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Recuérdame por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

Bien, muchisimas gracias por sus reviews, me han hecho saber que le gusta, ya se que eso de la chica es chocante a veces, me arriesgaba demasiado, pero todo se resolvera... creo yo ;)

 

Capítulo 2

Al día siguiente lo volvió a ver a las dos de la tarde. Apareció con una maleta en la que había muchos pantalones que pensó le quedarían ajustados, todas en colores claros, había también muchas camisas polo en colores muy alegres, todas las prendas le gustaban. También había ropa interior. Todo parecía nuevo.

-Esto no es lo que llevaba cuando ingresé ¿Verdad?- cuestionó confuso

-No. La ropa que llevabas quedo destrozada, además los médicos tuvieron que cortarla para saber por dónde sangrabas- contesto sonriente- voy a buscar a Pandora  para que te ayude a vestirte.

Pandora le ayudó a vestirse y Alone realmente se sorprendió de lo débil que aún se encontraba, pues aunque se resistió al principio a ser auxiliado por la dulce joven, no tuvo más remedio que aceptar, ya que no pudo ni quitarse la bata del hospital él solo.

El muchacho dio las gracias a todo el mundo y abandonó el lugar del brazo de su prometido. En ese momento se dio cuenta de que el lugar se veía un poco lúgubre para ser un hospital. Estaban en Noviembre y se sintió de maravilla cuando sintió una fresca brisa golpearle la cara. Caminaron lentamente pero aun así, para cuando llegaron al precioso carruaje de Hades, Alone estaba exhausto. Hades lo tomó en brazos y lo metió en el coche. En cuanto estuvieron en marcha, Alone no paró de ver por la ventanilla, quería verlo todo. Sin embargo, al poco rato se quedó dormido.

Cuando despertó, el coche se había detenido y Hades no estaba a su lado. Abrió los ojos asustado y fue entonces que lo vio frente a él, hablando con el cochero que abría la gran puerta de la enorme mansión.

Cuando él estuvo de vuelta en el coche, Alone sintió un gran alivio. De pronto algo vino a su cabeza: un hombre rubio de cabello largo y ojos azules por demás bellos y pacíficos, de alguna manera lo relacionó con su prometido.

-¿Tienes un hermano?- preguntó anonadado

-Varios en realidad- Contesto sonriente mientas el carruaje volvía a arrancar- ¿Por qué?

-Tuve un extraño recuerdo: un hombre rubio de cabello largo y ojos azules… ¿Quién es?

-¡No importa!- dijo cortante- es solo un viejo conocido, nadie importante- contesto sonriendo preocupado.

-¿No te agrada?- cuestionó al notar su molestia.

-Te dije que no importaba- terminó la conversación claramente molesto por lo que no insistió, después volvería a preguntar, quería saber quién era ese hombre.

La servidumbre debió haber escuchado a los caballos pues para cuando llegaron a las puertas, ya estaban en los escalones cerca de veinte personas que los recibieron con una reverencia. Todos ellos muy jóvenes, ninguno debía pasar los treinta años de edad. Entre ellos le llamo la atención tres sujetos en especial, uno rubio, alto y fornido, dos más de cabello largo, uno azul y otro cenizo, sabía que los conocía de alguna parte, pero por alguna razón se mostró aprehensivo con ellos.

Hades lo presentó y añadió rápidamente que Alone había tenido un día muy duro y que sería mejor llevarlo a su habitación. Dicho esto lo tomó en brazos y comenzó a subir las escaleras.

-¡Puedo caminar, no soy un bebé!- protestó Alone, aunque en realidad estaba muy agotado. Al sentirse apoyado en su pecho, tuvo la sensación de que algo iba realmente mal, muy mal, pero no dijo nada y se limitó a sonreír cuando él lo calmó, pensando que la tensión de su cuerpo  se debía al hecho de sentirse torpe.

En cuanto llegaron a la habitación Hades lo acomodó en la cama y bajo de nuevo explicando que iba por las maletas y por Pandora para que le ayudara a ponerse la pijama. Al instante llegó la joven con la prenda en las manos. Era quien pensaba era la enfermera, debía ser que Hades había mandado a alguien al hospital para cuidarlo cuando él no podía hacerlo.

Después de vestirse descubrió que estaba cansadísimo y no había hecho mucho, casi nada pero estaba recuperándose y eso era normal. Aun así no podía dejar de sentirse frustrado, sentía que jamás se sentiría como antes, ni siquiera recordaba haberse sentido de otro modo. ¿Cómo habría sido su vida? ¿Cómo se habría enamorado de él?… ¿Lo amaba?

En ese momento Hades hizo acto de presencia.

-¿Estas despierto?- preguntó asomando la cabeza por detrás de la puerta

- Si hubieras llegado cinco segundos después la respuesta sería no- bromeó

- Está bien, te dejo para que puedas…

-¡No te vayas!- lo interrumpió sintiéndose indefenso de pronto- todavía- continuó bajando la mirada completamente colorado.

-No tengo ninguna prisa por volver a Giudecca- sonrió sentándose en el borde de la cama

- Pero… tú trabajo…

- Ya te expliqué que tengo mis métodos, el trabajo no lo voy a descuidar.

-¿No afectará en nada que alguien tan importante no se presente por un tiempo?

- Tal vez- dijo poniéndose serio de pronto

- ¡Entonces no te quedes aquí por mi!- Se alteró un poco. Se sentiría muy mal si su prometido quedaba en la ruina por su culpa. Bueno, tal vez la ruina era una exageración pero si podría acarrearle algunos problemas graves.

- Es una broma- rió dándole un beso en la mejilla. Para él ese fue el primer beso que él le daba. Se sonrojó tanto que sentía el ardor en las orejas- ¡l-lo siento!, no debí…

- ¡No, está bien!- lo miró a los ojos y le sonrió- Es solo que aún no me hago a la idea.

- Está bien, ya me voy, debes estar muy cansado y necesitas dormir.

Horas después, al despertar de una larga siesta, volvió a quedarse dormido mientras platicaba con Pandora que desempacaba. Se despertó poco tiempo después con la cabeza dándole vueltas. Miro la habitación y comenzó a asustarse al no reconocerla hasta que recordó lo que pasó: ya no estaba en el hospital.  Poco tiempo después Pandora llegó con la cena, él estaba mirando por la ventana el anochecer, agotado de tanto pensar. Intentó comer lo que habían preparado para él, pero no pudo ni darle unos sorbos a la sopa de pollo que habían dejado en la mesita de noche. Se portaba como un niño mimado que renegaba de un platillo saludable y de repente tuvo la desagradable sensación de estar molestando demasiado. Pensó en por lo menos bajar la bandeja a la cocina pero Hades llegó en esos momentos.

-¿No tienes hambre?- le pregunto al ver el plato lleno en la mesita.

-¡N-no!... no es eso… es solo que no quiero…es decir- tenía vergüenza el explicar el porqué de su comportamiento, ¿sería correcto decirle que el plato le daba asco?

- Ya entiendo- sonrió dándose cuenta de algo de pronto- dime una cosa, ¿Te provoca repulsión ver lo que Pandora preparó para ti?- soltó de pronto como si le leyera la mente

-¡¿Qué?! ¡No!

-¡Dime la verdad!-le dijo tomando la cara del joven entre sus manos

-¡Por favor no se lo digas a Pandora!-se rindió muy avergonzado con las lágrimas luchando por salir, era realmente un malagradecido.

-¡No te preocupes!- lo tranquilizó yendo hacia el plato- no es tu culpa, ni de Pandora, la culpa de todo la tengo yo.

-¿Tu? ¿Por qué?

-Por ser una cabezota- dijo entre risitas- olvide explicarle a Pandora lo especial que eres

-¿Especial? ¿Soy caprichosa?

-No, pero si vegetariano. Es bueno saber que aun conservas tu antiguo espíritu, eso significa que volverás a ser el mismo de antes.

-¡Oh!… Debo ser una fastidio-se disculpó

-No, claro que no-sonrió haciéndola sentir mejor- pero como Pandora se ha ido…

-¡¿No se queda a dormir!?- preguntó alarmado.

-Yo estoy aquí- señaló- y lo primeo que haré para ti es prepararte una cena vegetariana

-No te molestes, la verdad es que no tengo mucho apetito

-Debes comer bien o no te recuperarás nunca. Así que no oponga resistencia, jovencito.

-No quiero causarte más molestias

-No es una molestia, será un placer que usted pruebe uno de mis platillos- sonrió dándole una reverencia.

Hades bajó y al poco rato volvió con otra bandeja con un plato de ensalada y un guiso de vegetales con un vaso de jugo de naranja. Alone miro sus manos y se dio cuenta de que se había herido en más de dos ocasiones con el cuchillo.

-¿Estas bien?- preguntó tomando su manos entre las suyas para tratar de hacer algo, aunque se daba cuenta de que no podía hacer mucho.

- Si, no te preocupes- sonrió de nuevo dándole la bandeja y sentándose a su lado- no estoy acostumbrado a cocinar, anda cómelo todo.

-¿Me observaras mientras lo hago?

-Está bien, quieres un poco de privacidad y yo deseo una ducha. Volveré después por la bandeja y espero que te lo termines.

Alone tuvo que contener una risita, por un momento se sintió como el hijo consentido de un sobreprotector Hades. Probó el guiso y en verdad estaba bueno, pero no pudo terminar la ensalada pues su apetito se fue de pronto, una desagradable sensación de inseguridad lo invadió repentinamente. Dejó la bandeja a un lado recostándose hecho un ovillo en la cama y se dispuso a esperar por su prometido pero se quedó dormido al poco tiempo.

A la mañana siguiente Alone se levantó exaltado al ver a alguien en su habitación. Era un hombre y estaba inclinado sobre él.

-¡Fuera!- gritó con las pocas fuerzas que tenía- ¿Cómo se atreve a entrar?- dijo tratando de levantarse

-¡Cariño, soy yo!

-¡Oh, por dios!- exclamó avergonzado reconociendo su voz-¡l-lo siento!

-Relájate- lo tranquilizó abrazándolo- yo estoy aquí y nadie te lastimará, lo prometo.  

Alone suspiró para calmarse y se dio cuenta que estaba temblando, Hades también debió haberlo notado porque la apretó más contra su cuerpo… eso le resultó extraño pero a la vez agradable.

-Te estás quedando frío- se excusó al sentir que se removió incómodo.

-…

- ¿Debería soltarte?

-No, me gusta que me abraces- dijo sonrojado.

-Al menos ahora tienes más color-bromeó con la intención de permanecer un poco más en esa posición pero alguien llamó a la puerta por lo que Hades se disculpó con una sonrisa al apartarse y salir.

En cuanto él salió se sintió con más fuerza, entonces ¿Qué hacía metido en la cama? Se levantó decidido a moverse un poco. Lo primero que haría era darse un baño, algo que todavía no le permitían hacerlo solo. Se dirigió al baño, puso el tapón a la tina y abrió los grifos. Se sentó un rato en un banquito mientras la bañera se llenaba.

Cinco minutos después estaba metido en el agua, muy orgulloso de sí mismo. Se enjabonó y se dio cuenta de que todavía tenía unos moretones, de verdad debió ser un accidente muy fuerte, daba gracias a los dioses de que se encontraba bien. Se enjuagó y se quedó un rato con los ojos cerrados pensando…

Pensó en el hombre que había recordado al llegar a casa. Era algo extraño, pues parecía que una tenue luz dorada emanaba de él y sus ojos brillaban con intensa paz. Además de que su sonrisa le pareció realmente dulce. ¿Cuál era su nombre? No lo sabía.

También recordó el incidente de esa mañana con Hades ¿Por qué le gritó de esa manera al verlo inclinado sobre él? ¿Lo habría tacado un hombre?... ¿Qué le pasaba? ¿Por qué pensó en un hombre atacándolo como la posible razón? ¿Habrá sido cierto? No quería saberlo y por primera vez se alegró de no recordar nada.

Salió de la bañera y en lugar de aterrizar con ambos pies lo hizo con todo el cuerpo. Se había desplomado y no se dio cuenta. No podía levantarse así que se quedó tirado recobrando fuerzas. Aun le faltaba secarse. Ahora reconocía que el meterse solo en el baño fue una mala idea.

En ese momento escuchó que alguien abría la puerta del dormitorio y se alegró al pensar que Pandora venía al rescate pero su sonrisa se desvaneció al escuchar una voz masculina del otro lado de la puerta.

-No me parece correcto que te metieras al baño tu solo- dijo Hades del otro lado

-¡Ni se te ocurra entrar!-le advirtió

-¿No te has mareado?

-No, yo no me mareo- mintió intentando levantarse- estoy bien.

-Has estado en coma.

-¡Pero ya no lo estoy y quiero que te vayas! - ¿Por qué lo trataba así? Él solo se preocupaba por él y no merecía ese trato. Además no era cierto que estaba bien -¿Sigues ahí?- preguntó avergonzado.

-Me iré hasta que salgas de la bañera- contestó. Sonaba un poco molesto.

-Ya estoy fuera de la bañera- afirmo tratando de ponerse en pie pero solo consiguió sentarse, tomó una toalla y se la puso encima

-¿Quieres que te ayude?

-N-no,-dijo con lágrimas en los ojos- estaré… b-bien.

Alone palideció al ver que la perilla de la puerta giró, que ésta se abría lentamente y que Hades aparecía detrás. Se aferró a la toalla pero él ni lo miró, él tomó otra y lo rodeo con ella, lo sostuvo en brazos y lo llevó a la cama.

-Perdón- dijo una vez que lo arropó

-¿Por qué?

-Por hablarte así- agacho la cabeza- es que no me puedo creer que esté tan débil.

-Te recuerdo que estuviste en coma mucho tiempo, no esperábamos que te pusieras a hacer gimnasia apenas despertaras- lo consoló

-Me siento como una idiota- sollozó aferrándose a su pecho.

- Tranquilízate, todo va salir bien, recuperaras tu memoria y fuerzas y yo estaré contigo cuando eso pase- acariciaba su espalda y cabellos mientras le susurraba al oído- eras una persona muy capaz de ti mismo, podías con muchas cosas tu solo, pero en otras necesitaste la ayuda de otros.

Se sentía bien en su pecho, lo recorría una especie de choque eléctrico que provocaba que sus bellos se erizaran y que sus mejillas se sonrojaran. Sonrió al pensar en que ya no le importaba que hubiera pasado antes, lo que le estaba demostrando ahora era lo que importaba, y sin duda con sus acciones le decía que lo amaba.

-¿Me sigues amando?- preguntó de pronto y se arrepintió de inmediato al ver como lo miraba. En sus ojos veía nerviosismo y… miedo- Perdón, no debía preguntar eso

- Escúchame, cariño- le pidió tomando su cara para que lo mirará- te he amado desde hace una eternidad, yo nunca he dejado de amarte y nunca dejaré de hacerlo.

Alone se relajó al instante y sonrió. Aquellas palabras sonaban sinceras y además él se había sonrojado un poco, lo que agregaba veracidad a lo dicho.

-¿Yo te amo?

-Eso solo lo puedes responder tu porque, yo no leo tu corazón- dijo con un poco de tristeza.

Él sintió que un nuevo nudo se le hacía en el corazón. Era un hecho que él lo amaba, pero ¿Por qué esa reacción a la segunda pregunta?, tal vez su compromiso era algo que no se dio porque ambos lo deseaban, tal vez él no lo quería, ¿A quién quería entonces? Podría ser a ese hombre de ojos azules y Hades tal vez lo sospechaba, pues recordaba su reacción cuando le dijo que lo recordó en la entrada de la mansión.

-¿Cómo se llama el hombre rubio de ojos azules?- preguntó de pronto. Él y sus preguntas sorpresas.

-Am…- balbuceo nervioso y molesto- eso no importa ahora, será mejor ir a trabajar, ¿Te importa?

-No, está bien- sonrió

Hades se retiró y Alone comenzó a pensar. Lo más probable era que su teoría del matrimonio arreglado era la más acertada pues el volvió a evitar el tema de aquel joven. ¿Cómo no podía estar enamorado de él si era tan amable y atento? ¿Qué tendría aquel que Hades no? Pensar en ello la ponía más tenso y la cabeza comenzó a dolerle.

Cansado comenzó a cerrar los ojos e instantáneamente se quedó dormido, y soñó… con un par de ojos jades y una sonrisa… la sonrisa más aterradora que pudiera existir en sueños. Y aquella risa… él la recordaba… ¿De dónde? No lo sabía. Pero le temía…le aterraba.

Notas finales:

Si quedaron dudas sobre algo, haganmelo saber para resolverlo en el siguiente capitulo ;)...

Saludos y una vez mas gracias por los comentarios ;)

Y les tengo una prgunta...

cuando Shun comience a recordar todo..

quieren que lo haga poco a poco con pequeños flash back?

o que retroceda en el tiempo (yo en la narracion, no Shun en el fic) y relate todo lo que paso antes del accidente y quedar en esa situacion?

o que lo cuente de manera rapida como quien no quiere la cosa (osea hacer un resumen rapido de unos tres o cuatro parrafos)???

Eso me ayudaria a continuarlo... gracias ;)


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