molestia. –Brian baja la velocidad, nos pueden detener. –Y en efecto una patrulla de policía nos comenzó a seguir. –Brian detente o si no ambos terminaremos en prisión. –Finalmente se estacionó y el policía caminó hasta la ventana de mi hermanastro.
-¿Sucede algo oficial...Noiret? –Preguntó Brian al ver el nombre del atractivo y joven oficial de ojos color miel en su uniforme.
-Iban muy rápido y…-El uniforme del policía se ajustaba perfectamente a su marcado y atlético cuerpo. –Me llevaré su licencia, -le dejó una tarjeta- puede venir a buscarla a mi oficina mañana. –El oficial miró a Brian detenidamente y luego se fue. –Lo espero.
-Genial, justo lo que me faltaba. –Lo que Brian no sabía en ese momento es que vería a ese policía muchas más veces de las que se hubiera imaginado.
Finalmente llegué al hospital, me detuve un momento en la tienda de recuerdos para comprarle una rosa a mi novio, jamás le había regalado una y me pareció un gran detalle. Mientras caminaba hacia el cuarto de mi novio vi como el papá de Fred pasaba corriendo seguido por enfermeras que lo asistían, tiré la rosa que acababa de comprar y fui corriendo con el rostro cubierto de lagrimas, los enfermeros no evitaron que entrara, y pude ver como mi novio yacía inconsciente, entonces volteé a ver la máquina que indica sus signos vitales, y está indicó que su corazón se había detenido.
CONTINUARÁ…