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¿Seika shika? por Valsed

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¿Seika shika?

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Advertencia: Yaoi, NCS

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Hyoga había dejado ya los traste y regresaba a la habitación de Shun; feliz, por fin le había dicho que lo amaba, y lo mejor de todo es que era correspondido. Se había cumplido lo que tanto deseaba. Caminaba de regreso diciéndose a si mismo que todo era verdad, que no era uno de sus tantos sueños añorantes.

Llego al pasillo de las habitaciones cuando un escalofrío lo recorrió, hubiera sido algo normal, pero él era un señor de los hielos, y no siente escalofrío, un aire turbio... pesado inundaba el lugar, busco de donde provenía y descubrió con temor el lugar de origen. Corrió con urgencia entrando al lugar, para ver a Shun de pie, frente a le ventana, la mano derecha extendida.

-Shun- camino hasta él, lo abrazo de la cintura -Shun- llamo con temor, el peliverde se dejo caer inconsciente en los fuertes brazos de Hyoga.

Ese enrarecido ambiente desapareció con rapidez, Hyoga cargo a Shun y lo recostó en la cama, su rostro mostraba preocupación, el peliverde parecía dormir tranquilamente, sin saber el susto que aun quedaba en el rubio.

Qué había sido eso?, qué hacia Shun?, por que sintió muerte y dolor con aquel escalofrío?, eran las preguntas que se hacia Hyoga, buscando la razón de todo eso, comprender porque a pesar de tanto sufrimiento vivido, no conseguirían paz.

-Hyoga- una voz desde la puerta le llamo la atención, volteando a ver quien era.

-Sahori- dijo como contestación y regresando su vista a quien dormía

-esta bien?- pregunto acercándoseles

-si, pero... no se que paso-

-sentí unja presencia oscura y vine a ver- dijo con seriedad y temor, al ser lo único que sabia

-qué crees que sea?-

La chica negó con la cabeza -no lo se-

-y Shun?-

-habrá que investigar-, Hyoga volteo a verla -iremos al Santuario-

-cuando?-

-mañana-

-bien- volteo a ver al peliverde y dejo que la chica saliera en silencio

Su preocupación había aumentado al ver a la reencarnación de Atena tomar medidas, reconociendo entonces que un peligro los amenazaba, sobre todo a quien ama.

Se levanto de la cama después de haberlo cubierto con las sabanas, y fue hacia la ventana, el mismo lugar que Shun siempre ocupaba; comprendió porque a él le gustaba ese lugar, se veía gran parte del hermoso jardín, las hojas danzando suavemente por la brisa matutina, y la inmensidad del azul celeste se contemplaba fácilmente, la claridad del día le dio un alivio, el esplendor del infinito lo hizo sentirse libre para relajarse.

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Despertó con un agudo dolor de cabeza, llevándose ambas manos a la cabeza, cerro sus ojos con fuerzas intentando calmarlo; no quería seguir acostado, y se incorporo quedando sentado en la cama, y doblando su cuerpo volvió a sujetar su cabeza ante un repentino malestar.

Se dio cuenta que estaba en su cama, cubierto por una sabana, recordó que esperaba a que Hyoga regresara y que... alguien le hablaba, no sabia quien, pero extrañamente lo sintió... acogedora.

Sintió a alguien con él, y con la mirada encontró a la otra persona, sonrío con ternura al verlo dormido en la ventana, se levanto, pero un ligero mareo lo obligo ha hacerlo con lentitud, tomo una manta que tenia sobre la cama y cubrió a Hyoga con ella. Pero la manta se deslizo al piso cuando el rubio se movió al despertar.

-buenas noches Hyoga- se dio cuenta que había dormido todo el día

-Shun, te sientes bien?-

-si- sonrío para confirmar sus palabras -pero, por que te quedaste aquí?, es incomodo para dormir-

Le sonrío -si, pero no me di cuenta de a que hora de dormí, pero mmm- estiro su cuerpo -vamos a cenar, creo que aun llegamos-

-si, vamos-

En el comedor, ya habían empezado a comer. -vaya, vaya miren quienes nos hicieron el favor de acompañarnos- se burlo Seiya

-creímos que se iban a quedar para siempre ahí encerrados- agrego Shiryu

-qué crees que hayan estado haciendo todo ese tiempo Shiryu?- pregunto con doble intención

-Seiya no entiendo tus palabras- dijo seriamente Hyoga, mientras tomaba asiento junto con Shun. Los otros tres chicos se miraron entre si.

-bueno, es que después que subiste el desayuno a Shun, subimos nosotros a ver como estaba- comento Shiryu viendo su comida, pero con una sonrisa en rostro.

-ah?- exclamo Shun sospechando lo que querían decir.

-entonces?- pregunto Sahori esperando que ellos hablaran

-Shun y yo somos novios, ahora a desayunar- comento con disgusto al haber sido espiado

-uy que alegre- se burlo Seiya -no se como lo aguantas Shun-

-eso me hace creer que no nos querían decir- dijo con falsa tristeza el pelinegro

-no Shiryu, es que no habías acordado nada- quiso arreglar las cosas

-no, no, no Shun, ustedes no querían decirnos, qué? no somos amigos?-

-Seiya, claro que si-

-mmm, esta bien los perdonamos-

-y cuando le dirán a Ikki?, no creo que se alegre- pregunto Shiryu

-en cuanto lo vea-

-pues lo veras pronto Shun, mañana iremos al santuario-

-Ikki esta en el santuario?- pregunto extrañado Seiya

-oh si que esta- agrego la chica

-me alegra por mi hermano- sabiendo los motivos de porque estaba ahí.

-pues yo espero que este de buen humor cuando lleguemos- exclamo Hyoga esperanzado

-tu crees que mi hermano siempre esta enojado?-

-no creo, lo se-

-Ikki no es así, ya veras que se alegrara-

-si tu lo dices-

-Hyoga- lo regaño

-miren, acabamos de presenciar la primera pelea de esta linda pareja- dijo con burla Seiya

-si, pues celebremos la reconciliación- comento Sahori. Hyoga y Shun se sonrojaron.

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Las sombras de la noche borraban los últimos rastros de luz vespertina, una luz platinada apareció mas tranquila y misteriosa, en cuanto la negrura lo cubrió todo. Los sonidos cambiaban, silenciandose, pero a la vez mas difíciles de ocultar.

Los habitantes de la mansión dormían plácidamente, disfrutando de un relajante descanso. Pero... un viento errante, cargado de obsesión y sangre se adentraba, nadie lo percibió; llego hasta un cuarto, paso por la puerta como si no existiera, subió a la cama y se introdujo en el interior del ocupante.

La persona en la cama se levanto, sus ojos profundos se discernían vacíos, sus pies se movían automáticamente, la brisa nocturna lo envolvió por completo en cuanto salió de su lugar de residencia, refrescando su cuerpo, algunos mechones se movieron por la voluntad del aire.

Los arboles se quedaban atrás, las plantas, arboles le marcaban un camino incierto. Un figura se presento iluminado por los reflejos de la luna, imponente, seductor.

-te esperaba- la voz fue suave y relajante -perdona que te sacara tan noche, pero deseaba verte-

-por que?- sus palabras salían insensibles, llanas.

-te deseo y te quiero a mi lado- su cuerpo tan cerca, podía sentir el calor de chico, su cabeza se movía buscando detalles en la jovial piel.

-por que yo?, no lo entiendo-

-eres hermoso, por eso y porque tus sentimientos son tan grandes que me siento maravillados por ellos-

-quién eres?, qué eres?-

-yo soy nada, y todo, soy vida y muerte, soy deseo y sangre en su máxima expresión, controlo mi tiempo, mi vida, no sigo reglas ni destinos. Lucho, mato y persisto, las penas y culpas, tristezas... las debilidades humanas no me alcanzan, soy un ser libre..., deseas ser libre?-

-si-, la silueta se dejo ver, aquel sujeto de cabello castaño se admiraba hermoso, temible, pálido y con una mirada fiera.

Tomo a Shun de la nuca y lo acerco, tentó sus labios pero se desvío al cuello descubierto. Shun se quejo suavemente al sentir dos puntas filosas clavárseles, perforando su piel, abriéndose paso entre la carne.

Sentía su sangre fluir con rapidez, su cabeza se sentía pesada, sus ojos se cerraban, la tranquilidad que antes sentía había desapareció por completo, llenándolo de un desesperado terror, quería alejarse, pero su cuerpo no se movía, el frío se intensificaba, le dolía, quería que todo terminara, que no fuera realidad, fuera un sueño "es un sueño, solo un sueño, tengo que despertar"

"no puedes despertar de la realidad" una tétrica voz le hablo a su mente.

"no, no, esto no esta pasando, es un sueño, un sueño... una pesadilla. Quiero despertar"

"pronto despertaras a una nueva vida,... dentro de poco", no escucho mas, pronto una oscuridad abismal lo cubrió todo.

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Hyoga despertó con un deseo incontenible de ver a su persona amada, despertarlo y saberlo bien, le había costado trabajo dormir por lo sucedido recientemente; no quería perderlo, y menos ahora que se habían confesado sus sentimientos, que se amaban.

Abrió la puerta cuidadosamente para no ser detectado antes de tiempo, pero como fue abriendo la felicidad se iba. La cama vacía, con las sabanas mostrando que hubo alguien ahí acostado.

-Shun- emitió preocupado -Shun- lo llamo esperando respuesta -Shun- el temor de no encontrarlo se apoderaba de él -Shun- salió del cuarto vacío -SHUN- temía lo peor -SHUN!!- recorría toda la casa, rogando encontrarlo.

Los demás habitantes habían escuchado los gritos alarmados, quienes de inmediato se levantaron a investigar el motivo de ellos.

-qué pasa Hyoga?- pregunto confundido el pelinegro

-Shun no esta-

-cálmate tal vez salió a trotar-

-no- contradijo desesperado, Shun era ordenado, arreglaría su cuarto antes de salir

-no?- confundido por la forma de negación de su amigo

-no- se alejo y busco a la única persona que podría darle alguna información -Sahori- la vio salir de su habitación, también despertada por los gritos.

-qué pasa Hyoga?-

-Shun no esta-

-qué?-

-que no esta- repitió alarmado

-calmate, ya buscaste bien?-

-qué sucede?- pregunto un confundido castaño

-Shun no esta- dijo por tercera vez, harto

-tal vez salió?-

-que no, que no, Shun no esta- maldita negación

-Hyoga... Hyoga cálmate-

-Sahori, donde esta Shun?- rogaba una respuesta, una que le tranquilizara

-... lo-o siento- bajo la mirada

-dime- imploro -dime quién o qué se lo llevo?-

-Hyoga se lo mismo que tu, perdóname debí darme antes cuenta de lo que pasaba y... no lo hice- sus ojos ahora lo miraban de frente mostrando su impotencia.

-no, yo debí de haberme quedado con él-

-Sahori explícanos que pasa- pidió Shiryu

Suspiro -ayer sentimos una presencia siniestra, no sabíamos que quería, pero de lo que estabamos seguro es que quería algo de Shun, y... parece que lo consiguió-

-qué quieres decir Sahori?-

-Shun ha desaparecido- Hyoga se sintió perder al escuchar esas palabras -esa era la razón por la que íbamos al Santuario, para averiguar cual era el peligro. Ahora iremos para poder localizar a Shun-

-pues démonos prisa-

-Hyoga- le llamo suavemente -lo encontraremos- el rubio asintió a las palabras de Sahori creyendo en ellas.

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Los 4 jóvenes se encontraban ya en el Santuario, aun no se aparecía Ikki, relajándoles un poco, pues no sabrían como se pondría al escuchar la noticia.

-Atenea- saludo con una reverencia

-Patriarca-

-agradecemos su visita pero algo me dice que no es por motivos alegres-

-así es... puedes decirme donde esta Ikki?-

-mm, deje lo llamo-

-no- se apresuro a decir, extrañando al Patriarca. Sahori vio a los otros chicos, quién le diría?, cómo explicarle si ellos no sabían?. Hyoga estaba cabizbajo -perdona, si hazle llamar... y puedes llamar al caballero de Libra-

-si Atenea-

El primero en llegar fue Dohko, que al ver las caras de preocupación, entendió que era algo de grave importancia.

-Atenea me mando a llamar?- saludo con una reverencia

-si Dohko, pero evita formalismos- esto le extraño al caballero -necesito saber si has sentido algún movimiento en el Hades o algún otro lugar, algo capaz de crear una atmósfera fría-

El castaño estaba mas confundido -no mi señora, nada que sea de preocuparse- Sahori y los demás dejaron mostrar mas su perturbación -pasa algo?- Shion, quien también estaba ahí, esperaba la respuesta. Pronto fueron informados de lo acontecido.

-Sahori, chicos- saludo un recién llegado sin mas formalismos, miro a los presentes -mi hermano no vino con ustedes?- la pregunta que ellos deseaban no contestar.

-Ikki- Sahori comenzó ha hablar, no podía ocultarlo, se sentía responsable, pues como Diosa debía ser capaz de proteger y ayudar, pero no lo había podido hacer, ni en tiempos de paz, o tal vez... ya no había paz y no se había dado cuenta?.

-qué paso?- pregunto sin ocultar su preocupación, los rostros de sus amigos no le daban buena señal -dónde esta Shun?- exigió saber, Shaka lo acompañaba, noto lo mismo que Ikki, algo malo había pasado. Se les explico con rapidez- QUE?- resonó en el templo con angustia.

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Le dolía la cabeza, su mente estaba en blanco, rodó sobre la cama buscando una posición mas cómoda, no la encontró, y se sentó en la cama. Las manos en la cabeza, en un vano intento de alivio, sus ojos cerrados, pues se sentía mareado. El malestar se iba poco a poco.

Sintió algo extraño, algo que no iba, abrió los ojos con temor para descubrir que estaba en un lugar desconocido. Una amplia cama bajo él, cubierto de sabanas rojas, amplias y translúcidas cortinas negras la rodeaban. La habitación decorada con elegantes muebles de estilo gótico, las ventanas cerradas manteniendo dentro el frío penetrante y ocultando todo a la luz creando uno noche artificial, el silencio daba un aspecto tétrico y mortecino.

Estaba confundido, ninguna idea clara llegaba a su mente, pero sabia que no debía de estar en ese lugar, se levanto rápidamente recorriendo las cortinas, pero sus piernas no le respondieron haciéndolo caer de rodillas sobre la mullida alfombra. Se volvió a levantar apoyándose en la pared, dio unos lentos pasos hasta llegar a la puerta, la abrió despacio, permitiéndole ver un amplio pasillo con gran cantidad de puertas; camino despacio sin separase de la pared.

Había escasa luz, pero aun así podía ver los grandes adornos que decoraban el lugar, todo dando imagen de una antiguo castillo, demasiado grande, demasiado frío. Sus pasos lentos, le hacían creer que su camino nunca terminaría, avanzaba, avanzaba y nada cambiaba, un tropezón, y cayo nuevamente al piso, sintiendo el frío piso gris.

Se levanto y vio como una puerta se abría para él, dudo en ir, pero una extraña sensación lo jalo hasta allá. Encontró un cuarto aun mas grande, y mostrando aun mas elegancia. Entro dando algunos pasos hasta ver una línea luminosa que intentaba escabullirse por debajo de las cortinas, era cautivante ver luz entre tanta oscuridad.

Se sobresalto al escuchar la puerta ser cerrada cuidadosamente, su cuerpo no se movía, un escalofrío lo recorrió, llevando a su corazón ha acelerarse, su sangre corría rápidamente por cada parte de su cuerpo. Dónde estaba?, por fin se dio cuenta de su situación.

-Shun por fin despierta- una sensual voz, se le hizo conocida, unos brazos le rodearon su cintura por detrás, apretándolo a un cuerpo, un delicioso aroma a cedros le llegaba a su nariz, pero no venia de esa persona, no despida ningún aroma,... ni calor.

Su cuerpo se movió en contra de su voluntad, quedando de frente a esa persona, vista ya dos veces, pero no recordaba claramente como o donde.

-al fin- dijo acariciando la mejilla, su mano bajo hasta su cuello, rozando delicadamente, Shun doblo su cuello para darle mas espacio, sin saber porque lo hizo.

-qui-ien eres tu?-

-eso ya me lo habías preguntado pequeño-

-n-no recuerd-do-

-oh tan dulce Shun, ven aca- y diciendo esas palabras, se sentó en la cama, recostando a Shun en ella, sin dejar de acariciar su rostro y cuello, jugando con los mechones que le cubrían el rostro -soy tu salvador-

-mi salvador?, no...-

-sch, no hables, deja te explico- Shun obedeció -buscabas alivio a un pasado que no deseabas vivir, buscar la felicidad que te fue arrebatada, porque tu enorme corazón no te permitía serlo sabiendo que personas cercanas no lo eran, temiendo una nueva guerra que pudiera causar mas muerte y dolor, no es así?, no es ese tu deseo, la paz?-

-s-si yo deseo eso-

-vivir sin sufrir, que tu corazón no te recordara todo el daño que hiciste y pudieras llegar ha causar. Buscar la paz en tu interior-

-si- contestaba guiándose por esa voz

-que las personas que quieres sean felices, no tengan que sufrir por búsqueda de esa felicidad, no mas guerra, no mas peleas-

-si- esos ojos claros que lo veían eran penetrantes, entraron a su alma.

-yo te lo ofrezco, pero quiero algo ha cambio, qué estas dispuesto a dar?, eres capaz de dar vida por muerte, muerte por vida?-

-muerte, vida-

-una vida llena de paz llegara a las persona que quieres y tu aprenderás a olvidar, me encargare de eso, aunque en un principio dolerá, estas dispuesto a soportarlo?-

-si- su voluntad ya no estaba presente.

-eres mío y me obedecerás, júralo-

-lo juro-

-estarás conmigo, me serás leal-

-lo juro-

-eres tan inocente Shun- dijo con una gran sonrisa, lo beso en los labios -ahora te contare una pequeña historia, donde veras el significado de la paz que te he ofrecido, pero antes...- sus manos desgarraron lentamente la ropa del peliverde, quien seguía sin moverse; sus manos coronadas por largas uñas dejaban delgadas líneas rojas en la blanca piel de Shun

La mirada del castaño se cubrió de sombras, mientras terminaba de destruir todo rastro de tela en el chico. Shun sentía lo que pasaba, temía lo que sucedería, pero no se movía, obedecía a aquel quien lo tenia ahora bajo su control.

Shun fue besado, una lánguida lengua se introdujo en su boca, explorando reconociendo el lugar, bebiendo su aire, saboreando su lengua, mordiendo su boca. El sabor de la sangre pronto lleno su boca, varias gotas caían por su garganta. Unas manos se pusieron sobre su cuerpo, sujetándose con fuerzas, clavando sus uñas; el dolor se sentía lejano.

Un peso se coloco sobre él, una mano bajando, rasguñando su piel, pasando por su muslo, girando por sus glúteos, se estremeció lleno de pánico cuando una de las garras entro por su ano. Quiso gritar, pero esa boca no lo dejaba, el aire escaseaba, quería alejarlo, pero sus manos solo lograron colocarse en los hombros de quien lo sometía; no tenia fuerzas.

El aire llego por fin a sus pulmones, su cuerpo se agitaba al sentir su interior invadido por varios dedos, las uñas le rasguñaban, su boca se movía desesperada buscando, deseando que las palabras salieran, detenerlo... que no siguiera.

Sus piernas fueron separadas, sus rodillas dobladas hacia su pecho, su garganta se atragantaba con un grito que no salía,... era destrozado por esa invasión, penetrado por alguien que no quería, que lo sucumbía a su poderío. Impotente se sentía, al no poder hacer nada para impedirlo, ni siquiera podía resistirse, asqueado... herido.

Su cuerpo se movía, cada embestida lo partía, sus ojos derramaban incontables lagrimas, sudoroso y pálido por el dolor, no sentía nada de placer, solo angustia, un símbolo de posesión sobre él, demostrándole que era él quien obedecía.

Un liquido irrito sus paredes internas ya heridas; su pecho subía y bajaba rápidamente, su cara mostraba dolor y angustia, por fin todo había acabado, pero no encontró el descanso, su corazón resentía, su cuerpo dolía, su alma quería descansar.

-con esto queda sellado nuestro trato, pero no te preocupes- lo beso en la frente -pronto te enseñare a disfrutar- se levanto -descansa, te diré todo cuando regrese- y lo dejo ahí, abandonado, sin escape.


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Continuara

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