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Sin cinturón de seguridad por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Junjou Romantica no me pertenece... poner este tipo de cosas siempre me ha parecido tonto ¬¬ ¿¡Quién podría creer que es mío!?

 

 Al subir a un auto lo primero que tu cuerpo hace (o al menos debería) es ponerse el cinturón de seguridad y por extraño que parezca (sarcasmo), eso te hace sentir seguro. “Vamos carro no importa lo que pase, si quieres chocar, voltearte o lo que sea puedes hacerlo, yo tengo mi protección lista. (Y no carro no hablo del condón)”. Al menos así te sientes luego de ver el anuncio en la televisión.

 

=3

 

Un día Akihiko decidió comprar un nuevo sillón. Al sentarse su cuerpo reconoció el gran parecido de este con los asientos de su automóvil por lo que lo primero que su cuerpo hizo fue buscar el cinturón de seguridad.

-Usagi-san, ¿Qué estas buscando?- le preguntó el ojiverde.

-estoy buscando el…- ah, era cierto estaba en un sillón, ahí no había cinturones. –Nada, no importa.- dijo seriamente, sintiéndose avergonzado de sí mismo. -Ven siéntate conmigo- menciono luego sonriendo seductoramente y atrayendo fácilmente el cuerpo de Misaki a su lado.

-¡Waa!, No hagas eso tan de repente, además no quiero- protestó obviamente el más joven aunque en realidad no se alejó del peligris.

 

Usami trató de no tomarlo en cuenta, pero todo el rato que estuvo en ese lugar se sintió desprotegido, inseguro, todo por no tener el cinturón de seguridad puesto.

 

Ahora sentado en ese hospital, deseaba con todas su fuerzas que esa banca amarillenta tuviera un cinturón para ponerse.

=(

 

Una ambulancia y dos patrullas hicieron acto de presencia. El hombre que conducía el auto que había golpeado a Takahashi había entrado en un ataque de pánico y estaba siendo atendido, mientras alguien más cuidaba a su pequeño hijo.

 

 Un paramédico obligó a Usagi a alejarse del cuerpo de Misaki diciéndole que estaba obstaculizando su trabajo. Si hubiera estado en todos sus sentidos Akihiko se habría molestado por el hecho de que alguien llamara a su pequeño “trabajo”, si él era su vida.

 

Se dejo arrastrar como un autómata hasta donde su presencia no pudiera ser un problema.

 

Su hermano, el cual no recordaba que estaba ahí, se puso a su lado. El Usami menor volteo con lentitud a ver a su familiar. Cruzaron miradas durante unos segundos; la ira, el miedo, la impotencia… todos sus sentimientos se intensificaron y no pudo evitar soltar un certero puñetazo en la cara al otro, el de lentes al no esperar el ataque hacia su persona cayó al suelo, sintiendo como su hermano se colocaba encima de él para continuar estrellando sus puños en su cara.

 

Dos oficiales se acercaron a separarlos, les colocaron unas esposas a cada uno comenzando a llevarlos hasta la patrulla.

 

Y Akihiko entro en crisis.

 

-No, espere, no puede, tengo que estar con él, tengo que ir con Misaki- Decía con desesperación.

 

Los paramédicos subían al castaño en una camilla.

 

-Vamos, no lo hagas más difícil- le dijo el policía que lo conducía al auto.

-¡NO!, Tengo que estar con Misaki… yo… tengo- se sentía tan impotente.

-Déjelo ir- esa había sido la voz de Haruhiko aunque no estaba seguro de si realmente su hermano había hablado pues mantenía la misma cara sin emociones de todo el tiempo.

-Lo siento no puedo hacer eso- hablo el mismo policía.

 

El pobre oficial sintió la penetrante mirada del hombre de cabello castaño oscuro.

-Si su esposa estuviera siendo llevada al hospital, usted querría estar junto a ella, ¿no es así?- el hombre, sin soltar a Akihiko, concentro su atención en el anillo que descansaba en su anular izquierdo.

-Mi esposa…- observo al joven que había sido atropellado siendo trasladado a la ambulancia, luego miro al sujeto de cabello gris.

 

Eso quería decir que ellos… ¡bah!, ¿Quién era él para juzgar a otras personas?

 

Él era 10 años mayor que su mujer… aún recordaba la depresión en la que caía cuando pensaba en el hecho de que cuando él tenía 20 ella apenas tenía 10… se sentía un pedófilo, a pesar de que la conoció cuando ella tenía 18.

 

Nunca olvidaría lo que le había contestado cuando él le confesó sus sentimientos aunque diciéndole que no podrían estar juntos por la diferencia de edades.

 

Al Amor no le importa nada, no le interesa si el cerebro con su lógica y razón lo entiende o no… el sólo está aquí para hacerte sentir.

 

Y después de eso lucharon contra todo para estar juntos… Ganaron.

 

Suspiró derrotado quitándole las esposas al peligris y sacando su libreta.

-Puedes irte, pero tendrás una multa- le entrego un pequeño papelillo. –Tu amigo también- dijo ordenándole a su compañero que soltara al otro y entregándole un papel igual.

-Gracias- fue lo único que susurro Akihiko corriendo en dirección a la ambulancia, alcanzándola apenas.

-No puedo entender que ve Misaki en ti, si eres un inútil- fue lo último que alcanzó a escuchar.

 

Después de llegar al hospital, sólo pudo observar como alejaban al ojiverde de su lado.

 

Saco su celular. Tenía que llamar a Takahiro y decirle lo que había pasado, decirle que por su culpa Misaki… Su Misaki…

 

Presionó el aparato fuertemente con su mano.

 

¡No podía!

 

El celular comenzó a sonar y media hora después, se encontraba acompañado de Hiroki.

 

T_T

 

-¿Por qué nadie me dice nada?...-preguntó el escritor. Se encontraba encorvado, con los codos recargados en los muslos y la cabeza caída, como si no pudiera con el peso de esta.

-bueno…- el castaño se tomo unos segundos para idear que decirle a su amigo. -Seguramente es porqué aún están tratando a Takahashi- dijo al fin.

-Entonces eso quiere decir que Misaki está muy grave- dijo con un tono que Hiroki nunca había escuchado en el otro… en nadie.

-Nn… no… yy-ya sabes como son los hospitales, siempre duran mucho para todo- contestó titubeando.

-No es cierto- alcanzó a decir patéticamente. Y hasta allí llego la amabilidad de Kamijou.

-Si vas a estar rezongando a cada cosa que digo, pues entonces no me estés preguntando nada- la molestia y el ceño fruncido habían vuelto. Usami rió bajito aunque su compañero bien sabía que era pura formalidad.

 

Hiroki se dio cuenta que llevaba mucho tiempo en silencio cuando comenzó a llevar el hilo de la conversación de unas señoras que hablaban sobre si quitarse las verrugas con ese nuevo producto de la televisión era bueno o no.

-Mi esposo dijo que duele mucho porque como que te congela, pero él es bastante tonto porque como se le ocurre quererse quitar la verruga de su pe…*- y justo ahí decidió regresar mejor su atención al que una vez fue “Su Amor no Correspondido”, diciéndole al fin lo que quería desde hace rato.

-Deberías lavarte las manos- planteo.

-¿Qué?- escuchó al otro que aún miraba el piso.

-Tus manos, están llenas de sangre, ¿qué crees que dirá Takahashi? “Hola Akihiko, si ya me siento mucho mejor pero sobre todo porque has venido tu con tus manos llenas de mi sangre”- y su receptor rió, rió en ese escenario tan bizarro.

-Él no diría eso- comentó luego de tranquilizarse.

-¿No?-

-No, el comenzaría diciendo Usagi-san-

-Ah, claro- después de eso el de ojos-de-color-extraño**, se puso de pie y fue hasta la recepcionista. El profesor no pudo escuchar que decía pero seguramente era algo relacionado con la localización de los baños. El hombre conejo se dirigió a una dirección que él desconocía y aunque temía que hiciera alguna estupidez se quedó sentado en la misma posición. ¿Qué pasaría si un médico salía para hablar del estado de Takahashi y no había nadie a quien decirle?

 

Al verlo volver se sintió un poco decepcionado de no tener nada que decirle sobre el estado de su pareja. Cuando su amigo regresó a la misma posición de antes en la banca, sintió como alguien tomaba su mano. Sabía que esa mano que presionaba la suya fuertemente, aunque sin hacerle daño realmente, estaba totalmente limpia.

 

=#

 

 

 

-¡Hola Nowaki!- dijo aquel hombre rubio alegremente.

-oh, hola senpai- dijo el más alto dedicándole una sonrisa a su superior para luego continuar con su tarea de quitarse su bata blanca, sólo estaba ahí por una emergencia, y esta había sido resuelta. Después de unos minutos de sentirse observado Kusama regresó la mirada hacía el otro, encontrándose con que lo que sospechaba era cierto. –Sucede algo Senpai- cuestiono confundido. Contrario a lo que el pelinegro pensaba, tardo en obtener una respuesta.

-Nowaki, no es que yo sea una vieja chismosa o algo parecido, pero…- hizo una pausa. –Vi a Kamijou-san- dijo seriamente.

- ¿Hiro-san?- dijo sin ningún gesto realmente, como si no creyera lo que decía su senpai -¡Tan tarde!- exclamo preocupado. -¿Dónde?-

-Pues aquí, en el hospital-

-¿¡Hiro-san está aquí!?- exclamó preocupado con un tono fuerte sin llegar a ser grito. -¿Por qué?, ¿qué pasó?, ¿está bien?- la desesperación se notaba en su voz.

-Tranquilízate Nowaki, sólo vi que estaba sentado en la sala de espera de urgencias- previendo las claras intenciones del otro de salir corriendo hablo rápidamente –y no estaba solo- eso fue suficiente para paralizarlo.

-¿Cómo qué no estaba solo?, ¿con quién estaba?- Nowaki modo novio-celoso-interrogativo activado.

-Pues…-

-¿Con quién?- exigió con seriedad y enojo.

-Oye no lo sé, no conozco a los amigos de tu pareja- lo que el rubio decía era cierto.

-¿Cómo es?-

-Guapo, como de unos treinta y tantos, alto, aunque todos comparados con Kamijou-san son altos- rió sin remordimientos.

-Senpai- justo en ese momento Kusama cayó en cuenta. ¿Qué demonios hacía ahí perdiendo el tiempo? , tenía que ir a por su Hiro-san pero ya.

- ah, se me olvidaba tiene cabello gris, ojos de un color extraño y se daban apoyo- alcanzo a escuchar teniendo medio cuerpo fuera de aquella habitación.

 

¿Cabello gris?, ¿ojos…? su superior acababa de describir a…

 

Usami Akihiko.

 

-¿Apoyo?- preguntó con una mirada de desolación completa. El mayor simplemente unió sus manos e hizo un movimiento hacia adelante como queriendo enfatizar a que se refería.

 

Su Hiro-san estaba tomado de la mano con…

 

Nowaki semi-trotaba por los pasillos del hospital tratando de llegar lo más rápido posible, no saludo a nadie, no miro a nadie, no pensó en nadie más que en 2 personas… ¡3!***

 

E inesperadamente lo vio, Kamijou venía caminando con un poco de velocidad (nada comparada con la de Kusama). En su mirada se notaba un poco de molestia aunque eso era algo típico.

 

Antes de que su pareja siquiera pudiera darse cuenta de su presencia, el más alto llego hasta el castaño tomándolo por los hombros. Automáticamente el demonio Kamijou se puso a la defensiva.

 

-¿Q…?- no terminó su grito con poderes para dejar sorda a la gente porque al levantar la vista se encontró con su pareja.-Nowaki-

-Hiro-san- respondió el otro con seriedad. Sin decir algo más tomo uno de los brazos de su persona especial y lo llevo hasta los baños, se aseguró de que no hubiera nadie y cerró la puerta que daba al exterior.

 

¿Y si alguien quiere vomitar o tiene diarrea o tomo mucha agua? Preguntarás tú, pero el pediatra te ignoraría diciendo que no importaba que lo hicieran en otro lado, él se encargaría luego de limpiar; ahora tenía que hablar con Hiro-san pero ya.

 

-Hiro-san- pronunció de la misma forma que antes.

-Nowaki- dijo el otro sin entender realmente nada. Podía sentir que el mocoso no estaba muy contento.

 

Kusama iba a reclamar como si no hubiera un mañana, habría muchos gritos, se enojaría un montón y… todo se fue al caño al ver los ojos preocupados y desconcertados del otro.

-¿Hiro-san estas bien?, ¿Qué haces aquí?, ¿te pasó algo?, ¿Nami-chan ésta bien?- dijo con una desesperación y angustia tan palpables que nadie te vería mal por saludarlas.

-Todo está bien no te preocupes- suspiró aliviado.

-Pero entonces ¿por qué estás aquí?- pudo sentir el nerviosismo de Kamijou.

 

El castaño hacía unos curiosos movimientos mirando hacia todos lados. Kusama estaba desolado.

 

“No, no puede ser… Hiro-san no puede haberme engañado” pensamientos de Nowaki.

 

“Maldición, tengo que ir al baño” pensamientos de Hiroki.

 

-Hiro-san contéstame por favor- pidió colocando sus manos en los hombros del más bajo.

-Yo…- No podía esperar más, necesitaba la respuesta ya. Cada segundo que pasaba era un poco menos de esperanza para él. -Quítate mocoso, tengo que ir al baño- aparto al pelinegro y corrió al primer cubículo que se le puso en frente.

 

En definitiva Kusama no esperaba eso.

 

Una vez que el de ojos cafés termino con sus necesidades, estaba listo para decirle a su pareja que hacia ahí. Inspiró exageradamente, frunció el ceño, se cruzó de brazos y miró al otro con su característica mirada de molestia.

 

-La pareja de Akihiko tuvo un accidente- eso tomo algo desprevenido al menor.

-¿Un accidente?- preguntó estúpidamente

-Sí, y bueno… soy su amigo y los amigos están cuando necesitas apoyo y…-

 

“Si a ti te pasara algo parecido tendría tanto miedo…no podría estar solo…”

 

-Algo así- rió nervioso.

-Ya veo- contestó aliviado.

 

Su Hiro-san no lo estaba engañando… aunque ahora que lo pensaba, era estúpido pensar que alguien engañaría a otra persona en un hospital. Los celos lo volvían bastante idiota, ahora se daba cuenta de ello.

 

Su tranquilidad se disipo cuando se puso en el lugar del Usami. El pobre debía sentirse horrible. Al principio planeaba llevarse a su pareja al departamento, debería estar descansando, en su casa, no en ese ambiente pesado de hospital, pero…

 

-Vamos Hiro-san- hablo ofreciéndole la mano al castaño.

-¿Eh?- dijo un poco irritado, ¿Qué no lo había entendido?, no podía dejar a Akihiko sólo con todo esto.

-Vamos junto a Usami-san, necesita tu apoyo y aunque no estoy muy seguro de que quiera el mío, se lo daré- terminó tomando la mano del sorprendido hombre, sonrió radiantemente y comenzó su camino hasta urgencias.

 

;D

 

Canal, tras canal, tras canal… la televisión a veces era tan aburrida. Debería contratar esa nueva señal de paga que había salido… ¿como era que se llamaba?... ¿Dush?, no, así no era.

 

Llego a un canal en el que se veía a un hombre y una mujer bailando, ella se veía radiante mientras sonreía y el sujeto la veía con ternura.

 

“Que buenos actores” pensó.

 

-Y esto ¿por qué fue?- escucho la suave voz de la actriz al finalizar el baile.

-Pues me pareció que sería romántico- su interlocutora rió.

 

“¿Romántico?”  Eso llamo aún más su atención.

 

-Eres tan común y predecible- ambos se dedicaron una sonrisa y se unieron en un apasionado beso, pero el peligris ya no estaba poniendo atención, se había perdido en “común y predecible”… justo lo que quería… su Misaki estaría complacido.

 

Unas horas después escuchó como la puerta se abría.

 

-Ya llegué- ese era Misaki, pero no respondió, espero a que llegara hasta la estancia. -¿Usagi-san?- seguramente le había extrañado verlo ahí en medio del lugar y de pie. -¿Qué haces?- se acercó. Akihiko utilizó el control de su nuevo equipo de sonido recién comprado e instalado y una suave música clásica comenzó a llenar el lugar.

-¿Usagi-san qué…? ¿¡Cuándo compraste eso!?- se acercó con lentitud y sensualidad a su pequeño, Misaki lo miraba frunciendo el ceño. –Contéstame, tonto- sonrió seductoramente y, utilizando uno de sus brazos, acerco a Misaki aferrándolo de la cintura, mientras la mano libre la entrelazaba con una de las del castaño. -¿Eh? ¿Qué estas…?- no lo dejo terminar pues lo beso con ternura.

 

Cuando su pareja lo veía con esos ojos de desconcierto le encantaba, lo volvía loco… en realidad le dedicará la mirada que le dedicará, lo volvía loco.

 

Sin deshacer el beso comenzó un suave movimiento, estaban bailando, llevo a Misaki por toda la estancia, nunca dejando de besarlo aunque, claro, tomando unos cortos momentos para respirar. Sintió un pisotón no muy fuerte en su pie derecho.

 

-Lo siento- dijo el más joven avergonzado. Sonrió completamente lleno de ternura, su Misaki estaba lleno de inocencia, no importaba cuanto tiempo pasara.

 

Comenzó a besarlo nuevamente pero con más erotismo en sus acciones.

 

Suavemente fue recostando al ojiverde en el suelo del lugar, acarició cada centímetro de la piel contraria, quitando la ropa poco a poco. Se dedicó a mirar cada expresión de placer que cruzaba por la cara del menor. Los gemidos de ambos llenaron el lugar.

 

Cuando estuvo dentro de Misaki, se sintió completo, pleno y lleno de paz; no necesitaba dinero, fama, más Suzukis-san, incluso comida… nada, si tenía a la persona que amaba, lo demás perdía su valor.

 

A la mañana siguiente, despertó en su cama. Recordaba que después de que ambos terminaran, había cargado a Misaki y lo había acostado a su lado. Sonrió sintiendo la cabeza castaña en su pecho, acarició el sedoso cabello, lo sintió algo húmedo.

 

¿Takahashi se abría levantado a bañar?

 

Observo su mano, curioso, estaba roja… Sangre… giró rápidamente su mirada al ojiverde, estaba completamente lleno de ese líquido vital.

 

-¡Misaki!- Lo llamo, pero no obtuvo respuesta. No podía sentir el latido de su corazón o su respiración.

 

-¡MISAKI!-

 

-¡Akihiko!- despertó. Un par de ojos chocolate le regresaban la mirada preocupados. –Era una pesadilla, tranquilo- Usami se desparramo en la incómoda silla.

 

Era cierto. Ese día en realidad cuando despertó Misaki ya estaba de pie cubriéndose con la sabana yendo seguramente a su habitación a cambiarse para preparar el desayuno. Él lo detuvo recostándolo a su lado en la cama nuevamente, lo había abrazado fuertemente sin dejarlo ir a pesar de sus quejas y movimientos bruscos.

 

-Déjame, tengo que preparar el desayuno o moriremos de hambre-

-No importa-

-Estás loco, a mí sí me importa, no quiero morir por algo tan tonto- pero no se movió ni un centímetro. Takahashi pareció entender que era inútil dar pelea, por lo que se quedo en silencio solo siendo abrazado durante un largo rato.

-Eres muy extraño-

-¿Eh?-

-Por lo de ayer… sólo tú podrías hacer algo tan extravagante-

 

¿Extravagante?, pero si lo había hecho para ser común y predecible.

 

Misaki aprovecho su momento de duda para escapar.

-Prepararé el desayuno- lo escucho decir cuando estaba a punto de salir. –Y Usagi-san- volteo a verlo aún sin poder creer que su esfuerzo no había servido de nada. –T-Te Amo- le dijo completamente rojo para terminar de salir muy apurado.

 

Sonrió ante sus recuerdos.

 

-Yo también Te Amo, Misaki- eso es lo que había dicho cuando el otro ya había desaparecido de su vista.

 

=/

 

Cuando llegaron junto al escritor este estaba dormido con una sonrisa discreta, sin que lo esperara comenzó a poner una cara de desesperación llamando a Misaki suavemente. Hiroki se acerco preocupado removiéndolo para que despertara, lográndolo.

 

Akihiko le dedico una mirada perdida, pareció relajarse un momento.

 

-Yo también Te Amo, Misaki-

 

¡Oh, no!, ya se había vuelto completamente loco de angustia. Le contestaba a Takahashi aunque este no estuviera ahí.

 

¿Qué podía hacer él para ayudar a Akihiko?

 

-bakahiko- Susurro.

 

=E

 

Vaya que Usami-san se veía lamentable.

 

-Usami-san- atrajo la atención de los mayores. –Me permitiría curarle sus heridas- preguntó amablemente.

-¿Eh?-  se preguntó si el peligris realmente era consciente de donde se encontraba. Le sonrió cálidamente, era lo único que podía hacer por él. Akihiko asintió aceptando la propuesta de Nowaki.

 

Kusama se acercó a Hiroki.

-Ahora vuelvo Hiro-san- iría por lo necesario para realizar lo que se había ofrecido a hacer.

 

:#

 

Ya había pasado una hora y media, aún no sabía nada.

 

Hacía media hora que Nowaki había tratado sus heridas. Volteo a su derecha, Kusama le regresó la mirada sonriéndole, hacia como 15 minutos que Hiroki se había quedado dormido recargado en el hombro de su pareja.

 

Cuando lo vio empezar a cabecear realmente quiso decirle que se fuera, que él estaría bien… pero no pudo, porque simplemente no estaría bien.

 

Era tan egoísta.

 

Un doctor caminaba con mirada seria en su dirección, tragó en seco mientras sentía como su corazón se aceleraba dolorosamente.

 

El hombre ataviado con una bata blanca paso de largo y él sólo pudo observar con una cara idiota como se acercaba a una mujer, la cual se ponía de pie. Vio cómo se movían los labios del médico aunque realmente no podía escuchar ningún sonido.

 

La mujer rompió en llanto, una señora de tercera edad le abrazo mientras soltaba lagrimas más discretas.

 

-Familiares de Takahashi Misaki- volteo en dirección a esa joven voz. Unos ojos negros le regresaron la mirada. Se puso de pie con rapidez. Ni siquiera tuvo tiempo de ponerse nervioso.

-¿Cómo está Misaki?- se preguntó si esa voz temblorosa era la suya. La cara seria del médico lo estaba matando, pero una sonrisa cansada le regresó la energía perdida.

-No se preocupe, se va a recuperar, también el bebé esta fuera de peligro-

 

¡Qué alegría!

 

Rió con tranquilidad.

 

Misaki y el bebé estaban fuera de peligro…

 

 Un momento...

 

¿Bebé?

Notas finales:

*ne... ¡pene!

**Nunca he estado segura realmente de cuál es el color de ojos de Usagi... -_-

***con 3 personas me refiero a Hiroki, Akihiko y... =D Nami-chan quién por cierto es... Muajajajaja

 

¿Por qué lo continuo hasta ahora?... pues... este... simplemente la inspiración para escrivir no quería venir a mí y... además no tenía tiempo y... T_T leanlo por favor!!!

 

espero y lo hayan disfrutado =)


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