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Coffee is a lie por KukkiChan

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Notas del capitulo:

¡Conseguí terminarlo hoy! Ahora me voy a dormir, que mi madre me mata :'D

 

Tras acordar el título me fui.

Era ya bastante tarde y aun tenía que pasarme la oficina para dejarle a Takano-san lo que había hecho con Mocca. No sabía muy bien si le iba a gustar la idea, contando con que la editorial no había trabajado nunca con shonen ai, y era más de historias de vida cotidiana, pero aun así quería intentarlo.

 

Me frustraba en parte el hecho de que Mocca no había estado dibujando lo que realmente quería, ser mangaka debería darte esa garantía, supongo.

Y obviamente, él no parecía contento dibujando, estaba siempre desmotivado. Siempre hacía montones de trazos con esa cara de indiferencia, y me molestaba, no por su culpa, sino porque conseguir trabajar en algo que te gusta y que no te permitan hacer lo que quieres hacer debe de ser frustrante.

 

Pero eso se iba a acabar, mi principal objetivo es ser un buen editor.

Takano-san me miró bastante sorprendido al ver mi propuesta, aunque solo la leyó por encima. Estaba a punto de marcharse, casi arrastrando a Onodera-san con él.

Después volví a coger el metro por enésima vez en el día, y ya en casa me quedé dormido en el suelo del pasillo.

 

Poco inteligente por mi parte, pues el dolor que tenía al día siguiente en prácticamente cada músculo y hueso de mi cuerpo era descomunal. Salí pronto esa mañana, y fui directo a casa de Mocca. La puerta estaba abierta, ni se había molestado en cerrarla cuando me marché el día anterior. Era como un niño pequeño.

-Mocca-sensei, soy yo. -Dije medio bostezando, mientras me descalzaba a la entrada. No obtuve respuesta alguna, así que fui a la única habitación que conocía de la casa.

Y allí estaba él: en el mismo sitio donde le había dejado. Solo que dormido y con montones de bocetos por todas partes. Por el suelo, la mesa, algunos casi volando por la ventana...

 

Y aun así, no se había quitado la mascarilla ni para dormir. Estuve a punto de intentar quitársela, pero no era buena idea; se tenía que despertar de todos modos. A saber a qué hora se habría ido a dormir.

-Mocca-sensei, despierta. -Dije mientras le zarandeaba un poco para ver si se despertaba. Abrió los ojos poco a poco, desconcertado, pero no se movió de su posición. En lugar de eso se quedó mirándome fijamente, aun con el sueño en sus ojos.

 

Le revolví el pelo un poco, me di cuenta de que esos pequeños gestos le hacían ganar más confianza conmigo. Y con ese contacto se levantó de golpe, tenso pero con la misma expresión.

-Ah...buenos días. -Dije un poco sorprendido por el repentino movimiento.- Veo que dibujaste mucho anoche, ¿hm? Eso está bien, pero deberías dormir más.

-Es que...no soy capaz de dormir mucho, me pasa siempre. -Respondió mirando al suelo, como un niño sermoneado.- Por eso me da tiempo a hacer fondos y esas cosas.

-Pero si haces eso enfermarás, así que intenta dormir un poco más ya que ahora te voy a ayudar para adelantar cosas.

 

Asintió y después, como si hubiese recordado algo, empezó a recoger todos los bocetos que había por los suelos y me los tendió. Eran muchos.

-Son los personajes principales, no sé si así están bien...algunos tienen variaciones porque no puedo decidirme. -Dijo con la misma ilusión que había mostrado el día anterior.

Todos esos bocetos estaban hechos con increíble detalle, también sus expresiones eran únicas. Y al final del taco de folios había incluso los primeros storyboards.

-¿También has hecho storyboards? Vaya, esto nos salva mucho tiempo...fantástico. -Le elogié, sus ojos sonreían.- Los revisaré, dame un segundo. Mientras tanto, desayuna algo ¿vale?

 

Asintió una vez más y se fue a la cocina. Empecé a corregir con rotulador rojo algunos errores que vi en los storyboards, pero tampoco eran demasiados.

 

Volví a ojear las fichas de los personajes.

El protagonista, el guardián del tiempo, se llama Svythe. Tiene el pelo liso, blanco, y muy capeado. Y en su rostro gélido destacan dos ojos lilas, según decían las anotaciones de Mocca.

El humano del que Svythe se enamora se llama Heinne, y tiene el pelo granate y los ojos anaranjados.

Las ropas de cada uno no estaban muy definidas por el momento; Svythe lleva un traje más elaborado mientras que Heinne viste ropa más corriente.

 

También había un boceto a medio tachar, descartar o acabar, de un aparente antagonista llamado Aryanne. No supe con certeza si se trataba de un hombre o una mujer.

 

La primera sensación que me dieron los personajes fue positiva, parecían muy carismáticos y fáciles con los que trabajar.

-Me gusta, Mocca. -Dije cuando se sentó frente a mí con una taza de café entre las manos.- Los personajes y los storyboards, quiero decir. Pero...¿no odiabas el café?

-Es que me gusta cómo huele, y si le hecho mucha crema me gusta.

 

"Eso no puede ser sano, es más bien crema con café" Suspiré.

En ese momento recibí un e-mail al móvil, era Takano-san. Al parecer le había gustado la trama de la historia, y me daba el visto bueno para continuar. Le enseñé el mensaje a Mocca, quien pareció muy emocionado. Y sus ojos volvieron a brillar como adornos de Navidad.

Inmediatamente se puso a hacer de nuevo los storyboards, siguiendo mis correcciones. Sonreí.

 

Las diez menos catorce minutos...sería mejor volver para hacerle la comida, así podría adelantar algo de trabajo en la oficina.

-Mocca, volveré a la hora de la comida para cocinarte algo, ahora me voy a la oficina, ¿vale?

 

Asintió sin levantar la vista del papel, y me marché tras recoger mis cosas. Al llegar a la oficina ocupé mi sitio con un largo suspiro.

-¡Sakurai-san! ¿Cansado ya? Aun es muy pronto, ¿no? -Dijo Kisa-san, que se sentaba en la mesa de en frente.

-Es que...me he pasado por la casa de mi...autora. Luego tengo que volver para hacer la comida.

-Sakurai, está muy bien que cuides a tu "autora", pero recuerda que eres su editor y no su niñera. -Dijo Takano-san, apoyando los pies en la mesa mientras me miraba.

 

Asentí disculpándome, y empecé a trabajar con el papeleo hasta que consideré que era la hora de la comida. Salí intentando no cruzarme con Takano-san, por si acaso, y salí hacia la casa de Mocca. Compré algunas cosas en la tienda de alimentación próxima a la casa antes de entrar a la casa.

Entre con facilidad; otra vez la puerta abierta. Y seguía dibujando como si no hubiese un mañana.

-A descansar, la comida está aquí. -Dije quitándole el portaminas, porque me pareció la única manera de que dejas de dibujar.

 

Y sin quejarse me acompañó a la cocina, donde empecé a vaciar las bolsas y a meter la comida en el frigorífico. Mantener a este chico me iba a costar mi sueldo.

-Seiji, me gustas. -Dijo mirándome muy serio, no tuve tiempo de reacción en reparar en su falta de honoríficos. Al ver mi expresión pareció ponerse nervioso.- Como editor, porque... ya sabes, los demás editores no me dejaban dibujar lo que realmente quería.

-No tienes por qué agradecerme por eso, Mocca, es mi trabajo. -Dije encogiéndome de hombros, sonriéndole mientras sacaba un par de refrescos.

 

No sé si debí haberle buscado el doble sentido a su...agradecimiento.

 

Notas finales:

Revieeeews, por favor ;D; me motivan :'3


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