Hola a todo, espero hayan pasado una maravillosa Navidad en compañía de sus seres querido y les deseo que este año nuevo les traiga grandes y hermosas sorpresas, así también que todos sus deseos se cumplan en este 2012.
Quiero agradecerles todos sus lindos comentarios los cuales me ayudan seguir adelante con esta historia.
Este pequeño capitulo es una disculpa por el tiempo que tardare en subir el siguiente, como ya les he comentado estas fechas son muy agitadas para mí en el trabajo.
***********************************************************************
Me despertó un suave beso en la mejilla. Sonreí contento, ya que aun con los ojos cerrados sabía perfectamente a quien pertenecian esos labios.
-Buenos días, tesoro. Abre los ojos.
Lo obedecí sintiéndome totalmente feliz.
-Buenos días -le dije, abrazándolo por el cuello y besándolo con amor.
Él me devolvió el beso, posesivo y placentero, que hizo que me pegara contra su pecho. Gimiendo, él se retiró.
-Tengo que irme, tesoro. Tengo una reunión esta mañana que no puedo cancelar, aunque lo deseo.
Me había extrañado que se alejara de mí, así que observe su perfecto traje, y su pelo recién peinado. Sus ojos me miraban ansiosos.
Gemí recordando todas las veces que habíamos hecho el amor en las pasadas veinticuatro horas.
-Tal vez sea mejor para ti que me vaya- me decía mientras me acariciaba el pelo.
-No... no quiero que te vayas -dije haciendo una mueca de desagrado
-Volveré lo antes posible.
Arrugué los labios como un niño caprichoso y me sorprendí por eso. Nunca antes lo había hecho. Él dejó escapar una suave risa complacida y me besó en los labios.
-Te lo prometo.
Lo bese más profundamente, para después dejarlo ir.
-De acuerdo, si lo prometes
-Por mi vida -dijo con una sensual sonrisa-. Intentaré que la reunión sea lo más corta posible. Toma un largo baño caliente.
-¿Ayudará? -pregunte, inocente.
-Sí -dijo él, serio-. Hablaremos cuando vuelva.
No habíamos hablado mucho la noche anterior. Así que acepte sonriente.
Sasuke se acerco como si fuera a besarme, pero se detuvo en medio de la habitación y salió con gesto determinado. Lo observe, con una sombra de duda pensando sobre toda la felicidad de la noche anterior. ¿De qué quería hablar?
No quise pensar que fuera algo malo, pues Sasuke había pasado casi veinticuatro horas haciendo todo aquello de lo que era capaz para darme placer y para hacerme concebir un hijo suyo. Me dije a mi mismo que debía sentirme seguro.
Con ese pensamiento, seguí sus instrucciones y tome un largo baño de burbujas con un caro aceite de baño, regalo de mi cariñosa suegra. El agua burbujeante se llevó el dolor y las molestias de mi cuerpo.
Un poco más tarde y tras un solitario desayuno, puesto que estaba solo en la casa, me anunciaron que me esperaba una visita. Me dirigí a la sala admirando los frescos del techo y las pinturas de las paredes como lo hacía siempre. La casa había sido decorada con un exquisito gusto.
Un ruido al lado de la ventana me alertó de la presencia de mi visitante.
Sakura estaba de pie junto a la ventana, iluminada por la luz otoñal.
-Supongo que te crees muy listo –me dijo con desprecio.
-No sé a qué te refieres.
Sakura dio un paso adelante, lanzándome una mirada de condescendencia.
-Tontito. No se quedará contigo ahora que es un hombre de nuevo.
¿Cómo podía Sakura saber algo que Sasuke había descubierto la noche anterior? No podía haberla llamado ¿o sí. Sentí un nudo de nervios en el estómago y empecé a respirar con dificultad.
-¿De qué estás hablando?
-No te hagas el tonto conmigo. Ya sé que Sasuke ha vuelto a caminar.