CAPITULO 28 – UNIVERSO ALTERNO
-Amor, ya es tarde. –Entre sueños, escuchaba que alguien me hablaba pero no podía identificar de quien se trataba. –Van a venir las mucamas del motel a corrernos. ¿Es que quieres que te despierte con un beso? –Y así lo hizo, pronto sentí unos apasionados labios sobre los míos, instintivamente abrí mi boca para dejar entrar su lengua, lo rodeé con mis brazos y lo atraje hacia mi cuerpo. –Ya en serio, me gusta estar contigo pero nuestro tiempo acabó, además tengo que regresar al hospital.
-¿Hospital? –Pregunté adormilado mientras abría lentamente los ojos. Pero mi sorpresa fue grande al darme cuenta con quien estaba. -¡Doctor Alfredo! –Era el padre de Fred, el que antes me había besado y ahora se encontraba vistiendo con su ropa interior para luego colocarse su atuendo de médico.
-¿Me dijiste doctor? ¿Desde cuando eres tan formal? –Se acercó a besarme la mejilla. -¿Es acaso uno de tus nuevos juegos sexuales?
-Ya enserio, tiene que explicarme. –Me levanté de la cama y me di cuenta de que me encontraba totalmente desnudo, así que avergonzado me tapé con la sabana. -¿Acaso usted y yo… hicimos lo que creo que hicimos?
-Claro, unas tres veces al menos. –No puede ser, era el fin seguramente me drogué o me emborraché sin quererlo había terminado en la cama con el señor Alfredo, aunque vaya, hacerlo tres veces, es más rendidor que su hijo. –Debo decir que a pesar de llevar tres años haciéndolo siempre encuentras nuevas formas de sorprenderme.
-Sí, ya ve como soy… ¡Espere! ¿Tres años? ¿De qué demonios habla?
-Debes estar dormido todavía. –Mientras me ponía la ropa le pedí que me ayudara a recordar. –Lo empezamos a hacer desde que tu hermano ingresó al hospital, fue tu forma de pagarme las cuentas, y luego de que murió, hace ya un año, seguimos haciéndolo, y te he dado una buena vida.
-¿Cómo que mi hermano está muerto? –Si esto era una especie de broma ya caía en el mal gusto. –Recién ayer lo vi, estuvimos jugando juntos.
-Sebas, tu hermano murió hace un año, cuando lo llevaron a internar ya era muy tarde y no pudo vencer su enfermedad. ¿Qué pasa? ¿Tuviste algún sueño raro? –Gentilmente acarició mi mejilla pero yo lo alejé bruscamente.
-Usted me está mintiendo, yo jamás me acostaría con usted y por supuesto que mi hermano no ha muerto.
El doctor se había quedado sorprendido con mi actitud pero no me importaba, sólo necesitaba llegar a mi casa y comprobar que mi hermano se encontraba bien. Llegué a las afueras y le pedí a Beau, el guardia de seguridad que me dejara pasar.
-Lo siento, pero necesito una identificación. –Me respondió serio.
-Beau, de verdad no estoy para bromas, sabes perfectamente que yo vivo aquí.
-¿Ve que me estoy riendo? –Su rostro era muy serio. –Yo jamás hago bromas, ahora si no se identifica, tendré que pedirle que se vaya.
-No sé qué pasa con todos hoy. Yo vivo aquí. –Las cosas estaban muy raras.
-¿Qué pasa aquí? –Un chico como de 23 años, muy robusto y comiendo una dona, apareció en la entrada, jamás había visto a este chico.
-No es nada joven Brian. -¿Acaso le había dicho Brian? Más bien parecía que ese chico se había comido a cinco Brians. –Este joven insiste en que vive aquí,
-¿De verdad eres tú Brian? –Me acerqué para verlo más de cerca, evidentemente eran sus ojos y su voz era la misma, pero al tocar sus cachetes me di cuenta que no era un disfraz. –Pero, ¿qué te paso? ¿Por qué estás tan gordo?
-¡No estoy gordo! –Se enojó el muchacho. -¡Es un problema glandular! –Antes de ordenar que me echaran por grosero le dio el último mordisco a su dona.
El guardia me cargó a la fuerza y me echó lejos de ese lugar. No sabía qué era lo que ocurría, y no sabía cómo resolverlo, pero había alguien que siempre resolvía todos los problemas, Liam, sólo tenía que buscar mi celular y llamarlo, él solucionaría todo el problema, siempre lo hace. Saqué mi teléfono, busqué su número pero no lo encontré, de hecho tenía un montón de contactos extraños. No tenía cómo contactar a mi hermano ni a nadie. Tenía al parecer el número de mi casa, estuve tentado a marcar pero tenía miedo de que me dijeran que era verdad y que Pepe había muerto. Me senté en la banqueta y poniendo mi cabeza entre las piernas comencé a llorar.
-Anda, seca ya esas lágrimas. –Una voz femenina aunque algo grave me ofreció gentilmente un pañuelo.
-Gracias, señora. –Lo acepté y al ver hacia arriba me di cuenta que se trataba de un travesti. Llevaba un vestido muy corto y entallado, unas zapatillas muy altas y una peluca rubia, pero además era muy joven, debía tener casi mi misma edad. –Perdón, gracias… señorita.
-Me llamo Clara, la linda Clara, cuando sonrío todo el mundo se aclara. –Soltó una risa muy chillona.
-Eso es muy lindo. –Creo que su risa me hizo sangrar ambos oídos. Pero cuando la vi más de cerca, reconocí sus ojos, sus labios, sus manos. -¡Ay Dios no es verdad! ¿Eres tú Fred?
-No, no. –Me dijo cerrando los ojos y moviendo la cabeza meneando su peluca. –Yo ya no atiendo a ese nombre, ahora soy la linda Clara y cuando sonrío todo el mundo se aclara. –Pues mi mundo parecía ennegrecerse todavía más. -¿Qué te pasa primor? A un joven tan lindo como tú no le quedan esas lágrimas, anda, cuéntale a Clara todos tus pesares.
-No sé, siento que no encajo en este mundo. –Mientras Clara o Fred, hablaba de que a él le había pasado lo mismo al sentirse atrapada en un cuerpo de hombre, intenté recordar el día de anterior, necesitaba una pista, no podía estar loco.
Recordaba que era Halloween y que había salido a la feria con mis tres hermanos, con Liam, había hablado de la situación de Leo y que necesitábamos apoyarlo. En ese momento me sentí muy mal, en parte pensaba que yo lo había llevado a esa situación, fueron mis acciones las que lo habían transformado. Al ir caminando por la feria, me encontré que unos hombres estaban molestando a un chico, era muy flacucho y sin fuerzas y no se podía defender, así que me acerqué ayudarlo y logré ahuyentar a los agresores. Pude ver al joven que había rescatado, tenía ropas extrañas, como de gitano, él muy amablemente se ofreció a recompensarme con un deseo, le dije que no era necesario, pero en mi mente pensé que si deseaba algo sería no haberme cruzado en el camino de Leo, que tal vez así estarían las cosas bien.
-¡Lo tengo, fue ese joven gitano!
En ese momento tomé a Clara de la mano y los dos nos fuimos corriendo a la feria de Halloween a buscar al muchacho, pero ya no estaba, la feria se había ido, junto con mi oportunidad de volver todo a la normalidad. Pero no me iba a dar por vencido, regresamos de nuevo a la casa de mis hermanos y cuando Brian salió según él a hacer caminata, vestido en ropa de ejercicio, lo abordamos y le dijimos que nos llevara con Liam, que era un asunto importante y que si nos ayudaba, entonces lograría adelgazar; creo que eso lo entusiasmó, de inmediato nos subió a su auto y nos llevó al estudio donde Liam estaba teniendo una sesión fotográfica.
Brian se identificó como el hermano del modelo y nos dejaron pasar a todos, creo que un tipo de seguridad le agarró el trasero al travesti Fred. Finalmente entramos al camerino y mi hermanastro se encontraba en ropa interior tomándose fotos con su celular.
-A este si me lo como todito. –Exclamó Clara mientras se relamía los labios al ver a semejante hombre.
-Liam, que bueno que te encuentro. –Me sentí aliviado. –Te necesitamos, sé que sonará extraño pero tenemos que romper un hechizo para poder regresar a nuestro mundo y tú eres el más inteligente de todos, por favor tienes que ayudarnos.
-Sí. –Aplaudió contento. –Me encantan los jueguitos, una vez yo y mis compañeros organizamos una búsqueda del tesoro, pero todos estábamos desnudos y el premio era encontrar la tanga dorada, lo malo fue que yo perdí, no me di cuenta que estaba agarrando el mapa por el reverso, yo pensé que estaba todo blanco porque me iba a mostrar un camino mágico como el mapa que tiene Harry Potter. –No puede ser, mi última esperanza era un modelo descerebrado. -Pero pido hacer equipo con mi hermanito, él es muy inteligente.
-¿En serio eres muy inteligente? –Pregunté desconfiado.
-Sí. –Respondió muy serio mientras sacaba de la enorme mochila que llevaba un enorme libro. –Y he estudiado por diversión las artes oscuras, la única forma de romper un hechizo es destruyendo el objeto del hechizo. ¿Qué fue lo que deseaste?
-Ayudar a un amigo.
-Ahí lo tienes. –Brian cerró el libro orgulloso. –Para acabar con el encantamiento lo único que tienes que hacer es matar a tu amigo en este mundo y así tú volverás al tuyo. –No puede ser, la única forma que tenía de volver a mi mundo, era matando a Leo. –Pero no te preocupes, técnicamente todos desapareceremos, a menos que estés alucinando, entonces esta historia terminaría muy trágico.
-Debe haber otra forma, no puedo matarlo. Investiga en tu libro. –entonces Brian encontró un ritual con velas y encantamientos, pasamos a comprar todo a una tienda de magia y cosas de lo oculto, y luego los cuatro nos dirigimos a la casa de Leo, por suerte se encontraba ahí. Estaba vestido detraje y muy amablemente nos recibió en su casa, y le expliqué toda la situación.
-Déjame ver si entendí. –Leo sorbió un poco de su limonada. –Tú vienes de otro mundo en él que mi exnovio Fred no es un travesti desvergonzado, este joven Brian es delgado, y el modelo que no ha dejado de observarse en cualquier superficie reflejante es súper inteligente. Pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo? Bueno, si tu mundo es tan genial como dices entonces yo debo ser un Dios, porque al menos en este mundo ya he ganado el premio Nobel de la Paz y en unos meses me voy a África ayudar a los niños con desnutrición, de hecho, voy con mi prometido, un noble doctor que dedica su vida ayudar a la gente y que me ama como nadie me ha amado en la vida, ni siquiera tú Fred. Dime, ¿qué me espera a mí en ese mundo? –No supe que contestar, de alguna forma todo había resultado bien, al parecer Leo tenía una buena vida. –Además, Fred decidió ser quien es porque así se siente mejor, Brian puede hacer ejercicio y adelgazar y Liam pues… bueno yo creo que debería volver a estudiar la primaria, así que no veo problemas en este mundo, si tú estás tan insatisfecho con la vida que te tocó, deberías ir a terapias y no andar inventando mundos paralelos.
-Mi hermano murió. –Dije cabizbajo. –Por favor, sólo te pido una oportunidad, sí el hechizo no funciona no te volveré a molestar, pero sólo quiero ver a mi hermano, si no fuera por eso, créeme que ni siquiera me importaría regresar. –Parece que en ambos mundos, Leo tenía buenos sentimientos y finalmente accedió.
-¿Sólo me quedo sentado aquí? -Preguntó Leo a Brian, quien dibujaba un circulo mágico a su alrededor, para luego echarle algunos polvos en la cara. -¿No hay otra forma de cambiar el mundo?
-La otra forma es que mueras. –Respondía Clara. –Así que creo que debemos intentar esto.
Una vez estuvieron terminados los preparativos, Brian y yo comenzamos a leer unas palabras en un lenguaje extraño, pero cuando recién estábamos comenzando, las ventanas de la casa se rompieron y entraron unos extraños hombres vestidos con armadura de caballero.
-¡Hemos venido a detener el fin del mundo! –Los hombres desenfundaron sus espadas, y nosotros cinco comenzamos acorrer. Lamentablemente Brian no era muy atlético, y fue atravesado por una espada que cargaba uno de los hombres. Sabiendo que no podíamos escapar todos, Liam y Fred sacaron su valor y se enfrentaron a golpes con algunos de ellos, pero eran cientos y salían como hormigas, ambos también fueron asesinados por estos hombres que clamaban a favor de la iglesia católica. Leo y yo nos escabullimos hasta el sótano de su casa, donde nos encerramos mientras yo intentaba buscar una salida.
-Tienes que matarme. –Me ordenó Leo, pero yo lo ignoraba intentando buscar una ruta de escape. –Hablo en serio, sólo así salvarás a tus amigos y a Fred.
-Pensé que no creías nada de eso.
-Prefiero creer que hay un mejor mundo, aunque no me dijiste como es mi vida allá. –Leo encontró un cuchillo y me lo dio. –Anda hazlo antes de que aparezcan esos sujetos. –Tomé el cuchillo con fuerza.
-Prometo que tendrás la misma vida que tienes aquí. –Mi amigo cerró sus ojos y se preparó para recibir el golpe que le daría muerte. –No puedo hacerlo Leo. –Solté el arma y lo abracé envuelto en lágrimas. –Eres mi mejor amigo, tú me apoyaste como nadie más lo hizo, no puedo pagarte así. –Entonces, los hombres armados con espadas entraron al sótano, yo me puse delante de Leo. -¡No lo lastimarán!
-¡No seas estúpido! –Respondió el que parecía el comandante. –Él es la llave de este mundo, si muere, todos morimos, nuestro deber es proteger al elegido, así como a este mundo, y nos desharemos de todos los que planean traer el apocalipsis. –Al terminar, me enterró su espada en el pecho, y caí muerto frente a Leo, quien llorando y resistiéndose, fue capturado por los espadachines.
El comandante subió a mi amigo con él a su caballo, para después dar el grito de victoria y se prepararon a su templo, contentos de que habían detenido el fin del mundo. El líder del grupo, se separó un poco de ellos y se alejó junto con el secuestrado a una calle más oscura.
-¿Qué va a hacerme? –Preguntó Leo asustado.
-Pues… -El disque religioso se acariciaba la entrepierna. –Debo ver si eres tan santo como dicen. –Como el general había bajado la guardia, Leo aprovechó para tomar la espada, con fuerza, hirió al hombre en la pierna, y aprovechó para huir con el arma. Cuando se dio cuenta que nadie lo seguía, se detuvo a mitad de la carretera y se preparó para hacer el último sacrificio.
-Adiós, Zac. –Se preparó para enterrarse a sí mismo la espada, y cuando estaba listo para darle fin a su vida, fue inesperadamente arroyado por un auto.
-¡Dios mío! –El conductor asustado se bajó del vehículo. Se trataba de Ángel, quien al parecer en este mundo seguía con vida. Se acercó a ver mi amigo para luego checar sus signos vitales. –Por Dios, Cris, creo que lo maté.
-Valiente conductor designado resultaste. –Un muy mareado Cris, también bajó a ver, pero había tomado tanto alcohol que terminó vomitando en medio del pavimento. –Oye, creo que estoy drogado, veo a mi vomito desvanecerse, y a mis manos también.
Al morir Leo, el objeto del hechizo, el encantamiento se había roto y todo en ese mundo estaba desapareciendo. Todo fue invadido por una luz blanca y esa noche ese mundo llegó a su fin.
-¡¿Dónde estoy?! –Desperté en mi cama, dentro de la habitación en la mansión que vivía. Chequé el celular y la fecha decía que era el primero de noviembre. -¿Habré vuelto a mi mundo ya? –Toqué mi pecho, lo último que recordaba era haber sido atravesado por una espada.
-¡Buenos días hermano! –Entró Pepe a mi habitación. –Como hoy ni tú ni mi hermano Brian tienen clases, mi hermano Liam dijo que iríamos con él y con Fred al cine.
-¡Pepe, estás vivo hermanito! –Lo abracé y rodamos por la cama. -¿Brian es delgado?
-Sí, se la pasa haciendo dietas con eso de que quiere ser actor.
-¿Liam es inteligente?
-Es el más inteligente de todos.
-¿Fred es un macho viril y no una loca travestida?
-Pues, eso creo. –Suspiré de alivio, al parecer había regresado a mi vida normal.
-¿Y Leo?
-No sé, no lo he visto desde que dejó de ser novio de nuestro hermano. –Parece que también todo seguía igual para él, se que en el fondo sigue siendo ese muchacho dulce y gentil, prometo que ayudaré a darle la vida que tenía en aquel mundo, lo prometo.
CONTINUARÁ…