Así que no sabía completamente lo que pasaba entre nosotros. Me sentí aliviado, pero, ¿cómo se había enterado Sakura de que Sasuke ya podía caminar de nuevo? Si yo apenas me había enterado el dia anterior.
-Siempre supimos que Sasuke volvería a caminar de nuevo.
-Si él hubiera creído eso, nunca me habría dejado marchar -dijo secamente.
Según lo que él mismo me había confesado, era cierto que había tenido sus dudas.
-No sé que podría cambiar eso —hable, sin saber muy bien qué decir.
-Eres un estúpido, ¿verdad?
Me tense ante el insulto que me dijo llena de rencor.
-Está claro que tienes algo que decir. Te sugiero que lo hagas y que te marches de mi casa.
-¿Tu casa? ¿Cuánto tiempo mas crees que durará? Hasta que le des un hijo a Sasuke. Él sabía que yo no quería quedar embarazada y estropear mi perfecta figura. Cuando hayas cumplido con tu tarea, él volverá a mí, con la persona que realmente ama.
-Sasuke no hará eso -tenía mucha integridad como para abandonarme a mí y a su hijo.
Sakura sonreía victoriosa.
-En verdad eres un doncel tan ingenuo, me das pena. Cuando un hombre desea algo, lo sacrifica todo para conseguirlo.
-¿Qué te hace creer que te quiere a ti? Te dejó marchar.
-Pensaba que no podría ser el hombre que yo necesito. Me dejó marchar por mi bien. Ahora los dos sabemos que es distinto.
Apreté los puños ante las verdades que estaba diciendo Sakura. El mayor miedo de Sasuke era no poder volver a hacer el amor, no el no volver a caminar.
-Tú no lo quieres.
La risa de Sakura sonó desagradable.
-Cuando tienes una relación sexual como la que teníamos Sasuke y yo, las emociones tontas como el amor no son necesarias.
No podía soportar pensar en la imagen de Sasuke tocando a Sakura del mismo modo que me había tocado a mí.
-Es hora de que te vayas.- le pedí desesperado
-No tan rápido, doncel de cuarta. Aún hay algo que quiero decirte y después esperaré a Sasuke para felicitarlo por volver a caminar.
No podía creer la audacia de esa horrible arpia.
-Si quieres ver a mi marido, pídele una cita a su secretaria. No eres bienvenida en mi casa.
-No me iré de aquí.- me decía con una sonrisa de superioridad en el rostro
-El personal de seguridad de Sasuke no lo verá igual que tú, supongo.
-No me echarás a la calle. No tienes agallas -mi amenaza pareció tomarla por sorpresa.
Abrí la boca para responderle cuando escuche la voz de Sasuke.
-No sabías que estabas acompañado, pequeño.
Me gire hacia él para observar su inexpresiva mirada.
-Ha venido sin avisar.
-Y tu esposo acaba de amenazarme con echarme a la calle -la voz de Sakura se había vuelto suave y dolida. Para mi disgusto sus ojos estaban llenos de lágrimas.
-¿De verdad? -dijo Sasuke con una sonrisa sarcástica.
Sakura cruzó la habitación y se agarró de su chaqueta.
-¡Sí! No es suficiente con que se haya casado contigo, sino que quiere apartarme de tu vida por completo.
Sasuke apartó a Sakura y me miro.
-¿Es verdad?
-Sí. Le dije que, si quería verte, le pidiera una cita a tu secretaria. No la quiero en mi casa.
No me preocupaban las apariencias. Sakura había mentido en Nueva York, había amenazado nuestro matrimonio y ahora ya conocía su poder de seducción sobre mi esposo. Así que no deseaba incluirla en nuestro círculo de amigos.
-Pero no creo que la cita sea necesaria.- dijo, mientras volteaba a ver a Sakura, así que no pudo ver el enorme dolor que cruzó por mi rostro.
-Podemos hablar ahora, ¿verdad?- le dijo con una leve sonrisa
-Sí, Sasuke. Por favor. Sólo quería decirte lo feliz que estoy de verte caminar de nuevo -dijo, casi ronroneando como un gato.
Sasuke se alejó de ella y se sirvió un whisky.
-¿Cómo lo supiste?
-Me encontré con el esposo de tu fisioterapeuta accidentalmente mientras estaba de compras. Empezamos una amistad, y no puedes culparme por querer seguirte la pista. Sobre todo después de lo que hemos compartido.
Sus palabras y la obvia falsedad de esa mujer hacían que me sintiera enfermo. Sasuke tal vez no hubiera soportado que hubiera corrido a su ex prometida de la casa, pero eso no significaba que yo tuviera que quedarme a presenciar cómo esa mujerzuela utilizaba todas artimañas con mi esposo.
Así que rápidamente salí de la habitación.
Escuche como Sasuke me llamaba, pero lo ignore al igual que lo hice con la voz de Sakura diciéndole que me dejara marchar.
