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No importa qué por Koroshi_Death

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Notas del capitulo:

Bueno, debo admitir como escritora que estos capis son relleno algo aburrido xDD, desde el capítulo 6 empieza a ponerse buena la cosa...

Espero que les agraden los episodiso siguientes ycomo escritora, así como admití que estos dos capis son un poco aburridos, tambien les advierto que los que siguen estan más que buenos!!!

En serio, hasta yo me sorprendi de las ideas locas que tuve, ya veran

gracias por su fidelidad!!

No importa qué

Cuando me enamoro

Entre las paredes aterciopeladas, aquel hombre blanco de ojos violeta fumaba un puro, alrededor de él había tres hombres completamente vestidos de negro, el ambiente parecía tenso; tras las puertas cerradas, en una mesita de centro se encontraban posadas una pila de hojas, parte de una minuciosa investigación; Gareth, el de los ojos violeta tomó entre sus manos los documentos, buscando resultados.

-          ¿Y? – Inquirió - ¿Qué tienen para mí?

Ningún hombre respondió nada, sus gafas negras permanecían inmutables en su lugar, mientras eran depositados sobre un cenicero todas las cenizas y colillas de los cigarrillos; Gareth revisaba minuciosamente los  documentos, frunciendo el ceño con frecuencia, chasqueando los dientes.

-          ¡¡Aquí no hay nada, absolutamente nada!! – Reiteró molesto, los hombres de negro no mutaban.

-          Es todo lo que hemos podido averiguar de la chica – Hablo uno de ellos, Gareth gruñía – Los domingos sale a la feria con una tal “Prisilla” la que supuestamente la recogió de la calle cuando tenía 8 años, los viernes por la noche hace una actuación de baile en el burdel Luna llena y luego de eso se dedica a limpiar y atender clientela, sin prostituirse – Gareth asintió, el hombre hizo una pausa – Luego de unos tragos y de haber averiguado que una tal Sophie no se lleva bien con la muchacha, pagué una gran suma de dinero por acostarme con ella, obteniendo información muy valiosa… la chica fue violada hace dos años y además, corren los rumores de que se está enamorando de un hombre con ojos escarlata.

-          Es mi hijo – Adhirió Gareth frotándose la barba – y esto no puede seguir – los hombres dejaron de lado los documentos – por los negocios, por el apellido, por la familia mi hijo no se puede enamorar de una prostituta.

-          No se prostituye, señor Michaelis.

-          ¡¡Me importa un carajo si se prostituye o no!! ¡¡Esa muchacha trabaja en un burdel y ya tiene dueño!! – Los hombres se vieron sorprendidos – Un hombre ya marcó huella en ella, ese hombre soy yo y desde entonces me pertenece completamente – Le dio una probada a su puro – esa chica es mía y mi hijo no se puede enamorar de ella… No pueden tener ni el más mínimo contacto, no deben conversar, salir, pasear, tomar helados, absolutamente nada; si esa chica llega a tener una relación más íntima con mi hijo, el apellido Michaelis se ira a los pisos y mi reputación como padre se irá al mismísimo infierno – Los hombres dudaron – yo la violé – ni se inmutaba al confesar tan atrocidad, sus facciones lucían inalterables – Yo fui quien violó a la muchacha… por eso mi hijo NO PUEDE acercarse a ella, porque ella es mía y porque no puedo correr el riesgo de que ella le cuente algo al respecto… ella deberá morir antes que algo así llegue a ocurrir ¿Han escuchado?

Un silencio sepulcral se instaló en el despacho de Gareth hasta que la puerta fue golpeada, era la señora Michaelis.

-          Querido, Sebastián salió – Informó.

-          Gracias, Gloria – Asintiendo y botando después humo de su puro, la mujer se retiró del despacho.

Sólo bastó una mirada para que los tres agentes se pusieran de pie y comprendieran lo que les tocaba ahora: Seguir a Sebastián Michaelis adonde sea que fuera.

o-o-o-o-o-o-o-o

-          ¿Café helado? – Preguntaba Sebastián, Ciel sólo mantenía la mirada gacha y las mejillas sonrosadas – No dirás nada… ¿me permitirías entonces escoger un sabor por ti? – Ciel asintió, entonces el mayor sonrió – Entonces un café con leche para mí y unas donuts para la señorita – La camarera asintió, pronunciando un educado “por supuesto” y se retiró de la mesa, donde por consiguiente Sebastián volvió a dirigir su mirada hacia Ciel – Ciel te llamas… ¿no?

-          Si… - Musitó casi inaudible.

-          Ah… - Tratando de ser amable – Ciel, yo, verás… - Titubeaba – Comprendo perfectamente tu timidez y desconfianza hacia los hombres… - Ciel, quien permanecía todo ese tiempo cabizbajo con la mirada dirigida hacia la elegante mesita, la alzó en menos de una fracción de segundo, sus ojos extremadamente abiertos demostraban lo sorprendido que se sentía al escuchar algo como eso, el nerviosismo, el miedo, la vergüenza, lo patético que sería sí…

-          ¡¿Realmente él averiguó que abusaron de mí?! ¡¿O quizás averiguó que en realidad soy un chico?!—

-          Debe ser terrible para una muchacha tan joven como tú trabajar para esos viejos verdes que van cada semana al burdel… - Suspiró, sentía como el alma le volvía al cuerpo, se sentía lleno de calma – debe ser terrible para ti vivir en esas condiciones, sentir cómo te desnudan con la mirada… - Ciel rompía entre sus delgados deditos la fina servilleta, avergonzado – limpiar el desastre que queda después de cada noche de trabajo, cocinar y para más ser víctima de las molestias a las cuales aquellos hombres te someten, por favor, déjame ayudarte – Apretaba con fuerza sus puños, tenía rabia.

-          ¡Y cómo sé yo que usted es bueno! – Exclamó alterado, fue entonces cuando el mayor posó su suave mano derecha sobre las manos apretadas de Ciel, estaban duras, estaba tenso.

-          Déjame demostrártelo, quiero que seamos amigos, sólo eso… - Musitó

De alguna forma, sin entender por qué, este hombre le inspiraba confianza, algo le hacía sentir que no le mentía, que le decía la verdad y que no lo iba a traicionar, pero… ¿Y qué pasaba si después de todo era igual que su padre e intentaba pasarse de listo? ¿Quién respondería por él, por su corazón, por su ilusión…?

-          ¿…Amigos? – Musitó despacio, por qué, por qué tenía que ser hijo de Gareth, apretó los puños de nuevo, le costaba tanto confiar, ceder, entregarse a una amistad que posiblemente podría resultar amena como insatisfactoria, cuando de pronto comenzaba a sentirse observado, estaba siendo vigilado, lo percibía, ese sexto sentido en él no solía fallar; en sus facciones se podía notar el nerviosismo que sentía – Nos… Nos están mirando… - Musitó, entonces Sebastián volteó buscando posibles vigilantes, cuando pudo notar que unas mesas más allá habían tres hombres sospechosos; llegó la camarera con los pedidos, entonces Sebastián se puso de pie.

-          Lo siento, no lo comeremos – Informó a la camarera, sacando de su bolsillo un billete grande, se lo cedió – Por favor, quédate con el cambio – Dijo para finalmente tomar a Ciel suavemente del brazo y lo sacó de ahí, Ciel frunció el ceño, fastidiado.

-          Qué manera tienen los ricos para botar el dinero y la comida…

-          Lo siento, qué te parece si mejor tomamos un helado.

-          No, no puedo – Se negó – Ya es tarde y… y hoy es domingo, debo dejar todo cocinado para la semana, realmente lo siento.

-          Te iré a dejar.

-          Me puedo ir solo – Se quedó callado de golpe “solo” aunque al parecer, gracias al cielo Sebastián no se había percatado del detalle.

-          Te iré a ver mañana.

-          No fastidie, por favor – Cerró así la conversación y comenzó a correr, desapareció de su campo visual, Sebastián se tomó la frente con frustración, la chica realmente era complicada de tratar, pero no se rendiría, al menos lograría tenerla como amiga, debía descubrir el misterio y el dolor detrás de esos hermosos ojos azules como el mar…

o-o-o-o-o-o-o-o

Ciel corría por los pasillos hasta llegar a la cocina.

-          ¡Llego tarde! – Exclamó, comenzando a buscar entre las ollas.

-          Ciel, la comida está lista, la terminó Prisilla – Dijo Stephanie, Ciel se calmó, suspirando entonces se fue a su cuarto, donde tiró su maltrecho abrigo sobre la cama al tiempo que un pequeño papelito caía al suelo resbalando por un bolsillo, lo cogió con cuidado.

“Nos vemos mañana a las 5 en la misma cafetería. Sebastián”

No se dio cuenta siquiera cuando un sonrojo mayor al de sus expectativas inundaba sus mejillas conjunto a una leve sonrisa.

En aquel momento, fuera de su cuarto y asomados por la ventana sigilosamente se encontraba uno de los tres agentes, vigilándole mientras Ciel comenzaba a desnudarse para colocar su pijama, el hombre abrió enormes ojos cuando comprobó:

-          Es hombre…

Notas finales:

Chan! se supo la verdad!! que pasara de ahora en adelante con Sebastian, Ciel y Gareth?

Triangolo amoroso! CAN CHAAN1!

Reviews :3

 

 


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