Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Abrir Mi Corazón por Caballero de la Luna

[Reviews - 113]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Qué tal amigos y amigas, ya estoy aquí con un capitulo recien salido del horno. Llegó el momento de Fred para tomar las riendas de la historia, espero les guste este capitulo.

Espero que la narrativa se entienda porque hay saltos hacia el pasado.

CAPITULO 26 – HOMBRE PERFECTO

 

-Oye... –Liam se encontraba lavando los platos de la cena. Últimamente tenía que hacer el doble de trabajo. –Este… Fred… No es que me moleste, pero… ¿cuánto tiempo planeas quedarte aquí?

-Pues no sé… -El nuevo habitante del departamento se encontraba acostado en el sofá, vistiendo solamente unos holgados bóxers mientras veía caricaturas en televisión. –Recuerda que estoy aquí por ti, para hacerte compañía mientras superas todo tu trauma.

-Yo… -Acabando de lavar los trastes, el mayor se dio cuenta que en el piso estaban regadas bolsas y restos de frituras que él no había comido. –Creo que ya tengo otro trauma.

-Ahí está… -El joven rascaba su axila y bostezaba. –Me necesitas para ayudarte a superarlo.

-Hablemos ya en serio. –Ahora el de lentes estaba con la escoba barriendo la sala. –Entiendo que no tenías una buena relación con tu padre, pero… ¿no te enseño siquiera a tener valores?

Entonces a mi mente vino un momento del pasado. Hace 21 años cuando recién ingresaba al kínder. Recuerdo que yo no quería entrar, y todo el tiempo durante el trayecto de la casa al colegio fingí muchas enfermedades para tratar de convencer a mi papá que no me dejara solo ahí. Cuando al fin llegamos me abracé a su pierna.

-Papi… no me dejes aquí… -lloriqueaba mientras me abrazaba cada vez más fuerte a su pierna. –Yo quiero ir al hospital contigo.

-Hijo. –El hombre se arrodilló ante mí y con delicadeza secó mis lágrimas. –Ya habíamos hablado de esto, ya eres un niño grande y es normal que empieces a asistir a la escuela, además prometo estar aquí puntual para recogerte a la salida.

-¡No es cierto! –Le grité ahora completamente enojado pero sin dejar de llorar. -¡Tú me quieres abandonar como lo hizo mi mamá! –Sin que se lo esperara salí corriendo del lugar. -¡Te odio papá!

Gracias a mi pequeño tamaño logré escabullirme entre la gente que pasaba caminando a dejar a sus demás hijos, corrí con todas mis fuerzas para que mi papá no me alcanzara, me metía a callejones y cada vez me alejaba más. Cuando había agotado todas mis fuerzas me di cuenta que estaba en un lugar que no conocía; recuerdo que había hombres tirados en el suelo durmiendo, con las ropas desgastadas y botellas de licor en la mano, los edificios estaban desgastados y pintados con garabatos obscenos, muy diferente al lugar donde yo vivía.

-Oye Manolo… -De pronto dos hombres mayores con aliento alcohólico se me acercaron causándome un miedo terrible. –Yo creo que este mocoso anda perdido.

-Tienes razón Eusebio. –Le respondió el otro acercándose aún más. –Y se ve bien fino, yo creo que podemos sacar una buena recompensa si lo devolvemos a su casa. Pero debemos retenerlo un poco más de tiempo para que aumente su valor.

-¡No se atrevan a tocarme porque les irá mal! –Los amenacé pero mi pequeño tamaño infantil no era precisamente temible, así que sólo se echaron a reír.

-No me hagas reír mocoso. –Insistente, el hombre al que habían llamado Eusebio puso su dedo pesado sobre mi pecho. –Ya te toqué. ¿Qué me va a pasar? –Sin siquiera esperárselo, eso hombre fue jalado de los hombros hacia atrás y con fuerza fue a dar contra unos contenedores de basura.

-¡Papi! –Grité feliz al verlo y me puse detrás de él.

-Nadie se mete con mi hijo. –Mi papá volteó a verme sonriéndome confiadamente, los otros hombres aunque intentaron no pudieron ni hacerle cosquillas a mi papá quien a golpes los hizo entender haciéndolos huir a toda la velocidad.

-Estuviste genial papá. –Le decía feliz mientras me llevaba cargando en sus hombros. –Yo creo que ni Goku podría vencerte, eres el hombre más fuerte del mundo. Cuando sea grande quiero ser como tú.

-Si o que dices es verdad… -Su tono de voz era suave pero muy firme. –Entonces debes ir a la escuela para ser un hombre justo y de honor, te aseguro que serás mucho más fuerte y mejor hombre que yo algún día. Además, tu amiguito Leo también va a ese colegio así que no estarás solo.

-Sí papá, te prometo que iré al colegio y seré el mejor hombre de todos.

Entonces, mi mente volvió de nuevo al presente, y me di cuenta que el pobre de mi compañero de cuarto estaba sufriendo desmanchando el chocolate derretido de uno de sus muebles.

-Deja ahí. –Le quité el trapo de la mano. –Tu tienes trabajo que hacer, yo me encargo de la limpieza y por supuesto que pagaré la mitad de la renta.

-Vaya Fred, que cambio, parece que los cinco minutos en que te quedaste como inconciente te sirvieron para reflexionar. –Yo sólo sonreí, y ayudé a quitar esa mancha, luego tomé mi celular y salí un momento a la terraza. –Oye compañero, no quiero parecer exigente, pero aún quedan tus frituras sobre el suelo.

-Ya lo sé. Pero mañana me entregaran un premio y habrá una ceremonia, a la que por cierto estás más que invitado, y antes de seguir limpiando tengo que hacer una llamada. –Lógicamente su pregunta fue: “¿A quién?” –Voy a llamar a mi papá, quiero que esté ahí en primera fila.

Terminé de asear la casa por lo que esa noche dormí como un bebé debido al cansancio, ni siquiera me encontraba nervioso por la ceremonia que tendría al día siguiente. Al parecer, por mis excelentes calificaciones y mis logros deportivos, la escuela había decidido otorgarme un reconocimiento, bueno en realidad éramos diez los premiados. Tuve que vestirme de traje y corbata ese día, y la verdad nunca me he acostumbrado a hacerlo, mientras caminaba al cuarto en donde nos reuniríamos todos los estudiantes, me encontré con Emilio, uno de mis antiguos compañeros de preparatoria, al parecer, el había sido otro de los alumnos premiados.

-Fred, es un gusto amigo. –Me saludó y hasta me dio un fuerte abrazo. –es raro que no nos hayamos visto desde la graduación de la prepa, a pesar de que vayamos en la misma universidad. Por cierto, supe que Leo también estudia aquí. ¿Siguen siendo novios?

Ahora mi mente regresó a mi último año de prepa, más específicamente al día de mi cumpleaños número 18. Recordarme hizo que me diera un poco de risa, llevaba el cabello parado y vestía mi uniforme de instituto y cargaba una gigantesca mochila con todos los libros que me hacían llevar.

-Oye Madeleine. –Escuché sin querer a dos de mis compañeras susurrarse. -¿Te has dado cuenta como se tratan Leonardo y Alfredo?

-Ay si, Melissa. –La otra le siguió la conversación en un tono muy sorprendida. –Ya todos se dieron cuenta, de seguro esos dos son amantes.

-Qué barbaridad. –Continuaban su conversación. –Y que desperdicio de hombres porque la verdad los dos son muy atractivos, lástima que estén echados a perder.

-No sé cómo en esta escuela para gente elegante, permiten que ese tipo de personas asistan. Me imagino que los padres de ambos deben tener mucho dinero.

-Además, tengo entendido que sus padres los apoyan. Muchas veces se han quedado para dormir juntos en la casa del uno o del otro. A este paso, pronto vamos a ver a Alfredo venir a la escuela con vestido, zapatillas y muy bien maquillado. –Ambas rieron histéricas. –Los dos son un asco de hombres.

Fue en ese momento que entré al salón y se quedaron calladas pero se dedicaban sonrisas de complicidad. Para mi maña suerte, en ese momento llegó Leo con un enorme pastel de chocolate en las manos que él mismo había hecho para celebrar mi cumpleaños con todo el salón.

-¡Muchas Felicidades Fred! Te traje este pastel como regalo. –De inmediato todos en el salón comenzaron a murmurar, no sé que me pasó, pero jamás me he arrepentido de algo cómo lo que hice ese día.

-¿Y qué esperas de mí? ¿Un beso? –Le pregunté sarcásticamente a lo que mi amigo quedó casi en estado de shock. –Ya sé que te gusto. Pero yo soy hombre y no quiero que una loca como tú me ande siguiendo.

-Ya… -Leo, casi en estado de inconsciencia, puso la caja con pastel sobre su pupitre y se fue corriendo del salón. Mis compañeros varones me felicitaron y me dijeron que por eso yo era el capitán del equipo de soccer, que había hecho lo correcto al poner a ese asqueroso homosexual en su lugar. Para haber hecho lo correcto, nunca me había sentido tan mal en mi vida. Las clases continuaron y yo no dejaba de prestarle atención  a su asiento vacío y a ese pastel, que seguro se había tardado horas en hacer. Llegó la hora del receso y supuse que Leo se había ido a casa; me dirigí al baño a orinar y escuché como alguien dentro de los cubículos lloraba.

-¿Eres tú Leo? –No obtuve respuesta, al contrario, los sollozos pararon. Estaba seguro que era él, así que me agaché y me arrastré por el suelo hasta que entré en ese pequeño lugar, en efecto era él sentado y llorando sobre el escusado. -¿Por qué estás llorando? –Estúpida pregunta, era obvio por la forma en que lo había tratado.

-Discúlpame. -¿Por qué me decía eso? Yo había sido él que había actuado mal, y ahora me sentía mucho peor. –Tienes razón, estoy enamorado de ti, sé que está mal y que tú nunca me corresponderás, pero ahora incluso he perdido tu amistad y yo…

-Oye. ¿Quién dice que ya no somos amigos? –Le sequé las lágrimas con mis dedos. –Tú y yo seremos amigos hasta que los dos seamos viejos, y estemos en el asilo de ansíanos a riesgo de morir porque se nos olvidó tomarnos las pastillas. –Hice que sonriera un poco. –Ven, vamos a comer ese pastel que de seguro está delicioso. –Con dificultad logramos salir del cubículo, y luego de que se lavara la cara y hacer menos obvio que había estado llorando volvimos a nuestro salón. Los murmullos se agitaron y era como escuchar a abejas revoloteando, Leo a pesar de escucharlos y ser víctima de malos comentarios, con toda dignidad entró y comenzó a repartirles pastel a todos nuestros compañeros, dedicándoles como siempre una cálida sonrisa, cuando terminó de hacerlo me entregó a mí una rebanada. ¿Qué más necesitaba para saber que a quien tenía delante de mí, era el hombre más bueno del mundo. –Oigan… -Me dirigí a mis compañeros en voz alta. –Con que les gusta hablar, pues les voy a dar mucho material para que tengan para hablar de aquí a la graduación. –Ante los ojos sorpresivos de todos tomé a mi amigo entre mis brazos y juntando mis labios a los de él, nos dimos un profundo beso, puro y lleno de amor. Luego me arrodillé y delante de todos le pedí humildemente poder ser su novio, al darme un sí como respuesta, lo levanté y lo senté en el escritorio del maestro y nos estuvimos besando hasta que el profesor llegó y nos reprendió, de castigo tuvimos que pintar algunos salones, pero todo ese tiempo sirvió para unirnos aún más.

-¡¿Me estás escuchando?! –Emilio gritaba clamando mi atención, yo sólo respondí con un: “¿Qué?” –Ya va a empezar la ceremonia, vamos.

La ceremonia fue aburrida, puros discursos de gente invitada del gobierno que decían nuestros nombres con tanta familiaridad y leían de un pedazo de papel todos nuestros logros, diciendo además que era gracias al apoyo de ellos que habíamos podido lograr eso. Como si ellos me hubieran ayudado a estudiar, o pasaban entrenando horas conmigo. Estuve feliz una vez que todo acabó, aflojé mi corbata y caminé a donde estaba mi padre, quien por cierto iba acompañado por mi otro padre, y entre ellos pelaban por mi atención, lo bueno de tener dos padres era que la fiesta de celebración iba a ser en un lugar más caro. Mientras ellos se ponían de acuerdo a dónde ir, alguien me tocó el hombro.

-Muchas felicidades por tu reconocimiento. –Era Sebastián, venía vestido de traje muy elegante, y entre sus manos traía una pequeña caja de regalo.

Mi mente ahora se fue tan sólo unos meses atrás, a la habitación de una cabaña apartada en el bosque, recuerdo que habíamos idos los cinco ahí para celebrar mi exitoso trasplante; podía sentir las sabanas de seda cubriendo mi pecho desnudo, el aire acondicionado no estaba encendido pero por la ventana entraba una brisa muy fresca.

-¿En qué piensas amor? –Era Sebastián, también estaba desnudo, habíamos terminado de hacer el amor como muchas veces lo habíamos hecho ya. -¿Estás muy pensativo hoy? –Con su dedo acariciaba mi pecho, sentirlo hacía que me volviera excitar.

-Pensaba en el futuro. –Tomé su mano y la besé. –En lo solo que estaré cuando ya no estemos juntos.

-Así que ya estás asumiendo que lo nuestro es temporal. –Algo molestó me arrojó una almohada.

-Todo en esta vida es temporal. –Lo abracé con mi brazo derecho y lo llevé a mi pecho para que recostara su cabeza. –No digo que sea mañana, podría ser dentro de diez años o cincuenta. Sólo sé que cuando eso ocurra, yo no tendré nada. Liam y el pesado de Brian son más amigos tuyos, y ahora que Leo está comprometido casi no nos vemos, pero tú serás como su cuñado así que seguirás teniendo relación con él, pero yo no tendré a nadie.

-Me tendrás siempre a mí. Pasé lo que pasé, prométeme que jamás dudarás de mi amor por ti. ¿Me lo prometes?

-Te lo prometo. –Sellamos nuestro acuerdo con un beso, pero algo dentro de mí me decía que algo estaba a punto de suceder y mi temor de estar solo se iba a cumplir.

-…y sé que no nos hemos hablado últimamente pero… vine con Liam… Oye… ¿Has escuchado algo de lo que te dije? –Me preguntó con su habitual tono de furia y me hizo recordar a cuando éramos novios y yo me olvidaba de algo importante, cosa que me pareció muy graciosa en ese momento.

-Perdóname Sebastián. –Él se quedó muy serio, casi nunca lo había llamado por su nombre así. –No pude cumplir esa promesa que hicimos en la cabaña. Además te traté muy mal y sin embargo aquí estás, apoyándome, como siempre lo has hecho desde que te conozco.

-¿Te vas a poner cursi otra vez? –Ahora estaba aún más sorprendido. –Nuestro noviazgo empezó de la manera incorrecta, era lógico que acabara mal, y a pesar de eso, recuerdo con mucha alegría todos los momentos que pasé contigo. Y quién sabe, tal vez algún día cuando hayamos madurado un poco más, podamos volver a estar juntos, pero mientras seamos amigos.

-Claro que sí, amor, quizá algún día. –Lo mi brazo y  rodeé con mi brazo y caminamos hasta el estacionamiento para luego irnos todos a festejar.

Sé que no soy un hombre perfecto, he cometido errores pero creo que el aprender de los mismos e intentar solucionarlos me hace ser un poco mejor.

-Oye… -Sebas se acercó a susurrarme algo al oído mientras cenábamos en un lujoso restaurante. -¿Ya viste? No estás solo, todos estamos aquí sólo por ti, para celebrar el gran hombre que eres. –Alcé la mirada y pude verlos, a mis dos padres que habían hecho una pequeña tregua para no pelear ese día, dos hombres admirables que a pesar de haber cometido errores en el pasado habían logrado poner sus diferencias a un lado por el bien de su hijo. A Liam, un joven alegre, con un enorme corazón y una poderosa aura positiva que siempre lo rodea, y que aún con el corazón destrozado mostraba siempre una sonrisa de apoyo a los demás. También Brian, la verdad a él no sé quién demonios lo invitó, no tengo nada que decir de él.

-Oye. –Me reclamó el inútil. -Al menos piensa algo bonito de mí ya que no tuviste una escena retrospectiva conmigo.

Pero, alguien faltaba y era una de las personas más importantes para mí. Leo se encontraba ausente esa noche. Yo mejor que nadie sabía lo buena persona que era, y por ningún motivo iba a dejar que algo malo le pasara; se encontraba confundido y desubicado, pero dependía de nosotros hacerlo entender.

 

CONTINUARÁ…

 

Notas finales:

Pues ya estuvo, no sé si les haya gustado o no éste capitulo, pero debo decir que a mí es de los que más me ha gustado, y fue como escribir cuatro capitulos en uno.

Cuando llegué a a parte retrospectiva de Sebas y Fred, de nuevo todo se tornó muy cursi y dije ok ya tengan su escena rápido jaja. Pero me gustó todo lo de Fred y Leo, creo que fue lo mejor del capitulo.

Y de nuevo estoy en problemas, ya tenía cómo iban a quedar las relacionados todos, pero ahora entré en conflicto y no sé qué hacer. ¿Cómo quieren que acabane, Fred y Leo, o Liam y Leo, y también volver a juntar a Fred y a Sebas? No sé, por favor diganme su opinión.

Bueno nos vemos el próximo lunes, ahora toca el turno de Brian, así que para su capitulo tengo preparado un super lemon, que estoy indeciso si hacerlo o no, pero bueno. Cuidense mucho, gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).